Museografía Interactiva en Exposiciones de Arte

Museografía Interactiva en Exposiciones de Arte

 

A medida que las muestras tradicionales de arte se iban reemplazando por instalaciones participativas y basadas en procesos, los museos y galerías comenzaron a hacer uso de las ricas fuentes de redes y tecnologías de visualización (Bullivant, Responsive Environments, 2006). Estas evoluciones en la tecnología trajeron modos alternativos de comunicación. Los visitantes tuvieron la oportunidad de interactuar con las obras de arte de diversas maneras, y los museos y galerías desarrollaron diversas estrategias de exhibición para mantener la permanencia del arte, el conocimiento y el patrimonio cultural (Lorenc, Skolnick y Berger, 2006).

El punto inicial de integración del concepto de participación en el diseño de exposiciones comenzó con exhibiciones «prácticas» en la década de 1960, donde los visitantes aprendían a partir de la experiencia. Las exposiciones virtuales innovadoras también ganaron popularidad al proporcionar algún tipo de interactividad en Internet. Sin embargo, todo esto no hizo que disminuyera el interés por la experiencia física y en vivo de las exposiciones y, finalmente, se introdujo un nuevo perfil de visitante, definido como el «aprendiz cinestésico» (Hughes, 2010). Estudios recientes nos muestran que las cualidades arquitectónicas de los espacios no se han tenido en cuenta para el diseño de diversas experiencias narrativas interactivas, que van desde los videojuegos hasta las instalaciones de arte participativo. Además, en términos expositivos, se ha reconocido que las exhibiciones interactivas se enfocaron más en la adaptación de la tecnología que en usarla como un medio para transmitir un mensaje que conectara el usuario, la tecnología y el contenido de las exposiciones (Bullivant, 4D Social Interactive Design Environments, 2007; Caulton, 1998). De hecho, se puede decir que la mayoría de las exposiciones que conocemos y que hicieron uso de tecnologías digitales pueden ser percibidas como conjuntos de experiencias interactivas colocadas, una tras otra, en un espacio físico. La curiosidad del público por interactuar con el dispositivo prima sobre la comprensión del concepto de la exposición y la narrativa que existe detrás (Simon, 2010). En nuestra opinión, el uso adecuado de la dinámica del espacio arquitectónico, combinado con tecnologías digitales participativas, puede mejorar la narrativa e innovar el concepto de exposición interactiva.

Teniendo en cuenta que la obra de arte actual se define como todo el proceso que implica la interacción del participante con el objeto de arte (Buskirk, 2005), creemos que la narración de cualquier diseño expositivo debe integrar las cualidades del espacio arquitectónico, funcionando como una guía para la selección de las herramientas digitales que den lugar a experiencias interactivas. En base a estos problemas, hay que tener en cuenta el impacto del espacio arquitectónico y los instrumentos digitales en la narración de exposiciones interactivas. Debemos reflexionar sobre si la innovación facilitada por medios narrativos puede usarse como una estrategia para transformar estos espacios físicos en entornos inteligentes. Paralelamente, se pueden valorar varios enfoques y versiones del espacio y las tecnologías digitales con el fin de desarrollar narraciones para el diseño de exposiciones interactivas conceptuales.

Esas narrativas innovadoras que transforman los espacios del museo y la galería en entornos interactivos, requieren que se explore y defina su relación con la narración, el espacio arquitectónico y las herramientas digitales, elementos que potencian la innovación de una exposición interactiva.

En cuanto a lo inmersivo y participativo, la exposición interactiva aborda el hecho de que los visitantes se conviertan en actores, percibiendo y navegando en la narración al interactuar con herramientas, obras y aplicaciones (Porteous, Cavazza y Charles, 2010). Dado que ésta es una de las varias estrategias que lleva a los visitantes a interesarse por las exposiciones, las narraciones constituyen los principales instrumentos que estructuran nuestra percepción y comunicación sobre la base de generar significado (Bruner, 1990). El lenguaje narrativo es muy importante para la comunicación de la historia, y el diseño escenográfico se convierte en una herramienta útil para realzar y revelar el contenido que hay detrás (Lorenc, Skolnick y Berger, 2006). Sin embargo, también encontramos aspectos espaciales a tener en cuenta, ya que la historia representada por el texto se transforma en una escena visible que describe la actividad y la comunicación entre las personas. Por sí mismo, el espacio es neutral y está vacío, y solo puede alcanzar su máximo potencial cuando se lleva a cabo una acción (Parker, Craig y Block, 2008). Es así como se transforma en un punto de encuentro de los potenciales visitantes y actores para la creación de la interacción.

Las exposiciones interactivas se pueden definir también a partir de la idea de que comunican una historia en un espacio tridimensional utilizando tecnología digital participativa que vincula diversas acciones interactivas (Howard, 2002). El diseño de experiencias interactivas combinadas dentro de una narración se sustenta en la calidad arquitectónica del espacio (Ozcan, 2002), mientras que el concepto de interactividad define los límites y parámetros de las acciones de recorrido requeridas para la experiencia del usuario (Kolko, 2007). Así, la narración conduce el diseño de la exposición y sirve, además, para marcar las limitaciones y la intención activa de las experiencias (Locker, 2011), lo que, a su vez, define el conjunto de operaciones y acciones relacionadas con las mismas (McCulloughm, 2004). La mediación con el uso de herramientas activas, combinadas con elementos visuales y de audio para apoyar la expresión narrativa, se integrará en el espacio físico dando a los visitantes la oportunidad de convertirse en participantes activos (Hughes, 2010). La principal forma de comunicación de éstos con la exposición puede entenderse como la navegación en la narración, la cual se estructura a partir de la organización de los espacios de información apoyados en herramientas digitales (Saffer, 2007).

Si bien es posible decir que ninguna narración puede presentarse sin un escenario adecuado, cada espacio arquitectónico tiene su propia dinámica, que puede describirse a partir de su geometría y características. Las medidas verticales, horizontales y diagonales definen los aspectos geométricos de un espacio, ayudando a visualizarlo. Las cualidades características incluyen la «atmósfera» de un espacio, muy importante e influyente para la experiencia de la audiencia y los actores. Cada espacio tiene su propios rasgos individuales, derivados de los materiales utilizados, los elementos arquitectónicos, la iluminación, etc… (Parker, Craig y Block, 2008; Dade-Robertson, 2011).

Paralelamente a las ideas anteriores, se pretende dibujar un marco general que ilustre las conexiones entre el espacio arquitectónico, las herramientas digitales y la narración. Utilizando estas definiciones, se deben desarrollar narraciones para diseños conceptuales de exposiciones interactivas, considerando diferentes formas de espacios arquitectónicos y herramientas tecnológicas – si lo que se pretende es obtener hallazgos – que podrían ser adaptables para los diseños tanto para entornos virtuales como físicos.

Como concepto emergente, el modelo de exposición interactiva tiene un gran potencial para escenificar experiencias participativas mediante el uso de tecnologías digitales, proporcionando entornos para diferentes lecturas de los significados de las obras expuestas. Las narraciones, uno de los principales instrumentos sobre los que construimos las experiencias, juegan un papel fundamental para generar un significado en el que los visitantes se conecten y asimilen conocimiento. Si bien todas las narraciones deben tener lugar en un escenario, creemos que hacer uso de las formas espaciales combinadas con las tecnologías digitales es una estrategia eficiente y sostenible para idear narraciones, aportando innovación al proceso de diseño de exposiciones interactivas.

En general, podríamos decir que la integración de herramientas digitales es útil para crear una experiencia participativa y para la organización espacial de las actividades. Las soluciones exitosas se pueden asignar a dos grupos: (a) las que tienen narraciones inspiradas en la forma del espacio arquitectónico y (b) las que conectan las experiencias interactivas realizadas mediante el uso de una herramienta digital adicional desarrollada especialmente para apoyar la narrativa.

Resumiendo, y para finalizar, debemos considerar los siguientes aspectos en el diseño de exposiciones interactivas:

  • Se entiende que la exposición interactiva es algo más que colocar herramientas o tecnologías interactivas dentro del espacio físico. Las soluciones innovadoras surgen cuando la narración se planifica y estructura con respecto a las características del espacio arquitectónico. La narración puede también orientarnos en la selección de las diversas herramientas digitales.
  • En cuanto al uso del espacio arquitectónico, se reconoce que toda condición espacial tiene sus propias características, las cuales, a su vez, afectan a la elección y la estructura de la narrativa. Una estructura narrativa secuenciada se adapta bien a un espacio arquitectónico lineal, mientras que una red o una estructura narrativa episódica es más adecuada para un edificio de varios pisos.
  • La exposición interactiva puede beneficiarse de la integración de una herramienta digital móvil o portátil relacionada con la narración. Se reconoce que estas herramientas mantienen la unidad del espacio al tiempo que mejoran los aspectos de exploración, informativos y experimentales de la exposición, ya que conectan cada experiencia interactiva realizada ofreciendo orientación a los visitantes para su recorrido dentro de la exposición. Además, el público puede influir en la narración y en su propia navegación con sus actuaciones guiadas por las competencias técnicas de estas herramientas personales.

A partir de la experiencia profesional, es posible comprender que el área de exposición interactiva tiene un enorme potencial para crear soluciones innovadoras. Es un campo capaz de mostrarnos el camino para innovar en redes y tecnologías de visualización, ya que estos casos surgen de narraciones. A medida que las herramientas y tecnologías interactivas continúen desarrollándose y sean más avanzadas, el uso apropiado de los espacios combinados inteligentemente con las herramientas digitales ganarán más importancia, lo que permitirá el desarrollo de diseños memorables. Consideramos que los proyectos de exposiciones interactivas se beneficiarán más de los enfoques innovadores para el diseño con las combinaciones originales en la nueva narrativa, los espacios arquitectónicos y tecnologías digitales, donde el concepto de participación se impulsa a partir de la museografía.

 


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Recursos:

Brumer, J. (1990): Actos de Sentido. Cambridge: Prensa de la Universidad de Harvard.

Bullivant, L. (2006): Entornos receptivos. Londres: Victoria & Albert Museum.

Bullivant, L. (2007): Entornos de Diseño Interactivo Social 4D (Vuosik. 77). Londres: Wiley.

Buskirk, M. (2005): El objeto contingente del arte contemporáneo. Boston: Prensa del MIT.

Caulton, T. (1998): Exposiciones prácticas: gestión de museos interactivos y centros de ciencia. Londres: Routlage.

Dade-Robertson, M. (2011): La Arquitectura de la Información. Nueva York: Routledge.

Howard, P. (2002): ¿Qué es la Escenografía? Londres: Routledge.

Hughes, P. (2010): Exposición de diseño. Londres: Laurance King Publishers.

Kolko, J. (2007): Reflexiones sobre el diseño de interacción. Georgia: Publicación del oso pardo.

Locker, P. (2011): Exposición de diseño. Lauseenne: Ava Publishing, SA.

Lorenc, J., Skolnick, L. y Berger, C. (2006): ¿Qué es el Diseño de Exposiciones? Mies: Roto Vision SA.

McCulloughm, M. (2004): Tierra Digital. Cambridge: MIT Press.

Ozcán, O. (2002): Culturas, el juego de sombras tradicional y el diseño de medios interactivos. Cuestiones de diseño, 18 (3), páginas 18-26.

Parker, W. O., Craig, R. W. y Block, D. (2008): Diseño de Escena e Iluminación Escénica (9ª Edición p.). Boston: Cengage Learning Publishing.

Porteous, J., Cavazza, M. y Charles, F. (2010): Aplicación de la planificación a la narración interactiva: control narrativo mediante restricciones de estado. ACM Transactions on Intelligent Systems and Technology , 1 (10).

Saffer, D. (2007): Diseñando para la Interacción. Berkeley: New Riders.

Simge Esin Orhun (2019): Designing interactive exhibitions based on innovative narrations guided by architectural space and digital technologies. Ozyegin University, Turquía.

Simon, N. (2010): El Museo Participativo. Santa Cruz, California: Museo 2.0.

 


Fotografía: CommArts – Cleveland Museum of Art interactive exhibits.

Consultas: info@evemuseos.com

Un comentario en «Museografía Interactiva en Exposiciones de Arte»

  1. Buenas tardes. Gracias por el articulo.
    Un comentario. El museo que estamos organizando en el Centro de Historia de la Ciudad de Armero – Guayabal, es muy pequeña el área para el Museo, pero queremos utilizar las áreas lo mas eficientemente posible. Como pudiera volverlo interactivo, me gustaría poder solicitarles algunos ejemplos prácticos. Área Ancho 3mt x Largo10mt x Alto 3,5mt. los otros dos espacios iguales de area los
    queremos para una biblioteca, y el otro para colocar cuadros y algo didáctico para los niños y jovenes y a nivel virutual. Contamos con un área igual de Información y recepción, y otra área igual para exposición de artesanías. un Area de rectangular de espacio abierto de 12mt x 2,5mt.

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