Visitantes y su Percepción de los Objetos

Visitantes y su Percepción de los Objetos

 

Los objetos naturales que evolucionaron a lo largo de la Historia o aquellos producidos por la mano del hombre con un propósito, como fósiles, artes y artesanías, máquinas o instrumentos científicos, representan ejemplos prominentes de nuestro patrimonio tangible (Evans, Mull y Poling, 2002; Gurian, 1999). Los museos consideran que los objetos reales y auténticos son una característica distintiva central en el tipo de experiencia de aprendizaje (Hohenstein y Moussouri, 2018; París, 2002; Schwan, Grajal y Lewalter, 2014). Por otro lado, el éxito de las exposiciones que se basan en reproducciones en lugar de exhibir originales como, por ejemplo, las exposiciones itinerantes tipo «Guerreros de terracota de China» o «Tutankamón: su tumba y sus tesoros», nos muestra que los visitantes pueden ser muy tolerantes con el uso de copias.

No obstante, los museólogos asumen que ser conscientes de estar frente a un «objeto auténtico», contribuye significativamente a la impresión positiva que se produce al establecer una relación psicológica específica y más profunda entre el objeto y el visitante (Hohenstein y Moussouri, 2018; Kirchberg y Troendle, 2012; Latham, 2013; Wood y Latham, 2014). Según Latham (2013, p.3), la esencia de este encuentro, según revela una investigación fenomenológica, está compuesta por una unión holística entre el intelecto y el afecto, con un vínculo directo con la naturaleza tangible y simbólica del objeto. Latham explica que la experiencia funciona como un sentimiento que nos transporta y produce conexiones intensamente profundas con el pasado, el yo y nuestro espíritu. El acto de «ver lo real» se identifica como una experiencia para el visitante particularmente satisfactoria en los museos y exposiciones (Cameron y Gatewood, 2003; Pekarik, Doering y Karns, 1999). Del mismo modo, los análisis de fotos de Instagram tomadas por visitantes de una exposición de historia cultural, nos muestran que las fotos publicadas estaban centradas principalmente en los objetos auténticos presentados en la exposición y no en otros (Budge, 2017). A pesar de la presunta importancia de los objetos auténticos en los museos, los estudios empíricos sobre este tema siguen siendo bastante escasos.

Hoy te proporcionaremos una descripción general de los hallazgos relevantes de la investigación sobre visitantes, además de las ideas que examinan las percepciones del público respecto a los objetos auténticos en exposiciones. A continuación, resumimos los resultados de tres estudios combinados con una descripción general de hallazgos relevantes en la literatura sobre cinco temas principales:

  • Las características de los objetos auténticos.
  • Sus efectos psicológicos en los visitantes.
  • La relación entre objetos auténticos y réplicas.
  • La contextualización de objetos auténticos en las galerías de los museos.
  • Si las percepciones difieren según el tipo particular de museos.

A menudo se ha hecho hincapié en que la autenticidad no es una característica objetiva sino más bien un concepto relacional establecido entre objeto y perceptor (Hohenstein y Moussouri, 2018; Kirchberg y Troendle, 2012); es decir, el público de los museos atribuye autenticidad a los objetos en base a ciertos criterios, que pueden variar tanto entre visitantes como entre objetos y museos pero que no son puramente ideosincrásicos. Fuera de los museos, sin embargo, la investigación básica de la psicología del desarrollo ha identificado varios criterios comunes que las personas utilizan para atribuir autenticidad a un objeto. Entre ellos, el hecho de si es original (Evans et al., 2002; Gurian, 1999), si tiene importancia histórica o personal (Frazier, Wilson, Gelman y Hood, 2009; Gjersoe, Newman, Chituc y Hood, 2014), si es único (Newman y Bloom, 2012), o si posee un gran valor económico (Frazier et al., 2009; Gjersoe et al., 2014). La investigación turística ha añadido la artesanía y su apariencia visual – incluido el atractivo estético y rastros de sus usos – a la lista de posibles criterios (Littrell, Anderson y Brown, 1993; Revilla y Dodd, 2003). Por otro lado, estudios de museos de historia cultural enfatizan en que los objetos se califican como auténticos cuando facilitan una conexión profunda con el pasado (Latham, 2013). En base a un concepto similar, a las obras de arte se les atribuye autenticidad si están directamente vinculadas a su creador artístico (Newman y Bloom, 2012).

En cuanto a los objetos relacionados con la ciencia y tecnología, la relevancia de estos criterios para las exposiciones ha sido parcialmente confirmada en los estudios de Hampp y Schwan (2014, 2015). Más específicamente, las investigaciones asociaron la autenticidad con el carisma de un objeto o su aura, con su conexión con la historia y con su rareza o singularidad. También se identificó la integridad total y funcional sin restricciones como un criterio adicional de autenticidad, que parece ser característico de objetos que son máquinas o instrumentos relacionados con los campos de la ciencia y la tecnología (Hampp y Schwan, 2014, 2015). Sin embargo, si bien se menciona la apariencia estética y la manufactura como características importantes de los objetos, no se vinculan directamente a la noción de autenticidad. Finalmente, en las entrevistas con museólogos/as, curadores/as, museógrafos/as y científicos/as se añadieron tres criterios adicionales no mencionados anteriormente, a saber:

  1. Si un objeto es innovador en el momento de su creación.
  2. Si promueve la narración de historias.
  3. Si proporciona importantes conocimientos para la investigación.

En conjunto, atribuir autenticidad a un objeto exhibido en un museo abarca una amplia gama de características, y deja abierta la cuestión sobre cuáles de ellas se consideran importantes para los visitantes, y si estas consideraciones son de carácter general – para diferentes tipos de museos – o específicas de los museos de ciencia y tecnología. Una comprensión más profunda de estos temas aportaría información sobre la selección e interpretación más adecuadas para los objetos de los museos.

Por otro lado, la selección de objetos auténticos para exposiciones no es un objetivo en sí mismo, sino que se basa en el supuesto de que dichos objetos evocan ciertos procesos psicológicos en los visitantes y ayudan a profundizar en la experiencia del museo aumentando su impacto. Hasta donde sabemos, los hallazgos sobre este tema son escasos y poco sistemáticos. Al comparar objetos y fotografías auténticos en una exposición de ciencia y tecnología, Schwan, Bauer, Kampschulte y Hampp (2017) encontraron que los auténticos se observan durante más tiempo y sus detalles se recuerdan mejor que sus contrapartes en fotografías. Con respecto a los diferentes tipos de objetos auténticos, un pequeño estudio de Bunce (2016, 2017) detectó que los visitantes que consideraban un conejo disecado o un esqueleto de conejo como objetos reales, tendían a formular más preguntas sobre ellos que los que no consideraban ambos artículos como auténticos. Se obtuvieron resultados similares de un estudio sobre la exposición de objetos históricos en un museo que provocó más recuerdos autobiográficos en personas mayores con demencia que los objetos ordinarios de una situación cotidiana (Miles, Fischer-Morgensen, Nielsen, Hermansen y Berntsen, 2013).

A pesar de la limitada evidencia empírica, los museólogos/as, curadores/as, museógrafos/as y científicos/as entrevistados formularon un amplio abanico de posibles efectos que ejercen los objetos auténticos en los visitantes. En su opinión, atraen la atención del público, aumentan su interés situacional, despiertan su curiosidad, le sorprenden, le toca emocionalmente, estimula su imaginación y le hace pensar más intensamente sobre el objeto y su historia. Saber si estos efectos son efectivamente provocados por los objetos auténticos tiene importantes consecuencias para el diseño de exposiciones. El análisis de los informes de los visitantes sobre los efectos psicológicos de los objetos auténticos puede servir como punto de partida para una investigación empírica sistemática sobre el tema.

En un estudio llevado a cabo por Hampp y Schwan (2014) sobre réplicas, aproximadamente la mitad (46%) de los participantes mostraron su preferencia por los objetos auténticos, en base a características específicas como historicidad, carisma, prestigio, rareza e integridad. En consonancia con este hallazgo, van Gerven, Land-Zandstra y Damsma (2018) observaron que en una muestra de niños/as de 8 a 12 años éstos valoraban los huesos de dinosaurio auténticos mucho más significativamente que las réplicas, lo que justificaba predominantemente sus decisiones con el estatus de huesos auténticos como originales pertenecientes a un dinosaurio real. Por otro lado, a pesar de las características únicas de los objetos auténticos, también aproximadamente la mitad de los entrevistados (47%) del estudio de Hampp y Schwan (2014) manifestaron que la diferencia entre objetos originales y copias o réplicas no es tan importante, y que aceptarían éstas como legítimos sustitutos de los originales. No hubo diferencias significativas en la clasificación de originales y réplicas en ese estudio. La opinión de que los objetos auténticos pueden ser reemplazados por réplicas fue justificada por varios argumentos, a saber, que las copias son a menudo fieles al original y el original y la copia son perceptiblemente indistinguibles, que en los museos de ciencia y tecnología el propósito principal de las exposiciones es proporcionar conocimiento tecnológico y científico, y que estas exposiciones a menudo solo sirven como puntos de referencia para ilustrar la historia que hay detrás de ellas, lo que puede lograrse tanto con la exhibición de originales como con copias (Hampp y Schwan, 2014). En cualquier caso, en todas las exposiciones debe quedarle muy claro al público lo que es un original y lo que es una copia.

Las entrevistas con museólogos/as, curadores/as, museógrafos/as y científicos/as revelaron que la autenticidad de los objetos no debe considerarse un todo o nada, sino que varios procedimientos de conservación y reconstrucción pueden transformar gradualmente los objetos auténticos desde su estado original. Según los conservadores de los museos de ciencia, las piezas rotas de las máquinas pueden sustituirse por repuestos, complementar las piezas faltantes y conservar los elementos frágiles. Además, los dispositivos científicos o las configuraciones experimentales a menudo se ensamblan a partir de un conjunto de diferentes originales incompletos. También se dan procesos similares en los museos de historia natural y en los de historia cultural. Por ejemplo, los fósiles incompletos se complementan con piezas fundidas que no se oxidan, eliminando de los artefactos arqueológicos el metal, lo que influye fuertemente en la buena percepción de su exhibición.

En conjunto, las entrevistas con los museólogos/as, curadores/as, museógrafos/as y científicos/as demuestran que, a pesar de su preferencia por los objetos auténticos, las reconstrucciones y réplicas también juegan un papel importante en las exposiciones. Surgen, pues, preguntas sobre dónde los visitantes trazan la línea divisoria entre los objetos auténticos y las réplicas, en qué condiciones se aceptan éstas como sustitutos legítimos, y si los criterios varían entre los diferentes tipos de museos o son válidos para los museos en general. Una vez más, una comprensión más profunda de estos temas puede ayudamos a tomar decisiones sobre el uso de reconstrucciones y réplicas en exposiciones como respuesta a las necesidades genuinas de los visitantes.

Finalmente, cómo presentar los objetos auténticos en un museo es una cuestión de gran importancia para el diseño de exposiciones. La investigación empírica ha demostrado el impacto del contexto de presentación de una exposición en el comportamiento de los visitantes. Además de su posición espacial general en las salas y galerías (Eghbal-Azar, Merkt, Bahnmueller y Schwan, 2016; Turgay Zıraman y Imamolglu, 2018), el tamaño y la atracción de otras exhibiciones en el entorno inmediato pueden influir fuertemente en la atención. El público busca ver un objeto auténtico en particular (Turgay Zıraman y Imamolglu, 2018). Más importante aún, se ha demostrado que proporcionar información de apoyo prolonga el tiempo de observación de los visitantes, guía su atención y fomenta la comprensión sobre el objeto (Schwan, Dutz y Dreger, 2018). De manera similar, los modelos funcionales y los medios digitales pueden evocar procesos cognitivos complementarios de razonamiento causal si ofrecemos explicaciones que se agreguen a un objeto auténtico (Eberbach y Crowley, 2005). La idea de aumentar el interés y la comprensión de los visitantes mediante el apoyo informativo también fue expresada por la mayoría de los museólogos/as, curadores/as, museógrafos/as y científicos/as entrevistados.

Esto fue particularmente evidente para los museos de ciencia, donde los curadores enfatizaron en que los objetos científicos auténticos requieren una explicación de sus principios y mecanismos subyacentes, así como de sus funciones. También asumieron que narrar historias en torno a objetos auténticos aumenta sustancialmente el interés de los visitantes. Por otro lado, algunos museólogos/as, curadores/as, museógrafos/as y científicos/as , particularmente de los museos de historia natural y de los museos de historia cultural, expresaron la opinión de que los objetos auténticos deberían hablar por sí mismos; una información adicional podría distraer a los visitantes a la hora de observar los objetos de manera imparcial, sin influir en su conducta. Nuevamente, hasta donde sabemos, ningún estudio empírico ha abordado cuál de estos puntos de vista opuestos es sostenido por los visitantes, es decir, si los objetos auténticos ejercen una influencia máxima cuando se escenifican de forma aislada o si se complementan con información adicional.

A modo de resumen, los visitantes de los museos focalizados en la ciencia y la historia cultural encuentran valor en la autenticidad de los objetos utilizados en las exhibiciones. Estos datos sugieren que los objetos auténticos proporcionan la profundidad y autoridad útiles para ampliar la comprensión de la exposición. Las conclusiones también muestran que el tema principal de dicha exposición sigue siendo una prioridad para los visitantes, lo que resulta en la aceptación de réplicas o artefactos históricos que han sido modificados para su conservación o valor operativo. Esta comprensión sugiere que los desarrolladores de exposiciones pueden mejorar el aprendizaje si llaman la atención sobre la autenticidad de los objetos utilizados y contextualizan su exhibición (ejemplo: dioramas virtuales). Investigaciones futuras se verán reforzadas si estas ideas permanecen estables en otra clase de museos, en otros países, y/o si se producen variaciones en los datos basados en tipos específicos de objetos o en las propias categorías de los mismos.

Recurso bibliográfico:

Stephan Schwan y Silke Dutz (2020): How do Visitors Perceive the Role of Authentic Objects in Museums? Research+Practice Forum. Curator, Volumen 63 Nº: 2 Abril 2020.


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