Investigación Sobre Experiencias y Aprendizaje en Museos

Investigación Sobre Experiencias y Aprendizaje en Museos

 

Los museos y otras instituciones culturales dedican una gran cantidad de tiempo, dinero y esfuerzo a desarrollar exposiciones que faciliten el aprendizaje de los visitantes. El aprendizaje es la actividad principal de la mayoría de los museos. La práctica en la gestión reconoce hoy que el desempeño es más fuerte cuando se miden los resultados. Sin embargo, las medidas típicas utilizadas son meros recuentos numéricos de visitantes, entradas a exposiciones, número de eventos, entradas vendidas o niveles de «satisfacción de visitante». Pero los museos necesitan realmente una forma efectiva, significativa y económica de medir el aprendizaje. El desarrollo de un procedimiento útil nos permitiría recopilar información que puede llegar a tener un enorme impacto en la calidad de nuestras futuras exposiciones.

El proyecto MARVEL (Museums Actively Researching Visitor Experiences and Learning) resultó de una colaboración entre la Universidad de Tecnología de Sídney, el Museo Nacional Australiano, el Real Jardín Botánico de Sídney y la empresa Environmetrics Pty Ltd. El objetivo de la colaboración era desarrollar un conjunto de «herramientas» para medir aspectos del aprendizaje en cualquier institución cultural, y lograr que pudiera ser utilizado por personal con poca experiencia en temas de evaluación. Se elaboraron y probaron tres herramientas con el fin de dar una respuesta a esta necesidad – pueden ser utilizadas por separado o en conjunto – para:

  • Evaluar el grado de aprendizaje que tiene lugar en una exposición/museo.
  • Comprender la naturaleza de ese aprendizaje.
  • Establecer puntos de referencia para los resultados del aprendizaje.
  • Comparar los resultados de diferentes exposiciones.
  • Compartir datos de distintas instituciones y hacer comparaciones entre ellas.

Los aspectos del proyecto que se explican aquí incluyen la determinación de la eficacia de cada herramienta para descubrir el alcance y la naturaleza del aprendizaje que revela cada una de las estrategias individuales; desarrollar el uso más adecuado y eficaz de cada estrategia; investigar las relaciones entre el aprendizaje que surge de las combinaciones de las estrategias y determinar la aplicación apropiada de conjuntos de combinaciones.

Antes que nada, debemos insistir en que las instituciones culturales son una parte importante de la sociedad del conocimiento y del aprendizaje en general, desempeñando además un papel clave en el ocio educativo. Los museos son escenarios de aprendizaje informal donde éste se muestra intrínsecamente motivado; proviene de la curiosidad, la observación y la actividad (Ramey-Gassert, Walberg y Walberg, 1994). Los museos presentan un contexto distinto para el aprendizaje y, a menudo, se les describe como entornos de aprendizaje de libre elección que son visitados por una amplia gama de personas (Falk y Dierking, 2000). Por otro lado, tienen la oportunidad de dar forma a las identidades a través del acceso a los objetos, el conocimiento y la información. En ellos, los visitantes pueden verse a sí mismos reflejados en formas que fomentan nuevas conexiones, creación de significados y aprendizaje (Silverman, 1995; Weil, 1997; Bradburne, 1998; Griffin , D., 1998; Hein, 1998; Carr, 1999; Pitman, 1999, Kelly, 2001). Sin embargo, los museos se encuentran compitiendo con otras experiencias de ocio y aprendizaje en un mundo cada vez más complejo (Mintz, 1994; Falk y Dierking, 2000; Kelly, 2000a) donde las personas se involucran con experiencias ricas y memorables en una gran variedad de contextos.

El énfasis en los museos e instituciones similares ha pasado de mostrar curiosidades y objetos preciosos por sí mismos a poner de relieve la importancia de ayudar a los visitantes a aprender sobre temas relacionados con sus colecciones. Los museos se están posicionando cada vez más en el «mercado» como lugares para enriquecer las experiencias de aprendizaje, con declaraciones de misión que destacan su papel clave en la educación del público. La investigación ha demostrado que cuando se pregunta a los visitantes por qué visitan lugares como los museos, suelen responder que «para aprender» (Hood, 1995; Kelly, 2000a, 2001).

Por otro lado, existe una buena variedad de estudios que analizan a las personas que aprenden en contextos informales, incluidos los museos (Crane, Nicholson, Chen y Bitgood, 1994; Falk y Dierking, 1995; Hein, 1998). Se han realizado investigaciones con segmentos de visitantes específicos, como familias (Borun, Chambers y Cleghorn, 1996; Moussouri, 1997), escolares (Birney, 1988; Griffin, 1998) o visitantes adultos (McManus, 1993; Silverman, 1995; Falk y Dierking, 1997; Falk, Moussouri y Coulson, 1998). La mayoría, sin embargo, han sido estudios únicos o centrados en exposiciones particulares.

En el desarrollo de la teoría del aprendizaje se proponen varios modelos y teorías, siendo dos de ellos, el constructivismo y la teoría sociocultural, particularmente relevantes para los museos. El constructivismo es una teoría del aprendizaje enfocada en el alumno/a hacia los significados personales que construye en base a su experiencia, conocimiento e intereses previos. Jeffrey-Clay (1998) señala que «la teoría constructivista sostiene que el conocimiento previo es de primordial importancia. En lugar de que los alumnos/as sean recipientes vacíos en los que se puede verter la información, vienen… con una gran cantidad de conocimientos ya organizados. Es sobre esta estructura de conocimiento donde los alumnos/as cuelgan nueva información, creando otros enlaces a su conocimiento preexistente. Para aprender de manera significativa, una persona debe integrar nuevos conocimientos en su estructura conceptual».

George Hein (1998) propuso un conjunto de nueve principios de aprendizaje que surgieron del pensamiento constructivista:

  • El aprendizaje es un proceso activo de construcción de significado a partir de información sensorial.
  • A medida que aprenden, las personas adquieren conocimientos sobre el proceso de aprendizaje y sobre el contenido.
  • El aprendizaje ocurre en la mente.
  • El lenguaje y el aprendizaje están inextricablemente vinculados.
  • El aprendizaje es una actividad social que se desarrolla en compañía de otros.
  • El aprendizaje es contextual, en el sentido de que aprendemos con relación a lo que ya sabemos, nuestras creencias y nuestros prejuicios personales.
  • El conocimiento previo condiciona el nuevo aprendizaje.
  • El aprendizaje se produce durante largos períodos de tiempo, a través de la exposición y del pensamiento repetidos.
  • La motivación es fundamental para el aprendizaje.

La segunda teoría, la teoría sociocultural, se basa en el trabajo de Lev Vygotsky, quien propuso por primera vez que el aprendizaje es un proceso mediado socialmente en el que los alumnos/as, en su caso, adultos y niños/as, son corresponsables de su aprendizaje (Matusov y Rogoff, 1995; Vygotsky, 1978). En un modelo sociocultural, el aprendizaje está determinado por el contexto, la cultura y las herramientas de aprendizaje.

Schauble, Leinhardt y Martin (1997) abogan por un enfoque sociocultural como marco teórico apropiado para la investigación del aprendizaje en museos, ya que da cuenta de los significados creados dentro de un contexto social – en lugar de los hechos aprendidos -, y se centra en la interacción entre individuos y mediadores. incluye herramientas, habla, estructuras de actividad, signos y sistemas de símbolos, que se emplean en esos contextos (Schauble et al, 1997, p.4). En una línea similar, Matusov y Rogoff (1995) afirman que: «los museos, como instituciones educativas que son, brindan oportunidades para que las personas puedan unir, a través de este proceso, diferentes prácticas socioculturales, instituciones y comunidades» (p. 101).

En base a estos puntos de vista, encontramos la siguiente definición de aprendizaje en museos:

El aprendizaje [en el museo] es un proceso dinámico que depende del individuo y su entorno dentro de un contexto social que se centra en algún cambio. En última instancia, el aprendizaje en un museo se trata de «cambiar como persona», inspirar y estimula a las personas a querer saber más, así como cambiar la forma en que se ven a sí mismos y a su mundo, tanto como individuos como parte de una comunidad ( Kelly y Gordon, 2002, p.161).

Se ha reconocido ampliamente que la investigación sobre el aprendizaje en los museos debe tener una base teórica, llevarse a cabo en una variedad de instituciones, ser colaborativa dentro de la industria y la comunidad de investigación en general, ser creativa e innovadora con métodos de amplio alcance, y estar relacionada con otras experiencias de aprendizaje (Falk y Dierking, 1995, 2000; Schauble, Leinhardt y Martin, 1997; Hein, 1998). Sin embargo, capturar y medir la naturaleza, profundidad y amplitud del aprendizaje del museo es problemático. La evaluación del éxito de los museos en el logro de sus objetivos de aprendizaje está resultando ser un desafío: los visitantes eligen sus experiencias, las ideas pueden no encontrarse necesariamente en una secuencia particular, las oportunidades de aprendizaje pueden ser fragmentarias y desestructuradas. La naturaleza informal del entorno implica que los profesionales del museo no puedan determinar el contenido específico al que están expuestos los alumnos/as (Griffin, 1999).

Así pues, el propósito fundamental es investigar métodos mediante los cuales poder descubrir el resultado del aprendizaje en un museo. Pero individualmente estas investigaciones captan solo algunos aspectos que se están produciendo. Se necesita entonces desarrollar e investigar la variedad de estrategias y observar, posteriormente, las correlaciones entre los resultados de diferentes pruebas, la viabilidad de su uso en diversos contextos y su efectividad comparativa.

Según hallazgos anteriores, se cree que es más valioso observar cómo los visitantes están aprendiendo que fijarnos únicamente en lo que han aprendido. Entendemos que el aprendizaje, a cualquier edad, no se puede medir con herramientas sencillas. Cada persona es capaz de recabar información y una comprensión diferentes para la misma exposición. El aprendizaje incorpora muchas experiencias que van más allá de la visita al museo.

Los métodos que deben usarse han de reflejar este punto de vista. Además, el desarrollo de las herramientas debería basarse en el entendimiento de que el aprendizaje:

  • Implica acción (mental y/o física), lo que conlleva un grado de elección y propiedad.
  • Se estimula cuando se encuentran nuevas experiencias o fenómenos.
  • Se produce cuando las ideas nuevas y existentes se pueden vincular, o cuando las nuevas llenan un vacío.
  • Implica despertar la curiosidad.
  • Es apoyado por la interacción social.
  • Está invariablemente relacionado con el disfrute.
  • Conlleva un compromiso emocional.

Es necesario innovar para saber si los visitantes del museo aprenden de sus exposiciones. Para ello, el tema puede abordarse usando tres perspectivas que describimos a continuación:

  • La comprensión de los visitantes de las grandes ideas de una exposición.
  • Las declaraciones personales de los visitantes sobre su aprendizaje.
  • Comportamientos observables de los visitantes que indiquen que está teniendo lugar un aprendizaje.

En una serie de encuestas, se probaron dos estrategias con técnicas abiertas para determinar el aprendizaje general dentro de las exposiciones. La primera, utilizando métodos narrativos (Kelly, 2000b) que involucran historias breves presentadas como artículos de periódico que se muestran a los visitantes cuando salen de una exposición. Acompañan una variedad de preguntas abiertas que permiten discusiones libres que revelan el nivel de comprensión de las conceptos de las exposiciones, así como enlaces hechos a otros conceptos y contextos – se desarrollaron varias pruebas sobre este procedimiento -. Para la segunda estrategia se utilizaron dos preguntas abiertas en una encuesta que aprovechaba directamente las opiniones de los visitantes sobre las ideas importantes. Las preguntas eran:

  • ¿Cuáles crees que son los principales mensajes que la exposición está tratando de comunicarte?
  • ¿Hubo alguna cosa que te pareciers particularmente interesantes en la exposición y que podrías contarle a otras personas?

El Inventario de Modos de Aprendizaje (IMA) fue desarrollado por la empresa Environmetrics Pty Ltd para proporcionar un protocolo de entrevista estructurado que ayudara a descubrir las propias impresiones y expresiones del público sobre su aprendizaje de una exposición en particular. Esta herramienta aporta una idea de si los visitantes consideran que han estado aprendiendo y cómo lo han hecho, en lugar de lo que se ha aprendido. IMA mide el proceso de aprendizaje, y no el contenido. Este método utiliza una serie de afirmaciones, cada una con una escala Likert de cinco puntos, desde «totalmente en desacuerdo» hasta «totalmente de acuerdo».

Algunas declaraciones del IMA:

  • Descubrí cosas que no sabía.
  • Aprendí más sobre cosas que ya sabía.
  • Recordé cosas en las que no había pensado por un tiempo.
  • Compartí algunos de mis conocimientos con otras personas.
  • Sentí curiosidad por saber más sobre algunas cosas.
  • Me recordaron la importancia de algunos temas.
  • Me emocioné mucho con lo que aprendí.
  • Fue agradable ser recordado y aprender más.
  • Todo me resultaba muy familiar.
  • Algunas de las cosas que aprendí me serán muy útiles.

Todas estas estrategias se combinaron en una herramienta que se administró como entrevista de salida.

Se utilizaron dos métodos, la observación visual y la escucha de conversaciones, para descubrir los comportamientos de los visitantes que eran indicativos de aprendizaje.

Observaciones visuales.

Griffin (1999) creó una herramienta de observación visual para determinar la participación de los escolares en el aprendizaje en un museo. Utiliza un conjunto de comportamientos de aprendizaje derivados de la investigación de otros que se pueden observar durante los episodios de aprendizaje. La participación en dicho aprendizaje se indica cuando los visitantes:

  • Inician sus propias actividades de aprendizaje.
  • Participan activamente en la exposición.
  • Manipulan intencionalmente la exposición.
  • Comparten ideas con otros.
  • Ayudan a otros a interactuar con la exposición.
  • Muestran reacciones emotivas.

También se registraron comportamientos que mostraban falta de aprendizaje (sobre las exposiciones), como mirar a otros visitantes, recorrer rápidamente la exposición, etc.

Dentro de una exposición concreta, se desarrollan una serie de indicadores específicos para cada comportamiento de aprendizaje, y de no aprendizaje, y se observa a los visitantes. Una vez que la herramienta está «sintonizada» para dicha exposición, los visitantes son observados y sus indicadores de comportamiento registrados cada 30 segundos.

Escuchar las conversaciones de los visitantes.

Se pueden escuchar las conversaciones de los visitantes mientras recorren las exposiciones, pidiéndoles que lleven una grabadora con un micrófono de solapa. Dichas conversaciones se analizan para revelar discusiones, comentarios y preguntas que son indicativas del aprendizaje descrito por los comportamientos anteriores. Esta técnica ha sido probada por otros investigadores (p. ej., Allen, 2002) y se ha desarrollado, aún más, para proporcionar un plan de escucha. Los segmentos de conversación se atribuyen a indicadores de comportamientos de manera similar a la herramienta de observación.

Las pruebas de las diferentes estrategias demuestran que se puede obtener una amplia variedad de información sobre el aprendizaje utilizando herramientas relativamente simples. Las encuestas de salida son el método más popular para recopilar información y se ha comprobado que se pueden emplear para medir los resultados del aprendizaje. Una forma útil inicial de utilizar los datos de observación auditiva y visual es determinar el porcentaje de registros para cada comportamiento de aprendizaje durante un tiempo determinado. Se pueden recopilar más detalles, como comparaciones para estudiantes de una edad particular o grupos particulares de visitantes. Los datos también permiten la investigación de la gama de comportamientos de aprendizaje utilizados por visitantes individuales o generales.

A un nivel más profundo, esos mismos datos se pueden analizar para responder a preguntas como:

  • ¿Cuáles son los diferentes tipos de comportamientos de aprendizaje que se utilizan en una exposición?
  • ¿Cuánto tiempo relativo se dedica al aprendizaje frente a las conductas de no aprendizaje?
  • ¿En qué medida se está utilizando el aprendizaje social?
  • ¿Se re recurre a elementos particulares de la exposición según lo previsto? (por ejemplo, ¿se están usando el elementos prácticos o los videos según lo previsto?)
  • ¿Da la sensación de que la gente aprende más de algunas partes de la exposición que de otras?
  • ¿Cuál es la gama de procesos de aprendizaje utilizados por los visitantes dentro de una exposición en particular?

En resumen, los datos de observación visual nos muestran lo que las personas están aprendiendo y el modo en que lo hacen. Nos ofrecen una buena indicación del alcance y la naturaleza del uso de las manos por parte de los visitantes en las exposiciones. También nos proporcionan información sobre una serie de comportamientos que no implican hablar, como leer, manipular, mirar objetos, etc. Los datos de escucha nos revelan cómo se está aprendiendo y sobre lo que están aprendiendo. Nos brinda una comprensión mucho más profunda del aprendizaje que está teniendo lugar, cómo los visitantes relacionan lo que ven con otras experiencias, o cómo las exposiciones estimulan la discusión que no siempre está directamente relacionada con lo que ven. Solo a partir de los datos de escucha hemos podido obtener una buena imagen de las respuestas emotivas a las exposiciones. Al mismo tiempo, nos dan una imagen más precisa del comportamiento de no aprendizaje, gran parte de lo cual se revela al escuchar lo que están hablando. Los datos de la encuesta de salida nos informan acerca de lo que están aprendiendo los visitantes y sobre si realmente saben qué están aprendiendo. Proporcionan buenas comparaciones con los datos de escucha en cuanto a respuestas emotivas, interés y curiosidad. Hemos descubierto que las encuestas son la mejor manera de determinar la comprensión de los contenidos principales. Las opiniones de los visitantes sobre la exposición, así como en los datos de escucha, aparecen en las encuestas.

Además de desarrollar y probar herramientas para descubrir el aprendizaje en los museos, se debe  determinar la eficacia y viabilidad del uso de cada herramienta. Las encuestas de salida son la forma más rápida y sencilla de obtener datos, y aunque la herramienta de «observación visual» no es compleja, requiere más tiempo y personal para su uso. La herramienta «escuchar» es más invasiva, pero parece proporcionar datos más complejos y completos. Puede sorprender, sin embargo, que la mayoría de los visitantes (pero no todos) se muestren felices llevando la grabadora y hablen con total espontaneidad.

Las decisiones sobre qué combinación de herramientas usar para cualquier investigación específica, dependerán, por tanto, de la cantidad de tiempo disponible y de la experiencia de los usuarios con dichas herramientas (se requiere un análisis considerable, particularmente para los datos de escucha) en relación a la profundidad de la investigación y el tipo de información que se busca.

Los hallazgos de estos estudios han demostrado que el conjunto de estrategias que se desarrollan son complementarias; cada una brinda una visión diferente del aprendizaje y juntas ofrecen un rico retrato de las experiencias de los visitantes. En particular, escuchar sus conversaciones resulta invaluable para descubrir la forma en que relacionan lo que están viendo y experimentando con el conocimiento y las experiencias pasadas. Además, proporciona información sobre la forma en que los visitantes colaboran en su aprendizaje. En los últimos años ha aumentado el interés por aprender sobre las conversaciones en los museos, como demuestra el libro editado por Leinhardt, Crowley y Knutson (2002). Los resultados de su investigación muestran claramente que los visitantes aprenden a través de experiencias sociales en los museos. Al mismo tiempo, Allen (2002) explica que escuchar conversaciones conlleva muchos problemas logísticos, lo que hace que ésta sea la estrategia más compleja. Otra forma de dar voz al visitante es preguntándole directamente sobre su propio aprendizaje. Griffin y Symington (1997) y Kelly y Groundwater-Smith (2004) han comprobado que tanto los niños como los adultos articulan fácilmente puntos de vista sobre su propio aprendizaje y sobre lo que éste dificulta o ayuda en un entorno de museo.

Juntas, las estrategias contribuyen, en gran medida, a descubrir hasta qué punto cada uno de los principios de aprendizaje de Hein (1998) se está empleando en el entorno del museo. Sin embargo, si bien cada estrategia podría proporcionar una cantidad considerable de información, se pierden algunos aspectos del aprendizaje de los visitantes, descubrimiento importante para los evaluadores de museos. El nivel al que somos capaces de detectar el aprendizaje en un museo está determinado por la viabilidad – en términos de dinero y tiempo – para recopilar la información. Pero investigar el proceso de aprendizaje que está teniendo lugar, nos conduce hacia una medida más realista de la experiencia de los visitantes.

Los procedimientos de los que hablamos podrán ser utilizados por los museos, no solo para medir los resultados de aprendizaje de sus programas, sino también para proporcionar información confiable a entidades externas como evidencia del logro de sus objetivos clave de desempeño. Más importante aún, al investigar si las personas aprenden, y cómo lo hacen, podemos obtener información sobre lo que realmente hacen en una exposición y, a su vez, aprender más sobre la forma en que las exhibiciones podrían planificarse y diseñarse para mejorar la calidad de las experiencias de aprendizaje. Las herramientas que aquí se han mencionado, se basan y buscan la contribución de los visitantes a la investigación sobre su propio aprendizaje.

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Fotografía: Universo Abierto: ¿Qué son los museos para el aprendizaje digital?


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