Museos: Creatividad, Cultura e Imaginación

Museos: Creatividad, Cultura e Imaginación

¿Qué hace que el impulso creativo y el uso de la imaginación se conecten con la difusión del conocimiento?

  • Ayuda a generar curiosidad por el mundo, promoviendo la búsqueda del sentido de las cosas (con la necesidad implícita de la formulación de preguntas).
  • Permite entender las técnicas básicas para observar cuidadosamente el mundo que nos rodea.
  • Invita a la reflexión: tomar nuestro tiempo para que las ideas se concreten y asienten.
  • Consigue que estemos receptivos para darnos de bruces con un descubrimiento inesperado: el Factor Wow! 

Los museos almacenan y exhiben una gran cantidad de objetos de toda clase y condición. Los museólogos se apoyan en ellos para promover la difusión del conocimiento universal entre el público que visita el museo. Cuando los curadores hablan sobre su trabajo, normalmente describen la emoción que sienten durante el proceso del descubrimiento del saber, de la investigación y del conocimiento asociado a ese devenir. Sin embargo, al visitar una exposición típica de un museo comprobamos que son pocas las personas que tienen la oportunidad, o la inclinación,  de establecer una relación directa con esos objetos que son la referencia material del conocimiento. Por lo general, el público de los museos observa los objetos a través del cristal de las vitrinas durante unos tres minutos, como mucho, y ya está; si te he visto no me acuerdo.

Si los responsables del museo quieren acabar con este tipo de relaciones «frías», deberían plantearse seriamente el desarrollo de una nueva misión respecto a ese vínculo «distante» entre ambos, recurriendo, por ejemplo, a «inspirar la maravilla, el descubrimiento y la observación asombrosa de nuestros mundos naturales y culturales» (Factor Wow!). Esa innovadora estrategia proporcionará al visitante una experiencia totalmente nueva que no olvidará. El camino hacia este propósito podrá comenzar cuando público y museólogos tengan un punto de encuentro (mesa redonda) capaz de generar, por ambas partes, un compromiso profundo con los contenidos del museo que otorgue un significado a la vida intelectual, cultural y creativa – algo de lo que nuestra sociedad está más que necesitada -.

En el epicentro de este esfuerzo encaminado a un encuentro está nuestra creencia de que el museo debe resultar inspirador para sus visitantes. Éstos han de darle sentido a las cosas mientras permanecen en el museo, y abandonarlo «activamente» provocando reflexiones y cuestionamientos propios; de este modo, es más probable que se sientan conectados con su museo y recuerden la experiencia que acaban de disfrutar. «Haber tenido una experiencia emocional, una experiencia de inspiración», dice Vanda Vitali, «crea un vínculo sólido entre el visitante y su museo». Esa conexión es fundamental para atraer al público de maneras nuevas y más significativas, generando vivencias auténticas de descubrimiento, con la creación de narrativas humanas y personales que constituyen la base de todo aprendizaje que se precie. Podríamos incluso crear un «think tank» comunitario para ayudar a determinar las formas más efectivas de alcanzar estos nuevos objetivos a lo largo de tres temas fundamentales: 1) mejorar la relevancia del contenido del museo, 2) apoyar la importancia de la enseñanza y el aprendizaje a través de conexión visitante-exposición, y 3) fortalecer las conexiones entre el museo y las comunidades a las que sirve. (Nosotros estamos trabajando en ello desde el Laboratorio de Innovación Museológica).

Como decimos, se trata de generar oportunidades para establecer vínculos en un compromiso profundo y sostenido entre los visitantes y el contenido de nuestras exposiciones. Las experiencias en las exposiciones deben acabar con las visitas cortas, a veces superficiales, cansinas, anodinas, del visitante promedio a lo largo y ancho de las galerías del museo. El museo ha de compartir y organizar la información con el apoyo de didactas, maestros y museólogos y brindarles la oportunidad de trabajar juntos para poder desarrollar ese tipo de experiencia memorable.  Incluso se puede fomentar la discusión entre personas de la calle y profesionales de los museos sobre el concepto de exposición,  impulsando la formulación de preguntas, para poder llegar a las «grandes ideas» sobre posibles contenidos, con objeto de lograr esa conexión tan importante. Este tipo de preguntas suele generar relaciones entre el contenido de la exposición,  las materias didácticas que se pretenden difundir e, incluso, las vidas de las personas.

Si organizáramos esa «mesa redonda» donde se encontraran el público y los profesionales de los museos, podríamos promover ideas que, partiendo del impulso de la inspiración, actuaran a modo de chispa para desatar soluciones.  Los profesionales de los museos deben mover los temas fluidamente, despertando el interés del público y dando rienda suelta a la inspiración. Y todo ello, sin perder de vista las «cuestiones importantes», apoyándose en didactas e, incluso, acompañándose de artistas creativos que desarrollen proyectos para la exploración de ideas y fomenten el descubrimiento de nuevos conocimientos en el público. La línea directa en esta secuencia es siempre promover el uso de la imaginación.

Según una investigación de Creative Partnerships, la iniciativa de la educación integrada en los museos de ciencias y arte se produce cuando «el proceso por el cual las ideas creativas pasan de la chispa inicial a la acción, de la invención al descubrimiento es común tanto para la exposición de las ciencias como de las artes». De hecho, la combinación de imaginación, asombro y descubrimiento que se encuentra en los proyectos que surgen de la mesa redonda, no solo es buena para el público sino también para los propios creativos y para la mayoría de los museólogos. Estas capacidades son, además, ingredientes clave en el desarrollo de un proceso científico: «no sabemos todo, es por eso que preguntamos y nos cuestionamos», dice Chiappe. «Conocer todas las respuestas es aburrido y carece del uso de la imaginación», añade. «Las personas pueden ser capaces de plantear preguntas interesantes e imaginativas». Los proyectos de las mesas redondas se basan en la relación dinámica que se produce entre este tipo de procesos creativos que combinan la inspiración y el conocimiento científico. Como explica Callow (curadora del Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles), «en mi trabajo, he observado que existe una gran afinidad natural entre creativos y científicos en su proceso de trabajo exploratorio e interactivo. No dicen: «creemos que esto es así porque lo sabemos. En cambio, se cuestionan, observan, desarman, reanalizan. El trabajo en equipo comienza a partir del desarrollo de bocetos conceptuales, ideas generales, para seguir en el proceso de ir continuamente redefiniendo hasta llegar a una conclusión que satisfaga a todos».

Para Callow, existen dos razones adicionales por las que incluir la participación de artistas en este proceso, dado que el objetivo final del museo es conseguir la mejor forma de atraer a los visitantes. En primer lugar, su hipótesis es que «los artistas están más acostumbrados a trabajar en entornos comunitarios que los científicos. Y como el trabajo de los artistas depende de la manifestación de su voz interior, es natural que piensen en alentar la imaginación y la conexión personal del visitante con la experiencia del museo». Segundo, las artes pueden ayudar a evidenciar cómo y qué tipo de aprendizaje está teniendo lugar,  resultado de las experiencias de los visitantes en las exposiciones del museo. «Las artes son concretas, las ves, las puedes tocar, las puedes oír. El trabajo artístico esta basado en el uso ​​de los sentidos y emociones. Las respuestas del publico hacia los contenidos, en las exposiciones especiales o en la colección permanente, se pueden hacer visibles a través de las artes y ese aprendizaje a partir de la relación del público con el conocimiento del arte es relevante, ya que puede ser aplicado a todo tipo de museos».

Recursos bibliográficos:

Dilenschneider, C. (2015): Six ways personalization trends are affecting museums and cultural centers data. En línea: http://colleendilen.com/2015/05/06/six-ways-personalization-trends-are-affecting-museums-and-cultural-centers-data/

Roussou, M, et al. (2015): The museum as digital storyteller: Collaborative participatory creation of interactive digital experiences. MW2015: Museums and the Web Conference 2015, Chicago, EE.UU. En línea: http://mw2015.museumsandtheweb.com/paper/the-museum-as-digital-storyteller-collaborative-participatory-creation-of-interactive-digital-experiences/

Simon, N. (2010): The Participatory Museum. Santa Cruz: Museum 2.0, 2010. En: http://www.participatorymuseum.org

Visser, J. (2012): Digital Storytelling: How to tell a story that stands out in the digital age. En línea: http:// themuseumofthefuture.com/2012/10/11/digital-storytelling-how-to-tell-a-story-that-stands-out-in-the-digital-age

Fotografía: MUBI – The Museum of Imagination.


Si quieres recibir nuestro newsletter, y/o la bibliografía y recursos asociados al artículo de hoy, pídenoslo en el boletín adjunto, dejando claro que solicitáis la bibliografía y los recursos asociados al artículo, por favor. Si quieres recibir los artículos por correo electrónico completa el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás en la cabecera de esta página. Tu dirección de correo electrónico será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters, pudiendo darte de baja en el momento que quieras.

Tus comentarios son muy importantes para nosotros

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.