Museos y Universo del Aprendizaje Infantil

Museos y Universo del Aprendizaje Infantil

 

Muchas personas afirman que los museos son un lugar propicio para que los niños se diviertan. Los investigadores saben muy bien que una experiencia divertida a menudo conduce a resultados de aprendizaje. El aprendizaje no conoce fronteras y los museos pueden considerarse una especie de escenario para ello. Si entendemos el aprendizaje como un proceso de cambios en el conocimiento, las actitudes y los valores, los museos son un entorno ideal y estimulante. El aprendizaje en los museos se produce cuando los niños conectan con un objeto o una experiencia interesante. El conocimiento previo y las características personales del niño/niña determinarán qué elementos y experiencias tienen el mayor atractivo. El contacto inicial con el objeto/contenido del museo es solo el comienzo: el aprendizaje y el pensamiento abarcan un largo período de tiempo y el evento dentro del museo agregará una capa importante a ese proceso continuo.

Los museos ofrecen a los niños/as oportunidades para aprender sobre el mundo y explorar nuevas ideas. Son lugares que motivan a los pequeños de una manera que les resulta natural, ofreciendo oportunidades para crear significados de forma activa, respondiendo a entornos estimulantes, participando en la interacción social, estableciendo conexiones, construyendo sobre lo que saben, formulando preguntas, persiguiendo sus intereses y resolviendo problemas. Los estudiantes jóvenes desarrollan conocimientos y comprensión sobre el mundo a través de experiencias personales, sociales y culturalmente mediadas, por lo que los museos pueden desempeñar un papel muy importante a la hora de impulsar este tipo de aprendizaje. Los niños acuden a ellos con una gran variedad de intereses y preferencias por lo que el personal del museo debe emplear diversas estrategias para generar experiencias significativas y condiciones óptimas para su aprendizaje.

En el mundo de los museos, los niños/as muestran una variedad de características que los hacen estudiantes ávidos y receptivos.

Los niños y niñas son:

  • Enérgicos.
  • Capaces.
  • Curiosos.
  • Activos.
  • Multisensoriales.
  • Exploradores.
  • Juguetones.
  • Preguntones.
  • Llenos de ideas.
  • Sabiondos.
  • Comunicativos.
  • Creativos.
  • Constructores independientes de teorías e ideas.
  • Imaginativos.

Por otro lado, para proporcionar experiencias de aprendizaje óptimas a los niños, los adultos que guían a los más pequeños en los museos pueden aplicar una serie de principios de aprendizaje-enseñanza. Los programas deben ser:

  • Centrados en los niños y niñas: la guía para adultos descubre lo que los alumnos saben y se centra en la base de conocimientos existente.
  • Apropiados para su desarrollo: se deben tener en cuenta los antecedentes culturales, la edad y las diferencias individuales.
  • Sensibles: los encuentros de enseñanza-aprendizaje se caracterizan por intercambios dinámicos, bidireccionales y respetuosos entre adultos y niños.
  • Flexibles: los múltiples niveles de entrada en los diálogos y situaciones de enseñanza-aprendizaje permiten que los niños de todos los niveles y habilidades participen de alguna manera.
  • Basados en el juego: se anima a los niños a participar en situaciones de juego a través de prácticas, mentales, autodirigidas y divertidas.
  • Empoderados: se deben proporcionar oportunidades para que los niños tomen decisiones y sean agentes de su propio aprendizaje.

Se ha producido un aumento en las visitas a todo tipo de museos (antes de la pandemia), con altas cifras de asistencia y un crecimiento significativo en las audiencias de la primera infancia. En consecuencia, los museos están comenzando a ver a los visitantes jóvenes como un público importante. En el pasado, pocos estudios se centraban en la experiencia de los pequeños. Sin embargo, investigaciones recientes proporcionan información sobre cómo se involucran y aprenden en los museos. Lo que os vamos a mostrar a continuación es un resumen de los conocimientos actuales que tenemos al respecto.

El museo es un escenario novedoso que puede resultar a la vez asombroso y abrumador. Suele tener muchos rincones, puertas, grandes paredes interiores y características arquitectónicas inusuales. La arquitectura del espacio del museo en sí parece convincente, y para los visitantes jóvenes es más emocionante debido a las oportunidades inusuales de explorar objetos y participar en actividades diferentes a las de su casa o de la escuela. Los niños y niñas responden de diversas formas a la novedad de las exposiciones y experiencias; lo hacen con sorpresa, placer, perplejidad, asombro y curiosidad.

Mapeo cognitivo:

Los niños a menudo comienzan su visita al museo pasando por un período de agitación y prisa, y con la necesidad de orientarse en el espacio. Después de esa primera fase de orientación, se produce un período de asentamiento y acoplamiento al nuevo medio. Durante el ciclo de actividad, los niños emprenden un proceso de «mapeo cognitivo» en el que exploran de una manera aparentemente aleatoria, pasando de una exposición a otra en un viaje de descubrimiento (Worthington y Paull, 1987, p. 30). Transcurridos unos treinta minutos, disminuyen el ritmo y se mueven de forma más selectiva, decidida y silenciosa.

La experiencia del mapeo parece ser un aspecto importante de los niños en su visita al museo, al igual que la tendencia a utilizar el modo de «empezar-parar» al recorrer las exposiciones. Literalmente, se detienen y comienzan su exploración, y vuelven a visitar las áreas de exposición que les interesan (Rennie y McClafferty, 1995). Los niños no siempre interactúan con las exposiciones de la manera en que fueron diseñadas por el personal, sino que siguen sus propios intereses y preferencias.

Calor y sudor:

Llega la fase en la que vemos a los niños y niñas acalorados y sudorosos en su experiencia del museo. Observarlos absortos en el juego, con sus cuerpos tan comprometidos, nos lleva a buscar información sobre lo que sucede cuando se comportan de esta manera. A partir de recursos bibliográficos, encontramos muchos investigadores que examinan el fenómeno del aprendizaje activo, y todos coinciden en que los movimientos físicos y la «acción» mejoran el proceso.

La importancia de la participación y nuestra percepción sobre las mentes activas de los alumnos está bien documentada (Ansbacher, 1998; Dewey, 1963; Duckworth, Easley, Hawkins y Henriques, 1990; Gardner, 1983; Hein, 1996). Rennie y McClafferty (1996) señalan que, si bien la actividad práctica se equipara con la percepción de las exploraciones, para que la experiencia sea significativa, debe ser interpretada con la mente. Hein y Alexander (1998) proporcionan un modelo útil para examinar el aprendizaje que tiene lugar cuando los niños se involucran en actividades de mucho movimiento en los museos (calor y sudor). Sus definiciones de aprendizaje constructivista y activo destacan la importancia de las conexiones cuerpo-mente durante el proceso. Mientras participan en las actividades físicas asociadas con el aprendizaje, los niños usan tanto sus manos como sus mentes para interactuar con el mundo. Manejan y manipulan objetos, experimentan, construyen, resuelven problemas y llegan a conclusiones; se les exige que «luchen con las ideas…, que piensen» (Hein y Alexander, 1998, p. 38).

El concepto de «pensamiento cinestésico» describe el proceso que ocurre durante las actividades de aprendizaje físico, cuando los niños se involucran usando las manos, el cuerpo y la mente (McKim – citado en Williams, 1983, p. 152). Para los niños pequeños, que son aprendices sensoriales y muy concretos, el pensamiento cinestésico tiene claras ventajas. En primer lugar, la información captada a través de los sentidos estimula pensamientos sobre la experiencia. La manipulación de objetos y materiales también permite descubrimientos inesperados y genera una sensación de inmediatez, actualidad y acción.

Las exposiciones del museo que permiten el movimiento corporal, a través del tacto y la manipulación, estimulan niveles más altos de comportamiento centrado en la atención, como cuestionar y explicar, comportamientos que están claramente asociados con el aprendizaje (Dierking, citado en Borun, Cleghorn y Garfield, 1995). Los niños razonan sobre las cosas que pueden tocar y en las que pueden proyectarse físicamente. Según Patterson (1997), el alto grado de información sensorial que ofrecen las experiencias táctiles y cinestésicas atrae la atención de los niños, proporciona una imagen más completa del tema y ayuda a retener la información. El aspecto emocional de las experiencias cinestésicas también influye en la retención de las ideas presentadas en las exposiciones de los museos. A medida que los niños pequeños se involucran en actividades físicas, experimentan sentimientos como entusiasmo, anticipación, alegría, frustración, empoderamiento, éxito y diversión. Su acción corporal asume un papel que lo abarca todo, al vincular el pensamiento con la entrada sensorial y la emoción (Wright, 2000). Una conexión física y emocional con el contenido museológico aumenta la memorabilidad de la experiencia de aprendizaje.

Las situaciones de aprendizaje colaborativo están notablemente presentes durante las actividades de juego intenso en el museo. Al explorar las exposiciones en grupos pequeños, los niños trabajan juntos para lograr un resultado exitoso: se miran y se escuchan unos a otros, hacen preguntas, lanzan sugerencias, dan instrucciones y cooperan para resolver problemas (Piscitelli, Weier y Everett, 2003). Cada miembro del grupo es responsable de sus propias acciones, así como de ayudar a los demás cuando sea necesario. En una atmósfera de colaboración, los niños acceden a la situación de juego activo de la manera que mejor se adapta a su enfoque de aprendizaje preferido y a sus fortalezas particulares. Posteriormente, con el apoyo y la ayuda de compañeros o adultos más capacitados, pueden asumir roles más desafiantes dentro del grupo. Un juego tan activo y colaborativo está destinado a obligar a los niños a participar.

Mann (1996) describe el juego activo en el contexto de la «hipótesis de la participación», una regla bien establecida de las ciencias sociales en la que la «propiedad» de una actividad surge de una participación creciente, abriendo al niño a nuevas ideas, innovación y aprendizaje (p. 449). Cuanto más activos sean los niños para determinar y absorber su propio aprendizaje, más aprenderán.

Consultas: info@evemuseos.com

Recursos:

Hawkey, R. (2001b): Science beyond school: representation or re-presentation?, in: A Loveless and V Ellis (Eds), ICT, Pedagogy and the Curriculum: Subject to Change. Londres: Routledge/Falmer

Hawkey, R. (2002a): The lifelong learning game: season ticket or free transfer? Computers & Education, 38(1-3), 5-20.

Hawkey, R. (2002b): Walking with woodlice: biodiversity on-line and in the field, in: D Watson and J Andersen (Eds), Networking the Learner: Computers in Education. Boston, MA: Kluwer Academic Publishers.

Heath, C. y vom Lehn, D. (2002): Misconstruing interactivity. Paper presented at Interactive Learning in Museums of Art and Design. London,17–18 May.

Hein, G. (1995). The constructivist museum. Journal for Education in Museums, 16, 21-23.

Hein, G. (1998). Learning in the Museum. Londres: Routledge.

Hein, H. (1990): The Exploratorium: The Museum as Laboratory. Washington, DC: Smithsonian Institution Press.

Hemmings, T., Clarke, K., Francis, D., Marr, L. y Randall, D. (2001). Situated knowledge and virtual education: some real problems with the concept of learning and interactive technology, in: I Hutchby and J Moran-Ellis (Eds), Children, Technology and Culture: The Impacts of Technologies on Children’s Everyday Lives. London: Routledge/Falmer

Hepple, S. (2000). How might elLearning really change educational policy and practice?, in: Johnson, M (Ed), Education Futures. London: Design Council/RSA.

Hepple, S. (2001). Preface, in: A Loveless and V Ellis (Eds), ICT, Pedagogy and the Curriculum: Subject to Change. London: Routledge/Falmer.

Hinton, M. (1999). The Victoria and Albert Museum Silver Galleries II: learning style and interpretation preference in the Discovery Area. Museum Management and Curatorship, 17(3), 253-294.

Hooper-Greenhill, E., Dodd, J., Moussouri, T., Jones, C., Pickford, C., Herman, C., Morrison, M., Vincent, J. y Toon, R. (2003): Measuring the outcomes and impact of learning in museums, archives and libraries. End of project paper for the Learning Impact Research Project. Leicester: Research Centre for Museums and Galleries.

Hsi, S. (2003): A study of user experiences mediated by nomadic web content in a museum. Journal of Computer Assisted Learning, 19 (3), 308-319.

Johnson, C. y Quin, M. (2004). Learning in science and discovery centres – appendix, in: Science Center Impact Study. Washington, DC: ASTC, in press.

Jones, S. (2002): The HyperMuseum. Paper presented at the 3rd Science Centre World Congress, Canberra, Australia, February

Kirk, J. (2001). Accessibility and new technology in the museum, in: D Bearman and J Trant (Eds), Museums and the Web 2001: Selected Papers from an International Conference. Pittsburgh, PA: Archives & Museums Informatics. http://www.archimuse.com/ mw2001/papers/kirk/kirk.html

Kirriemuir, J.y McFarlane, A. (2004). Literature Review in Games and Learning. Bristol: Futurelab.

Klages, E. (1995): When the Right Answer is a Question: Students as Explainers at the Exploratorium. San Francisco, CA: Exploratorium.

Knell, S. (2003): The shape of things to come: museums in the technological landscape. Museum and Society, 1(3), 132-146.

Littlejohn, A. y Higgison, C. (2003): A Guide for Teachers (e-Learning Series No 3). York: Learning and Teaching Support Network (LTSN).

Loverance, R. (2001): Playing on familiarity: online learning at KS2 from Egypt to Mesopotamia. Paper presented at CAL2001, University of Warwick, Abril 2-4.

MDA (2001): Building Digital Content: a Study in the Selection, Presentation and Use of Museum Web Content for Schools. Londres.

Miles, RS., Alt, M.B., Gosling, D.C., Lewis, B.N. y Tout, A.F. (1982). The Design of Educational Exhibits. London: George, Allen & Unwin.

Miller, K. y Clay, J. (1999): Halted by customs: the potential for border crossing with/in developing ‘scientific literacy’. Paper presented at British Educational Research Association conference, University of Sussex, Septiembre.

Mitchell, W. (2002). The museum: a building type in transition. Paper presented at Museums and the Web, Boston, Abril.

MLA (Museums, Libraries and Archives Council) (2004). Inspiring Learning For All. Londres: MLA. http://www.inspiringlearning forall.gov.uk/utilities/references/default.aspx

Moussouri, T (2000): Research Digest. Leicester: Research Centre for Museums and Galleries.

Moussouri, T. (2002): A Context for the Development of Learning Outcomes in Museums, Archives and Libraries. Londres: Resource/Leicester: Research Centre for Museums and Galleries.

National Museum Directors’ Conference (1999): A Netful of Jewels: New Museums in the Learning Age. Londres: National Museum Directors’ Conference

NFO System Three (2003): Young People and ICT 2002. Coventry: British Educational Communications and Technology Agency (Becta). http://www.becta.org.uk

Perry, D.L. (2002): Profound learning: stories from museums. Educational Technology, 42(2), 21-25

Proctor, N. y Burton, J. (2003). Multimedia tour pilots 2002-2003. Proceedings of the mLearn Conference, Londres, Mayo 19-20.

Proctor, N. y Tellis, C. (2003): The state of the art in museum handhelds in 2003, en: D. Bearman y J. Trant (Eds), Museums and the Web 2003: Selected Papers from an International Conference. Toronto: Archives & Museums Informatics.

Prosser, D. y Eddisford, S. (2004): Virtual museum learning, en: G. Marks (Ed), Information Technology in Childhood Education Annual. Norfolk, VA: Association for the Advancement of Computers in Education, en prensa.

Resnick, M. (2002): Rethinking learning in the digital age, en: G. Kirkman (Ed), The Global Information Technology Report: Readiness for the Networked World. Nueva York: Oxford University Press.

The Council for Museums, Archives and Libraries (2001): Museum Learning On Line. Londres.


Si quieres recibir nuestro newsletter, y/o la bibliografía y recursos asociados al artículo de hoy, pídenoslo en el boletín adjunto, dejando claro que solicitáis la bibliografía y los recursos asociados al artículo, por favor. Si quieres recibir los artículos por correo electrónico completa el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás en la cabecera de esta página. Tu dirección de correo electrónico será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters, pudiendo darte de baja en el momento que quieras.

Tus comentarios son muy importantes para nosotros

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.