Si partimos de las propuestas de Tilden, comprobaremos que ni la descripción ni la explicación científica son el objetivo esencial de la interpretación del patrimonio, si bien toda interpretación se basa en información fáctica. Recordemos que Tilden definió la interpretación como «una actividad educativa que tiene como objetivo revelar significados y relaciones a través del uso de objetos originales, por experiencia de primera mano y por medios ilustrativos, en lugar de simplemente comunicar información fáctica».
Para evitar malentendidos, debemos recordar también que nos ofreció otro concepto que decía: «se describe más correctamente como una advertencia, tal vez: la interpretación debe capitalizar la mera curiosidad para el enriquecimiento de la mente y el espíritu humanos». Hubo hasta un tercer intento de explicar sus palabras: «la interpretación es la revelación de una verdad más amplia que se encuentra detrás de cualquier declaración de hecho». E, incluso, un cuarto más para indicar la dirección de lo que quería decir con la interpretación: «el trabajo de revelar […] algo de la belleza y la maravilla, la inspiración y el significado espiritual que se esconden detrás de lo que el visitante puede percibir con sus sentidos».
Es obvio que en su libro de 1957, Tilden peleó duro para encontrar palabras apropiadas que mostraran lo que quería decir mientras «araba un campo virgen en lo que respecta a una filosofía publicada sobre el tema [interpretación del patrimonio]».
Exploremos los significados que se encuentran detrás de lo que los visitantes pueden percibir con sus sentidos, y de cualquier declaración o explicación de los hechos. Para ello vamos a contar una historia, la de dos excursionistas que subieron hasta la cima de una colina para visitar las ruinas de un castillo.
En la puerta de entrada de la ruina encuentran un panel antiguo que proporciona mucha información fáctica sobre el castillo: la fecha en que se construyó la parte más antigua y en la que se amplió, los nombres de las familias nobles que vivieron allí, la fecha en que el castillo fue destruido. También aporta datos sobre la importancia de este lugar, protegido por la ley estatal. La ruina está catalogada como monumento arquitectónico «debido a su rara combinación de elementos arquitectónicos románicos y góticos».
Los excursionistas no se molestan en leer toda la información; la mayor parte no tiene sentido para ellos.
Pero el hombre, que ama este lugar y ha leído mucho sobre el antiguo castillo, le habla a su amigo de lo que le parece significativo: «… aquí vivía una familia noble regional. Si bien creían en las virtudes de la caballería, también se involucraban en sangrientas enemistades mientras intentaban asegurar su poder y ampliar el territorio bajo su control. El único hijo, que se suponía iba a heredar el castillo y sus tierras, siguió el llamado del Papa y se unió a otros caballeros en una cruzada para liberar Jerusalén. Esta empresa fue muy costosa, y la familia tuvo que comprometer una parte importante de sus posesiones. Luchando por sus más altas creencias en Tierra Santa, el caballero perdió la vida. Unos años más tarde, el castillo cayó en manos de otro caballero. El nuevo propietario no respetó los antiguos derechos de los siervos ni los estatutos de la ciudad que habían confirmado las libertades de los ciudadanos. Para poner fin a la opresión, los ciudadanos y los agricultores unieron sus fuerzas, atacaron y mataron al último caballero del castillo. Con ira y venganza, incendiaron éste. La familia del nuevo señor tuvo que huir de su escondite en el campanario, que todavía se puede ver hoy, y fue expulsada por los insurgentes enojados. Durante varias semanas, los aldeanos y las ciudades gobernaron el territorio ellos mismos hasta que el ejército del duque asumió el control y estableció una administración local de funcionarios en la ciudad principal. El castillo nunca fue reconstruido. Este evento es considerado como uno de los primeros casos de liberación y autogobierno en el país».
El amigo pregunta «si faltar al juramento y matar a otras personas no contradice las virtudes de la caballería» y sobre esta cuestión inician una discusión acerca de las virtudes de la época medieval…».
Es obvio que, desde la perspectiva del hombre, la ruina no es relevante por sus elementos románicos y góticos. Pero sí podría ser significativo para un historiador del arte para quien dichos elementos son mucho más ricos. Desde la perspectiva mental del hombre, la ruina importa en términos de luchas por la liberación, la resistencia a la opresión, la injusticia, y la tragedia de las familias de los señores. Y el interés del amigo se despierta por lo que a él le parecen contradicciones en el significado de las virtudes de los caballeros en su propio entendimiento preconcebido.
Esta narración sobre la historia del castillo utiliza conceptos que pertenecen a un ámbito diferente al que considerábamos antes: «liberación» y «opresión», «justicia» e «injusticia», «virtud», «creencias religiosas» y «santidad». Son palabras que apuntan a conceptos que no se refieren a elementos tangibles que los seres humanos pueden percibir con sus sentidos. También son sustancialmente diferentes de aquellas cosas que interactúan físicamente y que llamamos sub-tangibles. No pertenecen al mundo físico del sentido común, la ciencia y la tecnología, que pueden ser probados y comprobados científicamente, sino que forman parte del campo de los conceptos intangibles.
Estrictamente hablando, todos los conceptos son intangibles, también el concepto de «flor», que debe distinguirse de la flor particular que aparece en el mundo físico. La expresión «conceptos tangibles» pertenece al conjunto de «conceptos que se refieren a cosas y procesos tangibles en el mundo físico»; los «conceptos intangibles» no pertenecen a esta realidad física. Para los seres humanos, lo intagible tiene un significado más profundo que lo tangible y sub-tangible, que denotan cosas materiales. En términos filosóficos, hablamos de ideas «metafísicas».
El pensamiento científico explica cómo funciona el mundo tangible de las cosas de sentido común, que puede incluir causas y efectos sub-tangibles. Pero la interpretación va en la otra dirección: se refiere al significado de una cosa, un evento o al acto de una persona. En otras palabras, la interpretación relaciona la apariencia física con estos conceptos e ideas intangibles que son significativos para los seres humanos. La actividad educativa de «interpretación del patrimonio» permite la creación de significados con respecto a sitios y colecciones patrimoniales particulares. Hace que la experiencia de primera mano sea accesible, facilita la imaginación del pasado y puede proporcionar una explicación. Pero la interpretación en sentido estricto comienza en el nivel de los significados intangibles. Curiosamente, conceptos e ideas intangibles como estos, eran tan relevantes para los pensadores griegos antiguos y para la gente de la Edad Media como para la gente moderna. Y muchos de ellos son significativos para las personas, independientemente de sus diferentes orígenes culturales. Es por ello que algunos filósofos los llaman «universales», expresión que también se utiliza en el campo de la interpretación.
Intelecto vs. razón.
Hannah Arendt, refiriéndose a Kant, explica que distintos modos de pensar se refieren a estas diferentes esferas. La ciencia produce conocimiento sobre el mundo tangible y sub-tangible que puede ser probado. Una declaración científica se puede falsificar a través de datos contradictorios, es decir, percepciones en el mundo físico que son accesibles para nuestros sentidos. El sentido común y la ciencia se basan en el intelecto humano (esa es la traducción común del uso que hace Kant de la palabra alemana «Verstand»). Denota la capacidad analítica de discernir las cosas que aparecen en el espacio y el tiempo, y de explicar las causas y efectos físicos que las conectan. Podemos llamar a la actividad correspondiente de la mente «pensamiento intelectual», a través del cual es posible explicar el lado físico del mundo, o cualquier elemento que imaginemos en analogía con las cosas tangibles y sub tangibles.
Esto no se aplica de la misma manera a los significados de las ideas intangibles. No aportan conocimientos. Recurrimos a lo intangible cuando le damos sentido a algo. Kant utiliza la palabra alemana «Vernunft», que generalmente se traduce como «razón», para la facultad de la mente humana capaz de generar significado. Sin embargo, estas palabras son un poco engañosas porque tanto «intelecto» como «razón» se emplean, a menudo, como sinónimos más o menos intercambiables. En nuestro contexto, se refieren a modos de pensamiento de la mente muy diferentes. Para los intérpretes, esta diferenciación sustancial es significativa, independientemente de las palabras que se utilicen para denotar estos diferentes modos de la mente. La mayoría de las ideas intangibles también están cargadas de valor. Todos los valores en los que se fundamenta la Unión Europea, según el artículo 2 del Tratado de Lisboa, pertenecen al ámbito de los conceptos intangibles: respeto, dignidad, libertad, democracia, igualdad, Estado de derecho, derechos humanos, pluralismo, no discriminación, tolerancia, justicia y solidaridad.
Por lo tanto, el patrimonio, más allá de la explicación funcional, generalmente tiene el potencial de interpretación, lo que arroja luz sobre significados más profundos sobre lo que es significativo y del lugar relevante.
Estas consideraciones pueden ayudar a comprender mejor el tercer principio de Tilden, que parece plantear dificultades a muchos intérpretes:
«La interpretación es un arte que combina muchas otras artes, ya sea que los materiales presentados sean científicos, históricos o arquitectónicos. Cualquier arte se puede enseñar en cierto grado».
La interpretación es mucho más que la mera artesanía de las técnicas de comunicación. Un intérprete necesita desarrollar el arte de encontrar y revelar perspectivas significativas que arrojen nueva luz sobre lo que percibimos con nuestros sentidos y sobre los hechos que los científicos han establecido. Por supuesto, el intérprete como artista debe dominar sus herramientas y habilidades de comunicación.
El arte comienza donde la historia se forma mediante la organización de fenómenos, hechos y explicaciones perceptibles de una manera que inspira la creación de significado humano. Llegados a este punto, nos puede surgir la pregunta de si esto es simplemente l’art pour l’art (arte por el arte).
El poder de los conceptos intangibles.
Para ilustrar la fuerza del impulso de las personas por asociarse con el pasado histórico, Tilden recurre a una cita inusualmente larga. No son las fechas y los nombres lo que impulsan el deseo, sino, como revela la cita, es la conexión con ideas intangibles. Tilden cita el libro de C. E. Merriam «The Making of Citizens»:
«El diseño subyacente es, por supuesto, establecer un grupo de los vivos, los muertos y los que aún no han nacido, un grupo del cual el individuo se encuentra a sí mismo como parte y del que de hecho se alegra de considerarse miembro […]. Todas las grandes victorias del grupo que comparte; todos los grandes hombres son sus compañeros en los lazos del grupo; todos sus dolores son suyos por construcción; todas sus esperanzas y sueños, realizados y frustrados por igual, son suyos. Y, así se convierte, aunque de humilde condición, en un gran hombre, en un miembro de un gran grupo; y su humilde vida está teñida de una gloria que de otro modo nunca esperaría alcanzar. Se eleva más allá y por encima de sí mismo a mundos superiores, dónde camina con todos sus grandes antepasados, uno de un grupo ilustre cuya sangre corre por sus venas y cuyo dominio y reputación ostenta con orgullo».
Toda la grandeza, la gloria, los «mundos superiores» apuntan a la esfera de lo intangible. Los conceptos intangibles y las ideas universales resuenan dentro de nosotros. No resultan tan fríos como tienden a serlo los pensamientos intelectuales, acariciando las emociones humanas.
Tilden añade a la cita que:
«En general, las certezas contribuyen a la felicidad humana; las incertidumbres son fuente de soledad e inquietud espiritual. Siendo consciente o no de ello, el hombre busca encontrar su lugar en la naturaleza y entre las personas».
En cierto sentido, la interpretación del patrimonio reconcilia la herencia de la Ilustración con la de los románticos. Por un lado, se basa en la experiencia de primera mano y las explicaciones científicas; por otro, la interpretación responde al impulso de un significado más profundo, de lo que tiene sentido más allá de la utilidad ordinaria.
Sin embargo, en el siglo XXI la interpretación no debe detenerse en tales revelaciones y afirmaciones de significados y relaciones más profundos en la esfera intangible. Las certezas que crea la interpretación seguramente pueden contribuir a la felicidad y al sentido de pertenencia. Pero el poder de conceptos tan intangibles y la sensación de elevarse también pueden resultar muy peligrosos.
La creación de significado es poderosa, pero también muy peligrosa si se hace irresponsablemente, lo decíamos en un artículo anterior. La creación de significado puede tener, por tanto, efectos desastrosos si se construyen sin responsabilidad y profesionalidad, si bien no se puede ignorar el deseo humano de disponer de significados.
Consultas: gestion@evemuseos.com
Recursos:
James Carter (2016): It’s education, Jim, but not as we know it. En: Lehnes & Carter (2016): Digging deeper – Exploring the roots of heritage interpretation.
Patrick Lehnes (2016): It’s philosophy, Tim, but we love the world. En el libro: Lehnes & Carter: Digging deeper – Exploring the roots of heritage interpretation.
Freeman Tilden (1957): Interpreting our Heritage. The University of North Carolina Press. Chapel Hil.
InHerit project partners (2019): Professional Development in Heritage Interpretation. Manual.
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