La iluminación juega un papel muy importante en el desarrollo de la interacción entre las personas y las colecciones de nuestros museos en espacios cerrados. El objetivo de un museo es crear una experiencia interactiva para los visitantes, además de preservar lad condiciones de los objetos. La iluminación es un componente crítico ya que nos permite observar adecuadamente, experimentar nuevas sensaciones y reaccionar al entorno circundante. Por lo general, los museos de arte utilizan dos tipos de luz: natural y artificial.
El papel de la luz es esencial para generar una atmósfera que sea ideal para el descubrimiento. Ésto, unido a la necesidad de mantener las colecciones en óptimas condiciones, obliga a un acto de equilibrio muy difícil de conseguir, pues se trata de generar experiencias interactivas que logren el objetivo del museo: un lugar para descubrir, explorar y aprender.
La luz es la única manera de que las formas existan, y nuestra experiencia del mundo que nos rodea depende completamente de ella. – Monet, Claude (N.D).
Lo que nosotros pretendemos hoy es reflexionar sobre los avances y desventajas de las soluciones de iluminación natural (aberturas con luz natural) para determinar su eficacia en la integración y mejora de la experiencia del espacio del museo, tanto para los visitantes como para las obras de arte. Podríamos comenzar haciendo un poco de historia sobre el modo en que el diseño de iluminación natural de los museos afecta a su conexión con el exterior, usando tres conceptos: aperturas de luz natural en las galerías de los museos a lo largo del tiempo, beneficios y consideraciones de la introducción de la luz natural en las salas de los museos y tipos de aperturas de luz natural y conexión al aire libre.
Se considera que el primer museo del mundo abierto al público fueron los Museos Capitolinos. Hasta 1779 ningún museo público especialmente construido abrió sus puertas en Alemania: el Museo Fridericianum en Kassel, diseñado por el arquitecto Simon Louis du Ry. Estos primeros museos dependían de la luz natural para sus espacios de exposiciones. Durante el día, entraba en sus galerías a través de ventanas y huecos en el techo. En la mayoría de los casos, el ritmo repetitivo de grandes aperturas en las fachadas creaba una luz uniforme para el interior, iluminando suficientemente las pinturas y esculturas, que eran los principales elementos en exposición. La apariencia de los objetos cambiaba a lo largo del día, dependiendo de cómo la arquitectura del espacio dirigiera la luz natural. En 1857, el Victoria & Albert Museum de Londres se convirtió en el primer museo del mundo en utilizar luz artificial en sus galerías, alterando para siempre la iluminación del museo.
Sin embargo, a lo largo de la segunda mitad del siglo XIX se empezaron a realizar los primeros estudios sobre los efectos de la luz en las piezas expuestas, lo que empujó a muchos museos a utilizar iluminación artificial como principal fuente, llegando, incluso, a omitir la luz natural. «Las galerías con iluminación natural ahora están técnicamente obsoletas para la mayoría de las formas de exhibición y se espera que disminuyan en el futuro», según explica una evaluación de 1945 del Instituto de Ingeniería y Ciencia de los Estados Unidos. La iluminación natural en su combinación con la artificial varía mucho en cromaticidad y cantidad de un día para otro, y de una estación a otra, y con frecuencia cambia tanto de color como de cantidad en cuestión de minutos, por lo que no se puede lograr una combinación adecuada de iluminación natural y artificial para las galerías de arte. La arquitectura de los museos, por otro lado, ha ido adoptando con éxito el diseño de luz natural en las salas, incorporándose a las reglas de conservación y asegurando que las obras de arte se muestren con la mejor luz posible. Los museos empezaron a utilizar un diseño avanzado de luz natural en un intento de mejorar las condiciones de visualización de los arquitectos
La luz natural se puede utilizar con gran efecto para acentuar y animar la arquitectura de cualquier edificio. – De Chiara (arquitecto), 690, 2007.
En las áreas en las que interactúan, la luz del día cambia constantemente y se fusiona con frecuencia. Se deben tener en cuenta la reflexión, el deslumbramiento, la aclimatación y la demarcación del espacio. Las siguientes, son algunas de las ventajas de utilizar la luz del día en las galerías de los museos:
Experiencia visual optimizada de obras de arte.
La calidad de la luz en las galerías de los museos influye mucho en cómo los visitantes perciben y experimentan las obras en exposición, porque afecta a la forma en que se muestran sus características visuales.
El arte puede ser más placentero y satisfactorio cuando se disfruta con luz natural. Además, la experiencia del visitante será diferente cada vez debido a la naturaleza siempre cambiante de la luz del día. Los componentes más significativos de las necesidades del público al visitar las exposiciones, según investigaciones, son la claridad de la forma del objeto (para esculturas) y la precisión del color del elemento (para pinturas, dibujos). La luz natural puede proporcionar un nivel decente de confort visual, permitiendo tener agudeza visual, además de mantener la naturalidad de la apariencia y revelar elementos en su verdadera forma. Es ideal para las exposiciones escultóricas. Al establecer patrones de sombra, el movimiento de la luz del día ayuda a mejorar las formas dinámicas del volumen. El ojo humano puede adaptarse a los cambios de la luz del sol y preservar un sentido preciso del color de un objeto a pesar de las variaciones en la luz diurna.
Impacto emocional.
La luz del día es extremadamente importante por razones biológicas, estéticas y emocionales debido a sus continuas fluctuaciones. Cuando se introduce en las galerías de los museos, se crea un interior dinámico que puede proporcionar una referencia al clima, la hora y la estación – según los cambios de iluminación -. También puede ayudar a aliviar el cansancio del museo y animar a los visitantes a permanecer más tiempo. La luz del día es la luz a la que la visión humana se ha adaptado físicamente; es un estimulante del reloj circadiano humano y se prefiere en lugares interiores para promover una sensación de bienestar y mejorar el ánimo. Debido a que se administra en grandes cantidades con un espectro que brinda una excelente reproducción de color, tiene más probabilidad de maximizar el rendimiento visual que la mayoría de las formas de iluminación eléctrica. Las percepciones y comportamientos de las personas pueden verse influídos directamente por la iluminación en espacios reducidos. La reducción en el interés de los visitantes en las exposiciones se conoce como «cansancio del museo». El uso de aberturas de iluminación lateral también puede ayudar con el ritmo de la exposición y las zonas de transición.
Identidad.
El propósito de la arquitectura del museo es crear un espacio de exposición con un carácter espacial que no solo proporcione el mejor marco para presentar el arte, sino que también narre una historia al espectador. La curaduría y el diseño de exposiciones se han utilizado para ayudarnos a comprender y apreciar mejor el arte. Sin embargo, las prácticas curatoriales populares, como el cubo blanco y la caja negra, tienden a convertir las galerías en entornos mundanos y neutrales. Además, el propósito de la arquitectura del museo es narrar una historia a través de las formas y la estética – no eclipsar el arte – y proporcionar una contextualización. Debido a que crean una experiencia integrada del espacio, las aperturas de luz natural y los sistemas de gestión asociados otorgan individualidad a las galerías de los museos; conectan la experiencia visual con el lugar al permitir vistas del entorno urbano (un diseño arquitectónico rector principal).
Sustentabilidad.
La luz natural es una de las fuentes de energía renovable más abundantes. Su utilización en la arquitectura es crucial para la viabilidad a largo plazo de un entorno construido. El uso de iluminación eléctrica, tanto en las exposiciones como en otras salas, puede representar el 20 % del consumo de energía del edificio, por lo que la distribución de la luz del día en los espacios del museo es una técnica importante para el diseño ecológico. Como resultado, la combinación de luz natural con luz artificial, y con tecnologías de gestión de la iluminación, puede mejorar significativamente la eficiencia energética de los museos. Para lograr el mejor diseño sostenible, las aperturas de luz natural deben abordarse al principio del proceso de diseño arquitectónico. El tipo, el tamaño y la dirección de las aperturas para la luz natural afectan a la capacidad del edificio para mantener un nivel alto o bajo de sustentabilidad. Las aperturas de iluminación superior pueden difundir la luz sobre zonas más amplias, sin embargo, las aperturas laterales tienen una limitación de profundidad ya que los niveles de iluminación disminuyen constantemente a medida que aumenta la distancia entre las mismas. Además, al afectar la temperatura del aire al interior de los espacios, los materiales y acristalamientos elegidos para las aberturas pueden tener un gran impacto en la eficiencia energética.
Preservación.
La preservación de las colecciones y del patrimonio cultural es una de las tareas primordiales de los museos. Por ello, se deben garantizar las mejores circunstancias para las exhibiciones, ya que la exposición a la luz natural no guiada a materiales particulares podría causar daños físicos y químicos significativos a los materiales. La decoloración es una de las formas más visibles de daño por luz. Debido a que tales efectos son casi siempre irreversibles, los objetos expuestos requieren medidas preventivas de conservación. La luz posee un espectro de energía que incluye longitudes de onda ultravioleta (UV) en el extremo corto, luz visible en el medio y longitudes de onda infrarrojas (IR) en el extremo largo. Los rayos UV e infrarrojos son los más dañinos. La luz ultravioleta puede inducir la degradación fotoquímica y la luz infrarroja produce un calentamiento radiante, por lo que sus rayos deben filtrarse y evitarse en la mayor medida posible.
Confort visual.
La luz del día puede mejorar el rendimiento visual, pero si no se controla adecuadamente es capaz de originar problemas de adaptación visual tanto para los visitantes como para el personal del museo. También tendrá un impacto en la capacidad del público para disfrutar de las obras de arte. El deslumbramiento, las áreas de alto contraste, los reflejos y las sombras son ejemplos de situaciones que afectan a la agudeza visual. El deslumbramiento, ya sea directo o indirecto, puede causar dolor, distracción o, incluso, obstruir la visión. El área más brillante en el campo de visión atrae al ojo humano. Para hacer frente a estos cambios en el brillo, el diseño de la luz del día debe dirigirse a lograr una iluminación ambiental adecuada en todo el espacio. Las sombras y los reflejos también pueden inducir la distracción al alterar o reducir la percepción de las obras de arte. El uso de un diseño y tecnologías adecuados de gestión de la luz natural ayuda a reducir las sombras y genera condiciones de visualización ideales. Para evitar reflejos que distraigan, se deben elegir materiales y acabados interiores de baja reflectividad.
El tipo de aperturas de luz natural que se utilizan en las galerías tiene un impacto significativo en cómo se distribuye la luz natural en todo el espacio y en la sensación de conexión con el exterior. El diseño de esas aperturas es un elemento importante en el proceso arquitectónico, y con frecuencia está vinculado al movimiento arquitectónico (estilo) en el que se crea el edificio, ya que son una parte inherente de los conceptos estéticos propugnados. La iluminación lateral y la superior son los dos tipos más comunes de apertura de luz diurna. La distribución de la luminancia dentro de las habitaciones está influenciada por su geometría arquitectónica, orientación, ubicación y número.
Vistas al exterior.
La presencia de una vista exterior establece una fuerte conexión entre las salas y el entorno circundante. La orientación puede ser a jardines, al entorno urbano o al cielo, dependiendo de la tipología de las aperturas. Sin embargo, es vital recordar que las transparencias permiten echar un vistazo a las galerías. Los museos deben ser acogedores y abiertos al público como símbolos de educación. La transparencia establece un vínculo visual entre el interior y el exterior.
La arquitectura es un tipo de arte visual y emocional que crea escenarios únicos e inspiradores para los humanos. Los museos deben diseñarse de manera que animen a los visitantes a explorar. Su diseño nos sirve como contenedor para el arte, y las aperturas de luz natural actúan como perforaciones en este contenedor, lo que permite la comunicación y conexión entre los ambientes interior y exterior. En base a tres conceptos: aperturas de luz natural en las galerías de los museos a lo largo del tiempo, beneficios y consideraciones de la introducción de la luz natural en las galerías de los museos y tipos de aperturas de luz natural y conexión con el exterior, podemos decir que el diseño de las aperturas de luz natural determina la forma y el grado en que las galerías se comunican con el exterior.
Dada la importancia de la arquitectura y la transparencia en el desarrollo de un vínculo con el entorno urbano, el diseño de iluminación natural constituye un componente importante para establecer una conexión entre el arte y la ciudad. Las aperturas que dan a las galerías durante el día pueden implicar al arte como parte de la ciudad… ¿Por qué no?, se relacionan con el contexto urbano y su presencia en la vida pública anima a las personas a buscar arte en su día a día.
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Recursos:
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Edificio del museo: Gemeentemuseum, [en línea]. Disponible: https://www.gemeentemuseum.nl/en/museum/museum-building
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Consultas: info@evemuseos.com
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