Exposiciones: Técnicas de Interpretación y Mediación

Exposiciones: Técnicas de Interpretación y Mediación

 

Las exposiciones son las más importantes y poderosas herramientas de comunicación para los museos. Todos los días, un gran número de personas acuden a ellos para visitar sus exposiciones. Existe, pues, una estrecha relación entre éstas y la audiencia. Si bien los museos tienen una amplia gama de programas públicos potenciales, las exposiciones tienden a ser la forma predominante de comunicación con su público. A menudo, la percepción que tenemos de un museo se basa en nuestra experiencia con la exposición que alberga. Las exposiciones, en su contenido y carácter, en sus necesidades de espacio e instalaciones, en su desarrollo y operaciones, también tienen un impacto significativo, físico y de recursos activos, en un museo. Aunque los museos poseen muchas otras técnicas para comunicarse con el público, su método único y especial de mediación es la exposición.

Una exposición puede definirse como la muestra o exhibición de contenidos con el propósito de que un museo pueda comunicarse con sus visitantes. Para lograr ese nivel de comunicación las exposiciones tienen que cumplir diferentes objetivos. En los museos, se emplean colecciones para inspirar o informar y, de paso, entretener a la audiencia mostrando objetos o procesos que ilustran los logros tecnológicos y/o artísticos. Los objetivos específicos de las exposiciones de los museos se basan en el deseo de cambiar actitudes, modificar comportamientos y difundir el conocimiento.

En general, se asume que las exposiciones incorporan objetos de colección o sus representaciones como canales primarios de comunicación. Sus propósitos varían: desde estar orientadas a colecciones hasta hacerlo en conceptos. Es decir, predominan los objetos o los mensajes.

Una exposición es un medio de comunicación dirigido a grandes grupos de público con el propósito de transmitir información, ideas y emociones relacionadas con la evidencia material del hombre y su entorno con la ayuda de métodos principalmente visuales y dimensionales (Verhaar y Meeter, 1989 : 260).

La definición de Verhaar y Meeter establece algunos elementos clave en el significado que una exposición tiene para un museo. Sin embargo, la exposición es más que un simple proceso de presentación de objetos o contenidos; se trata también de una actividad colectiva cuyo objetivo general es comunicar un mensaje a partir de algún medio o canal de mediación.

Tipos de exposiciones.

La exposición se puede categorizar de varias formas. En el contexto del museo quizás sea más sencillo examinar primero los modos de exposición y sus características y considerar después otros aspectos, como el enfoque y el estilo.

Categorías de exposición:

  • Exposiciones permanentes.
  • Exposiciones temporales y exposiciones especiales.
  • Exposiciones móviles. (Belcher, 1991: 44-47).

Exposiciones Permanentes

Todo museo dispone de exposiciones permanentes. Muchas de sus colecciones, incluidos sus principales contenidos y objetos emblemáticos, están en exhibición en todo momento. Sin embargo, para fines de planificación y diseño, es importante conocer la vida útil prevista de una exposición, ya que ciertamente afectará a las decisiones tomadas en prácticamente todos los aspectos de su museografía y del contenido a exhibir. Los propósitos y objetivos de una exposición «permanente» también pueden diferir de los de una de corta duración, aunque se mantendrán las funciones básicas de comunicación museográfica. Este contexto «permanente» ha llegado a tener una vida mínima de unos diez años. Cualquier propuesta para una exposición permanente debe plantearse con relación a la visión, misión y plan de comunicación general de un museo, un factor importante a la hora de considerar el presupuesto de la exposición.

Exposiciones temporales.

Si una exposición permanente tiene una vida útil de hasta diez años aproximadamente, la «exposición temporal» dura algo menos; en la práctica, se suele calificar como a corto, mediano y largo plazo.

  • Corto plazo: puede ser de un día, una semana, un mes o dos, según el programa de exposiciones y los eventos del museo.
  • Medio plazo: de tres a seis meses, tal vez durante un verano o evento anual importante, o en cualquier período, dependiendo del ciclo del programa del museo.
  • Largo plazo: esta designación se suele aplicar cuando un espacio debe llenarse sin un conocimiento preciso del momento en el que va a incluirse en un cronograma y, por lo tanto, se cubre temporalmente en espera de un mayor desarrollo (Belcher, 1991: 47).

Los temas especiales de las exposiciones temporales pueden basarse en objetos de la colección del museo rescatados de su reserva técnica o de sus lugares de exhibición habituales – tal vez complementados con préstamos de otros museos y coleccionistas -. A veces, los museos organizan exposiciones temporales como programas educativos. Otras exposiciones especiales pueden consistir principalmente en préstamos o exposiciones guardadas que son resultado de un servicio de exhibición itinerante. Las exposiciones permanentes y temporales son, a menudo, muy parecidas en cuanto a su plan centrado sobre un tema, la disposición de circulación y las técnicas museográficas. A veces, de hecho, un nuevo museo puede crear una serie de exposiciones temporales que se transfieren a sus galerías permanentes con un mínimo de revisión. Sin embargo, por lo general, las exposiciones temporales utilizan de manera justificada técnicas museográficas algo más teatrales.

Exposiciones móviles.

Muchos museos del mundo han intentado llegar a un público que no cruza sus puertas. En ocasiones, el museo de una gran ciudad desarrolla programas de extensión para atraer a ciudadanos desinteresados, o a grupos étnicos o minoritarios del centro de la ciudad. En otros casos, museos apoyados públicamente han llevado programas a pequeñas aldeas y áreas rurales remotas. En los países en desarrollo con muchos analfabetos, las exposiciones de los museos han sido invaluables para transmitir información sobre salud, agricultura, ciencia moderna, ecología y bienestar social. (Alexander, 1996: 189). El sistema de exposición de un museo móvil es tan popular en muchos países del mundo moderno porque puede proporcionar un buen servicio didáctico y de publicidad usando este sistema.

Técnicas para exposiciones.

Al igual que con los medios expositivos, las estrategias museográficas, las habilidades y el personal involucrado en la creación de una exposición pueden variar ampliamente. La planificación de exposiciones ha sido un gran foco de discusión museológica debido a la naturaleza pública de las mismas; los recursos necesarios para crear y operar exposiciones, así como los esfuerzos de varios profesionales y especialistas para definir sus roles cambiantes en procesos, presentan una gran complejidad. Las exposiciones de arte difieren enormemente de las de ciencia o historia, y las de gran éxito tomadas de otros museos presentan desafíos muy diferentes a los de una exhibición seleccionada del almacén. Sin embargo, es útil enumerar algunas de las fases y puntos de decisión en la planificación de exposiciones – en términos más generales – para una variedad de instituciones e instalaciones. También es importante tener en cuenta que las fases del desarrollo de la exposición son paralelas a las de construcción y desarrollo institucional, por lo que su planificación es una tarea muy complicada.

Planificación y diseño de exposiciones.

Los subequipos establecidos por el comité de exhibición generalmente incluyen, al menos, las siguientes habilidades y experiencia:

  • Curatorial.
  • Museografía.
  • Interpretación.
  • Medios y técnicos.

Los miembros de estos equipos serán responsables del borrador detallado y el desarrollo del diseño de los componentes de la exposición. Los resultados de esta etapa deben incluir:

  • Un diseño museográfico general de la exposición que describa la configuración general del espacio, el tratamiento visual y los aspectos más destacados de la exposición.
  • Un plan de exposición, detallando los objetivos, contenidos y medios de comunicación particulares para cada componente de la exhibición, vinculado a los objetivos y temas generales de la misma.
  • Un resumen de las especificaciones del sistema, que incluya descripciones y detalles de cualquier medio interactivo o audiovisual, tecnología ambiental o arte escénico propuesto para la exhibición.
  • Un presupuesto y un cronograma preliminares, con un costo detallado y una estimación del tiempo de producción para los medios y sistemas propuestos.

Los sub-equipos han de reunirse regularmente con el comité de la exposición para revisar todas las propuestas de la exhibición. También deben hacerlo siempre que el equipo esté listo para presentar opciones que afecten al enfoque general y a las principales partidas presupuestarias de la exposición. El diseño, el plan de exposición, el resumen de sistemas y el presupuesto preliminar y el cronograma serán revisados, aprobados o replanteados ​​por el comité de exposiciones. Una vez que éste haya dado su aprobación, los subequipos producirán:

  • Diseños (bocetos) del trabajo, desgranando todos los aspectos de la exposición propuesta.
  • Un presupuesto y un cronograma de producción detallados que expliquen si la exposición se va a producir internamente, o documentos de propuesta que incluyan un cronograma si se contrata la fabricación de la exposición, así como la producción de medios (Hugh, 1999: 158).

Producción de exposiciones.

Con la aprobación de los diseños, el presupuesto y el cronograma por parte del comité de exposiciones y dirección del museo, puede comenzar la fabricación de los componentes de la exposición y la producción de los elementos de los medios. Este trabajo es un proceso muy complejo y estructurado y debe involucrar a los siguientes grupos y funciones:

  • Administración: para garantizar que los recursos y el personal del museo se coordinen y desplieguen de manera oportuna.
  • Producción: ya sea para llevar a cabo la fabricación e instalación reales o para monitorear y mantener los contratos externos del museo.
  • Miembros de los subequipos: actúan como recursos para el proyecto y mantienen la continuidad con las especificaciones e intenciones originales.

El comité de exposiciones debe mantener un informe de observación sobre el proceso de producción para ayudar, cuando sea posible, e informar a dirección.

Operativa y evaluación de exposiciones.

El comité de la exposición debe continuar su trabajo una vez que se haya inaugurado ésta:

  • Trabajar con el personal de educación, interpretación y relaciones públicas para evaluar cómo, efectivamente, la exposición ha logrado sus objetivos.
  • Consultar con el personal de conservación para asegurar el buen estado continuo de todas las colecciones en exposición y la programación del reemplazo de productos y objetos ambientalmente sensibles.
  • Trabajar con especialistas en programación para crear presentaciones y servicios orientados a visitantes, y para preparar eventos especiales.
  • Supervisar el funcionamiento de todos los medios y sistemas de la exposición, trabajando con los medios, especialistas y miembros del equipo de producción.
  • Facilitar el uso y disfrute público a largo plazo de la exposición. Esto incluirá estudios sistemáticos de las áreas donde la exposición necesita ser revisada y actualizada, y determinar cuándo ésta ha completado su vida útil y debe ser reemplazada.

La presentación es el acto físico de colocar colecciones a la vista del público:

Presentación + Interpretación = Mediación
(Exposición física) (Explicación y exploración) (Objetivo de la exposición)

Comunicar información e ideas es la intención del creador de la exposición. La forma de lograrlo depende del tema y los recursos disponibles. Las exposiciones a menudo se clasifican según el tipo de objetos o temas presentados. Ejemplo: una presentación de pinturas se considera una exposición de arte; una variedad de especímenes de animales es una exposición de historia natural, y así sucesivamente. Sin embargo, el tipo de exposición no debe estar determinado tanto por lo que contiene, sino por lo que se pretende lograr. Por lo general, las exposiciones de los museos se asocian a los objetos de colección, o a sus representaciones, como el foco principal de información (Verhaar y Meeter, 1989: 26).

Utilizar esto como base para categorizar exposiciones es más útil en la planificación que confiar, simplemente, en su contenido. Las exposiciones pueden variar, desde estar puramente orientadas a objetos – en un extremo – a hacerlo hacia los conceptos – en el otro -. Es decir, o las cosas o los mensajes son los dominantes. Así pues, si organizamos exposiciones en el museo que exhiban objetos, deberemos brindar un conocimiento completo y bueno a los visitantes, por lo que el personal del museo tendrá que preparar temas de acuerdo con la misión del mismo.

Diseño de exposiciones en diferentes tipos de museo.

Diseñar una exposición de museo es el arte y la ciencia de organizar los elementos visuales, espaciales y materiales de un entorno en una composición que los visitantes recorren. Esto se hace para lograr metas preestablecidas. La presentación de exposiciones en los museos nunca debe hacerse al azar ni dejarse al pairo. Aunque la planificación puede resultar exagerada para casi cualquier proyecto, las exposiciones de calidad requieren un alto grado de diseño y desarrollo para servir al público de manera adecuada. Las decisiones de diseño han de ser deliberadas, calculadas y ejecutadas para lograr el máximo efecto. Aunque un cierto grado de serendipia influye, depender demasiado de la fortuna es un error. Un conocimiento bien fundado de los conceptos básicos de diseño puede fomentar un enfoque organizado del diseño de exposiciones. Ciertos elementos son fundamentales para todas las artes visuales. Una introducción a estos elementos resulta útil para comprender por qué funcionan algunos arreglos – es decir, cumplen su función prevista – y otros no. Si una composición funciona, suele ser agradable a la vista, incluso cuando el tema no lo es. Sin embargo, si el diseño falla, las personas reaccionan negativamente, independientemente de lo bellos o importantes que sean los contenidos.

Nombrar los elementos clave del diseño varía según la persona que los nombra y sus intereses. Sin embargo, hay seis elementos principales; Valor, color, textura, equilibrio, línea y espacio (Belcher, 1991: 125-128).

También deben tenerse en cuenta los factores humanos en los procesos de creación de exposiciones. Esto es muy importante para organizar las galerías del museo. El ser humano es un factor de diseño que influye y se relaciona con todas las demás consideraciones relacionadas con la composición. Los seres humanos, fundamentalmente, tienen solo un arquetipo con pequeñas variaciones en tamaño, peso, características y similares. El modelo básico incluye una sección principal (tronco), apéndices (brazos y piernas) y una cabeza, que se organizan simétricamente a lo largo de la línea media de la columna vertebral. Las variaciones en la circunferencia, la altura, la longitud del pie y el tamaño del sombrero resultan relativamente poco significativas, sin considerar cuán importantes puedan ser para la imagen de sí misma de una persona. Las mayores variaciones de tamaño se producen entre la juventud y la edad adulta. Hay aproximadamente un aumento del 162 por ciento en la estatura entre los 5 y los 20 años. Por el contrario, la diferencia en la estatura promedio entre hombres y mujeres adultos es menos del 1 por ciento. Las personas con necesidades especiales agregan otras dimensiones a los datos. Se han proporcionado medidas generales para personas en sillas de ruedas, ya que estos dispositivos aumentan significativamente los requisitos espaciales de una persona (Dean, 1994: 36 – 39)

¿Qué aportan estas dimensiones humanas al diseñador sobre la participación de las personas en las experiencias de aprendizaje? Las personas se sienten más cómodas en espacios que permiten la libertad de movimiento, sin la sensación de estar demasiado confinadas o expuestas. Esto tiene que ver con un sentido de escala humana. Relacionamos el espacio con nosotros mismos como unidad fija de medida. La altura de los techos en la mayoría de las casas está entre 2,40 y 3 metros, suficiente para levantar los brazos por encima de la cabeza y sentirnos cómodos. Los espacios destinados a ser impresionantes o inspiradores suelen ser mucho más grandes y altos. Pensemos en lugares como templos, iglesias, bancos, edificios públicos y centros comerciales. Perderse en un vasto espacio conlleva la sensación emocional de ser menos capaz de controlar el entorno. Pero cuanto menos control tiene una persona más impresionante e inspirador le resulta el lugar. Por otro lado, los espacios pequeños y estrechos engendran sentimientos de hacinamiento, opresión y asfixia, con asociaciones normalmente negativas. El espacio mínimo cómodo está definido por una habitación que permita balancear los brazos extendidos de lado a lado. La importancia y la utilidad de este factor en el diseño de exposiciones varía según el impacto previsto del ritmo. Una exposición íntima requiere menos espacio que una grandiosa.

La implicación de la respuesta humana al espacio y los medios por los que recopilamos información se vuelven más claros a medida que se relacionan con las tendencias de comportamiento – Algunos de estos comportamientos son familiares para los diseñadores y se han convertido en pautas particulares -.

Tocar: las personas tienen una predisposición innata a tocar, como confirmación sensorial y experiencial de lo que ven y como refuerzo de la memoria si los objetos o superficies están a su alcance. Por supuesto, es posible erigir barreras para separar físicamente al espectador del objeto. Sin embargo, esto a veces no es deseable por motivos de diseño. La separación espacial puede proteger sin crear resentimiento. Si los objetos no se hallan a su alcance, estarán fuera del comportamiento táctil. Los niños más pequeños no han aprendido las convenciones sociales, por ello se les debe impedir físicamente que toquen para garantizar la seguridad de la recolección.

Respuesta de entrada: las personas normalmente utilizan la apertura más grande cuando se les presenta la opción y todos los demás factores son aproximadamente iguales. Al entrar en un espacio nuevo y, en gran parte, desconocido, es preferible que sea grande y esté bien iluminado. Resulta menos intimidante y deja más espacio para explorar lo que se avecina.

Altura de visualización: las personas se sienten más cómodas y pasarán más tiempo mirando y leyendo cuando los materiales y objetos impresos estén colocados cómodamente. Deben situarse de manera que el centro del material esté al nivel de los ojos. Para los adultos, la altura promedio es de alrededor de 1,6 metros. El campo de visión forma un cono que comienza en los ojos y se extiende 40° por encima y por debajo del eje horizontal. La distancia de los objetos aumenta o disminuye el área de visualización cómoda dentro del cono. Colocar objetos de gráficos fuera de éste conlleva dificultades de visualización y fatiga. El espacio que exteriormente se puede utilizar para elementos grandes y llamativos, pero debe evitarse para elementos detallados.

Sentarse e inclinarse: las personas se sientan en cualquier superficie que esté a una altura cómoda o cercana a ellas, y próxima a la horizontal. Ante un elemento de altura adecuada, la gente apoyará los pies, o ellos mismos, sobre él. Estas acciones son automáticas y, a menudo, en respuesta a la fatiga. El espacio, tal como lo perciben los humanos, tiene asociaciones emocionales además de físicas. Varios tipos de espacios evocan respuestas emocionales adecuadas y en gran medida predecibles. Esto puede resultar útil en el diseño. Por ejemplo, para promover la visión cercana de objetos pequeños se resaltan éstos, lo que invita al escrutinio y estimula la curiosidad. Un objeto pequeño en una sala grande puede parecer insignificante. El mismo objeto en un espacio más íntimo se vuelve importante y focal. Lo contrario también es cierto, y todas las variaciones intermedias tienen aplicaciones adecuadas dependiendo de los objetos mostrados.

También es importante prestar atención a la protección de la exposición al hacer arreglos para sentarse e inclinarse en el espacio. Se deben tomar precauciones para garantizar la menor cantidad de riesgos posible. Sería aconsejable proporcionar una zona para descanso dentro de las instalaciones del museo; en esos lugares se deben disponer sillas cómodas y acondicionadores de aire. También se podría proporcionar una cafetería para la compra de alimentos e instalaciones sanitarias.

El espacio debe definirse en términos de las respuestas emocionales que despierta, como se indica a continuación:

  • Formal o informal.
  • Frío o tibio.
  • Masculino o femenino.
  • Público o privado.
  • Impresionante o íntimo.
  • Bello o vulgar.

Las personas no solo reaccionan al espacio que las rodea, sino que también llevan consigo una sensación de espacio como una extensión del cuerpo y la mente. Hay comportamientos discernibles asociados a este espacio portátil (Dean, 1994: 46 – 49).

Para organizar la exposición de los objetos de un museo, los especialistas deben absorber nuevos conocimientos científicos y tecnológicos sobre el mundo moderno. No olvidemos que el uso de esos conocimientos hace que las exposiciones y las galerías resulten mucho más atractivas y agradables para los visitantes.

Consultas: info@evemuseos.com

Recursos:

Alexander, E.P. (1996): Museum In Motion, An Introduction to the History and Function of Museums, Nueva York.

Belcher, M. (1991): Exhibition in Museums, Smithsonian Institution Press, Washington.

Dean, D. (1994): Museum Exhibition, Theory and Practice, Routledge, Taylor and Francis group, Londres y Nueva York.

Huge, A. D. (1999): The Manual of Museum Planning, (Professional Museum and Heritage Series) 2nd Edition, Ed .G. D. Lord and B. lord, London Stationery Office, Londres.

International Council of Museums (ICOM) (1970): Ethical Rules of Acquisitions of Museum Collections, Nueva York.

Bakke, J. (1998): The New Museum Registration Methods, Ed. Rebecca, A. Buck and Allman, Gilmore, American Association of Museums, Washington.

Jennifer, C. (1994): Museum Collection Storage Space, National Park Service, (NPS) Washington.

Kapukotuwa, A. (2017): Museum Exhibition, interpretation and Communication Techniques. International Journal of Research in Economics and Social Sciences (IJRESS). Vol. 7 Issue 2.

Maclagon, E. (1993): Museum Planning, journal of the Royal institute of British Architecture, 3rd Series, Royal Publications, Reino Unido.

Verhaar, J. y Meeter, H. (1989): Project Model exhibitions, Leiden ReinwardtAcademie, Leiden, Países Bajos.


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