Recientemente, la pandemia de COVID-19 se ha paseado por el mundo de manera arbitraria, pero con tendencia a devolvernos a la normalidad. Como consecuencia, la industria global de servicios ha sufrido una recesión en su conjunto, con un volumen comercial total que ha alcanzado un mínimo histórico desde la década de 1990. El Consejo Internacional de Museos publicó un informe de investigación sobre museos, profesionales de museos y datos de la epidemia de COVID-19, resultado de una encuesta general sobre museos mundiales y profesionales relacionados en la época posterior a la epidemia. Dicho informe de ICOM muestra que, actualmente, hay 1.600 museos y personal de casi 107 países y regiones del mundo que se han visto afectados por la epidemia. A día de hoy, alrededor del 14% de los museos contemplan en planes futuros despedir personal. El impacto de la epidemia no solo afectará a los trabajadores profesionales, también lo hará a los museos en general. Esta sacudida constante está provocando que el 85 % de ellos anuncien reducciones significativas en sus actividades, el 90 % ha cerrado temporalmente y otros se enfrentan a un cierre permanente debido a problemas de financiación.
Bajo el doble efecto de los rápidos cambios tecnológicos y la pandemia de COVID-19, la digitalización lleva mucho tiempo asomándose como política estratégica importante en las operaciones de los museos. Hoy en el mundo, la digitalización redefine el código de información del comportamiento humano, y domina el intercambio de actividades y la manera de compartir dicha información y conocimiento. Todo esto está dando lugar a la aparición de portales digitales cada vez más dinámicos, archivos digitales, redes sociales, blogs y juegos en línea. Debido al proceso acelerado de la revolución digital, el trabajo del museo ha comenzado a inclinarse hacia los medios digitales, integrándose gradualmente y convirtiéndose en un ecosistema de digitalización interdisciplinario, especializando las profesiones y disciplinas desde las artes y las humanidades hasta la informática y la tecnología. Los medios digitales ya no son una opción; van grabados en los genes de la evolución de estas instituciones.
Actualmente, los museos intentan, en general, ampliar continuamente sus visiones y misiones, rompiendo las limitaciones del elitismo, los privilegios, el tiempo y el espacio, para que el público, museólogos/as, museógrafos/as, etc., desempeñen un papel vital en su desarrollo y abracen, con una nueva mirada, los nuevos desafíos de los tiempos post-covid
En el contexto de lo digital e Internet, los museos se han ido transformando en un ecosistema digital emergente, en el que se codifican como dos existencias interconectadas de Internet (IoL) e Internet de las cosas (IoT). Esta transición se debe, precisamente, a que el museo ha cambiado gradualmente de un modelo centrado en la colección a otro enfocado en la audiencia, respondiendo así al comportamiento humano, la identidad y la apreciación cultural en la era digital. Si bien el cambio puede resultar costoso, afrontarán mayores riesgos si no avanzan en esta dirección a tiempo. A medida que definen y rediseñan su espacio, deben aprovechar las oportunidades para fortalecer la estrecha relación con el público, esforzándose por desarrollar nuevas conexiones con sus valores, de modo que puedan penetrar en la dinámica y la diversificación de la vida contemporánea estimulando el entusiasmo de la participación pública. El papel de la audiencia se redefine en este contexto. Se puede decir que el modelo de exposición del concepto «orientado al ser humano» coincide con el de «usuario primero» en el diseño de interacción. Jon Kolko definió a un diseñador de interacción como un «moldeador de comportamiento». El núcleo de la interacción es establecer un diálogo íntimo entre productos, sistemas, servicios y personas. En la actualidad, los museos utilizan los materiales diversificados proporcionados por la digitalización e Internet. Tratan de mejorar gradualmente la experiencia de uso y resolver problemas en el proceso de construcción de un ecosistema digital, remodelando creativamente contenidos e ideas en formas externas de una manera inesperada. De éste modo, transforman el lugar, el método y el contenido ya conocidos por la audiencia, conectando más profundamente con ella.
El significado original del museo muestra, a menudo, un tono de «elitismo». El museo nació de los gabinetes de curiosidades de los nobles. La exposición más antigua consistía únicamente en una pequeña reunión de príncipes y nobles, con privacidad evidente; algo completamente diferente del modo de visita actual. En pocas palabras, la continua apertura del derecho a comunicarse en la era de Internet ha seguido estrechando los límites entre profesionales y aficionados, entre las élites y el público. El establecimiento de un ecosistema digital hace que sea imposible ignorar el poder de los roles de la audiencia en exposiciones que han pasado a estar «fuera de línea» a «en línea». Hoy en día, la función más importante de los museos es atraer al mayor público objetivo posible, de todos los ámbitos de la vida, diferentes comunidades, regiones y grupos. Deben ofrecer oportunidades para que esas comunidades en general, y los grupos especiales en particular, apoyen sus nuevas metas y políticas.
Con la inundación de pantallas e instalaciones de medios digitales en nuestra vida cotidiana, experimentamos un entorno similar al de una galería; al igual que los grandes almacenes y otros lugares públicos imitan a los museos, la vida imita a las obras de arte. El carril rápido de la cultura digital hace que nos sumerjamos en un entorno visual lleno de colorines, sonidos e imágenes dinámicas, que se refleja, cada vez más, en el espacio real de las calles de la ciudad y en otros lugares. Existe una plataforma compartida entre nuestro ecosistema digital y los museos, por lo que éstos no solo necesitan reconocer esas conexiones, sino que también deben usarlas para crear comunidades y redes sociales, a fin de conectar más ampliamente, intercambiar información y dar a conocer sus exposiciones y las actividades que las rodea. Los museos se han retirado del modelo elitista del pasado; las audiencias han ganado más poder para adquirir y elegir lo que quieren de forma independiente. Ahora bien, esto representa un reto en cuanto a la manera de crear una exposición. Tanto si ésta es histórica o contemporánea, se debe entender desde la perspectiva digital del siglo XXI. Por otro lado, la apertura del derecho a comunicarse implica que la audiencia puede viajar a cualquier lugar y en cualquier momento en la base de datos del museo. En este proceso, no es solo receptora del conocimiento, sino también constructora y, de forma independiente, selecciona y absorbe el conocimiento de acuerdo con sus propias necesidades y características. En comparación con la era predigital, se ha roto el monopolio de la información; las colecciones ya no se mitifican y el museo ya no es exclusivo de la élite.
A medida que cambian los roles de los curadores y los grupos de audiencia, cambian las funciones de los profesionales de los museos en el contexto de la digitalización. En términos generales, la digitalización esté diluyendo la autoridad única en los museos tradicionales fuera de línea. Cuando se establece el ecosistema del museo, el grupo de audiencia continúa expandiéndose, las exposiciones siguen siendo transparentes y los datos permanecen íntegros. Todo esto ha dado a la audiencia una autoridad y un poder de interpretación casi iguales. El curador ya no es el único constructor del sistema de conocimiento, sino que se transforma en «el que entrega» la información. La audiencia deja de ser un mero receptor pasivo de información; ahora es responsable de corregir la información errónea, complementar la que es relevante y difundir y compartir conocimiento.
Las redes descentralizadas o distribuidas incluyen audiencias como cuerpos autónomos y allanan la relación jerárquica entre curadores y creadores. La vida del museo se ha integrado en la vida pública de nuestro ecosistema digital, ampliando así el alcance de la función curatorial de un solo curador a un equipo curatorial, incluidos los partidarios de la tecnología digital necesarios para que ésta proporcione una emocionante realidad virtual, realidad aumentada, medios mixtos y visualización de medios digitales, etc. Cabe mencionar que la visión amplia del equipo curatorial ha impulsado el proceso creativo, con una variedad de nuevas perspectivas fuera del museo. Cuando los curadores hagan un uso completo de la tecnología digital para mediar en la forma en que los visitantes interactúan, para educar, narrar historias y transmitir significado, descubrirán que los museos digitales tienen un mayor impacto en la sociedad que las exposiciones tradicionales, y tanto ellos como las exposiciones en línea serán los responsables de redefinir la autoridad de los curadores originales y los modelos de exposición tradicionales.
En resumen, el museo es consciente de su transformación (que repercute a nivel del conocimiento, el público, el curador); ha abierto una nueva era de Internet, utilizando plataformas de medios en línea para mostrar lo que transmite el cuidado del humanismo del museo. Pero además es consciente de su función misionera, para audiencias de todo tipo, al tiempo que satisface las necesidades espirituales del público en la era posterior a la pandemia. La digitalización de los museos presenta características más acordes con el contexto actual de los tiempos, como la inmediatez de las visitas, la apertura, la personalización o la masificación de la información. Las ventajas de esa digitalización les permite dar juego a las funciones sociales más diversificadas que les confiere la nueva era. Pueden, también, maximizar la satisfacción de los requisitos de desarrollo actuales y futuros del museo, ayudando y participando mejor en varios de sus trabajos. Se puede decir que la digitalización ha transformado el modo de difusión cultural de los museos, y su aplicación establece sistemáticamente una ecología digital en los programas de trabajo, por lo que supone una dirección de desarrollo fundamental para el futuro de estas instituciones.
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Recursos:
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Cheng Yuan Yuan y Liu Peng (2011): Guía de software (Tecnología educativa).
Fotografía: I-Pinimg
Consultas: info@evemuseos.com
Muchas gracias por su importante información. Son muy valiosos para nosotros los Colombianos, todos esos conceptos e informaciones que gracias a su amable gentileza nos comparten. Escribo desde Cajicá, Colombia, Sur América y estamos retomando la idea de conformar nuevamente un museo y somos artistas plásticos con ideas renovadoras que queremos aterrizar en Pro del arte. Acá en nuestro municipio el arte es primordial. Por ésta razón nos agremiamos y echamos un vistazo qué pasa en Europa y Países desarrollados en el importantísimo tema de Museos. Muchas gracias por su valiosa ayuda. Buena tarde
Muchas gracias a ti Jaime Enrique, eres muy amable. Os deseamos mucha suerte en ese noble proyecto que vais a emprender. Saludos cordiales.