Patrimonio Oscuro: Consideraciones, Problemas y Consecuencias

Patrimonio Oscuro: Consideraciones, Problemas y Consecuencias

 

 

El «turismo oscuro», como campo de análisis académico, es un concepto polémico en el área de la educación sobre la muerte y los estudios del turismo patrimonial. En consecuencia, la atención de los estudiosos sobre este tipo de turismo y la experiencia inherente del visitante que conlleva, ha generado nuevas y diversas denominaciones y acepciones sobre patrimonio y turismo, como el «tanaturismo» (Seaton, 1996), los «puntos negros» (Rojek, 1993), el «turismo de duelo» (West, 2004) y «turismo morboso» (Blom, 2000). Sin embargo, a pesar de los debates sobre qué es y qué no «turismo oscuro», este término controvertido se ha aplicado cada vez más a una amplia gama de sitios del patrimonio mundial, atracciones y exposiciones que muestran la muerte. Stone (2006) desarrolló la idea de que los sitios turísticos sobre la muerte, en concreto, pueden ser subjetivamente más claros o más oscuros (Miles, 2002), planteando una clasificación sobre el turismo oscuro que describía un conjunto cualitativo de factores relacionados con el sitio, como las ideologías políticas, las orientaciones educativas y la autenticidad interpretativa, todo aquello que influye en los «matices» de la experiencia turística. En consecuencia, se ha ido produciendo una especialización progresiva que ha generado subconjuntos específicos del turismo oscuro, particularmente hacia los polos «más oscuros» de todo este segmento: cementerios y camposantos (Seaton, 2002), sitios del Holocausto (Beech, 2009), lugares de atrocidad (Ashworth y Hartmann, 2005), prisiones y sitios de delitos (Wilson 2008; Dalton, 2013) y atracciones del patrimonio sobre la esclavitud (Dann y Seaton, 2001; Rice, 2009). Estos grupos del turismo oscuro están frecuentemente simbolizados por paisajes icónicos que, por lo general, se reconocen instantáneamente y son recurrentes en la literatura académica como estudios de caso. Por ejemplo, los sitios del Holocausto como Auschwitz-Birkenau, en Polonia,  Ground Zero, en Nueva York – sitio de los ataques del 11 de septiembre – o los Killing Fields en Camboya donde el exlíder del Khmer Rouge Pol Pot cometió genocidio contra su propio pueblo, soportan un extraordinario peso semiótico. Por lo tanto, este extraño protagonismo puede influir no solo en la percepción y el comportamiento de los visitantes, sino también en los enfoques y procesos de su investigación. Los impactos y las consecuencias del consumo de turismo oscuro pudieran estar relacionados con preocupaciones psico-sociales profundamente arraigadas sobre la idoneidad, lo irracional y los tabúes (Stone y Sharpley, 2013).

La yuxtaposición de sitios donde la importancia histórica y humana es de particular magnitud (como los campos de exterminio del Holocausto) con otros de menor trascendencia social (atracciones para visitantes sobre mazmorras en el Reino Unido y otros lugares) cuestiona aún más la «marca» del turismo oscuro, especialmente en términos patrimoniales más amplios. La preocupación por la correlación aparentemente arbitraria de experiencias notablemente diferentes lleva a algunos especialistas a destacar el riesgo de que los resultados de las investigaciones sobre el turismo oscuro se vuelvan confusos (Stone, 2011). La complejidad de las diferentes definiciones encuentran resonancia en el comentario de Crick (1989, 313) en cuanto a que las taxonomías turísticas «separan los fenómenos que son claramente confusos o superpuestos». Mientras tanto, Stone (2006, 146) explica: «sí, es realmente posible o justificable categorizar colectivamente una amplia gama de sitios, atracciones y exposiciones que están asociados con la muerte y lo macabro como ‘turismo oscuro’ – destacando el conjunto limitado de conceptos profundamente subjetivos, que son, en primer lugar, el sitio / producto y, en segundo lugar, las cualidades de luz / oscuridad -«. Sin embargo, esta complejidad puede reducirse cuando el enfoque en los atributos del lugar se combina con un interrogatorio académico sobre la experiencia turística, para informar acerca de un enfoque social más holístico, en lugar de simplemente disponer de una perspectiva de investigación sobre la motivación turística.

Aun así, mientras que la motivación turística posee connotaciones de impulso o atracción que pueden consolidar un paradigma simplificador sobre la oferta / demanda, algunas investigaciones ofrecen hipótesis útiles sobre motivaciones experimentales, contemplativas y / o psicológicas, y sus correspondientes herramientas mediadoras. Seaton (1996), por ejemplo, propone el turismo oscuro como el deseo de «experimentar» una especie de muerte como factor motivador, mientras que una investigación posterior de Stone (2012a; 2012b) teoriza en cuanto a que las consecuencias de visitar algunos de estos sitios podría ser un medio para que los individuos contemplen su propia vida y mortalidad a través de una mirada turística sobre la muerte. Por otro lado, mientras Lennon y Foley (2000, 11) sugieren que el turismo oscuro es una «insinuación de la posmodernidad», Seaton (2010) explora manifestaciones de lo que él denomina «tanaturismo» a lo largo de la historia de la civilización occidental y sus tradiciones posteriores de la tanatopsis, es decir, la contemplación de la muerte. Ya sea visto como una consecuencia lineal o como una divergencia posmoderna distinta de las tradiciones tanatópicas, el turismo oscuro contemporáneo tiene cierta relevancia en los comportamientos tanatópicos actuales, especialmente cuando se ubica dentro de una tesis sobre la comprensión de la muerte en nuestra sociedad (Stone y Sharpley 2008; Stone 2012a). El turismo oscuro y la propuesta del «encapsulamiento de la muerte» ofrecen un contexto significativo desde el punto de vista académico que, posteriormente, propone el turismo oscuro como un medio de mediación contemporáneo por el cual las sociedades pueden gestionar el concepto de mortalidad. Sin embargo, como era de esperar, dadas las numerosas variables y factores que influyen en el marco sociocultural de la muerte y el morir, el papel del turismo oscuro, como institución mediadora contemporánea de la mortalidad, no es absoluto, ni podrá serlo jamás. Además, mientras que el actual tratamiento sobre la muerte se ha utilizado como un medio para proteger a la sociedad de la conciencia pública sobre la mortalidad (y más ahora), dichos procesos sugieren la existencia de un impulso colectivo para ocultar o negar la muerte como dominio público. Sin embargo, críticas sólidas sobre la tesis de la negación de la muerte cuestionan sus cualidades discriminatorias, por las que se han propuesto argumentos antitéticos en las (re)presentaciones públicas de la muerte dentro de los dominios sociales (Kellehear, 2001). Estos argumentos sugieren un supuesto secuestro de la muerte y la consiguiente dicotomía en la que ésta se halla ausente públicamente, pero presente en la intimidad (Giddens, 1991; Mellor, 1993; Mellor y Shilling, 1993). Howarth (2007, 35) argumenta que «puede ser que en su búsqueda por descubrir la muerte oculta, los teóricos sociales hayan descuidado reconocer el rostro más público de la muerte».

En el intento de comprensión de esta paradoja de la muerte presente / ausente, se reconocen las ambigüedades y se proponen mediaciones sobre la mortalidad que resulten más matizadas. En consecuencia, se puede considerar que la investigación del turismo oscuro aleja el discurso tradicional sobre la muerte de un argumento doble en el que ésta se oculta, o revela, hacia diferentes formas de mediación que se ajustan a la diversidad cultural de la sociedad. La propuesta de Stone (2012a) de que ciertos tipos de muerte son retirados del dominio público para el consumo contemporáneo, plantea preguntas complejas sobre la exhibición pública de la muerte, y por qué y cómo ciertos tipos de muerte deberían retirarse del dominio público. De hecho, la práctica turística oscura puede funcionar en sí misma como un medio por el cual algunos tipos de muerte son eliminados, mediados y consumidos en contextos públicos muy específicos (Stone 2009a). Por otro lado, el turismo oscuro puede proporcionar momentos puntuales, incluso breves, sobre la mortalidad que permiten adentrarnos en escenarios donde la muerte se convierte en algo más amable de tratar y contemplar (Sharpley y Stone, 2009).

De particular importancia para el entendimiento del turismo oscuro son las teorías relacionadas con los entornos construidos y / o habitados y la forma en que adquieren importancia sociocultural. La tipología de lugar ofrecida por Williams (2009) distingue entornos calificados, por ejemplo, como paisajes construidos, paisajes de trabajo, paisajes tecnológicos y paisajes de personas. Más específicamente, Jansen-Verbeke y George (2012) observan identificaciones cambiantes de los «paisajes de guerra» durante el siglo pasado, como paisajes de la memoria, paisajes patrimoniales y paisajes turísticos. La terminología del turismo oscuro agrega «paisajes de muerte» y «paisajes de trauma» a su taxonomía y, como tal, la designación del espacio (de la muerte) de acuerdo a su uso social y a la creación de significado, y se sugieren procesos psicologizados que informen sobre el modo de tratamiento de los puntos de referencia y paisajes comunales. Cuando estos paisajes se relacionan con conflictos, violencia o tragedias importantes, pueden surgir intensas controversias en cuanto a su uso y desarrollo. Tal complejidad es, probablemente, proporcional a los diversos tipos de inversiones (socioculturales, políticas y emocionales) que se perciben como realizadas por los distintos actores, tanto a nivel individual como colectivamente. El examen de los procesos de desarrollo, es decir, las convergencias de personas, lugares y tiempos, mediante los cuales surgen los sitios de turismo oscuro resulta, por lo tanto, vital para una mejor comprensión de la funcionalidad y la identidad de estas localizaciones dentro de los contextos del patrimonio colectivo.

Foote (1997) nos ofrece un planteamiento útil mediante el cual se pueden modelar estos procesos de desarrollo, examinándose los lugares asociados con eventos trágicos y sugiriendo, posteriormente, un conjunto predominante de resultados conceptuales. El continuum propuesto por Foote incorpora etapas de rectificación, designación y santificación, a través de las cuales se crea o modifica la identidad histórica / cultural de estos lugares. También sugiere un «estado de aniquilación», por el cual el lugar de los hechos violentos o trágicos se acaba olvidando con el tiempo. Esta «aniquilación» puede ocurrir por diferentes razones – y a varios niveles de reflexión y conciencia -, pero todas, posiblemente, puedan atribuirse a una falla en la forma de rectificación, santificación y / o designación del sitio. Foote (2009, 38-9) sostiene que «ningún resultado es definitivo. La santificación, designación, rectificación y aniquilación no son resultados estáticos sino, tan solo, pasos de un proceso». La flexibilidad de este modelo refleja las historias de casos de varios sitios icónicos, como los campos de batalla particulares, donde, por ejemplo, su designación como sitio público conmemorativo puede llevar muchos años (ejemplo: Valle de los Caídos en España). A veces, la reasignación puede tener lugar dependiendo de los cambios culturales o políticos (Chronis, 2005). También permite la rápida recreación de monumentos temporales (o santuarios espontáneos), permanentes o de aniquilación. Por supuesto, estos procesos serán informados e influenciados por las diversas partes interesadas, así como por una variedad de factores culturales, históricos e ideológicos.

En algunos casos, las autoridades pueden evitar la designación espontánea y no autorizada de sitios particulares como patrimonio oscuro mediante su eliminación preventiva, especialmente cuando la «atracción sobre la muerte» para los visitantes puede mezclarse con tabúes, apología del mal y malas prácticas (por ejemplo, la propuesta de demolición de la casa austriaca de Hitler, que finalmente acabará en remodelación completa hasta hacerla irreconocible). Por el contrario, el Cenotafio de Whitehall en Londres, originalmente pensado por las autoridades como un monumento temporal (para ser eliminado), ha acabado como sitio permanente debido a la presión de la opinión pública, santificándolo a través de visitas masivas. Esto es una muestra, al menos en los contextos patrimoniales desplazados, de «gestos más o menos espontáneos de emoción pública, como suele ocurrir después de guerras o desastres públicos, y las consecuencias que generan» (Benton 2010, 1). La pregunta que nos planteamos, por supuesto, es que cuando se satisfacen tales necesidades sociales y emocionales, por y dentro del espacio físico, ¿ puede el resultado definirse como patrimonio cultural, o también, bajo ciertas circunstancias, catalogarse de patrimonio turístico oscuro?

Las investigaciones futuras sobre los ciclos de vida (y etapas de designación) de los sitios de patrimonio turístico oscuro pueden evaluar el impacto de la experiencia turística sobre la autenticidad institucional. De hecho, un examen desde la comprensión turística es de particular valor con respecto a la participación intercultural y congruencia narrativa, y a sus expresiones de necesidad sociocultural. La función y el desafío al patrimonio oscuro o desplazado es «presentar o construir monumentos y ceremoniales que intenten satisfacer estas necesidades y hacerlas coincidir con las diferencias inevitables en una memoria ‘colectiva’ sobre el evento en cuestión» (Benton 2010, 1). En sitios traumáticos de importancia internacional e histórica, es posible que se requieran espacios físicos y morales para encerrar y representar diversas narrativas y necesidades. En este caso, el sitio turístico icónico se ve desafiado por lo que Stone (2009b, 63) describe como «una sociedad posconvencional» y su necesidad de generar «una identidad abierta capaz de conversar con personas de otras perspectivas de una manera relativamente igualitaria y dentro de un espacio comunicativo abierto». La cuestión sigue siendo, por supuesto, cómo los sitios ubicados en los contextos históricos, a menudo abrumadores y espantosos, del turismo oscuro pueden gestionar positivamente la creación de un espacio para el diálogo de todos y para todos. Aun así, el papel de las comunidades participantes, incluidas las turísticas, en el desarrollo y la designación de dichos sitios es fundamental. De hecho, puede garantizar el éxito de éstos y, por lo tanto, evitar su destrucción o el olvido.

La naturaleza de las conexiones turísticas oscuras con los sitios del patrimonio oscuro necesitarán estudios más detallados. Evidentemente, aunque «el turismo oscuro no necesita ‘turistas oscuros’, solo personas interesadas en aprender sobre esta vida y este mundo» (Philip Stone, 2013, 1), la experiencia turística puede tener una poderosa capacidad para dirigir e influir en los hitos del patrimonio cultural y sus narrativas. Los enfoques de investigación interdisciplinarios pueden incluir cuestiones de cambio social, acción social y orientación cultural, así como la agencia de individuos y grupos para influir en las instituciones que deciden. Otras vías de investigación para examinar la conexión entre turismo oscuro y patrimonio desplazado pueden centrarse en la teoría y los sistemas de valores posmaterialistas, y en las teorías culturales de la autoridad posmuseo y del consumidor en contextos públicos. A su vez, estos discursos interdisciplinarios ofrecen escenarios relevantes y complejos en los que explorar el significado social de las transacciones turísticas oscuras y, en última instancia, su convergencia con preocupaciones más amplias del patrimonio cultural.

Recurso bibliográfico:

Catherine Roberts y Philip R Stone (2014): Dark Tourism and Dark Heritage: Emergent Themes, Issues and Consequences. Boydell-Displaced Heritage-part1.indd. University of Central Lancashire, Reino Unido.


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2 comentarios en «Patrimonio Oscuro: Consideraciones, Problemas y Consecuencias»

  1. En la historia de cualquier pueblo este es un punto muy importante, que se debe entender como un factor que tiene que ver con quienes somos. Conocer el pasado para entender nuestro presente y evitar cometer los mismos errores en el futuro, aunque no siempre aplique así ya que hay intereses de por medio que no permiten la evolución a otro plano en la humanidad. Muy interesante su articulo, en hora buena.

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