Actualmente, los museos de todo el mundo tienen la posibilidad de reinventar tanto sus relaciones con el público como a sí mismos. Pero, ¿qué se necesita para hacerlo? Fundamentalmente, creatividad. También se han producido iniciativas como «Only Connect: Interpretación centrada en el visitante del museo», cuyo objetivo es definir los criterios de excelencia entre los diferentes tipos de museos; observar y hablar con visitantes y profesionales para así recabar información que apunte hacia esa necesaria evolución positiva, a fin de determinar las «mejores prácticas» en la interpretación de museos y buscar aquellas que sean más «interpretativas e innovadoras». Con este estudio se logra, además, dar un paso más: la creación de un enfoque centrado en el visitante capaz de originar una transformación organizacional. Llegados a este punto, una vez que el museo decide cambiar su enfoque y ubicar a los visitantes en el centro de su misión, ¿cómo se logra alcanzar ese objetivo? Lo que te ofrecemos a continuación es una lista de 9 enunciados que nos dan una primera aproximación al tema, una serie de conceptos que muestran algunos de los cambios que deben tener lugar en la práctica del museo orientados a sus visitantes – si es pretende ajustarse a los nuevos tiempos -.
1. Aprendizaje en el museo: Más acción que observación.
Pensemos que estamos ante una pared de una sala de un museo de arte donde de lee: «Personas». Si esa pared fuera real, encontraríamos pantallas interactivas digitales colgadas en ella. En principio, no destacan mucho de todo lo demás en exhibición, pero las vemos porque son luminosas y brillan, y porque van cambiando de imagen a medida que se van mostrando los autorretratos dibujados por los propios visitantes. Colocaremos también un par de estaciones de trabajo con grandes pantallas táctiles levantadas que sobresalgan de la pared. En el lado izquierdo, situaremos una serie de retratos en miniatura dibujados por otros visitantes que ya hayan pasado por la sala. Si hacemos clic en cualquiera de ellos, comenzarán a dibujarse, desde la primera pincelada, ante nuestros ojos. A la derecha, se encuentra el espectador. Un espejo está situado delante de nosotros, en él nos vemos perfectamente reflejados; en la pantalla digital encontramos una hilera de muestras de color. Elegimos un pincel digital y un color, nos miramos en el espejo y comenzamos a dibujar.
Mientras, aparecerán en pantalla algunas preguntas e indicaciones: ¿En qué consiste un autorretrato? ¿Por dónde comenzar? ¿Qué debes tener en cuenta a medida que vas dibujando? ¿Cuál es el color/colores que deberías usar? ¿Qué trazos son los más adecuados para equilibrar, cambiar, remarcar lo que estás haciendo? Cuando termines, has de mirar hacia la otra pantalla. Observarás – probablemente con cierta curiosidad – los cientos de composiciones hechas por otros que se han sentado antes en tu lugar… Y en la pared situada a tu derecha, encontrarás los retratos de los maestros de siempre. Podrás sentirte parte de una comunidad de artistas a través del tiempo; unos y otros creadores seréis observadores activos.
2. Las palabras importan: dar vida a objetos anodinos con un arco narrativo.
Mucha gente piensa que las galerías de artes decorativas de los siglos pasados son aburridas: las cajas de porcelana y plata, los jarrones, los tapices y las habitaciones amuebladas por las que los visitantes caminan hacia la salida. Sin embargo, en el Instituto de las Artes de Detroit, ocurre algo diferente: al entrar en una de estas galerías, nos encontramos un cartel con una fotografía de alguien vestido de época. Se lee: gran parte del arte en esta sala se realizó antes de la Revolución Francesa para los aristócratas europeos que vivían de manera grandiosa, lujosa y a la moda.
Las obras de arte ayudan a revelar cómo unos pocos privilegiados pasaban sus días y percibían al resto del mundo. Miramos a nuestro alrededor con nuevos ojos. El mundo se ha transformado totalmente. Nos están invitando a que reconsideremos su significado. Esa sopera de plata labrada con liebres, hongos y jabalíes es magnífica. ¿Cómo se elaboró? Cada pieza es más extravagante que la anterior. ¿A través de qué medios adquirían las personas el deseo de rodearse de tanto brillo y boato? No nos tiene que gustar; estamos fascinados por toda esta evidencia sobre el significado de la decadencia. En cada una de las galerías siguientes, se desarrolla la narrativa: estamos invitados a compartir el esplendor de aquella vida; habitación por habitación, hora tras hora, nos movemos siguiendo la jornada de un aristócrata; incluso somos invitados a tomar asiento en una mesa de comedor mientras un video de un banquete se presenta ante nosotros usando la misma plata y porcelana que nos rodea en las vitrinas. El murmullo de las voces francesas, primero los sirvientes, luego la nobleza, nos traslada a una excursión culinaria virtual que nos permite conocer la vida de estos objetos e insertarla en la nuestra.
3. Co-creando la historia: escuchando las voces silenciadas.
En Minnesota, la historia aún está muy viva. De hecho, la «Guerra de la Nación India» de 1862 todavía se desarrolla en las paredes de una sala en el Centro de Historia de St. Paul. Ven. Si levantas la pesada cortina marrón, encontrarás un conjunto completo de galerías, donde las exposiciones entran en acción, en tiempo real, a gran escala. No se trata de maquetas en miniatura o representaciones digitales. Más bien, esparcidas a través de las paredes, hay imágenes y maquetas, textos en la pared, o grandes hojas de papel impreso y pegadas sin preocupación por el acabado. ¿Qué significa todo esto? ¿Cuál es la lógica de la secuencia? ¿Qué no entendemos? Eso es lo que el equipo museográfico está tratando de contestarte.
Los desarrolladores de la exposición invitaron a miembros de las tribus locales y a sus familias, descendientes de los guerreros que lucharon contra la milicia estatal y el Ejército de la Unión, aquellos ancestros que fueron conducidos a campamentos donde enfermaron o fueron entrenados nuevamente en programas de desculturación. El personal del museo los reunió para que sugirieran cómo contarlo. ¿En qué nos estamos equivocando? ¿Puedes identificar a las personas en esta vieja foto? Dejaron un cuaderno en una mesa auxiliar y les pidieron reflexiones más profundas. Lejos del museo, el personal es consciente de que los descendientes de las milicias, quienes lucharon contra los indios en las guerras, también viven en la comunidad. Para ellos se construyen relaciones sanando antiguas heridas. En cierto modo, estas galerías son solo un subproducto de todo el camino, una señal visible de un acercamiento en progreso. En realidad, el trabajo se lleva a cabo a partir de conversaciones y acercamientos, tanto en la comunidad como detrás de escena. Eventualmente, puede haber acuerdo, o al menos un nuevo nivel de comprensión que de lugar a una nueva exposición.
4. Obras que son públicas: museos como sala comunitaria.
En una galería titulada «El paisaje cambiante», una joven pareja negra se sienta alrededor de una pequeña mesa redonda. Ella lleva un pañuelo en la cabeza. Están inmersos en una conversación mientras sus manos encajan las piezas finales de un rompecabezas. Representa una pintura realizada por Arthur Dove que cuelga en la pared delante de ellos. Han estado aquí en esta galería, sentados, hablando, mirando durante cuarenta y cinco minutos. Al otro lado de la habitación hay otra mesa pequeña rodeada por un grupo de cinco adolescentes. Sentados a pocos metros de una escultura de Richard Long de bloques de piedra – dispuestos en el piso en círculos concéntricos -, los adolescentes juegan con una serie de pequeñas piedras rojas y blancas, probando diferentes formas, hablando y bromeando – como hacen los niños, – completamente comprometidos con lo que están haciendo. El domingo, en el Museo de Arte de Columbus, la entrada es gratuita y la comunidad se conecta con el arte.
5. Artistas como críticos: pedirles que reaccionen a las obras.
El Museo Van Abbe expone la mayor colección de arte de Lissitzky fuera de Moscú. Estamos rodeados de cuadrados rojos y negros alzados, líneas dinámicas de fuerza, vectores de progreso – o eso creía el artista -. El museo hace grandes esfuerzos para darles vida: han colocado esculturas en 3D a escala humana basadas en sus dibujos geométricos; hay una instalación de arquitectura utópica con el Hombre de Dziga Vertov, y una cámara de cine proyectada en una pared; nos encontramos monitores integrados que muestran presentaciones de diapositivas y clips de archivo de colectivos de artistas y actuaciones de vanguardia; carteles y construcciones efímeras en los pasillos; y citas del mismo Lissitzky, llenas de promesas revolucionarias, con la fuente sans serif configurada en ángulos rasantes contra el plano de la pared blanca. Pero, ¿qué significa todo esto? Las palabras escritas a mano se arrastran, socavando la autoridad, mirando a través del telescopio esa imagen de 1920 de un gran futuro utópico. Por otro lado, un artista búlgaro contemporáneo, Nedko Solakov, nacido en una cultura satelital y ahora liberado de la opresión soviética, ha sido invitado a romper la tradición de la «sala sagrada» escribiendo graffitis en sus paredes. Así pues, en esta galería, la promesa radical y su contra-narrativa cabalgan juntas. El graffiti nos habla del abismo entre los ideales visionarios y el comportamiento real. Nada nos deja indiferentes.
6. Honrar verdades complejas: usar sorprendentes yuxtaposiciones para provocar nuevas ideas.
Los museos enciclopédicos tienen sus virtudes. En Kelvingrove, el palacio de arte e historia eduardiano del siglo XIX de Glasgow, en lugar de las exposiciones tradicionales de «Armas y armaduras», presenta los ingeniosos inventos de los humanos para protegerse (y asaltar) en aquel mundo peligroso. Grandes vitrinas muestran las siguientes combinaciones: secciones articuladas de una armadura yuxtapuesta con una langosta y un armadillo; fotos de un escarabajo pelotero, un soldado apuntando con una ametralladora, y un avión de combate unido por la leyenda: «Cuanto más lejos, más rápido y más preciso puedas lanzar un objeto, más posibilidades tendrás de ganar». La enorme mandíbula de un gran tiburón blanco atravesada por un pez espada, junto con una serie de espadas y lanzas. La instalación, en su conjunto, se denomina «Conflicto y consecuencia». Su subtítulo es: «Cómo seguimos inventando nuevas formas de matar personas, para luego preguntarnos para qué».
7. La nueva normalidad: honrar a los visitantes a lo grande y también en menor grado.
En el Museo de Arte de Denver, apreciamos el trabajo de varias generaciones de profesionales que se han dedicado a hacer que los visitantes se sientan cómodos en el museo. Construido a lo largo del tiempo, este valor impregna la cultura interna del museo. Somos testigos de la gran variedad de asientos que poseen las galerías y los lugares que nos invitan a fusionarnos con el arte, profundizando en nuestra experiencia. En las galerías indias americanas, que cubren un piso del Edificio Norte, los sonidos de la selva tropical se escuchan de fondo, mientras contemplamos una pared de máscaras indias de la costa noroeste y vemos un video que combina secuoyas y rituales nocturnos. Más allá, nos maravillamos de los abalorios en zapatos de todos los tamaños y tipos, desde mocasines para bebés hasta elegantes zapatos de baile; algunos, incluso, incorporan estrellas y rayas.
En la parte trasera de la sala nos encontramos con un espacio de taller / estudio donde los visitantes son invitados a tomar asiento. Están colocando canicas de colores en una matriz parecida a un tablero de ajedrez chino. Esta actividad nos explica el sentido de la paciencia meditativa vinculada al desarrollo de un patrón abstracto pero sagrado. En este instante aparece una pareja, James y Janet. Nos involucran en una conversación
James es de la tribu Otoe / Missouria; está aquí, en la ciudad, para servir como juez en un Pow Wow local. Están particularmente interesados en los Faw Faw Coats de bailes de fantasmas de finales del siglo XIX. Cuando contemplamos los abrigos y las etiquetas en la exposición, nos percatamos de que hay fotografías de guerreros al lado. «Ese es mi bisabuelo», declara James…
¿Por qué los indios incorporaron las estrellas y rayas en sus mocasines? James nos dice que esa era la única forma de que los supervisores les permitieran continuar decorando sus mocasines, a fin de mantener la tradición. Un poco de humor indio astuto frente al opresor. Tomamos una foto de James y Janet, están cogidos de la mano frente al abrigo de baile del fantasma, riendo. La foto del bisabuelo mira desde abajo. Resulta una imagen conmovedora.
8. Enfrentándonos al hecho oscuro: conectando con una historia personal.
Estamos en el Museo del Ruhr. Entramos en el caparazón de un enorme edificio de la era de las máquinas, en una planta de lavado de carbón, avanzando a través de un conjunto abierto y moderno de exposiciones; todo es blanco. No notamos la calidad acústica del interior cavernoso hasta que abrimos unas puertas dobles de vidrio y pasamos a otra zona, climatizada, silenciosa. Dentro de este lugar, un bosque de columnas blancas se extiende desde el suelo hasta el techo, cada una con una cámara de vidrio, una vitrina a modo de acuario. En la columna que está justo delante de nosotros leemos «Respira». Observamos un pulmón negro, suspendido, sacado de un cuerpo, aislado y presentado como un tesoro espeluznante. Hay dos escuetos párrafos al respecto, al lado de la columna blanca – uno en alemán y el otro en inglés – que narran la historia de un minero que una vez vivió y trabajó en este valle, en cuyo cuerpo existía esta cáscara de tejido carbonizado que contuvo el aliento de una vida. A nuestro alrededor, otras columnas, cada una con un ícono de algún episodio personal que representa el conjunto, la colectividad: la historia viva de un lugar en nuestro planeta.
9. Crear sentido.
Las prácticas que estamos conociendo nos ofrecen lecciones importantes para compartir: honrar verdades controvertidas y complejas; conectar objetos pasados con problemas actuales; presentar hechos espeluznantes; invitar a nuevos colaboradores a co-crear exposiciones; proporcionar nuevas formas de entender estereotipos; ofrecer lugares para quedarse y mirar, o moverse y participar. El papel de los profesionales de los museos es diseñar múltiples experiencias, para asegurarse de que el mayor número de personas pueda encontrar su camino entre las colecciones que se exhiben. Todos estos enfoques ofrecen a los visitantes diferentes formas de conectarse y moverse dentro de una historia. También nos recuerdan algo más: la sensación que se obtiene de la experiencia misma, ya sea estética, emocional, intelectual, lúdica, espiritual o una combinación de todas ellas. Los museos son refugios para recibir una experiencia sentida. Cualquier cosa que no llegue a esa marca es una fallo en la conexión. El público debe sentirse interesado en lo que ven, y como profesionales, nuestro desafío es contestar a todas las preguntas posibles. Debemos reconsiderar constantemente nuestro propio discurso y aprovechar activamente las oportunidades que nuestros visitantes nos ofrecen para ser más relevantes.
Referencia bibliográfica:
Peter Samis and Mimi Michaelson (2013): Meaning-Making in Nine Acts. The Exhibitionist Magazine, Spring’13.
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