Proceso de Conceptualización de Exposiciones

Proceso de Conceptualización de Exposiciones

 

Un equipo de desarrollo de exposiciones se compone de varios jugadores clave. Cada persona llega al proyecto con sus propias habilidades y perspectivas únicas y deberá cumplir con ciertos roles y responsabilidades. Juntos, fortalecen la exposición al ofrecernos puntos de vista variados y conocimientos nuevos. Pero los equipos de exposición no están restringidos a los roles que mencionamos aquí.

Por ejemplo, un equipo de exposiciones puede incluir a un educador/a de museo, un coordinador/a de programas o cualquier otro miembro del personal relevante que se pueda asignar al proyecto. Recomendamos mantener un equipo central pequeño para realizar reuniones manejables y agilizar el proceso de toma de decisiones. Cada miembro de ese equipo puede representar a un grupo más grande de especialistas profesionales o partes interesadas, con quienes se reunirán en determinadas etapas a lo largo del proyecto para facilitar actualizaciones y recopilar comentarios.

El cliente o «promotor» del proyecto aboga por la organización. Se comunica con las partes interesadas más importantes, aporta las decisiones oportunas y se asegura de que la exposición refleje la misión y la visión de la organización. Él/ella suele ser quien supervisa el presupuesto de la exposición.

El museólogo/a – curador/a u otro especialista en la materia (como un científico, historiador, etc.) defenderá el contenido expositivo, proporcionando la investigación necesaria y su experiencia, seleccionando activos (incluidos objetos, imágenes y otros contenidos expositivos) y vigilando que el contenido de la exposición sea preciso.

El director del proyecto supervisará el equipo y el proyecto, al que guiará a lo largo de sus diversas fases, desde el concepto primero y hasta su finalización, determinando si se necesita personal o contratistas adicionales y asegurándose de que la exposición se mantiene dentro del cronograma y el presupuesto asignado.

El desarrollador de la exhibición aboga por la experiencia del visitante y la historia. Ayuda a definir el mensaje de la exposición, determinando las estrategias interpretativas y asegurándose de que el contenido sea claro, conciso y accesible para todo tipo de públicos. Puede ser «sustituido» por un experto en la materia con el fin de ayudar a encontrar imágenes, citas, historias, etc.

El museógrafo/a se encarga del diseño físico y sensorial del espacio. Dará forma al diseño de la exposición tratando de que sus mensajes se trasmitan de manera efectiva, atractiva y accesible para los visitantes.

Entre los miembros adicionales del equipo se puede incluir al personal de educación y programación, desarrolladores interactivos, de medios, y otros especialistas.

El proceso de desarrollo de la exposición presenta varias fases, cada una con sus propios entregables de contenido. No todos los proyectos incluyen todas las fases. Este artículo se centra en las etapas que conducen al diseño final, momento en el que la exposición entra en la fase de fabricación.

La fase del Plan Maestro Interpretativo identifica a las partes interesadas de la exposición y al público objetivo; describe las metas y los objetivos clave, estableciendo una jerarquía interpretativa y proporcionando una hoja de ruta para el lanzamiento de la nueva exposición. Los entregables de contenido en esta fase comprenden el Plan Maestro Interpretativo mencionado.

La fase de diseño conceptual desarrolla una única solución de nivel conceptual para el contenido y la museografía. Los entregables de contenido en esta fase incluyen el resumen de contenido, que brinda una descripción general de la exposición y sus mensajes principales, e identifica posibles temas, subtemas y estrategias interpretativas, como elementos interactivos y de medios.

La fase de diseño esquemático crea un marco para el contenido de la exposición. Los entregables de contenido en este caso contienen el esquema, que divide en secciones y subsecciones, e identifica objetos clave, imágenes, citas y otros elementos que serán incluidos.

La fase de desarrollo del diseño transforma el contenido de un esquema a un guión final y articula el diseño. Los entregables de contenido cuentan con el guión de la exposición, que entreteje el contenido de una forma narrativa, incorporando etiquetas de objetos, leyendas de imágenes y créditos. Dependiendo de la exposición, puede haber múltiples rondas de borradores y ediciones.

La fase de diseño final rematará el guión, los detalles y los diseños gráficos, en un paquete listo para la producción. Los entregables de contenido en esta fase incluyen los archivos de diseño finales corregidos y revisados ​​(diseños gráficos) listos para la producción.

Al planificar una nueva exposición, se recomienda crear una jerarquía interpretativa que permita enfocar los mensajes principales de la exposición, proporcionando una estructura para el contenido. Esto generalmente suele hacerse durante la fase del Plan Maestro Interpretativo.

Es importante mencionar que las exposiciones comienzan con una «gran idea». Este es el concepto general que el público debe entender al finalizar la visita . Es la base de todo el contenido presentado. Los mensajes clave constituyen un pequeño número de declaraciones para llevar que representan directamente la gran idea. Proporcionan un marco conceptual que impulsa el desarrollo de contenido. Las preguntas críticas respaldan los mensajes clave y dan forma a los objetivos de contenido de la experiencia.

Una vez que hayas establecido una jerarquía interpretativa, es hora de decidir cómo organizar la exposición. ¿El contenido debe presentarse cronológicamente o por temas? ¿Cuántas secciones se requieren para narrar la historia? ¿Cuáles son los temas y subtemas potenciales? Se trata de preguntas que deben considerarse a medida que el proyecto se aproxima a la fase de Conceptualización.

Lo más importante que deberemos tener en cuenta al desarrollar una exposición es su audiencia. ¿A quién va dirigida y cómo puede llegar a ella de manera efectiva? Los visitantes acuden a los museos con sus propios intereses, necesidades y deseos; aprenden de diferentes maneras y se sienten atraídos por diversos tipos de contenido. El modelo IPOI (Ideas, Personas, Objetos, Interacción) clasifica al público según sus preferencias de experiencias basadas en ideas, personas, objetos e interacción física. Las exposiciones que tiene éxito incorporan, por lo general, las cuatro categorías.

  • Ideas: visitantes que buscan pensamiento conceptual y abstracto.
  • Personas: visitantes que desean conexiones emocionales.
  • Objetos: visitantes que prefieren lenguaje visual y estética.
  • Interacción: visitantes que buscan experiencias multisensoriales.

El equipo de desarrollo de exposiciones dispone de múltiples herramientas interpretativas. El contenido se puede expresar de muchas maneras, no solo con palabras. El equipo desarrollador deberá considerar todas las opciones disponibles antes de decidir cuál es la mejor manera de presentar una idea. Independientemente de las herramientas que utilices, recuerda dejar espacio para que el visitante reflexione. Las exposiciones están llenas de estímulos y pueden volverse abrumadoras si muestran demasiado contenido.

Los objetos/colecciones son los que hacen que las exposiciones sean únicas, comunican autenticidad y presencia.

Las imágenes proporcionan elementos visuales e ilustran las ideas y conceptos que pueden ser difíciles de explicar con palabras. Se trata de fotos, mapas, ilustraciones, gráficos, diagramas, etc.

Los elementos multimedia, incluidas las presentaciones de video y audio, agregan sentidos adicionales a la exposición y ayudan a dar vida al contenido.

Los interactivos – electromecánicos y digitales – permiten a los visitantes participar en la exposición de una manera práctica y mental para aprender dentro de una acción.

Los modelos y elementos táctiles consiguen que los visitantes vean y/o toquen cosas que de otro modo serían inaccesibles. Los modelos a escala permiten que el público interactúe con objetos muy grandes o pequeños de formas nuevas. Un objeto grande, como un edificio o un transbordador espacial, se puede ver en su totalidad, y la complejidad de un organismo diminuto puede mostrarse en un modelo a escala ampliada.

El texto es un elemento clave, pero hay que recordar que solo se trata de una de las muchas herramientas. Resulta más efectivo cuando se usa estratégica y gráficamente. Las exposiciones no son libros en una pared, algo que lamentablemente se repite con frecuencia. Debemos usar las tres dimensiones del espacio para narrar la historia.

El texto de la exposición por capas o «fragmentado» nos permite dividir grandes conceptos en segmentos de información más pequeños y manejables. También ofrece a los visitantes más opciones sobre lo que leen. Los bloques de texto densos disuaden de seguir leyendo – las investigaciones nos muestran que es más probable que las personas lean párrafos cortos, de 25 a 75 palabras -. El conteo de palabras varía de una exposición a otra. A continuación, mencionaremos algunas pautas generales.

Los títulos y titulares ofrecen al público una vista previa rápida del contenido que sigue y le incita a seguir leyendo. Muchos de esos títulos incluyen un epígrafe pegadizo o llamativo seguido de un subtítulo que lo explica.

  • El texto de introducción presenta la exposición y comunica sus mensajes principales (máximo 150 palabras).
  • El texto principal o de sección ofrece los temas principales de la sección (100 palabras como máximo).
  • El texto secundario o subtexto apoya el texto principal y profundiza en los subtemas (máximo 100 palabras).
  • Las barras laterales muestran datos triviales divertidos e interesantes (generalmente de 50 a 100 palabras).

Las cartelas para los objetos identifican y/o interpretan los mismos. Varían desde «cartelas de pie de objeto», que aportan información de identificación básica, hasta cartelas de grupo (a veces denominadas «cartelas de pandillas») que interpretan múltiples objetos (50 palabras como máximo)

Los pies de imagen identifican y/o interpretan imágenes (generalmente de 25 a 35 palabras).

Las citas aportan una perspectiva en primera persona y/o trasladan un tema a una «escala humana». Las comillas se pueden usar solas o sacarse en diferentes cartelas para dividir bloques de texto (generalmente una o dos oraciones)

Las líneas de crédito proporcionan información complementaria para objetos e imágenes. A menudo, esa información es obligatoria y la línea de crédito debe usarse textualmente.

Las etiquetas «Talkback» plantean preguntas a los visitantes y los invita a compartir sus opiniones.

La señalización de orientación varía mucho según el proyecto, y ayuda a los visitantes a navegar por el espacio físico. Puede ser tan simple como una flecha y «la exhibición continúa» o un gráfico con un mapa. Debe crearse en consulta con los diseñadores y el personal de servicios para visitantes.

Es posible que se necesite texto adicional para proporcionar reconocimientos, títulos y tiempos de ejecución de los videos, instrucciones para los interactivos, pautas para la fotografía y advertencias (para ruidos fuertes, luces intermitentes, posible contenido angustiante, etc.).

Encuentra la extensión correcta de la historia a narrar. A veces las exposiciones fallan porque intentan explicar demasiado. Pueden ser efectivas para comunicar mensajes, pero no proporcionar un conocimiento completo sobre el tema.

Procura que todo sea relevante. Ofrece a los visitantes una razón para preocuparse por el tema. ¿Cuál es su significado? ¿Cómo se relaciona con la vida contemporánea o la cultura popular? Establece conexiones y haz preguntas que permitan reflexionar a los visitantes.

Utiliza un lenguaje y un tono accesibles para tu audiencia. Mantén las oraciones cortas y ve al grano. Usa sustantivos concretos y verbos activos contundentes. Evita los conceptos abstractos y un lenguaje innecesariamente erudito o técnico.

Deja que cada texto se sostenga por sí solo. No asumas que los visitantes estén familiarizados con el tema o que hayan leído el texto anterior.

Ofrece a los visitantes el contexto y la información necesarios para comprender el contenido. Asegúrate de que cada cartela tenga sentido por sí sola.

Enfoca el texto. Usa títulos y encabezados para ello. Asegúrate de que las ideas se expresan con la mayor claridad posible. Cada oración ha de tener una idea. Cada párrafo debe ofrecer un punto principal.

Obtén una nueva perspectiva. Pídele a alguien que no esté familiarizado con el tema de tu exposición que actúe como visitante de prueba. ¿Hay algo poco claro, difícil de entender, repetitivo o aburrido?

Lee los textos en voz alta. Las exposiciones a menudo funcionan bien cuando poseen un tono conversacional. Leer las palabras en voz alta puede ayudarte a identificar partes del texto difíciles de entender o asimilar para algunos lectores. Trata de establecer un ritmo entre oraciones cortas y moderadas.

Calcula el tiempo y ten en cuenta que los visitantes observarán los objetos e imágenes e interactuarán con otros visitantes además de leer el texto.

No existe una forma correcta de formatear un guion de una exposición, pero es importante que la información esté bien organizada y resulte fácil de encontrar – Cuanto más grande y compleja sea la exposición, más crucial será esto que mencionamos -. El guión de la exposición ha de incluir todo el texto que aparecerá en la misma, así como cualquier dato asociado que deba rastrearse – números de acceso, dimensiones, conteo de palabras y notas -. Recomendamos usar varias columnas para realizar un seguimiento.

Si necesitas ampliar información contacta con nosotros en: info@evemuseos.com

Recursos bibliográficos:

Leftridge, A. (2006): Interpretive Writing. Fort Collins, CO: InterpPress.

McKenna-Cress, Polly y Janet A. Kamien (2013): Creating Exhibitions: Collaboration in the Planning, Development, and Design of Innovative Experiences. Hoboken, NJ: John Wiley & Sons.

Serrell, B. (2015): Exhibit Labels: An Interpretive Approach. Lanham, MD: Rowman & Littlefield.

Wallace, M. (2014): Writing for Museums. Lanham, MD: Rowman & Littlefield.

Fotografía: National Museum of Natural History: The Dinosaur and Fossil Hall.


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