Breve Historia de los Museos Virtuales

Breve Historia de los Museos Virtuales

 

El primer sitio web reconocido de un museo, el WWW Project (Berners-Lee et al., 1991a), se publicó oficialmente en línea en 1991. No obstante, parece que los museos fueron razonablemente rápidos en experimentar con Internet como un medio para transmitir información sobre sus colecciones a los futuros navegantes. Especialmente los museos de ciencia y tecnología iniciaron una presencia temprana en línea.

Esta primera ola de museos en línea también se asoció intrínsecamente con avances en tecnologías web, código y acceso abierto, centrándose en sistemas de información (bases de datos publicadas, por ejemplo) y contenido de hipervínculos, comparable a la exploración del aprendizaje automático por parte de los museos de la actualidad. Una publicación fundamental de la época, The Wired Museum (Jones-Garmil, 1997), nos ofrecía la visión de cómo la tecnología podría permitir a los museos lograr interacciones con el contenido y la participación de la audiencia. Pero también destacaba problemas potenciales relevantes hoy en día, como la sobrecarga de contenido o la falta de control de calidad.

En el mismo libro (Jones-Garmil, 1997), George MacDonald y Stephen Alsford aportaban ideas sobre el futuro de los sistemas de información digital en los museos, basándose en su experiencia en el Museo Canadiense de Civilizaciones. Especulaban sobre el potencial para el surgimiento del “Meta-Museo”, una institución que existía únicamente en el ciberespacio. El primer sitio World Wide Web fue publicado por Tim Berners-Lee el 6 de agosto de 1991 (Internet Live Stats, 2020), pero tuvimos que esperar hasta 1995 para asistir a una verdadera explosión web; según Internet Live Stats (2020), solo existían 10 sitios web en 1992, y 130 en 1993; en 1994 la cifra llegó a 2.738 y a 23.500 en 1995.

A fin de trazar una mejor historia de los primeros sitios web de los museos, sería necesario analizar la investigación sobre estas instituciones y sus recursos tecnológicos en aquella época, la red informática y sus archivos digitales en todo el mundo. La primera mención de la WWW en las conferencias Museum Computer Network parecen ser algunas sesiones presididas por David Bridge, un pionero digital en el Smithsonian, quien presentó por primera vez una Web para el navegador llamado Mosaic en MCN / CIDOC, en una conferencia en Washington DC, en 1994 (Samis, 2020).

Creemos que es importante advertir que el éxito de aquella World Wide Web estuvo ligado, en estas primeras referencias, a la disponibilidad de un navegador adecuado. El Mosaic resultaba fácil de instalar y usar, funcionaba con Windows y permitía mostrar imágenes de buena calidad. Fue el primer navegador capaz, en perspectiva, de «acercar» la web a las masas. En nuestra opinión, es significativo que el sitio web del Museo de Paleontología de la Universidad de California se describiera como una «aplicación Mosaic» en lugar de una sitio web en la conferencia MCN / CIDOC de 1994 (Bearman, 1994).

Los museos de ciencia son los que parecen haber estado a la cabeza de la primera ola web (Bowen et al. 2005), en comparación, por ejemplo, con los de arte e historia. Según Semper (2020):

Parte del papel de los museos de ciencia es presentar las ideas y el proceso de la ciencia y la tecnología, así como los artefactos auténticos de la ciencia y, por lo tanto, no están tan primordialmente enfocados en el objeto auténtico y singular como los museos de arte.

Los primeros museos en establecer una presencia en la web se hallaban cerca de Silicon Valley; de ello se deduce cierto grado de conexión entre un sector tecnológico próspero y los museos que se encuentran geográficamente cerca de ese área.

Una excepción notable a la regla «California-first» fue el Smithsonian, que experimentó rápidamente su presencia digital con la web del Observatorio Astrofísico Smithsonian, en 1993, y posteriormente con un sitio web completo para todos sus museos en 1995. Este fue probablemente el primer lanzamiento importante de un sitio web de museo (Smithsonian, 2020).

Bowen y col. (1998) recogen que el Museo de Historia Natural de Londres fue el primer museo del Reino Unido en tener su propio servidor web en la red académica JANET (debido a la proximidad del Imperial College de Londres), en 1994. El Museo de Historia de la Ciencia de Oxford lanzó su sitio web en 1995.

Un artículo de 1995, acertadamente titulado ¿Hay alguien ahí fuera? (museos, audiencias y la World Wide Web) (Gordon, 1995) resultó muy interesante para conocer los desafíos y posibilidades a los que se enfrenta el personal al aventurarse en la WWW por primera vez. En el documento, Sue Gordon, Gerente de Servicios de Sistemas de Información del Museo Nacional de Ciencia e Industria, recuerda que se le pidió en septiembre de 1994 que abriera un sitio web. Gordon describe el reto que supuso implementar un sitio web en una organización anterior a Internet; pero, al mismo tiempo, reconoce el potencial de la web para un museo, desde el comercio electrónico hasta la transmisión de videos.

Los primeros sitios web de los museos sufrieron importantes inconvenientes técnicos en términos de ancho de banda limitado, ausencia de herramientas de creación de HTML y limitaciones del navegador. Por ejemplo, el contenido personalizado no era posible antes de la introducción de cookies por Netscape, como tampoco lo era diseñar gráficas complejas previamente a la invención de las páginas web basadas en tablas. Rob Semper recuerda que en el sitio web de Exploratorium:

Tuvimos que inventar cosas a medida que avanzábamos, incluida la transmisión por Internet, antes de que el video en la web fuera posible. – Semper, 2020.

Al mismo tiempo, la web inicial ofrecía buenas oportunidades debido a la falta de competencia. Por ejemplo, fue fácil obtener buenos resultados orgánicos en los motores de búsqueda: «Montamos el vagón de búsqueda orgánica de Google, lo que significaba que no necesitábamos desarrollar una empresa de marketing independiente sólida, algo que es imprescindible hoy». (Semper, 2020). La apertura de un sitio web pronto se convirtió en una buena estrategia de relaciones públicas; el sitio web del Museo de la Ciencia de Milán, junto con un laboratorio de Internet para escuelas, apareció en todos los principales periódicos italianos en 1998.

Al examinar los artículos de la primera conferencia de Museos y la Web celebrada en Los Ángeles en 1997, observamos que los museos estaban adoptando con entusiasmo el nuevo medio, abriendo “Museos virtuales” en línea, llegando a las escuelas y experimentando con herramientas multimedia en línea, utilizando, por ejemplo, QuickTime Virtual Reality (QTVR) (Quackenbush et al., 1997).

El término «virtual» y «museo virtual» (Bowen 2000) se emplea frecuentemente en los artículos de esa conferencia:

  • «Experiencia y uso del visitante virtual».
  • «Las páginas de los museos de la biblioteca virtual (VLmp): ¿de dónde y para dónde?» (Bowen, 1997b)
  • «Construyendo una comunidad de museos virtuales».
  • «Museos virtuales: cómo hacer que la información digital sea amigable para los niños»
  • «Realidad virtual QuickTime y museos en Internet».
  • «Socios, perfiles y el público: creación de una comunidad de museos virtuales».
  • «Pensar críticamente sobre los museos virtuales».

El concepto «virtual» fue clave en el desarrollo digital de esos años, probablemente libre ya de la exageración sobre la primera ola de aplicaciones de realidad virtual de finales de los 80 hasta principios de los 90. La WWW surgió como otra forma de «reflejar» la realidad física en el mundo digital. Las dos realidades aparecían como mundos diferentes en competencia entre sí, en lugar de una realidad única y mixta, como se percibe hoy. Sin embargo, debemos tener en cuenta que antes de la introducción del teléfono inteligente, la mezcla de las dimensiones reales y digitales era mucho más difícil (Bowen y Giannini, 2014).

Cuando observamos el uso del término «museos virtuales» en los libros que utilizan el visor de Google Books Ngram, puede verse que esta denominación comenzó a utilizarse alrededor del nacimiento de la web y alcanzó su punto máximo en 1998.

La apertura de un sitio web de museo en la década de 1990 significaba que una institución era capaz de afrontar el problema conceptual del museo virtual, como se informa en este artículo de Giuliano Gaia presentado en la conferencia Museos y la Web (Gaia, 1999):

Como todos los museos que deciden abrir un sitio web, nos encontramos ante el dilema de: ¿visita virtual o no?».

Este problema está bastante bien señalado en otra publicación italiana (Forte et al., 1998), que se puede resumir de la siguiente manera:

Hay tres formas de hacer un museo virtual:

  1. Museo simulado: tratando de recrear la experiencia de visitar el museo real (recorridos virtuales, etc.) sin agregar ninguna información; de acuerdo con este enfoque, visitar el museo o el sitio web debería ser lo mismo.
  2. Información: el sitio web es un instrumento que se utiliza antes o después de la visita; ofrece mucha información que no está disponible en el museo actual. Según los autores, esta es, a menudo, la forma europea de pensar en un museo web.
  3. Verdadero «museo virtual»: un sitio web es, en muchas partes, independiente del museo real, con numerosas secciones y exposiciones que residen únicamente en la red. Este tipo de museo virtual no se centra exclusivamente en el museo real. Esa parece ser la forma de pensar estadounidense.

El énfasis en la noción de virtualidad explica en parte por qué los museos de arte dudaron un poco más en abrir sus sitios web. Como señalaba anteriormente Rob Semper, el problema de los derechos de autor de las imágenes y el «aura» son mucho más importantes para los museos de arte que para otro tipo de museos. Esto, sumado a la falta de personal técnico, hizo que muchos museos de arte esperaran para abrir sus sitios web oficiales, dejando un vacío en la web que, frecuentemente, era ocupada por entusiastas individuales que iban por libre, creando sus propios «museos virtuales» y publicando imágenes en línea de las obras de arte sin el consentimiento, o con él, del museo. El caso más famoso es el del Louvre, que fue anticipado en línea en 1994 por un museo virtual llamado “WebLouvre”.

La creación de museos virtuales ofrece también la posibilidad de poder cambiar la relación de poder con el museo: por primera vez, los usuarios pueden descargar y manipular imágenes digitales de las obras de arte y ser competidores de los museos en un espacio multimedia. Esto fue visto como aterrador por algunos profesionales de los museos, pero como una gran oportunidad educativa y cultural por otros. Por ejemplo, Witcomb (1997) describió la nueva era electrónica como una oportunidad para poner fin a la ecuación Museo-Mausoleo, y Walsh (1997) defendió:

Utilizar el potencial interactivo de la web para cambiar el flujo de información unidireccional del museo de arte al visitante a un flujo bidireccional que también se mueve del visitante al museo… […] ofrece la orientación hacia el cambio constante en el museo de arte, para que la web ayude así al museo de arte a reinventarse.

El concepto de museo virtual sobrevivió con la evolución de la web; Google Arts & Culture Project nació en 2011 como una forma de «construir un museo de museos» y capacitar a los usuarios para que creen sus propios «museos virtuales» (Sood, 2011).

El crecimiento de los museos en línea en la década de 1990 fue internacional y exponencial, como lo demuestra el directorio de páginas de museos de la Biblioteca Virtual (VLmp), creada en 1994 (Bowen, 1997a; 1997b). El VLmp formaba parte de la Biblioteca Virtual WWW y contaba con el apoyo del Consejo Internacional de Museos (ICOM). El directorio se dividió por países, con mantenedores individuales para cada uno de ellos (Bowen, 2002).

En esta sección se analiza el desarrollo del directorio de museos en línea de las páginas de museos de la Biblioteca Virtual (VLmp), iniciado por Jonathan Bowen en 1994 como parte de la Biblioteca Virtual WWW.

En 1996, el Consejo Internacional de Museos (ICOM) adoptó VLmp como su directorio oficial de museos en línea y alojó el recurso en su propio sitio web (Bowen, 1996a).

Gradualmente, el recurso VLmp se reflejó en varios sitios de todo el mundo, incluida la Red Canadiense de Información sobre el Patrimonio (CHIN). Además, las listas de sitios web de museos para varios países individuales fueron mantenidas por organizaciones de museos e individuos, en primer lugar por CHIN en Canadá. La lista de museos del Reino Unido se mantuvo gracias a la Asociación de Documentación de Museos (MDA).

A su debido tiempo, las facilidades de búsqueda en la web – a través, sobre todo, de Google – y la mejora de otros sitios de información más general, especialmente Wikipedia (Bowen y Angus, 2006), hicieron que el recurso VLmp y la Biblioteca Virtual fueran redundantes, aunque VLmp todavía existe en un wiki: https://museums.fandom.com.

Para finalizar, comentaros que al observar los primeros sitios web de museos pioneros surgen algunas consideraciones. La primera es que las características técnicas del navegador influyeron mucho en la forma y el tamaño de las experimentaciones anteriores. La aparición de navegadores «amables» como el Mosaic y Netscape fue clave para ampliar la audiencia web y la posibilidad de que los museos adoptaran la web como un medio realmente prometedor. Esto implica que deben monitorear las tecnologías emergentes. Pero solo cuando éstas se vuelvan altamente utilizables y amigables, el museo debe invertir sus recursos limitados en ellas.

También mencionar que las conferencias profesionales jugaron un papel importante en la difusión del conocimiento del medio web. Muchos de los protagonistas conocieron por primera vez la web a través de un taller o una sesión de conferencias, y publicaron sus primeros resultados en encuentros profesionales, animando a otros a seguir sus pasos. Aun cuando las conferencias de hoy sufren la competencia de los recursos en línea, su papel de mantener actualizados e inspirados a los profesionales de los museos no debe ser infravalorado.

La tercera consideración es sobre el entusiasmo con el que los primeros usuarios vieron un nuevo mundo abrirse ante a ellos. A pesar de ser conscientes de los riesgos y desafíos, estaban emocionados por las nuevas e interesantes oportunidades que se les ofrecía, no solo en términos tecnológicos, sino también como una forma de cambiar la relación general entre el museo y sus visitantes, y con la sociedad en general. Sería muy interesante investigar cómo tuvo lugar ese cambio en la práctica, pero eso está más allá de nuestro alcance en el artículo de hoy.

Al observar cuántos artículos se dedicaron a tecnologías que pronto desaparecerían – como la de los CD-ROM – en los años posteriores a la invención de la web, nos preguntamos qué nuevas tecnologías se estarán desarrollando para dar forma a nuestro futuro en los museos. ¿Cuál es la próxima «gran cosa» – que probablemente se halle ya a la vuelta de la esquina – que estamos ignorando en este momento? ¿Será la inteligencia artificial?

Esperamos con interés y atención todos los desarrollos que tengan que ver con el futuro de los museos en línea. Cualquier posible información cruzada o datos relevantes puedan ayudar a los desarrolladores actuales a planificar, al tiempo que los museos se convierten en una parte cada vez más importante de nuestra «cultura digital» (Giannini y Bowen, 2019).

Recursos:

Bearman, D. (1994): CIDOC/MCN. Archives and Museum Informatics. 8(3), pp. 227–231.

Berners-Lee, T., et al. (1991a): World Wide Web, CERN, Suiza.

Berners-Lee, T., et al. (1991b): The WWW Virtual Library.

Bowen, J. P. (1995a): Exhibitions in the ether. The Times Higher Education Supplement, Multimedia features, p. XII, 10 Marzo.

Bowen, J. P. (1995b): The Virtual Library of museums. In G. Day (ed.), Proc. Museum Collections and the Information Superhighway, pp. 37–39. Science Museum, Londres.

Bowen, J. P. (1995c): The World Wide Web Virtual Library of museums. Information Services & Use, 15(4), pp. 317–324. También en J. Hemsley (ed.), Proc. EVA’95: Electronic Imaging & the Visual Arts, pp. 105–114. National Gallery, Londres.

Bowen, J. P. (1995d): Collections of collections. Museums Journal, 95 (8), pp. 24–25.

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Bowen, J. P. (2000): The virtual museum. Museum International, 52(1), pp. 4–7.

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Witcomb, A. (1997): The end of the mausoleum: Museums in the age of electronic communication. MW97: Museums and the Web 1997.


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