Cuando observamos una pintura, escuchamos música, probamos una comida, olemos un perfume o tocamos un objeto real, físico, experimentamos sensaciones que se producen de una forma absolutamente natural. El abanico perceptivo de nuestros cinco sentidos humanos siempre ha sido difícil de reproducir por medios artificiales, pero ahora, gracias a las tecnologías emergentes, las impresiones sensoriales puede ser capturadas, editadas, y reproducidas voluntariamente en un momento determinado del espacio y del tiempo. Esta forma de generar experiencias sensoriales inducidas, representa nuevas formas de enriquecer y refrescar las experiencias culturales tradicionales. Las tecnologías emergentes ya pueden, por ejemplo, grabar y emitir un aroma tan fácilmente como se toma una foto. La capacidad de tocar digitalmente hace que podamos acariciar (virtualmente) la superficie de la luna con nuestros dedos . A medida que la tecnología para la captura y reproducción de experiencias sensoriales se vuelva más común y eficaz, las personas dejaran progresivamente de estar interesadas en vivir experiencias tradicionales, las que activan básicamente un único sentido (mirar un cuadro: La vista, por ejemplo).
La demanda de experiencias multisensoriales se acelera conforme a la aparición de nuevos descubrimientos que justifican su utilidad, así como al reto artístico y la pura diversión, que generan la implicación de todos los sentidos en una sola experiencia. Investigaciones recientes sugieren que la mejor manera de recordar hechos es acompañarlos con música, si bien los antiguos descubrieron, ya hace mucho tiempo, el modo de utilizar nuestro sentido espacial innato como una herramienta para aumentar nuestra memoria de las cosas. Una de las razones por las que dedicamos tanto tiempo y esfuerzo al desarrollo de la tecnología del olor, entre otras cosas, es para entender mejor la capacidad del olfato como estímulo potenciador de nuestra memoria, además de ser un medio para generar emociones que va asociado directamente al estado de ánimo y a nuestra salud.
Ya estamos usando algunas experiencias multisensoriales con el fin de satisfacer las necesidades de las audiencias que tienen perfiles especiales. El proyecto «Memorias en el Museo» está dirigido a las personas que sufren del mal de Alzheimer, y en él se inspiró el Museo de Arte de Cincinnati para adoptar un enfoque multisensorial en sus colecciones, incorporando sonido y otras sensaciones en lugar de centrarse exclusivamente en el plano meramente visual, como hacen la enorme mayoría de los museos de arte del mundo. Con ésto , lo que se pretende es ampliar la experiencia del museo a todo tipo de público.
Pero debemos decir que la mayor parte de la demanda en el desarrollo de experiencias multisensoriales en los museos es impulsada y motivada por la creación del puro placer. Ya es posible vestir moda multisensorial, como la que ha creado la modista Iris Van Herpen, con el diseño de ropa que genera su propio «sonido envolvente». Actualmente podemos pasear por la ciudad disfrutando del arte público multisensorial, como en el caso del Proyecto Di Mainstone, que ha cableado el puente de Brooklyn como si fuera un arpa gigante que se pudiera tocar. Las cenas multisensoriales son experiencias que se están poniendo de moda: Ultraviolet, en Shanghai, por ejemplo, combina las degustaciones de su menú con imágenes que se proyectan en los muros del restaurante, al ritmo de una música «impregnada» de aromas (esencias que van más allá del olor de la comida): el aroma acompañado de imágenes de un mar batido contra las rocas recubiertas de algas de un acantilado, para resalzar multisensorialmente la degustación de un plato de langosta.
En Barcelona, Ferran Adriá y hermano, en su restaurante 41 Grados, invitan a sus comensales a participar en una instalación artística que permite explorar la forma en la que los estímulos sensoriales se combinan, creando así lazos emocionales poderosos y memorables entre los consumidores y el propio restaurante. Hay hoteles que ya están expandiendo sus experiencias sensoriales, y nos muestran desde habitaciones con techo de cristal para disfrutar de las Auroras Boreales (reales o ficticias), hasta habitaciones que ofrecen individualmente luces programables para crear calma, relajación, un ambiente romántico o lo que los huéspedes deseen en cada momento, dependiendo de su estado de ánimo. Los Hoteles Museo 21C invitan a sus huéspedes a acostarse bajo la influencia del arte, proporcionándoles video, sonido ambiente, luz, aromas…, todo ello acompañado de otras instalaciones digitales multisensoriales complementarias.
La revolución digital era, en un principio, sonora y más tarde se convirtió en básicamente visual. Pero estamos desarrollando tecnologías digitales que ya canalizan los otros sentidos muy rápidamente. Las tecnologías digitales relacionadas con el sentido del olfato están resultando especialmente prometedoras. La «Pantalla Olorosa» japonesa hace que objetos que aparecen en una pantalla LCD liberen olores particulares a intervalos preestablecidos desde la propia pantalla. El Ophone, actualmente en desarrollo, dispone de una tecnología que posibilita que de nuestro teléfono inteligente emanen olores, permitiendo a los usuarios percibir hasta 320 aromas diferentes de cosas que se ven en la pantalla del dispositivo. Con la creación de aromas personalizados, que se reproducen desde un cilindro sincronizado al teléfono inteligente vía Bluetooth, se abre todo un mundo de posibilidades sensoriales. Los inventores del Ophone están incluso abordando la naturaleza efímera de la fragancia: Una cámara analógica apodada «La Madeleine» captura olores, que luego pueden ser «reproducidos» en el Ophone. Este es un desarrollo tecnológico que se basa en la creación de «cápsulas de olor para la memoria Bespoke». El sentido del gusto también está dando un gran salto en el mundo digital: Los investigadores de la Universidad Nacional de Singapur están trabajando ya en el desarrollo de «piruletas digitales» que pueden simular diversos sabores.
La tecnología háptica también explora el universo del tacto digital. La empresa tecnológica Aireal puede generar movimientos de aire en ambientes cerrados para crear sensaciones táctiles. A partir de los movimientos del cuerpo de un usuario frente a una pantalla (por ejemplo, simular parar un penalty con un balón de fútbol digital y saber qué se siente realmente cuando nos golpea en la mano), se generan sensaciones táctiles. Otro sistema utiliza electro-vibraciones parareproducir la sensación de la textura de superficies, todo reproducido en una pantalla táctil utilizando datos digitales, de manera que podamos «sentir» lo que estamos tocando en la pantalla. El MIT Media Lab ha desarrollado un sistema que permite a los usuarios manipular un objeto real situado en una ubicación remota. Y así podríamos seguir hasta casi el infinito y más allá.
En muchas ocasiones, no es necesario generar experiencias hápticas para experimentar sensaciones multisensoriales. A veces es más que suficiente si creamos experiencias de inmersión que acompañen el «paisaje sensorial» en el que se lleven a cabo. Por ejemplo, este es el caso de la película inmersiva «The Alter Bahnhof video walk» (2012), diseñada para ser reproducida en una antigua estación de tren en Kassel, Alemania. Esta experiencia audiovisual, tal y como se reproduce, hace que el espectador se introduzca un entorno inmersivo de cine. Los participantes usan un iPod con los auriculares conectados, y avanzan hasta una aplicación de realidad alternativa que superpone eventos a 360º que suceden en la localización donde se rodaron las escenas de la película. O incluso con el uso de una tecnología más modesta, como en la «Ópera de las Ciudades Invisibles» representada en la Union Station de Los Angeles, en la que intervienen intérpretes holográficos que se mueven a través de los patios, vestíbulos y salas de espera de la estación. Esta presentación combina el sentido de la vista, el sonido, el movimiento y la participación de la audiencia, y de esta manera se consigue un mayor impacto emocional. Se convirtió además en reclamo para las audiencias más jóvenes que normalmente no asisten a óperas u obras de teatro en las salas de conciertos y teatro convencionales. La Royal Shakespeare Company | RSC de Londres, no hace más que innovar en este campo, con resultados verdaderamente espectaculares.
¿Qué significa todo esto para los museos?
Estamos comprobando que el patrimonio se relaciona cada vez más con experiencias multisensoriales. La Fonoteca Nacional de México, por ejemplo, declaró que los sonidos de la Ciudad de México (claxonazos y palabrotas constantes incluidas), deberían formar parte del patrimonio cultural de la nación. Muchos países están identificando y controlando los nombres asociados a los alimentos tradicionales, como Francia con su d’origine contrôlée, o Italia con su denominazione di origine controllata, como parte de su patrimonio cultural intangible. La gente está empezando a reconocer los «paisajes de aroma» como características importantes y distintivas de las ciudades y paisajes que merecen ser reconocidos y conservados (el paisaje de la lavanda de la Provença, por ejemplo). Como guardianes del patrimonio cultural, los museos podrían necesitar ampliar los límites de lo que exhiben como contenidos de su colección, transgrediendo la línea que separa lo analógico de lo digital.
La creciente demanda del público hacia las experiencias multisensoriales puede presionar a los museos a utilizar, de una forma rutinaria, más modalidades sensoriales en sus exposiciones y programas de colecciones. El MoMA, por poner otro ejemplo, incluso invitó a la empresa Prairie Home de Garrison Keillor para que compusiera una serenata dirigida a los amantes del arte que se pudiera escuchar en todas su salas. La crítico de arte Robin Pogrebin del New York Times, ha manifestado recientemente que «la música será el próximo gran descubrimiento de los museos». Afirma que las exposiciones se convertirán en «una gran amalgama de formas y expresiones artísticas, incluyendo la música, pintura, escultura, performances en vivo, video, todo junto en una gran mezcla e interpretadas al mismo tiempo».
Los museos han utilizado durante mucho tiempo soluciones tecnológicas relativamente modestas, como puede ser la incorporación de las audio-guías a sus exposiciones, o la interactividad en paneles, el bombeo de olores en el aire con el uso de spray, los escenarios o dioramas que atravesamos caminando, el tacto con objetos, muy raras veces el gusto y, como ya hemos mencionado anteriormente, el sonido. Ahora bien, estamos comprobando cómo la innovación tecnológica aplicada a la creación de experiencias multisensoriales es cada vez más creativa y avanzada, pudiendo desarrollar experiencias multisensoriales individualizadas y asequibles para casi todos los museos que se quieran subir al carro de la sinestesia.
Archivo EVE
La disponibilidad de estas tecnologías, junto con las preferencias del consumidor en la experimentación de estímulos sensoriales múltiples, podría establecer una nueva expectativa en la línea de base de la innovación museográfica aplicada a los museos, a partir de la proliferación de proveedores de experiencias visuales, en ocasiones complementadas con olor, sonidos o sabores, lo que les convierte en expertos en la sinestesia especializada para museos y exposiciones.
BIBLIOGRAFÍA:
- Diane Ackerman, A Natural History of the Senses (Vintage, 2011). A “lusciously written grand tour of the realm of the senses.
- Rachel Herz, The Scent of Desire: Discovering Our Enigmatic Sense of Smell (Harper Perennial, 2008). A psychological study of the importance of smell in our lives.
- Liz Neely, Miriam Langer, Please Feel the Museum: The Emergence of 3D Printing and Scanning (paper from the 2013 Museums and the Web conference, digital download). This paper documents and explores how 3D printing and scanning can be used to help audiences feel the museum, starting with an introduction to 3D scanning and printing, and discussing how printed models can become “social objects” that provide access to collections for a wider and more diverse audience.
- Mark M. Smith, Sensing the Past: Seeing, Hearing, Smelling, Tasting, and Touching in History (University of California Press, 2008). Smith has consulted with several museums that were interested in recreating sensory experiences from the past.
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Foto principal y para redes sociales: Blusens
En lo personal, si he de permitirme un breve comemtario de esta fuente sobre temas museográficos, sin duda los considero de lo más valioso. Sumamente frescas y actualizadas sus ideas, sus segmentos de índole técnico y teórico. Valosos sin duda, adicionalmente he intentado conservar sus conceptos en aras de mis prácticas profesionales en el tema y oficio museográfico. Muchas gracias.
Muchísimas gracias por tu comentario Guillermo y muy agradecidos por leernos y apreciar nuestros conceptos sobre la ciencia de los museos. Recibe un cordial saludo.
Me parece una entrada excelente ya habla sobre temas de actualidad y creo que el mundo de los museos debe estar al día en el mundo tecnológico.Tienen que dar un servicio de historia y una manera clásica de ver el arte y también introducir el arte y la cultura a las nuevas generaciones con su propio lenguaje. El blog me sirve de información y de formación para mi propia carrera dentro de la historia del arte. Gracias por las aportaciones.
Mil gracias Johanna por tu comentario. Nuestro objetivo es el de aportar ideas y conceptos que pueda ser útiles en el ámbito del trabajo en el museo. Consideramos que la gran mayoría de los museos, sobre todo los locales, se están quedando fuera de la evolución y es una pena. No hay consciencia de que la sociedad está evolucionando a gran rapidez y que los intereses ya no se acoplan, y es sobre esa cuestión por la que necesitamos llamar la atención de los responsables. Enhorabuena por tu blog y por tus fotografías que nos gustan mucho. Recibe un cordial saludo.