Son muchos los museos que trabajan duro para generar experiencias únicas y diversas, implementando constantemente elementos de interactividad, tecnología y entretenimiento en sus exposiciones, incluso en estos tiempos tan complicados. La mayor parte de los museos responsables y actualizados diseñan hot programas que combinan su presencia y visibilidad con el espacio digital.
Actualmente, la palabra museo presenta muchos significados diferentes. En ocasiones hace referencia a edificios impresionantes que guardan fósiles raros, acompañados de docenas de cartelitos en los que se puede leer textos incluso más extraños (para quien los lea). Otras veces, los museos de convierten en salas llenas de sistemas interactivos que cambian para adaptarse a los intereses de los visitantes; incluso se pueda llegar a generar una rotación de instalaciones totalmente inmersivas que se intercambian todos los meses. Y no es tanto una cuestión de disponer de grandes presupuestos, sino de utilizar bien una creatividad aplicada.
El sector de los museos se muestra cada vez más diverso y, a menudo, se clasifica dentro de lo que ahora denominamos «Experiencias Basadas en la Ubicación» (EBU). Lo principal es que los museos continúan brindando experiencias únicas y diversas implementando elementos de interactividad, tecnología y entretenimiento en sus exposiciones.
¿Cuál es la fuerza impulsora que hay detrás de estos cambios? Las audiencias nuevas y en expansión han creado una demanda significativa de museos. En 2017, más de 57,5 millones de estadounidenses visitaron un museo o galería de arte. Eso representa casi el 24% de su población adulta, y ha supuesto un aumento del 3.4% desde 2012. Evidentemente, los datos en el resto del mundo no muestran un panorama tan alegre. Todo estos números tienen mucho que ver con que la tecnología se ha convertido en una parte integrada de los museos más visitados, algo casi esperado por tratarse de entidades centradas en la experiencia del público. Por esta razón, los museos convencionales están obligados a responder al futuro aportando elementos digitales a sus exposiciones, para mejorarlas y enriquecerlas.
La realidad aumentada, o AR, da vida a exposiciones normalmente estáticas, al agregar y complementar lo que el usuario puede ver presencialmente. En el Museo Nacional de Historia del Smithsonian, por ejemplo, los amantes de los dinosaurios pueden caminar entre las criaturas extintas gracias a una experiencia de realidad aumentada personalizada, diseñada y producida especialmente para el museo. Asimismo, en el Museo Gardner, es posible usar una aplicación para escanear los marcos vacíos, así los visitantes pueden contemplar el arte que «no está».
Cuando los asistentes experimentan los hechos de una manera interactiva, es más probable que conecten con los contenidos del museo. Un estudio de investigación nacional realizado por el Centro de Ciencias de Arizona, junto con el Instituto Franklin y el Centro de Ciencias de California, encontró que «las oportunidades de aprendizaje de libre elección, las que se realizan fuera de la escuela, son indispensables cuando se trata de despertar la curiosidad de adultos y niños por igual». La RA es un enfoque de fácil acceso para atraer al público. Similar a la RA, la realidad virtual o RV, sumerge completamente a los visitantes gracias al uso de gafas o cascos especializados. Aunque no hay una implementación amplia, la tecnología de realidad virtual está ganando terreno a gran ritmo en una gran variedad de museos.
Los museos ofrecen cada vez más una experiencia personalizada para sus visitantes a través del juego interactivo, utilizando tecnología y conexión humana. Reconociendo la diversidad de las audiencias a las que atienden, muchos de ellos brindan recomendaciones adaptadas a lo que el público desea ver y aprender. En el National Comedy Center en Jamestown, estado de Nueva York, los visitantes comienzan la visita con una encuesta para elegir a sus comediantes, películas y programas de televisión favoritos. Los datos de dicha encuesta se utilizan para personalizar la experiencia y las preferencias individuales a partir de multitud de fuentes, y, posteriormente, son aplicados al diseño de las experiencias compartidas de la audiencia. Las exposiciones personalizables permiten a nuestros museos mantener un contenido fresco y dinámico.
Por otro lado, los museos históricos están adoptando esta tendencia en sus recorridos y exposiciones, sumergiendo a sus visitantes en varios contextos ya pasados en el tiempo. Estas experiencias dan vida a la Historia al situar a los visitantes del museo en un entorno histórico determinado. Los operadores asignan a los invitados identidades de personajes históricos a lo largo de su viaje por el museo, lo que les permite establecer conexiones únicas y personales con el evento en sí. Tanto el Museo del Holocausto como el Museo del Titanic, ofrecen la oportunidad de «adoptar» una nueva identidad para lograr una participación más activa del público dentro de este tipo de exposiciones.
Por otro lado, con el fin de satisfacer la demanda de los nuevos aficionados al arte, muchos museos transforman sus ofertas únicas para convertirse en destinos notables, combinando el arte con el entretenimiento. Esta categoría emergente se conoce como «edutainment». Uno de los líderes de este nuevo movimiento impulsado por los milenials es Meow Wolf, un colectivo de artistas con sede en Santa Fe, Nuevo México. Se trata de un grupo creativo que cuenta con una instalación permanente que alberga diferentes propuestas de arte inmersivo durante todo el año y que atrae hasta 2.000 visitantes por día. Meow Wolf cuenta con 275.000 seguidores en Instagram y su popularidad les ha permitido expandirse a Denver, donde se ha inauguración una nueva montaña rusa en ElitchGardens, Theme and Water Park, inspirada en el arte. Pronto se expandirán a Las Vegas, Washington, D.C. y Phoenix.
El City Museum de St. Louis ofrece algo para todas las edades, con una serie de exposiciones que consisten principalmente en mostrar objetos arquitectónicos e industriales reutilizados – aparte de poder tocarlos, el visitante puede subirse en ellos -. Este Museo de la Ciudad de San Luís se actualiza constantemente, añadiendo a su «carrera de obstáculos» obras de arte a gran escala aportando algo nuevo para cada visitante que vuelve al museo.
En la larga tradición de exposiciones especiales que impulsan una mayor asistencia, la idea de la interactividad aumenta aún más el atractivo para sus visitantes. Cuando el MoMA organizó «Rain Room» de Random International, – una experiencia inmersiva en la que los visitantes podían «caminar bajo la lluvia» sin mojarse – el público estuvo dispuesto a esperar horas en fila para compartir unos minutos con esta propuesta artística. Al tiempo que la exposición viajaba de museo en museo, continuó resultando atractiva para la audiencia, hasta que representó su acto final en el Museo de Arte del Condado de Los Ángeles (LACMA) en 2017.
En algunos casos, el arte puede atraer a los visitantes instalando una tienda fuera de las paredes del museo. El Museo de Arte Nelson-Atkins, en Kansas City, ha convertido parte de su famoso césped en un campo de minigolf para el verano. Cada uno de los nueve hoyos del «Art Course» está inspirado en una pieza artística del interior del museo, como la pintura de Wayne Thiebaud, «Jawbreaker Machine». A lo largo del campo, los golfistas pueden tomar bebidas y bocadillos en el snack bar, y los viernes por la noche el patio de comidas del museo ofrece una cesta de picnic especial, completando así la experiencia de entretenimiento. De esta manera, el campo de minigolf Art Course ofrece a los visitantes una nueva forma de experimentar lo que es un museo moderno.
El público y sus intereses están en constante evolución, lo que obliga al museo a mantenerse obligatoriamente al día para satisfacer una demanda cambiante. Además de educar a las masas, muchos museos se están posicionando como destinos de entretenimiento que ofrecen experiencias inmersivas sin mostrarse como parques temáticos. A medida que los museos continúen innovando y mejorando sus exposiciones – algo que los consumidores anhelan profundamente -, se estará produciendo, sin duda, una mayor conexión humana con ellos.
Recursos bibliográficos:
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Coates, Charlotte. (2019): Blooloop. Museum VR and AR: New Ways to Entertain and Inform.
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Schwab, Katharine (2016): The Atlantic. Art for Instagram’s Sake.
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White, Randy (2019): White Hutchinson. Artainment Continues to Expand.
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