Las exposiciones a menudo se observan y recorren sin hacer esfuerzo alguno, pero no pensemos ahora en esto. La organización de una exposición supone muchas hora de trabajo, y si no tienes claro cómo se hace ni lo que se te viene encima, no sabes realmente donde te estás metiendo. Hoy vamos a liberar un poco la tensión hablando, un tanto desenfadadamente, sobre cómo montar vuestra primera exposición de principio a fin, incluidos – sin lugar a duda – todos los baches, cambios de rasante, aceite en la curva y vaivenes que os encontraréis por el camino. Os hablamos desde la experiencia (nosotros hemos organizado y producido unas cuantas) y desde las experiencias ajenas y otras historias de terror. Yendo al grano, si tenéis curiosidad por la curaduría de exposiciones de arte, pero las guías eruditas y recalcitrantes os desalientan – esas que usan palabras que hay que buscar en el limbo de lo más pulido – lo que os vamos a explicar aquí hoy podría interesaros bastante.
La idea, el concepto…
Realiza tu idea curatorial: escribe sobre ella y coméntala con tus amigos. No te enredes demasiado, ni lo pienses excesivamente al principio. En este estadio no estás curando estructuras fundamentales, todavía. Una vez que te sientas seguro con tu idea y con la lista de artistas deseados, es hora de comunicarse con ellos, entrar en contacto. Pregúntales si puedes visitar su estudio una tarde para observar en qué están trabajando actualmente. Si el artista no es local, intenta organizar una sesión por FaceTime o Skype. La clave es enviarles un correo electrónico inicial breve y ágil. No dediques demasiado tiempo a explicar cada elemento de tu idea o qué trabajos crees que serían los mejores para la exposición. Guarde esas discusiones para cuando visites su estudio.
Planificación…
Ahora sí, es el momento de planificar la exposición. Si aún no tienes un espacio reservado, no te preocupes. Primero debes comprobar que todos tus artistas estén a bordo. Envía un correo electrónico de seguimiento a aquellos que ya has visitado, exponiendo tu propuesta, las fechas planificadas y los detalles que esperas incluir en la exposición. Esperemos que digan que sí. No obstante, si se niegan, no te lo tomes como algo personal. Puede ocurrir que tengan otras exposiciones a la vista y no quieran agobiarse demasiado. No bajes las persianas, si quieres puedes arruinar tu descanso nocturno, llorando sobre la funda de tu mullida almohada pero, una vez que te hayas «desahogado», busca inmediatamente a otro artista que pueda entrar en tu terna.
Cuando ya estén todos listos para participar, es hora de encontrar un espacio. Puedes enviar propuestas a las galerías, pero asegúrate de investigar primero. Algunas no aceptan en absoluto propuestas externas, así que… Volvamos al tablero de diseño y planificación. Para aquellos que sí las aceptan, analiza su programación anterior y valora si tu exposición sería una buena opción para ellos. Toma nota de sus pautas de presentación y asegúrate de seguirlas fielmente; no hacerlo puede provocar que los directores/as cancelen tu presentación en un instante. Si no aportas especificaciones, será preciso enviarles un elegante PDF con un párrafo o dos sobre la idea de tu exposición y la razón por la que crees que tu lista de artistas sería apropiada para esa galería específica – la lista de confirmados, por supuesto -. También puedes mostrar imágenes de los trabajos que te gustaría exhibir.
Si tienes problemas para encontrar el cubo blanco adecuado, piensa en algún lugar no convencional para organizar la exposición. Tal vez un amigo tenga una fantástica habitación libre en su apartamento que puedas usar para el fin de semana. O puede que algún parque próximo a tu casa sea el lugar perfecto para tu exposición. De cualquier manera, no tengas miedo de experimentar con los espacios.
Una vez que hayas confirmado la ubicación, es hora de elaborar los detalles más específicos. Cierra las fechas de la exposición, el calendario de instalación y la entrega de obras de tus artistas a la galería. Habla con el/la galerista sobre precios de los trabajos y acuerdos de compra porque, bueno, nunca se sabe. Mientras estés en ese tema, también puedes esbozar un presupuesto preliminar para el programa, aun cuando dispongas de muy poco dinero para invertir. Tendrás que derrochar en algunas cosas, como cerveza, picoteo libre de salmonela y documentación fotográfica, algo que veremos más adelante, así que, asegúrate de tener todo esto en cuenta. Además, deberás hablar con tus artistas sobre los costos de envío y el plazo de devolución, si corresponde. Las galerías generalmente cubren los gastos y es posible que quieran presupuestarlo aparte.
A algunos artistas y curadores que conocemos les gusta construir un modelo a escala del espacio de exhibición, porque les ayuda a visualizar el diseño y la distribución (algunos usan infografías); a nosotros nos parece una gran idea. Si tienes claro dónde quieres colocar cada pieza, la instalación será (con suerte) un poco menos estresante.
A continuación, necesitarás trabajar en el comunicado de prensa. La guía de Loney Abrams para escribir la declaración del buen artista es muy aplicable aquí, y cubre todas las bases. Existen muchas estrategias diferentes para redactar un comunicado de prensa, pero la clave está en que resulte convincente. Servirá como introducción a tus ideas y al programa de la exposición en general, al tiempo que funcionará como incentivo para que la prensa escriba sobre ella y la gente vaya a verla; así que asegúrate de no parecer erudito y recalcitrante (y de no guiarte de una forma tan confusa en tu expresión escrita que la audiencia acabe con una migraña sustancial e incurable cuando trate de darle sentido a todo eso que has redactado).
Por último, promociona la exposición. Envía los materiales de prensa a las revistas y periódicos, informa a los bloggers, a los sitios web sobre listas de eventos y a tus familiares y amigos (casi nunca fallan). Mueve la exposición por las redes sociales. Háblale a la gente sobre ella cuando te la encuentres en la cola del cine, leyendo poesía en el parque o en la fila del McDonalds. Has estado trabajando muy duro en este programa y quieres asegurarte de que el público acudirá, ¿no?
Hero’s Design
Instalación…
Ha llegado el momento de la verdad. La fecha de la inauguración se acerca rápidamente y es hora de configurar el espacio. Antes de sacar los rodillos de pintura, necesitarás un plan detallado. Determina cuánto tiempo te tomará preparar el espacio, instalar cada trabajo y cuándo podrás hacerlo. Concédete un buen margen de maniobra. De hecho, es mejor planear que la exposición se complete uno o dos días antes de la apertura real, porque siempre, siempre, sin excepción, algo sale mal durante la instalación. Tal vez una pieza se resiste a ser colgada, la batería del taladro se agota en el peor momento o la pintura del piso aún está húmeda días después. En el mejor de los casos, todo funcionará sin problemas, ¡Juá!, Terminarás temprano y podrás dormir unas horas antes de la apertura, tal vez incluso tendrás tiempo para un masaje o una pedicura.
Una vez pongas en marcha tu plan, encuéntrate primero con el espacio para asegurarte de que todo está listo para funcionar. Escanea las paredes y asegúrate de que todos los agujeros de la última exposición han desaparecido. Después, lleva todas las obras a la galería y colócalas en su lugar. Echa una mirada alrededor y comprueba cómo se «percibe el arte» en ese espacio. Utiliza estos momentos para tomar las decisiones de última hora sobre la ubicación, antes de que se cuelguen las obras en la pared (o depositen en el piso).
Sakir Gogcebak
Cuando se trata de instalar arte, es mejor estar muy seguro, sentirlo muy dentro. Si te sientes incómodo, no tengas miedo de consultar con el artista. Si son locales, podrán ir y ayudarte a colgar sus piezas. No parecerá poco profesional o de novatos. La mayoría de los artistas prefieren instalar su propio trabajo para confirmar que se mostrará absolutamente perfecto. Si no es local, solicítale instrucciones de instalación específicas (diagramas, fotos…) y pídele a un amigo que vaya a ayudarte; asegúrate de que no eres la única persona que está instalando. Cuanto menos intentes hacer malabarismos inútiles, menos probabilidades habrá de dañar una obra de arte.
Durante el resto del proceso de instalación, intenta cumplir con el horario, pero sin sentirte abrumado por ello. La instalación suele ser estresante e intensa, así que tómate tus descansos. Camina por el vecindario un rato, respira hondo, evita las drogas y el alcohol y continúa diciéndote a ti mismo: «todo va a salir bien». El hecho de correr no te llevará a ningún buen sitio; en su lugar, acumula esa energía nerviosa para la emoción y la motivación.
Inauguración…
Tal vez terminaste un día antes y vienes de vuelta (¡juá!), o tal vez aún estás sentado en el suelo de la galería tirándote del pelo, encima de un charco de tus propias lágrimas y sudor. Como dice el viejo adagio, «el espectáculo debe continuar» y amigo/a, ya casi es hora de saltar al escenario. Un buen consejo es que algunos de tus amigos cercanos (o el personal de la galería, si está disponible) vengan una o dos horas antes de la apertura para ayudarte con las tareas finales. Esto incluye barrer los pisos por última vez, o guardar todas las herramientas en el almacén. También necesitarás copias impresas del comunicado de prensa y de la lista de verificación de las obras – un montón de copias de todo -. Te sorprenderá las pocas que quedan al final de la noche, si todo ha salido bien. La lista de verificación debe tener un imagen en miniatura de cada trabajo junto a un texto que enumere la obra de cada artista, título, materiales y dimensiones. Es posible que desees tener además una copia adicional personal que incluya los precios de las obras, por si alguien estuviera interesado en comprar.
Antoine Tcheaz
Ahora, toca hablar de pinchos y alpiste. Lo sabemos, comprar alcohol no es divertido, es un gran gasto y, por lo general, desaparece en la primera hora. Sin embargo, el vino (español) gratis (o la cerveza) se han convertido en un componente esperado, y romper con la tradición no es para nada bueno. No te sientas en la obligación de comprar cosas caras para causar una buena impresión, una generosa ración de San Miguel servirá. Si no quieres o no puedes gastar dinero, y no te importa hacer un poco de trabajo extra, pregunta en alguna cervecería si querría patrocinar tu exposición. Las cervecerías locales más pequeñas que buscan notoriedad, podrían ofrecerte bebidas gratis a cambio de algunas imágenes del evento y publicaciones suyas en las redes sociales. Si tienes un presupuesto super ajustado, vale la pena estudiar un patrocinio. Solo ten en cuenta que a menudo les lleva un par de meses procesar la solicitud, así que planifícalo con anticipación.
De acuerdo, todo está arreglado y las puertas están abiertas. Toca relajarse; tómate un trago, socializa, diviértete y celebra el duro trabajo que has realizado durante los últimos meses. Siempre es agradable parar y conversar con viejos amigos, pero no te quedes demasiado cerca de ellos. Este es el momento perfecto para recorrer la sala e intentar conocer gente nueva. Quién sabe, quizás descubras a alguien que maneja un espacio y quiere que le organices su próxima exposición.
Durante la carrera.
Así que la inauguración ya ha terminado, finalmente has dormido bien y te has sentido satisfecho con todos tus logros. Sal de la cama, aún no has terminado. Todavía hay trabajo por hacer. Pero no te preocupes, nada será tan agotador como haber hecho la instalación.
Primero, deberás documentar la exposición. Hay maneras diversas de hacelo. Si tienes un amigo fotógrafo, pues fenomenal, comprueba si puedes intercambiar algo de su arte por pizza. También puedes tirar de la cámara del móvil e intentar documentar la exposición por ti mismo. Lo importante que debes recordar es que tu exposición es temporal, pero la documentación es para siempre. No querrás tener malas fotos publicadas, y tus artistas tampoco.
Una vez que las fotografías estén listas, es hora de enviarlas. Hay muchos sitios web excelentes que podrán mostrar imágenes de la exposición, como Art Viewer, AQNB y OFluxo. Sigue sus pautas de envío hasta el final y quizás las publiquen.
En cualquier caso, el mejor consejo que escucharás es que «debes vivir el momento». Conocemos a artistas y curadores que se atascan con la pregunta «¿y qué es lo siguiente?» Acabas de pasar meses trabajando en esta exposición, en lugar de preocuparte por la que sigue, piensa en lo que puedes hacer para maximizar el éxito de ésta. Organiza un evento, como una proyección o una conferencia; haz uso del espacio mientras lo tengas. Ponte en contacto con artistas, curadores y escritores que admires e intenta concertar citas con ellos. Los tutoriales cara a cara son realmente especiales, lo que nos lleva a una gran conversación y a una crítica honesta. Toma nota de sus comentarios: podría ayudarte a que tu próxima exposición sea incluso mejor que la actual.
Vayamos terminando…
Después de que se cierre la exposición, asegúrate de retirar las obras con cuidado para devolvérselas a los artistas cuanto antes. Deja el espacio en su estado original, reparando todos los agujeros y volviendo a pintar las marcas de desgaste. Puedes organizar una cena posterior al cierre, como un bonito gesto de agradecimiento a los artistas y propietarios del espacio expositivo. Finalmente, tómate tiempo para reflexionar sobre lo que salió bien y lo que salió mal, para que todo pueda mejorarse la próxima vez. La experiencia es un bien muy preciado. Siempre habrá algo que salga mal. El truco no está en hacer que todo sea perfecto, sino en endurecerse con los golpes.
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