El Objeto en el Museo

El Objeto en el Museo

 

Toda exposición en un museo parte de la exhibición de objetos. Los objetos son aquello de lo que tratan los museos; objetos que por una razón u otra son ejemplos emblemáticos o artísticos del mundo civilizado y de la Naturaleza. Por esta razón, deberían ser seleccionados con extremo cuidado para su exposición pública y con una comunicación específica con el visitante del museo, el que observa el objeto. La razón por la que el objeto normalmente se expone es porque el museólogo, de la mano de expertos en cada campo científico o artístico, deciden que ese objeto tiene suficiente relevancia universal para ser expuesto en el museo. Es entonces cuando el objeto en si entonces tiene interés colectivo, o consideramos que el visitante puede mostrar interés en obtener información sobre el objeto. El objeto también puede tener algo que aportar formando parte de una historia que se le va a narrar al espectador.

El trato que le demos a la comunicación del objeto hacia el visitante podemos explicarlo en tres niveles. El nivel básico nos enuncia que el objeto es la comunicación por si mismo; en un nivel superior aportamos información sobre el objeto en su presencia y, en el último nivel de los tres, es cuando interpretamos el objeto. Nosotros entendemos que los dos primeros niveles ya no pertenecen a la museografía moderna, son propios de otra época, de la concepción anacrónica de como debía ser un museo; ya no. El contexto en el que se debe mostrar el objeto es esencial para su comprensión y su puesta en valor de cara al visitante del museo.

Es posible que en ocasiones, se deba tratar el objeto de una forma aislada, pero hay que tener en cuenta que el contexto en el que el objeto se muestra es determinante para el mensaje que trasmite al público. El museo es un continente artificial, un «edificio contenedor» que normalmente no pertenece al objeto de la exposición, sea del tema que sea. Los objetos se exponen en beneficio del especialista científico, conservador, coleccionista y, sobre todo, del público en general. Muchos museos se dedican a aislar los objetos, tanto en términos visuales como contextuales, situándolo en un entorno neutro. En ese entorno pueden ser observados por lo que son, pero impera, desgraciadamente, el que se perciba lo que no son, es decir, como objetos de arte. Si cogemos cualquier objeto, una zapatilla por ejemplo, la metemos en una vitrina de un museo, la iluminamos y le ponemos un cartelito explicativo, acabamos de elevar una zapatilla a la categoría de objeto artístico. Ya os hemos contado en su día la historia de la escalera en la sala Duchamp del Museo de Arte de Filadelfia.

Nosotros opinamos que sin contexto museográfico no hay exposición, sino un agrupamiento de objetos. Y no lo defendemos porque nos dediquemos a la museografía, son las horas y horas que nos hemos pasado observando a las personas en los museos, interactuando con los objetos de forma pasiva; nosotros mismos caemos en el más absoluto aburrimiento en muchos casos. La exposición debe ir al ritmo de la evolución de la sociedad, siendo la sociedad la que marca el ritmo de lo que se debe y no se debe hacer. No es necesario contextualizar los objetos uno a uno, se puede seguir un criterio riguroso de agrupamiento de objetos y crear un contexto para todos ellos, en conjunto unitario. Además, si se nos muestran jarrones de la época micénica, no hace falta que expongan doscientos y pico y, además, todos juntitos, muy juntitos, en una vitrina. Esos tiempos para los museos han terminado y quien no quiera evolucionar es que no se da cuenta de que el público demanda algo diferente, o es que realmente no pueden evolucionar porque no tienen dinero para hacerlo. En Europa se suele dotar de subvenciones las mejoras museográficas, aunque ahora mismo no sabemos si siguen en vigor teniendo en cuenta los malos tiempos que corren. Nos podemos enterar y dedicar una próxima entrada a contarlo.

Para lograr la contextualización del objeto, es fundamental el uso de lo que vamos a denominar «elementos de apoyo». El elemento de apoyo es un artículo que se introduce en una exposición con una finalidad estética o para refuerzo contextual del objeto o grupo de objetos. Un elemento de apoyo no tiene nada que ver con elementos constructivos que forman parte de lo que sustenta la exposición a nivel puramente físico; son soportes funcionales que no deben formar parte en la comunicación de la exposición. Si un elemento constructivo decorativo forma parte de la comunicación al visitante del objeto de la exposición, entonces estará ejerciendo el papel de elemento de apoyo. hay que tener mucho cuidado con el uso de los elementos de apoyo en las exposiciones. Si no se hace correctamente puede distraer la atención del visitante del objeto importante creando un ruido visual. Si se utiliza de la manera correcta, el objeto de apoyo potenciará la relevancia del objeto y su significado. Las reconstrucciones de escenarios – introducción de la escenografía en los museos, algo que defendemos -, el uso de dioramas, el uso de facsímiles cuando el objeto real ha desaparecido teniendo solo constancia documental de su existencia, son técnicas al servicio de la contextualización de los objetos. El uso y producción audiovisual, la realidad aumentada, apps, estereoscopia, etcétera, pueden ser muy útiles a su vez para lograr una contextualización del objeto sin necesidad de construir físicamente. Todo este esfuerzo evolutivo que se solicita que deben afrontar ya los museos, está dirigido a que las nuevas generaciones, también los adultos, generando diversión visitando los museos, aprendiendo el verdadero valor de la historia, y no el que nos obligan a imaginar.

Hacerlo bien, a la larga resulta barato y los visitantes os lo agradecerán.


Si quieres recibir nuestro newsletter y los artículos de EVE por correo electrónico, rellena y envía el boletín adjunto, por favor, completando el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás a continuación. Tu dirección de correo electrónico (asegúrate por favor de escribirla correctamente), será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters y artículos, pudiendo darte de baja en el momento que quieras. Si no has recibido la confirmación de tu suscripción, mira en tu carpeta de spam.

Tus comentarios son muy importantes para nosotros

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.