Herramientas para Crear Emoción en Museos

Herramientas para Crear Emoción en Museos

 

 

Piensa en la última exposición que visitaste…

¿El espacio de la exposición era grande y amplio? ¿Un laberinto? ¿Color rojo oscuro? ¿Azul suave? ¿Brillante de luz, color, sonido y lleno de gente, como las fiestas en México? ¿ O tranquilo y contemplativo como un monasterio cisterciense? ¿Las cartelas era incomprensibles para una mente normal o acariciaban el espíritu humano? ¿Te sentiste ansioso por no saber lo suficiente sobre el tema, o feliz de estar allí acompañado por un ser querido?

Los seres humanos somos animales emocionales. Tanto si los desarrolladores de exposiciones planean la creación de emociones como si no, cada visitante aporta su propio sentimiento al museo; no puede separarse del yo pensante. De hecho, la investigación de las ciencias sociales sugiere que, en realidad, las emociones nos ayudan a aprender de manera más efectiva. En Identity and the Museum Visitor Experience, el investigador de públicos John Falk explica esta conexión:

Cada recuerdo viene con un «sello» emocional adjunto. Cuanto más fuerte sea el «valor» emocional, más probable es que la información sensorial pase esta inspección inicial y sea admitida en la memoria.

En otras palabras, la emoción y la memoria están conectadas en el cerebro humano y, a menos que esa emoción se vea involucrada, no quedará grabará en nuestra mente como algo significativo. Por lo tanto, si queremos que los visitantes tengan momentos memorables y transformadores, debemos crear espacios para la emoción. La diseñadora de experiencias de usuario Alli Burness lo expresa con mucha elocuencia:

Las emociones se dan la mano con el significado resonando juntos más fuerte.

Como planificadores interpretativos, que buscan constantemente nuevas herramientas y métodos para desarrollar experiencias de visitantes más significativas, investigamos y exploramos el paisaje emocional de los museos desde hace años. En nuestro artículo de hoy, queremos compartir contigo los conceptos básicos que hemos aprendido con la esperanza de que te ayuden a ampliar la comprensión sobre la creación de emociones en las exposiciones de los museos. Asimismo, confiamos en que puedas generar tu propio conjunto de herramientas con el fin de desarrollar un trabajo emocionalmente evocador como parte de tu práctica profesional.

Comencemos con una definición, algo más difícil de lo que piensas. Incluso entre los investigadores científicos no existe consenso sobre lo que realmente es la emoción – aunque nos resulte tan familiar como respirar ,-. El psicólogo Alan Fridlund explica:

Lo único cierto sobre la emoción es que nadie se pone de acuerdo sobre cómo definirla.

Comúnmente descrita como «un sentimiento fuerte», la emoción es un estado afectivo de nuestra conciencia que, a menudo, incluye una respuesta fisiológica. Etimológicamente, la emoción se relaciona con el movimiento; es algo que nos mueve o nos conmueve; de hecho, la emoción puede provocar cambios tanto en la motivación como en nuestro comportamiento. Suele ser una reacción a una experiencia (un evento, una interacción social o un recuerdo). Técnica y teóricamente, existen diferencias complejas entre emoción, sentimiento, estado de ánimo y afecto, pero en el lenguaje de la calle generalmente estos términos se utilizan indistintamente.

Y ahora vamos a profundizar un poco más. Las emociones (en el contexto de un museo) pueden ser positivas o negativas, privadas o públicas, espontáneas o forzadas, únicas o múltiples. Puede haber diferentes niveles de intensidad emocional, dependiendo de la situación. Una experiencia puede tener un arco emocional en el que los sentimientos se desarrollen en el tiempo, uno tras otro. Las respuestas emocionales varían entre individuos y culturas. No son buenas o malas; simplemente son. A veces, desde el exterior, pueden parecer socialmente inapropiadas o poco auténticas, pero siempre existe alguna razón humana para que aparezcan.

Los científicos hacen referencia con frecuencia a cinco emociones básicas: ira, miedo, asco, tristeza y felicidad, pero la lista de emociones es mucho más larga. ¿Cómo sería una exposición que hiciera que la gente se sintiera mareada? ¿Superficial? ¿Apática? ¿Abandonada? ¿Acompañada? ¿Desconcertada? ¿Anhelante? ¿Íntima? ¿Insegura? ¿Respetada? ¿Con el corazón abierto? (El Centro para la Comunicación No Violenta tiene una excelente lista como referencia).

Los investigadores del patrimonio Laurajane Smith y Gary Campbell señalan que las personas acuden a los museos y sitios históricos para «gestionar» sus emociones. Según ellos, son «lugares permitidos para que las personas no solo sientan emociones particulares, sino que también resuelvan o exploren cómo esas emociones pueden reforzar, proporcionar información o involucrarse de otra manera con aspectos del pasado y su significado para el presente». A veces esperamos emociones en cierto tipo de museos. Por ejemplo, los visitantes al Museo Conmemorativo del 11 de septiembre, al Museo del Holocausto de los Estados Unidos o al Museo de la Memoria y Tolerancia de CDMX esperan sentir diferentes emociones, desde el dolor y la incomodidad hasta la ira y la compasión. Las exposiciones en los museos de historia locales y nacionales a menudo se construyen (intencionalmente o no) para comunicar orgullo, patriotismo o pertenencia (a veces generan lo contrario en aquellos que se sienten excluidos de la narrativa dominante). La maravilla es una emoción a la que recurren muchos museos. Pero existe mucho más territorio emocional para investigar. De hecho, podría decirse que un tema de exposición con poco potencial para evocar respuestas emocionales en los visitantes es un tema que no vale la pena seguir.

Al integrar deliberadamente ideas sobre las emociones en el proceso de planificación de las exposiciones, podemos explorar toda la complejidad de emociones humanas y crear respuestas de los visitantes más profundas, variadas y significativas al propio contenido del museo. A continuación te mostramos algunas de ellas para lograrlo:

Comienza con el equipo.

Crear un espacio donde los miembros del equipo de exposiciones participen allana el campo para la creación de una experiencia que haga sentir a los visitantes. Al presentar oportunidades para practicar la observación y el debate de las emociones en toda su variedad y complejidad, puedes ayudar a tu equipo a fortalecer su capacidad para descubrir el contenido, los temas y los elementos museográficos de mayor potencial emocional. A nosotros nos gusta comenzar cada nuevo proceso de planificación interpretativa pidiéndole al equipo que comparta sus temores sobre el proyecto. Hace que las ansiedades ocultas salgan a la luz en lugar de sumergirse bajo la superficie, donde progresan los músculos isquiotibiales; también envía el mensaje de que la emoción tiene un lugar legítimo en nuestro trabajo. Otra estrategia es hacer una «excursión emocional» juntos a un museo o espacio público diferente. Después, podremos discutir cómo ese espacio nos hizo sentir a cada uno de nosotros en varios puntos del recorrido, lo que notamos sobre las experiencias emocionales de otros y cómo ese espacio podría formar parte de nuestro propio proyecto.

Considera los objetos (colecciones).

El potencial emocional es un criterio que, a menudo, se pasa por alto al elegir objetos para una exposición. Es posible que desees adaptar tus herramientas de documentación para rastrear y clasificar objetos (esperamos que, idealmente, incluyas un campo para la emoción en las bases de datos de la colección, algo que debiera convertirse en una práctica común en todos los museos). Con algunas obras de arte y objetos, la oportunidad de provocar una respuesta emocional es bastante obvia: piensa en el Guernica de Pablo Picasso, que retrata la tragedia de un bombardeo fascista; o las fichas que dejan las madres en un hospital de expósitos para identificar a sus hijos abandonados. En otros casos, quizás un visitante necesite información interpretativa cuidadosamente enmarcada para que le provoque una reacción. Recuerda que los objetos pueden evocar diferentes emociones a diferentes personas y en diferentes contextos. Por lo tanto, en el proceso de desarrollo es útil obtener retroalimentación de muchos tipos de visitantes: ¿cómo les hacen sentir los objetos específicos? ¿Más o diferente información cambia la respuesta emocional? ¿Varía cuando el objeto se yuxtapone con otros objetos o con el uso de imágenes?

Haz un mapa emocional.

Durante la fase de diseño conceptual, puedes considerar mapear la exposición como un paisaje emocional por el que los visitantes se moverán en el tiempo. El Museo Peabody Essex ya ha experimentado con esta técnica. La educadora Michelle Moon diseñó un diagrama de burbuja emocional utilizado en la planificación de la exposición «Moda Nativa Ahora». Rainey también empleó esta técnica en el desarrollo de «Dear Boston», una exposición de objetos del memorial improvisado sobre el atentado del maratón de Boston de 2013. Su objetivo era diseñar una experiencia que ayudara a los visitantes a procesar sus emociones negativas al respecto y sentir conexión y esperanza. Tal mapeo no pretende forzar emociones, sino más bien considerar el arco narrativo de una exposición y la gran variedad de respuestas que pueden participar en todo el espacio. Podrías hacerte preguntas como: ¿cuál es la progresión emocional para los visitantes y dónde está su punto más alto? ¿Cómo esperamos que se sientan al abandonar el sitio? Si mapear tu museo lo percibes como delinear un tramo, puedes practicar primero viendo un puñado de películas dramáticas y mapeando sus arcos emocionales.

Atender el entorno físico.

Los humanos captan constantemente señales del entorno inmediato que influyen en sus emociones. Entendemos que moverse por una exposición es una experiencia senso-motora sometida a multitud de factores de diseño; ten en cuenta que esos factores también influyen en las emociones. Una vez que hayas establecido metas para la progresión emocional del contenido de la exposición, podrás planificar el espacio, el color, la iluminación, la textura, el olor, el sonido y otros detalles de diseño que mejorarán y no restarán valor a este arco.

Haz espacio para las voces humanas.

Los seres humanos están programados para responder a la emoción expresada por otros. Durante la planificación, busca que el contenido de la exposición (audio, video, citas) permita que una variedad de personas hablen por sí mismas, con sentimiento, a su manera. El muy popular Museo de las Relaciones Rotas (fundado en Zagreb, Croacia y ahora viajando por todo el mundo) exhibe objetos cotidianos, aportados por miembros de la comunidad, junto con etiquetas en primera persona que revelan la variedad de emociones que experimentamos durante las rupturas amorosas. Leer estas historias en las propias palabras de los colaboradores hace que la emoción sea aún más inmediata y significativa. También puedes crear un espacio para que los visitantes coloquen sus propias voces y sentimientos sobre el contenido que proporciona. Éste se verá enriquecido si te preocupas de hacer preguntas significativas que inviten a respuestas emocionales. El galardonado proyecto nacional de historia oral StoryCorps es un gran recurso: las entrevistas publicadas en línea ofrecen ejemplos de cómo suena una narración en primera persona emocionalmente convincente. Este sitio web también ofrece listas de preguntas de entrevistas probadas y verdaderas. Por último, considera formas en que la emoción pueda hacer que la voz curatorial parezca más humana y real; ganadores de la excelencia anual de NAME en el Concurso de Redacción de Cartelas para Exposiciones brindan regularmente inspiración para este enfoque.

Crea momentos de comodidad, conexión, expresión.

No basta con evocar emociones en las exposiciones; también es importante ayudar a los visitantes a procesarlas. En el Centro de Interpretación John C. Crosbie Sealers de Canadá existe una exposición sobre el desastre de 1914, en la que más de 130 cazadores de focas murieron en el hielo. Un pequeño espacio de teatro muestra filmaciones de los cazadores. Podemos imaginar el frío y el peligro. En los bancos frente a la pantalla de video hay una caja de pañuelos, un pequeño gesto que ofrece espacio para fuertes reacciones. En el Museo de Arte de Columbus en Ohio, las actividades en la galería llamadas «Conexiones» ofrecen a los visitantes la oportunidad de compartir sus propios pensamientos, sentimientos e historias como reacción a las obras de arte en exhibición. Un rincón tranquilo, algunas sillas cómodas bien ubicadas, un intérprete empático, oportunidades para expresar emociones a través de la escritura y la creación artística: todas estas son herramientas para ayudar a los visitantes a procesar sus respuestas emocionales.

Busca oportunidades para generar empatía.

Consideramos que la empatía es el santo grial de las emociones de los visitantes porque alimenta no solo la conexión social (tanto puentes como vínculos) sino también la transformación social. El proyecto Empathetic Museum, fundado por Gretchen Jennings en 2012, busca hacer de la empatía un componente central de toda institucionalidad museística cultural. La empatía está cada vez más reconocida como elemento importante para nuestro campo profesional y, sin embargo, parece que apenas hemos arañado la superficie en la comprensión de las formas en que las exposiciones de los museos pueden fomentar respuestas empáticas en los visitantes. ¿Qué puedes aportar a esta práctica en desarrollo? ¿Puedes usar la emoción para ayudar al público a identificarse con artistas o temas? ¿Puedes ayudar a los visitantes a empatizar entre sí? ¿Alguna vez has experimentado algo como esto? ¿Cómo te sentiste? ¿Puedes diseñar y crear un prototipo de puente emocional interactivo?

El Museo de la Empatía – que no tiene un sitio presencial pero produce exposiciones emergentes en todo el Reino Unido -, es una excelente fuente de inspiración en este sentido; su proyecto «A Mile in My Shoes» (literalmente te pones los zapatos de otra persona mientras escuchas su audiodiario) revela con gracia el poder de esta complicada pero crucial polarización, donde la reacción emocional de un grupo se ve favorecida sobre la de otro. El personal del recién inaugurado Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana tomó la decisión de exhibir el ataúd de Emmett Till, linchado en Mississippi en 1955 (su madre insistió en un funeral con ataúd abierto para resaltar la brutalidad de su muerte). En un artículo del Washington Post del 18 de agosto de 2016, la escritora Krissah Thompson describe por qué el director Lonnie Bunch tomó la difícil decisión:

Por doloroso que sea, es esencial que la institución profundice en historias como la de Till, el adolescente de Chicago que fue asesinado por silbarle a una mujer blanca durante una visita a Mississippi, un evento que galvanizó el movimiento de derechos civiles. No se puede narrar la historia de la experiencia afroamericana sin luchar con problemas difíciles, sin crear esos momentos en los que las personas tienen que reflexionar sobre el dolor de la esclavitud, la segregación o la violencia racial, dijo Bunch.

El personal y los voluntarios del museo reciben capacitación para ayudar a responder a los visitantes que tienen reacciones fuertes frente al ataúd de Till, o ante otros momentos cargados de emoción en las galerías. Es posible que tu museo también necesite ofrecer esa capacitación, además de muchos prototipos, aportes desde diversas perspectivas dentro y fuera de su museo, y conversaciones profundas sobre exactamente qué enfoque usar, pero sin evitar las emociones solo por el hecho de que son difíciles de gestionar. El trabajo más duro es, a menudo, el más importante.

Evaluar las emociones.

En la planificación de evaluaciones de exposiciones, ve más allá de los resultados basados únicamente en tu conocimiento. Sí, tus visitantes pueden aprender los detalles de las formaciones rocosas o los detalles específicos de la historia del lugar, pero los cambios que la gente siente pueden ser igual de poderosos y válidos en términos del servicio que los museos brindan a sus audiencias públicas. Un marco de evaluación común para integrar la emoción con otros resultados del proyecto implica que te preguntes:

¿Qué quieres que los visitantes sepan, sientan y hagan al salir de la exposición? Este modelo reconoce que la emoción sirve, a menudo, como puente entre el conocimiento y la acción.

En el Centro Harriet Beecher Stowe en Hartford, Connecticut, la emoción y la empatía son elementos clave de una interpretación recientemente desarrollada en esta casa histórica; se trata de una experiencia que es, en parte, una exposición y, en parte, un diálogo facilitado en el entorno de una casa histórica. Las respuestas a los «sentimientos» de los visitantes ayudaron a solidificar la conexión entre el conocimiento, el sentimiento y la acción.

Uno de ellos expresó: «Esta visita saca a relucir todas mis emociones… Soy madre, soy bisabuela. Sé como madre lo que se siente tener un recién nacido puesto en mis brazos. Que una esclava tenga un bebé… y que le quiten ese niño es que le arranquen el corazón».

Debemos seguir investigando, explorando y experimentando con la emoción en los museos para mejorar nuestra propia práctica museística. Esperamos que tú también lo hagas para que, como campo profesional, podamos aprender y compartir ese conocimiento con otros. Cada uno de nosotros tiene una experiencia emocional que aportar. Lo mismo ocurre con todos nuestros visitantes, es algo que forma parte del ser humano. Sería maravilloso que todos pudieran traer esa experiencia humana al museo y experimentar esta forma particular de conocer el contenido de una exposición. Cuando imaginamos cómo podrían ser los museos si esa experiencia emocional fuera valorada e integrada en la experiencia de todas las visitas, nos sentimos intrigados, emocionados, vigorizados, optimistas y algo más que un poco impacientes. Esperamos que tú también.


Recursos bibliográficos:

John H. Falk (2009): Identity and the Museum Visitor Experience (Left Coast Press), Nº 147.

Alli Burness (2013): Reacting to Objects: Mindfulness, Tech and Emotion | Museum in a Bottle, 29 de abril de 2013: https://museuminabottle. com/2013/04/29/reacting-to-objects/.

Emoción | definición de la palabra «emoción» en el diccionario Merriam-Webster: http://www.merriam-webster.com/dictionary/ emotion.

Emoción | definición de la palabra «emoción» en el diccionario de Dictionary.com: http://www.dictionary.com/browse/emotion.

Aarron Walter y Jared M. Spool (2011); Designing for Emotion. Nueva York: A Book Apart – Jeffrey Zeldman, nº 26.

Julie Beck (2015): Hard Feelings: Science’s Struggle to Define Emotions. The Atlantic, 24 de febrero de 2015: http://www.theatlantic.com/health/archive/2015/02/ hard-feelings-sciences-struggle-to-define- emotions/385711/

Paul Ekman (2016): What Scientists Who Study Emotion Agree About. Perspectives on Psychological Science 11, nº. 1 (1 de enero de 2016): pags. 31–34.

Krissah Thompson (2016): Painful but crucial: Why you’ll see Emmett Till’s casket at the African American museum,” The Washington Post, 18n de agosto de 2016: https://www.washingtonpost.com/ lifestyle/style/painful-but-crucial-why-youll-see- emmett-tills-casket-at-the-african-american- museum/2016/08/18/66d1dc2e-484b-11e6-acbc- 4d4870a079da_story.html

Linda Norris y Rainey Tisdale (2017): Developing a Toolkit for Emotion in Museums. Nuts & Bolts // Developing a Toolkit for Emotion in Museums. Exhibition Magazine, Nº: 108 – Spring 2017.

Laurajane Smith y Gary Campbell (2015): The Elephant in the Room: Heritage, Affect, and Emotion. En: Companion to Heritage Studies, William Logan, Mairead Nic Craith y  Ullrich Kockel (editores). Oxford: Wiley-Blackwell, pags. 443–60.

Si quieres recibir nuestro newsletter y artículos por correo electrónico, completa el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás en la cabecera de esta página. Tu dirección de correo electrónico será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters, pudiendo darte de baja en el momento que quieras.

 

Un comentario en «Herramientas para Crear Emoción en Museos»

Tus comentarios son muy importantes para nosotros

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.