Informe Museos, Cultura y Covid-19

Informe Museos, Cultura y Covid-19

 

Según el Consejo Internacional de Museos (ICOM), el 95% de los 60.000 museos – de los que tenemos conocimiento y registro en todo el mundo – están cerrados; y lo están debido a la pandemia del COVID-19. En un plazo inminente, el cierre de nuestros museos plantea grandes desafíos en términos de acceso a la cultura. No obstante, muchos de ellos han podido adaptarse en todo el mundo a través del desarrollo de soluciones en línea, como las visitas virtuales o la participación del público proponiendo desafíos de las redes sociales, entre otras opciones. Pero este tipo de soluciones no están al alcance de todos los museos, bien por sus capacidades profesionales limitadas o bien por su infraestructura digital. El museo más visitado del mundo (9,3 millones de visitantes al año), el Louvre (Francia), ha visto, por ejemplo, que sus visitas virtuales han experimentado un aumento del 400%, a razón de 400.000 visitas por día. Asimismo, miles de personas en todo el mundo han participado con los museos digitalmente, recreando obras de arte famosas mediante objetos domésticos ordinarios.

También existen riesgos de seguridad inmediatos para las colecciones, ya que muchos museos solo cuentan con un mínimo de personal en activo. Lo hemos podido comprobar con el robo del cuadro de Van Gogh «El jardín de la casa parroquial en Nuenen en primavera» del Museo Singer Laren en los Países Bajos, el pasado 30 de marzo. Entre otras, las recomendaciones de la UNESCO proporcionan una guía útil para los Estados Miembros, así como para los coleccionistas de arte, y el ICOM y la Interpol ya han emitido pautas para que los museos afronten con garantías la crisis actual.

Por otro lado, comienzan a aparecer cifras del costo económico de los cierres de museos a través de encuestas, particularmente con datos de Europa y América del Norte (EVE publicó una anteayer) – en otros paises no hay acceso a los mismos -. Los resultados preliminares de la Red de Museos y Organizaciones Europeas (NEMO) nos muestran que, si bien en algunos museos su presupuesto se ha visto mínimamente afectado hasta el momento, otros, especialmente los más grandes y los ubicados en áreas turísticas, han reportado una disminución de ingresos de entre el 75 al 80%, con pérdidas semanales que suman cientos de miles de euros. Muchos museos pequeños, de gestión privada, dependen casi exclusivamente de la venta de entradas para su financiación, por lo que podrían perder todo su presupuesto durante el período de cierre provocado por la pandemia.

«Los museos en EE.UU. están perdiendo al menos 33 millones de dólares diarios debido a los cierres. La mayoría de los museos locales en comunidades pequeñas, el 33% del total de museos en Estados Unidos, no volverán a abrir si no les llega ayuda financiera de emergencia». – Alianza Americana de Museos.

«En el Museo Blacktitude (Camerún), hemos tenido que prescindir de casi todo el personal». – Tchuisseu Nana Christian, director general.

Con vistas a la reapertura de los museos, algunas instituciones planifican ya contingencias, dada la significativa reducción del número de visitantes que va a haber durante los próximos 18 meses – reducción del turismo internacional, ausencia de las visitas escolares…- Es probable que esto tenga un impacto significativo en el empleo. Los datos preliminares de EE. UU., por ejemplo, muestran que más de 3.000 personas que trabajan en museos ya han sido despedidas (los museos generan 726.000 puestos de trabajo y contribuyen con 50.000 millones de dólares estadounidenses al año a la economía nacional). Por otro lado, debido a la reducción de personal y a los riesgos de seguridad, la apertura del Gran Museo Egipcio se ha pospuesto hasta 2021. Actualmente, UNESCO está realizando una encuesta mundial para evaluar el impacto de la pandemia en el sector de los museos en todo el mundo – compartirá esta información cuando esté disponible -. En Iberoamérica se encuentra en curso la encuesta del Programa Ibermuseos, una iniciativa de cooperación e integración de los países iberoamericanos para el apoyo y coordinación de las políticas públicas de los museos. Esta encuesta permitirá a la región comprender mejor el impacto actual en sus museos.

«Se necesita compartir información para combatir la desinformación, la mala información y la falta de información». – Vino Bobi, artista musical y miembro del Parlamento de Uganda.

Las medidas de restricción de la movilidad han frenado el acceso a las localizaciones del patrimonio cultural. Las repercusiones también son importantes para el patrimonio cultural inmaterial, con la cancelación o postergación de festivales y eventos culturales. La encuesta y la plataforma web sobre el patrimonio vivo y la pandemia COVID-19, lanzada por la UNESCO, muestran los efectos sobre los portadores y practicantes del patrimonio vivo en todo el mundo: en Japón, por ejemplo, la procesión de carrozas de Yamahoko en el Festival Gion de Kyoto, que se lleva a cabo desde el siglo IX, será cancelada. En Zambia, la Ceremonia de Kuomboka, que generalmente tiene lugar en marzo o principios de abril – cuando los ríos están llenos o inundados -, no se llevará a cabo este año. La cancelación de tales eventos no solo afecta a la vida social y cultural de sus comunidades, sino que supone una enorme pérdida de ingresos para muchos portadores y practicantes. La cerámica de barro en Botswana, por ejemplo, todavía se está produciendo, pero la pandemia ha interrumpido los mercados donde se venden.

El patrimonio vivo puede ser una fuente de resiliencia en circunstancias tan difíciles; las personas continúan recibiendo inspiración, alegría y solidaridad al practicar sus culturas. Las encuestas también nos muestran que la transmisión del patrimonio vivo a las generaciones más jóvenes en situaciones de crisis ayuda a impulsar la salud mental en un plazo inmediato, además de beneficiar la recuperación a futuro de las comunidades. El patrimonio vivo, con su amplia gama de conocimientos locales sobre el uso sostenible de los recursos, proporciona nuevas formas de mejorar y mantener los medios de vida en tiempos de crisis. Debido a la paralización del turismo, el gobierno de Palau, por ejemplo, está impulsando los negocios locales en la plantación de árboles y la pesca para la conservación, según lo aconsejado por los ancianos de la comunidad. En Dominica, el gobierno fomenta la jardinería tradicional en los patios traseros de las casas particulares para abordar la inseguridad alimentaria y mantener las tradiciones locales en jardinería y gastronomía. En Colombia, Costa Rica y Jamaica ha resurgido el interés por las recetas tradicionales con ingredientes locales. También existen informes de que en el Líbano hay un mayor interés por regresar a la agricultura orgánica tradicional, particularmente entre los jóvenes.

Muchas comunidades de todo el mundo buscan soluciones digitales para compartir el patrimonio cultural inmaterial de acuerdo con medidas de distanciamiento social. El gobierno de la República Checa, por ejemplo, ha organizado el Festival de Primavera de Praga para que se celebre de forma virtual. Grupos de música tradicional en Costa Rica, el Reino Unido y Francia han estado ensayando o actuando en línea. Algunas iniciativas se centran en mejorar la transmisión intergeneracional del patrimonio vivo, al tiempo que brindan acceso en línea a los recursos relevantes. Los miembros del grupo étnico Shui en la provincia de Guizhou, China, han transmitido en vivo cursos sobre el bordado tradicional de cola de caballo. En las Islas Vírgenes Británicas, el gobierno está llevando a cabo un proyecto de historia oral con ancianos isleños a través de Zoom, reconociendo que los ancianos son vulnerables y que «cada vez que muere una persona mayor, es una biblioteca la que se quema», parafraseando las palabras del escritor malayo Amadou Hampate Ba.

«Esta crisis nos hace a todos más cuidadosos y más resistentes» – Dato Haji Aminuddin Ihsan Abidin, Ministro de Cultura de Brunei (dicho en la reunión ministerial de la UNESCO, el pasado 22 de abril de 2020).

Muchos elementos del patrimonio cultural inmaterial se están adaptando al contexto de la pandemia para apoyar las respuestas de salud pública. En Sri Lanka, el importante teatro tradicional de títeres cuenta historias de confinamiento y distanciamiento social. De manera similar, en Laos PDR, el Centro de Etnología y Artes Tradicionales informa que están apareciendo efigies en el campo, colgadas de las cercas de las casas, para protegerse contra el COVID-19 y como señal de confinamiento. En algunos casos, las personas responden creando nuevos rituales. En Europa, la gente aplaude a los trabajadores de la salud a la misma hora (20:00hs) todas las noches recordando su incansable servicio. También aparecen osos de peluche en las ventanas para que los niños los recuerden durante los paseos por el barrio. Estos rituales colectivos dan sentido a los tiempos de incertidumbre que vivimos, y se convierten en herramientas poderosas para la resiliencia y la solidaridad durante la crisis que todos estamos padeciendo.

Recurso bibliográfico:

UNESCO (2020): Culture and Covid-19: Impact and response tracker. 6MAY2020|ISSUE4.


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