Durante el último medio siglo, los museos han pasado de ser predominantemente instituciones culturales, a jugar un importante rol social como lugares receptores de experiencias de ocio educativo. Paralelamente a este desarrollo, se ha puesto un mayor énfasis en la optimización de la experiencia del visitante. El contexto físico del museo, durante mucho tiempo, ha sido reconocido como una parte importante más en la experiencia de los visitantes (Falk y Dierking, 2000). Sin embargo, la forma en que los visitantes perciben y responden a diferentes tipos de ambientes de la exposición del museo, a nivel puramente ambiental, ha recibido por parte de la investigación y hasta hace poco tiempo, una atención relativamente escasa. Una limitación clave en el avance de la investigación en este área, ha sido la escasez de métodos para cuantificar y analizar las percepciones de los visitantes en la exposición, más allá de las simples y consabidas medidas de evaluación de la satisfacción del usuario. Con el fin de llenar este vacío, se ha desarrollado un modelo para conocer a fondo las formas en las que los usuarios perciben los diferentes ambientes de la exposición – «Sistema de Percepción del Ambiente (SPA)» -, y para ver cómo se relacionan con las diversas facetas en la experiencia del visitante.
Como parte de esta propuesta de sistema de evaluación, se ha generado un instrumento cuantitativo conocido como «ambiente percibido», y se ha puesto a prueba en un primer estadio con objeto de ser ajustado y mejorado. Esto permite que podamos explorar con mayor profundidad la relación entre el medio ambiente y la exposición dentro de la experiencia del visitante. El desarrollo del análisis del ambiente percibido, está relacionado con la psicología ambiental y, en particular, con la cognición ambiental, siempre dentro del marco de las teorías de la percepción espacial en el campo de la investigación conocida como «atmosférica» (Kotler, 1974). Hay que decir que «atmosférica» es el estudio de la influencia en los entornos comerciales sobre las configuraciones perceptivas en espacios públicos, y observa las actitudes y comportamiento de los compradores en estos ambientes. Este planteamiento se ha aplicado a métodos similares de evaluación adaptados al contexto del museo.
Los datos cualitativos y cuantitativos se recogen para explorar y comparar las percepciones de los diferentes ambientes de exposición, sensaciones que reciben los visitantes del museo y que necesitan convertirse en algo «medible». Los datos cualitativos se recogen a partir de visitas pre-concertadas al museo con el acompañamiento de un guía del estudio, mientras que los cuantitativos se obtienen de un número determinado de visitantes al museo que aceptan participar en el estudio, completando un cuestionario que incorpora un «Sistema de Percepción del Ambiente (SPA)». Además, un pequeño número de participantes es rastreado discretamente antes de completar la encuesta, lo que permite un análisis preliminar de la relación entre la atmósfera de la exposición y la percepción en el comportamiento de los visitantes en general.
Los factores que se valoran fundamentalmente, dentro del instrumento de análisis de la atmósfera percibida por los visitantes a la exposición, se denominan: Vibración, espacialidad, orden y teatralidad. Debemos decir que suelen existir diferencias sustanciales en la valoración puntual a partir de estos cuatro factores, dependiendo de las salas del museo que se analicen. Son diferencias que tienen que ver básicamente con los cambios morfológicos entre una sala y la siguiente. Algunas veces se trata de diferencias que se producen a partir de aspectos muy livianos, pero que cambian la percepción que tiene el visitante sobre la atmósfera de la exposición (cambios de luz, por ejemplo).
Las sensaciones percibidas en un espacio expositivo, son tan importantes como sus propiedades físicas medibles. De los cuatro factores que se tienen en cuenta, el ambiente y la vibración son los que están más fuertemente relacionados con las variables afectivas, cognitivas y de conducta del visitante. La espacialidad es un factor que se relaciona con la sensación de relajación en el entorno de la exposición. Existe una correlación negativa entre el orden (desorden) de los contenidos expositivos y la sensación de sobrecarga cognitiva. Estos estudios muestran que la cuantificación del ambiente percibido en un entorno de exposición, es técnicamente posible, teóricamente coherente, y capaz de proporcionar nuevos y útiles conocimientos sobre la relación del medio ambiente expositivo en el valor de la experiencia durante la visita al museo.
El objetivo final en la composición de esta clase de estudios valorativos «tailor made», es el de avanzar en nuestra comprensión teórica sobre la relación que existe y se produce entre el medio ambiente museogáfico y la experiencia del visitante en el contexto del museo. Nosotros creemos firmemente que estos estudios contribuyen enormemente a la consecución de una aportación práctica y metodológica al campo de la museografía. El análisis del «sistema de percepción del ambiente» es una nueva herramienta de investigación, muy fácil de gestionar, que se puede aplicar a una amplia gama de ajustes en el museo. La capacidad de caracterizar los ambientes de exposición a partir de sus propiedades percibidas, en particular vibración, espacialidad y orden, puede ser un elemento de enorme utilidad para los planificadores, diseñadores, productores y evaluadores de las exposiciones del museo, tanto permanentes como temporales.
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Fotografía: Behance
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