«La facultad de recibir una sensación o percepción; cualquier cosa perceptible a través de la vista, el olfato, el oído, el gusto y el tacto». Esta es la definición de sentidos que nos muestra cuáles existen para ser utilizados al crear una experiencia multisensorial. En el texto de hoy, te explicaremos qué es una experiencia multisensorial, su importancia, cómo se puede aprovechar su diseño y cuál es el propósito de utilizarla en los museos. Al final del texto profundizaremos en cada unos de los sentidos para comprender mejor cómo nos afectan.
Nuestros cinco sentidos no actúan por separado; trabajan conjuntamente para proporcionar una comprensión sólida y entendible del entorno. Cuando estos sentidos se utilizan a un tiempo para lograr obtener una experiencia mejorada, el fenómeno se denomina experiencia multisensorial. Este tipo de experiencia necesita involucrar dos o más de los cinco sentidos humanos. Por ejemplo, si un museo muestra arte que los visitantes pueden tocar y ver, se convierte en una experiencia multisensorial (Fulkerson, 2011, 370).
Por lo general, se descuida la importancia de los sentidos al diseñar experiencias, a pesar de que se ha demostrado en varios estudios hasta qué punto las impresiones sensoriales forman parte de las percepciones y el comportamiento de los bienes y servicios por parte de los visitantes (Hulten, 2011, 258). Un enfoque multisensorial tiene como objetivo encontrar soluciones para públicos de todas las edades – jóvenes, ancianos – y para personas con discapacidades, con el fin de desarrollar su experiencia y enriquecer la visita al museo. Muchas veces, la interacción entre el visitante y las colecciones es superficial, pero cuando se agrega un elemento multisensorial, la experiencia tiende siempre a mejorar (Harada, Hideyoshi, Gressier-Soudan y Jean, 2018, 2222).
Las experiencias adquieren su potencial a través de la memorabilidad basada en la emoción. Sin embargo, al entender cómo se se ven afectadas esas emociones, todo acaba pasando por los sentidos. Son ellos los que evocan diversas emociones y, al comprender cómo funcionan estas combinaciones, la experiencia multisensorial puede ser utilizada de una manera mejorada. Así, el cliente crea una memorabilidad de su experiencia que llegará a sus mentes (Rodrigues, Hultén y Brito, 2011, págs. 42-45; Erikson y Larsson, 2011).
Existen múltiples casos en los que los museos han utilizado el enfoque multisensorial para mejorar la experiencia de sus visitantes. Sobre la base del conocimiento de esos estudios, se sugiere que el enfoque multisensorial en los museos puede enriquecer la experiencia de manera que aumente la memorabilidad. Todos estos casos demuestran cuán poderosos son los significados de los sentidos en la experiencia y cuán eficiente es comprender el modo de recibir los beneficios del uso de todos ellos (Vi, Ablart, Gatti, Velasco y Obrist, 2017; Eardley, Mineiro, Neves y Ride, 2016).
El enfoque multisensorial tiene un papel esencial en el diseño de experiencias avanzadas para museos, pero también se puede utilizar desde otras perspectivas. Los sistemas educativos utilizan, a menudo, la comunicación y el enfoque multisensorial en su desempeño, y muchos estudios demuestran que esto resulta eficiente. Por ejemplo, se ha observado que en un entorno de aprendizaje, cuando las personas reciben exposición multisensorial, mejora su percepción y memoria. El museo puede considerarse como un entorno de aprendizaje y, por lo tanto, la experiencia multisensorial se puede aplicar de más formas que solo como un placer y disfrute; también pueden mejorar todo lo relacionado con el aprendizaje en los museos (Eardley et al., 2017).
Otra perspectiva para un enfoque de experiencia multisensorial es utilizarlo como herramienta para mejorar la calidad del museo y en experiencias dirigidas a personas con discapacidad. Cuando se tiene uno o más sentidos debilitados o inexistentes, experimentar el museo se vuelve difícil o, incluso, imposible. Al agregar más de un sentido para exhibir los contenidos, se hace posible que las personas con ciertas discapacidades lo experimenten (Eardley et al., 2017; Argyropoulos y Kanari, 2015).
Podemos experimentar los sentidos de dos maneras diferentes: externa o internamente. Cuando observamos el entorno que nos rodea mediante el uso de los sentidos, estamos haciendo uso externo de los mismos. Sin embargo, cuando se fantasea o se piensa los sentidos, el uso es interno. Un ejemplo de ello sería imaginar cómo huelen los granos de café recién molidos (Hultén, 2015, 369-370.)
Nuestros cinco sentidos y la experiencia en el museo.
Sentido de la vista:
Se ha descrito como el sentido más importante y dominante que tenemos. Con la vista, podemos comprender y observar el entorno que nos rodea; es el sentido que más utilizamos a la hora de recorrer un museo (Erikson y Larsson, 2011; Hultén, 2011.)
El color tiene un papel importante cuando se habla de la vista. A través de ella, se nos proporciona un amplio abanico de dimensiones. Los diferentes colores pueden afectar a los sentimientos de las personas, y es por eso que, con frecuencia, se utilizan en museografía para hacer que las mentes de los visitantes sean más receptivas a las emociones. (Barry, Hardesty y Sute, 2003; Erikson y Larsson, 2011).
La luz es otro factor importante relacionado con la vista ya que influye sobre nuestras emociones. Algunos estudios sugieren que hay tipos específicos de iluminación que poseen un efecto más positivo en la mente de los visitantes. También atrae la atención de los consumidores hacia los productos y los alienta a tocarlos y examinarlos más tiempo (Veranos y Hebert, 2001.)
Sentido del oído.
El sonido no es algo nuevo cuando se habla de museos. Desde el punto de vista del consumo ha formado parte del mundo del marketing y de las marcas durante mucho tiempo. Es una herramienta esencial que desencadena y afecta al estado de ánimo, al comportamiento y a las preferencias de las personas, lo que significa que tiene una gran influencia en nuestras emociones y sentimientos (Albert, Albert y Maltz 2005; Hultén, 2011.)
La música es una herramienta extremadamente relevante que puede convertir el sonido en una parte muy activa de la experiencia del museo. Tiene el poder de despertar emociones y moldear el estado de ánimo y la percepción hacia un bien o servicio específico. Un aspecto notable del oído es la percepción del sonido de nuestras voces. Difiere de otros sonidos, por lo que se destaca fácilmente. Tiene una forma única de moldear las emociones y la personalidad, y por ello afecta el mensaje que se está comunicando. (Erikson y Larsson, 2011; Hultén,, 2011.)
Sentido del tacto:
El tacto está estrechamente relacionado con la información y los sentimientos que emergen cuando interactúa física y psicológicamente con algo tangible. Al llevar el sentido del tacto a un plano más práctico, como herramienta para la mejora una experiencia, puede tener un impacto positivo en las actitudes e intenciones de uso de los bienes o servicios de los consumidores. Los estudios han demostrado que el puby está dispuesto a evaluar y recopilar información sobre los productos utilizando el sentido del tacto (Erikson y Larsson, 2011; Hultén, 2011.) La tecnología ha llevado este sentido a un nuevo nivel mediante el uso de hápticos en el aire para una mayor estimulación sensorial . Esta tecnología funciona con un ultrasonido enfocado que el cliente puede sentir en el aire (Large, Harrington, Burnett y Georgiou, 2019).
Sentido del olfato:
A menudo se descuida el sentido del olfato cuando se habla de él en el contexto de la experiencia sensorial. Está relacionado de muchas maneras con el placer y el bienestar, y por eso tiene una conexión importante con las emociones y los recuerdos. El olor tiene un efecto muy poderoso en los sentimientos de los visitantes y puede mejorar o empeorar la experiencia. Un uso aplicado razonablemente ha demostrado su eficacia en muchos estudios al afirmar que el aroma adecuado puede tener un impacto positivo en el comportamiento de los consumidores e influir en sus decisiones a la hora de de visitar y recorrer el espacio de un museo (Goldkuhl y Styvén, 2007; Hultén, 2011).
Sentido del gusto:
Se dice que el gusto es un sentido emociona distinto y, en muchos casos, interactúa con otros sentidos. Usar un sabor es una excelente manera de diferenciarse de la competencia ya que es un sentido que rara vez se emplea en experiencias fuera de su entorno natural. La utilización del sabor no solo se limita a los restaurantes u otros entornos donde se estimula de forma natural. Un buen ejemplo de esto se encuentra en la revista cultural de Nueva York, Visionaire, en la que hablan de tiras de degustación que los clientes se llevan a la boca para tener una experiencia de sabor (Hultén, Brouweus y VanDijk, 2009).
Todo lo que recogemos hoy en nuestro artículo es aplicable perfectamente al mundo de los museos.
Recursos:
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