Museo Local y Turismo

Museo Local y Turismo

EVEMuseografía1Consideramos que los museos locales deben comenzar ya una etapa de renovación urgente. Son cientos de micromuseos – permitidnos que les apliquemos esta denominación – y de centros de interpretación, abocados a la ausencia de visitas, normalmente porque sus instalaciones están desfasadas, son centros obsoletos, aburridos, casi abandonados, que carecen de rigor científico en muchos de los casos. Museos locales alejados de la modernidad y de un diseño atractivo para el público. Hay quien los describe como lugares «con olor a naftalina y polvo del olvido». Para todos estos centros, muchísimos como decimos, o hay renovación inmediata o estarán condenados al cierre. Existe una absoluta y urgente necesidad de redefinir su concepto como pequeño museo para que se inscriban y lleguen a jugar en la liga del turismo cultural.

24310067Este modelo de museo local y centro de interpretación se está excluyendo de la conciencia de un potencial visitante turístico. Hay que renovarse o morir

Nada está hoy exento de evolucionar bajo la influencia del fenómeno del turismo. El movimiento turístico afecta e influye a todos los ámbitos de la sociedad, no habiendo territorio que se mantenga al margen, salvo que se haga espontáneamente mal o premeditadamente mal para estarlo. El grand tour del siglo XIX pervive, ahora quizá de una forma mucho más democrática. Ser viajero está al alcance de casi todos, ese es el factor democratizador. El fenómeno «low cost» ha conseguido que el mundo «se llene de visitantes». Al día de hoy hay interés turístico por todo: ciudad, paisaje, arte, arqueología, naturaleza, antropología, etc., etc. Además, el desarrollo de infraestructuras hoteleras en el ámbito rural (casa rurales, hoteles rurales, campings, etc.), facilita que los visitantes se interesen por destinos locales que hasta hace poco eran impensables, y que se encontraban al margen del circuito de interés global. Ya no solo de sol vive el turista, también busca experiencias relacionadas con la cultura y que son perfectamente compatibles con otras formas de disfrutar del ocio. El turismo actual es capaz de consumirlo todo, por lo que se ha convertido en una gran oportunidad para áreas con pocos recursos, pero que pueden atraer la atención de visitantes sobre su patrimonio intelectual: arte, historia, ciencia, experiencias culturales para todos los públicos, etc. Nada debe escapar al mercado turístico.

germany_pillowfight_001pCualquier actividad que esté bien planteada y si está apoyada en la transferencia de conocimiento mejor, puede convertirse en atracción turística

Volviendo a lo que nos ocupa y ocupará en otras futuras entradas, los museos locales, decir que no todo vale ni mucho menos. Si queremos que aumenten las visitas, que funcione el boca-oreja, hay que pensar que no todo le vale al turista potencial, que se ha convertido en un ser cada vez más exigente. El turista se mueve, el turista compara y emite un juicio: merece o no la pena. No vale la ausencia de discurso museológico. No vale la ausencia de proyecto museográfico, no vale una imagen poco atractiva, no vale olvidarse de las nuevas tecnologías de la comunicación que facilita infinitamente que algo se haga público, que podamos «propagar» una propuesta de forma muy barata. La viralidad en la red, si está bien planteada, funciona. Hablamos entonces de rigor científico, de difusión local de ese conocimiento de forma amena y dirigida a todos los públicos. Hablamos de imagen pública, hablamos de diferenciación, de novedad, de sorpresa, crear expectativas que se cumplan, de implicación y trabajo en red. Hay que renovar ese concepto de museo local trasnochado. Una renovación que abarque incluso hasta el nombre del museo y no digamos su identidad visual. Ineludiblemente, para tener éxito, hay que ponerse en manos de profesionales, sale más barato que el fracaso que supone que el museo local no reciba visitantes. Este es un hecho contrastado por años de observación y experiencia.

whale_outdoor_orange_smTodo empieza por cuidar la imagen pública del museo local y sus soportes de comunicación (incluido el sitio web), da igual el tamaño, no se justifica hacer las cosas mal, hacerlas bien resulta siempre más barato

Desde el punto de vista del turismo cultural, el museo local se convierte en el gestor del patrimonio cultural del lugar – al que tampoco pasa nada si se le llama centro de interpretación, aunque sea más largo -. Está demostrado ampliamente que el patrimonio local constituye un también un activo no solo cultural, sino también turístico. En esta sociedad de la información nuestra, el patrimonio local es un componente más de lo que denominamos calidad de vida. Su conservación no solo es válida para la permanencia de la cultura local de cara al turismo, sino también de cara a la población local, ya que sobre ese patrimonio se levanta la memoria histórica de la ciudadanía. Esta memoria debe tener un significado, una razón de ser y estar, ya que sin significado el patrimonio cultural se convierte en un elemento absurdo.

13_despedida Palacio del CaballeroEl Museo Palacio del Caballero de Olmedo (Olmedo, Comunidad Castilla y León – España), es un ejemplo de diferenciación, originalidad y puesta en valor, apoyándose en una idea y propuesta difereciadora: un personaje de ficción literaria

Resumiendo y a modo de conclusión, decir que para que el museo local se convierta en un producto turístico necesitará de algunos requisitos, como son:

– El museo local debe mostrar aquello que ha difundido en la mente de su público potencial. El museo local debe responder a las expectativas creadas como producto turístico.
– El museo local ha de estar diferenciado, debe singularizarse y mostrar aquello que no podemos ver ni experimentar en otro lugar que no sea ese. La estandarización del museo local es un modelo que ha entrado en crisis. la demanda actual busca espacios singulares.
– A pesar de la singularidad, hay que trabajar sobre parámetros diferenciadores de entendimiento universal. Hay que enfrentarse sin miedo al desafío que supone la globalización del turismo.
– Todo producto debe obedecer a un argumento. Detrás de un producto debe haber una historia comprensible.
– El contenido del museo local debe ser comprensible para poder ser «comprado» por sus clientes potenciales.
– Debe generar iconos memorables para que el visitante se «apodere» de ellos y los difunda compartiéndolos con su círculo de influencia.
– Debe contener elementos lúdicos diferenciadores.
– Su disfrute debe responder a la comodidad y a su simplicidad.
– El museo local debe formar parte de una red de museos.

Básicamente estas son las ideas fundamentales que se deben aplicar a todo museo local que quiera sobrevivir. Corriendo el riesgo de ser pesados, debemos decir que un buen planteamiento profesional nada tiene que ver con grandes inversiones ni mucho menos. Las buenas ideas bien planteadas y ejecutadas con rigor, resultan asequibles. No nos cansaremos de repetirlo.

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