Concepto de Centro de Visitantes

Concepto de Centro de Visitantes

Los valores que definen a una comunidad se pueden interpretar a partir del desarrollo de la infraestructura urbana que lleva a cabo o que forma parte de su historia. Las comunidades que viven el deporte dispondrán de grandes estadios, las más religiosas tendrán iglesias, catedrales, mezquitas y santuarios, y aquellas con preocupaciones ambientales crearán y mantendrán estructuras físicas para proteger los parajes que valoran. En el mundo del turismo, se puede argumentar que los centros de visitantes son un nuevo elemento multifuncional que expresa los valores en la infraestructura física de las sociedades que intentan usar y gestionar los recursos de atracción turística. A diferencia de los hoteles, las autopistas y los nodos de transporte, el centro para visitantes se construye especialmente, o al menos se orienta, para el turismo (Knudson, Cable y Beck, 1999). Es importante destacar que los centros de visitantes que se sitúan a lo largo de carreteras, en ciudades y pueblos más pequeños, a menudo son un foco principal para la promoción y gestión del turismo regional (Fesenmaier y Vogt, 1993a, b; Hobbin, 1999). Intentaremos desde aquí delinear algunas prácticas deseables de los centros de visitantes que hacen que cumplan con sus funciones principales.

El concepto del término «centro de visitantes» debe adquirir un significado cuidadoso en cualquier contexto o foro internacional. El tipo de instalación al que hacemos referencia en este artículo de hoy se puede definir como:

«Un espacio arquitectónico claramente definido, con acceso público, atendido por personal que trabaja allí para proporcionar información predominantemente gratuita, mejorando y enriqueciendo las experiencias de los viajeros que lo visiten».

A partir de esta definición, queremos aclarar que un centro de visitantes no es una agencia de viajes. Tampoco debe ser equiparado a un museo regional, donde el énfasis está en la exposición y presentación de objetos. Además, un centro de visitantes requiere presencia humana, por lo que un quiosco o stand de información, incluso aquellos que cuentan con instalaciones informáticas interactivas, no se considerarán centros de visitantes. Sin embargo, el concepto en realidad es muy amplio, los términos utilizados para describir los centros varían e incluyen: centro de bienvenida, centro de información turística, centro de interpretación y centro de recursos para visitantes (Fesenmaier y Vogt, 1993a, 1993b; Moscardo y Hughes , 1991, Stewart, Fesenmaier y Anderson, 1993). Las instalaciones pueden tener un componente comercial o pueden estar en gran parte impulsadas por la comunidad y los imperativos cívicos. El centro de visitantes, como símbolo comunitario de la zona, es muy importante de cara al turismo.

El modelo «Cuatro Plus» para el funcionamiento de un centro es la respuesta al esfuerzo por lograr una comprensión sistemática del tema del funcionamiento de los centros de cara a los visitantes, considerando las metas u objetivos de dichas instalaciones así como las personas que trabajan en ellas. Algunos especialistas, como Pearce (1991) y Moscardó (1999), identificaron cuatro características sobre los centros de visitantes.

En realidad, lo que se propone es que todos los centros de visitantes tengan múltiples funciones, sean multifuncionales  y a diferentes niveles. Estas funciones podrían ser:  la promoción del área, la mejora de las atracciones turísticas del área, el control y el filtrado de los flujos de visitantes y la estructuración y ordenación de la información a difundir sobre el área. Además, se debe considerar que los centros de visitantes pudieran tener otras funciones adicionales; ese sería el «plus» en el título del modelo «Cuatro Plus». Dichas funciones adicionales no están relacionadas directamente con los visitantes, sino que representan los objetivos de los centros en temas tales como convertirse en un centro comunitario, mostrar al exterior la identidad diferenciada del área y servir como sede administrativa y de investigación para la gestión del turismo local. Examinemos las diferentes funciones activas de un centro de visitantes.

La función de la promoción.

Esta función se refiere a la promoción activa de la ciudad, área y/o región. Implica una agenda bien definida que tratará de servir de estímulo para generar demanda turística y, a menudo, estará orientada a aumentar el gasto de los visitantes en un área definida (Gitelson y Perdue, 1987). Las actividades comerciales asociadas a esta función incluyen la provisión de servicios de reserva y venta minorista local de los productos de la región. Se puede considerar que dicha función proporciona una fuente de información abierta e inducida que es confiable y no excesivamente egoísta (Gartner 1993).

Función de la orientación.

La segunda función de un centro de visitantes se centra en la calidad de la experiencia de los mismos. Intenta proporcionar datos visuales generales sobre el área, sugerir nuevos destinos y, en general, informar a los visitantes sobre las características de la región para promover un comportamiento responsable. Se trata de algo más que simplemente estimular la demanda, ya que implica el fomento de una apreciación sensible del entorno de acuerdo con los principios de comportamiento turístico sostenible. Este es un tema común en aquellos centros orientados hacia el medio ambiente natural, pero puede existir en todo tipo de centros. Es una función coherente con los principios básicos de planificación para la práctica interpretativa (Benson y Baird, 1979, Carter, 1997, Hobbin, 1999).

Función del control y filtrado.

En esta función, los centros de visitantes buscan controlar el flujo de visitantes para que los recursos y los entornos estén cuidados y preservados de posibles amenazas. Normalmente, dichos centros actúan como puertas de enlace para el uso de un área determinada por parte de los visitantes. Esta función puede incluir sugerencias de horarios y días para visitar ubicaciones determinadas, lugares alternativos para disfrutar de experiencias menos concurridas junto con la oferta de otras actividades como son las visitas guiadas o películas, con objeto de concentrar a los visitantes lejos de sitios frágiles o de áreas de observación. En esta función el diseño del centro de visitantes y el comportamiento de su personal tienen un papel fundamental para controlar el comportamiento del público (Hardy y Beeton, 2001; Sugden y Saunders, 1991).

Función de sustitución.

Una cuarta función de los centros de visitantes es la de convertirse en un sustituto de la atracción turística o, al menos, ser una atracción importante en sí misma. Los centros para visitantes que hacen hincapié en esta función a menudo se denominan «Centros de Interpretación» y pueden estar etiquetados como atracciones turísticas, como, por ejemplo, un «Centro de la Vida Silvestre». Este tipo de centros se pueden encontrar en entornos donde el recurso es inaccesible para muchos visitantes (ambientes terrestres marinos y exigentes físicamente) o donde aparece disperso y es difícil de apreciar desde una ubicación concreta (como las actividades agrícolas o sitios históricos de batallas). Las funciones de sustitución son particularmente importantes cuando un gran número de visitantes acuden mal equipados, no están excesivamente adaptados físicamente o carecen del conocimiento adecuado para acceder y entender el recurso. El estilo y el contenido del material interpretativo y las exposiciones en la función de sustitución de los centros de visitantes suele generar un debate importante, fundamentalmente a partir de los valores clave que utilizan para describir los lugares, su historia y las personas que viven y trabajan allí (Ballantyne, 1995; Scheyvens, 1999; Simpson, 2001; Stewart, Hayward, Devlin, y Kirby, 1998; Uzzell y Ballantyne, 1998).

Las funciones Plus.

Los centros de visitantes pueden actuar como instalaciones comunitarias para dar respuesta a una gran variedad de eventos culturales y sociales locales, particularmente cuando el espacio contiene un teatro o sala de reuniones. Además, se podría decir que la función más simbólica de un centro de visitantes es la de remarcar la importancia de una ciudad o un lugar turístico, que son las razones para la existencia de muchos de estos centros. Cuando la apariencia física del centro es poco convencional, y su información está bañada por tintes políticos, puede recibir una reacción negativa de la comunidad (Fallon y Kriwoken, 2003; Flanagan, 1996). Los esfuerzos extensivos para incorporar puntos de vista comunitarios previos a la construcción son un imperativo imprescindible para gestionar las funciones de sustitución de los centros de visitantes (Cf. Bramwell y Lane, 2000; de Araujo y Bramwell, 2000; Jamal y Getz, 1999; Robinson, 2000). Ciertamente, las funciones (plus) añadidas no se pueden ignorar al tratar de mejorar el funcionamiento del centro de visitantes, ya que constituyen una poderosa fuerza política que influye en la forma en que los centros evolucionan para bien. Se trata de diseñar el centro para lograr objetivos administrativos y cívicos dirigidos a toda la comunidad ( Fallon y Kriwoken, 2003; Simpson, 2001).

También queremos destacar la importancia que tiene hacer evaluaciones de investigación pragmáticas en el ámbito regional de los centros de visitantes. Pocos estudios informan de cómo los centros de visitantes trabajan en conjunto y si sus visitantes se dan cuenta o están molestos por la repetición de temas e información. Por otro lado, dichos estudios encargados de evaluar el comportamiento del centro de visitantes, sus patrones y conclusiones posteriores relacionados con la experiencia de los mismos, son casi inexistentes (no vale con tomar nota de dónde procede el visitante y ya está). A medida que los centros de visitantes envejecen, indudablemente se crea la necesidad de una renovación. Desgraciadamente, estos centros suelen ir palideciendo por la falta de asignación de recursos económicos públicos, normalmente en manos de los ayuntamientos. Las evaluaciones que pueden hacerse desde los centros renovados podrían ser una fuente de asesoramiento fundamental para generar una investigación productiva en el establecimiento de nuevas pautas de gestión. Las recomendaciones que pudieran surgir de esa información para la futura planificación, administración e investigación de los centros de visitantes, resultarían muy oportunas ya que la construcción y el uso de estas instalaciones exclusivas, orientadas al turismo, podrían cumplir con sus múltiples funciones de manera mucho más efectiva.


Recurso bibliográfico:

Philip L. Pearce (2004): The Functions and Planning of Visitor Centres in Regional Tourism. The Journal of Tourism Studies, Vol. 5, nº: 1, mayo 2004.

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