Con el término «Peligros», en el contexto de la atención y cuidado de las colecciones de museos, nos referimos, principalmente, a los materiales físicos y gaseosos que forman parte de las colecciones -con, o sin pretension-, y que pueden representar un riesgo para la salud de quienes trabajan en el museo, para los visitantes y para las propias colecciones. También hace alusión a los «compuestos» del edificio del museo o a las sustancias utilizadas en el mantenimiento del mismo. Sin embargo, hoy nos enfocaremos específicamente en los peligros relacionados directamente con las colecciones.
Es importante estar al tanto de los potenciales peligros, para poder ser capaces de evaluar los riesgos que surjan y tomar las medidas adecuadas de manera inmediata. Sin embargo, recuerda que la primera regla fundamental para gestionar los riesgos y peligros es «no te asustes». Se trata de peligros que suelen aparecer muy pocas veces, y probablemente hayan estado conviviendo con la colección durante muchos años, sin que nadie se haya dado cuenta. Cuando se detectan, debemos ser conscientes del problema, entender y saber qué medidas tomar para minimizar el riesgo y buscar la ayuda necesaria – si hay algo que se nos escapa-.
Las colecciones de los museos tienen muchas formas y tamaños, incluso con objetos que datan de la prehistoria. Actualmente, las colecciones involucran una tremenda gama de materiales, a menudo procedentes de todo el mundo. Los peligros generalmente provienen de tres fuentes principales:
- La naturaleza del material: minerales naturalmente radiactivos en colecciones de geología, enfermedades residuales en restos humanos y animales, venenos aplicados a flechas para la caza.
- La forma en que los materiales se deterioran con el tiempo, como en el caso de la película de nitrato utilizada en la década de 1950, que se vuelve extremadamente inflamable, o los paneles de un techo fabricado con amianto.
- Procedimientos llevados a cabo sobre objetos en el pasado, como, por ejemplo, en las colecciones de los museos de historia natural o en las etnográficas que fueron fuertemente tratadas con pesticidas.
La amplia gama de materiales usados y el tamaño de las colecciones puede dificultar la identificación y la comprensión de los riesgos ocultos que representan. Por lo tanto, es útil identificar los peligros más comunes y los tipos de colecciones donde se pueden encontrar. Ten en cuenta que existen requisitos legales relacionados con el mantenimiento de elementos como las armas de fuego y la eliminación de materiales como el amianto. Consulta el apartado «¿Dónde puedo encontrar más información?», al final de este artículo, y recurre siempre a un especialista si no estás seguro de lo que te traes entre manos.
Riesgos que pueden estar presentes en las colecciones de los museos.
Plaguicidas.
En el pasado, muchas colecciones, especialmente las pieles, plumas, textiles y objetos etnográficos, se trataban con pesticidas para ayudar a prevenir daños causados por insectos. También se utilizaba -y aún continúa haciéndose- una amplia gama de productos químicos tóxicos, incluidos el DDT, compuestos de arsénico y mercurio, con el problema y dificultad añadida de que los museos rara vez los registraban. Los residuos químicos pueden permanecer en los objetos durante mucho tiempo, años y años en algunos casos, por lo que es más seguro asumir, sí o sí, que las pieles, plumas, textiles o etnografía que están bien conservados se han tratado, seguro, con algún tipo de pesticida.
Productos químicos y elementos tóxicos.
Los objetos pueden contener una amplia gama de productos químicos y elementos tóxicos, como el mercurio y plomo. Los especímenes de taxidermia han sido preparados con frecuencia usando peligrosos productos -entre ellos, compuestos a base de arsénico y mercurio- para preservar las pieles. Las colecciones conservadas a base del uso de líquidos, como las muestras biológicas «húmedas» dentro de frascos de vidrio, también puede implicar la existencia de un líquido tóxico y/o inflamable. Las colecciones de farmacias históricas son otra fuente de productos químicos, medicamentos y preparaciones potencialmente dañinas. La historia social y las colecciones científicas pueden contener mercurio o plomo.
Mohos y hongos.
Muchas colecciones desarrollan moho cuando la atmósfera es demasiado húmeda, lo que puede causar problemas al inhalarse.
Amianto.
Los especímenes geológicos pueden estar compuestos de amianto. Otros objetos podrían contener asbesto, como por ejemplo, tablas de planchar, ropa protectora como máscaras de gas y trajes de fuego.
Materiales radioactivos.
Las colecciones geológicas son particularmente ricas en minerales radiactivos naturales, que contienen elementos como el uranio. Conocemos, por ejemplo, un museo regional que cuenta con especímenes de veinte diferentes minerales radiactivos. Estos, emiten una radiación peligrosa para la salud de la mayoría de los seres vivos. Los objetos hechos por el hombre también pueden contener minerales radiactivos; como ejemplo, los primeros diales luminosos en relojes y equipos mecánicos que pueden observarse en algunas colecciones de historia social.
Peligros biológicos.
Algunos objetos pueden albergar bacterias y virus latentes, como la viruela y el ántrax. Puede ocurrir en restos humanos y animales, depósitos de sangre y estiércol, barros y pieles de animales que no se han procesado completamente hasta llegar al cuero, como sucede en muchas colecciones etnográficas.
Armas de fuego y explosivos.
Muchas colecciones incluyen armas y municiones de diferentes períodos históricos. Algunas de estas armas de fuego se hallan en desuso, pero otras funcionan correctamente y contienen pólvora residual. Los materiales y artefactos relacionados con los fuegos artificiales a veces se exhiben, y también cuentan con la pólvora original.
Plásticos, incluída la película de nitrato.
Las primeras películas de cine, por ejemplo, y los carretes de película de nitrato anteriores a la década de 1950, son extremadamente inflamables, y cuando se encuentran dentro de latas de carretes de metal, corren el riesgo de acumular niveles peligrosos de gases explosivos. A medida que ciertos tipos de plásticos envejecen, liberan unos elementos químicos llamados plastificantes, que son como depósitos pegajosos que pueden aparecer en la superficie del objeto. Algunos son tóxicos; otros emiten gases ácidos que se acumulan en las cajas que están cerradas.
¿Cuáles son los riesgos para todos nosotros?
Sin pretender ser tremendistas, debemos decir que los peligros derivados de las colecciones podrian suponer un gran riesgo para nuestra salud, ya que podemos absorberlos por el cuerpo de varias maneras.
Inhalación.
A partir de los depósitos superficiales de químicos tóxicos. Se pueden inhalar polvos o mohos peligrosos, especialmente cuando se manipulan o limpian los objetos y artefactos. Los materiales dañados, envejecidos y desmenuzables, como el asbesto viejo y el amianto, pueden ser muy peligrosos. Algunos materiales emanan gases a medida que envejecen que también podrían ser inhalados. Asimismo, es posible inhalar polvo radiactivo y tragar alimentos o agua contaminados.
Absorción a través de la piel.
Al tocar los objetos, algunos materiales atraviesan nuestra piel y pasan al torrente sanguíneo. Los residuos pegajosos de los plásticos degradantes y el líquido que se escapa de las colecciones conservadas, son claros ejemplos de ello.
Residuos químicos como es el naftaleno.
Los residuos de las bolas de polilla pueden introducirse en nuestro cuerpo por inhalación y por la piel. Las fuentes radiactivas, como las muestras de minerales naturales, emiten también radiaciones. Los materiales de empaque para su almacenamiento, como el papel de seda y las cajas, pueden absorber la radiación, los vapores ácidos y los residuos de pesticidas, lo que aumenta aún más el riesgo.
Ingestión.
Manipular objetos y, posteriormente, tocar alimentos o la cara/boca sin lavarnos las manos, puede provocar la ingestión de materiales potencialmente peligrosos. Las enfermedades latentes que pueden estar presentes en los restos humanos y animales podrían reactivarse si se inhala o se ingiere polvo u otros desechos.
¿Cuáles son los riesgos para las colecciones?
Los peligros que producen los propios objetos del museo también pueden representar un riesgo para las colecciones en sí. Nuestras principales preocupaciones deben ser:
- Mayor riesgo de incendio.
- Fluídos conservados y latentes.
- Existencia de líquidos inflamables en las colecciones.
- La película de nitrato es extremadamente inflamable y una vez que se enciende no puede ser extinguida.
- Las armas de fuego y los explosivos contienen residuos inflamables y puede dispararse accidentalmente.
Contaminación.
A medida que algunos materiales se deterioran, particularmente los plásticos, pueden acelerar la descomposición de otros objetos y artefactos. Así, por ejemplo, ciertos plásticos se vuelven opacos, viscosos o pegajosos y los metales pueden comenzar a corroerse. Algunos objetos también pueden contaminarse con el polvo, los fragmentos y los gases, lo que podría propagar los riesgos al resto y, en última instancia, a las personas.
Evaluando peligros (también puedes consultar nuestro checklist particular haciendo click aquí).
- Busca signos de peligros potenciales.
- Realiza siempre una evaluación de riesgos para establecer cuáles son los principales para la colección.
Gestión de riesgo. - Planifica y prioriza cómo gestionar los peligros que has identificado y comparte tus planes con colegas.
- Establece buenas prácticas en tu trabajo.
- Solicita asesoramiento especializado si lo necesitas.
Qué hacer…
Recuerda que en la mayoría de los casos el nivel de exposición a materiales tóxicos es muy bajo.
Pide ayuda a un especialista si sospechas que puedes tener materiales radioactivos, amianto dañado o película de nitrato en la colección de tu museo. Un conservador, curador u otro especialista podrá identificarlos por ti y asesorarte sobre las medidas que se deben tomar.
Para minimizar el riesgo.
Sigue las instrucciones del Director de Salud y Seguridad en todo momento.
Asegúrate de que todas las personas que entren en contacto con la colección sigan las buenas prácticas de higiene básicas:
- Nunca se come o bebe en un área relacionada directa o indirectamente con la colección.
- Lávate siempre las manos después de manejar cualquier objeto.
- Utiliza guantes de nitrilo para manipular cualquier objeto donde pueda existir algún riesgo.
- Asegúrate de que la gente conozca qué objetos representan un riesgo y pueda identificarlos; usando un sistema de etiquetado tanto en esos objetos como en las cajas que los contienen; actualizando la base de datos de recolección.
- Restringe el acceso a objetos sospechosos y reduce al máximo su uso, hasta que hayas encontrado asesoramiento.
- Asegúrate de que el público no tenga acceso a objetos potencialmente peligrosos en vitrinas abiertas, que toquen las colecciones o incluso los objetos que forman parte de las maletas escolares.
- Revisa las regulaciones o consulta a un especialista antes de desechar materiales peligrosos o contenedores contaminados.
- Busca señales que puedan indicar que ha surgido algún problema, como polvos blancos o cristales en las superficies, botellas con fugas, baterías que «sudan», materiales de embalaje descoloridos y quebradizos o gotitas pegajosas en los plásticos.
Qué no hacer…
- Lo primero y fundamental: ¡no te asustes! Es probable que la mayoría de estos peligros hayan existido en la colección durante muchos años. Tienes tiempo para planificar y priorizar mejoras.
- No pienses que tienes que conocer todo de cada material antes de poder actuar.
- No dejes de generar precauciones simples, como un etiquetado claro o la reducción de la manipulación, para minimizar los riesgos para la salud, máxime si desconoces lo que contiene una colección de farmacia histórica; entonces busca consejo.
- No realices actividades que generen o levanten polvo donde se sospecha que existe un material peligroso.
- No seas complaciente con los peligros potenciales. No solo no desaparecerán sino que, ignorándolos, pueden ocasionar enfermedades o lesiones graves, además de estar infringiendo la ley.
¿Dónde puedo encontrar más información?
Más información sobre el manejo de riesgos:
Hay muchas fuentes de información sobre los peligros en las colecciones de los museos. Los siguientes, son buenos sitios para comenzar:
Don’t Panic: Cómo lidiar con materiales peligrosos en colecciones, Instituto de Conservación, Birmingham Museum & Art Gallery, noviembre de 2006. Las notas de la reunión están disponibles en: http://www.icon.org.uk/index.php?option = com_content & task = view & id = 74 & Itemid = (http: // tinyurl.com/73vbdcl)
Colecciones conservadas de fluidos – Sitio web de la Asociación de Colecciones de Ciencias Naturales – http://natsca.info/content/fluid-collections Trabajo con sustancias peligrosas para la salud. 2009. Ejecutivo de salud y seguridad – http://www.collectionslink.org.uk/discover/control ambiental / 842-trabajar-con-sustancias-peligrosas para la salud-coshh
Más sobre requisitos legales:
Requisitos legales – Sitio web de la Asociación de Colecciones de Ciencias Naturales – http://natsca.info/content/policies-legislation
Armas de fuego y la ley: http://clbeta.org.uk/media/com_form2content/documents/c1/a287/f6/FirearmsandtheLaw.doc (http: // tinyurl.com / 89z2rr7)
Guía de restos humanos: http://www.culturalpropertyadvice.gov.uk/public_collections/human_remains (http://tinyurl.com/7tc3z4p)
Colecciones históricas de farmacias y medicamentos controlados: la Royal Pharmaceutical Society proporciona una amplia gama de información sobre el cuidado de medicamentos históricos. http://www.rpsgb.org/informationresources/museum/resources/informationsheets.html (http://tinyurl.com/6otq5jl)
Eliminación de residuos peligrosos, incluidos amianto y materiales radiactivos. Sitio web de la Agencia de Medio Ambiente: información, orientación y registro. http://www.environment-agency.gov.uk/business/topics/waste/32180.aspx (http://tinyurl.com/7tmrb2x)
¿Necesitaría el consejo de un conservador?
Esta artículo es una pequeña introducción a la identificación y gestión de peligros en las colecciones. Puedes encontrarte con algunos que requieran un mayor asesoramiento por parte de especialistas. En caso de duda, consulta siempre a un conservador. Los conservadores figuran en el registro de conservación de ICON. Registro de conservación ICON en http://www.conservationregister.com/
Recurso:
Allyson Rae (2012): Hazards in museum collections. A Collections Care How To Guide. Editores: Alex Dawson y Natasha Hutcheson. Norfolk Museums, Archaeology Service.
Si quieres recibir nuestro newsletter y nuestros artículos por correo electrónico, rellena y envía el boletín adjunto, por favor, completando el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás a continuación. Tu dirección de correo electrónico (asegúrate por favor de escribirla correctamente), será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters y artículos, pudiendo darte de baja en el momento que quieras.
Muchas gracias espero ser incluido en sus envios