Posicionamiento de Museos en la Era Digital

Posicionamiento de Museos en la Era Digital

Podcast EVE: Museos en la era Digital

 

Actualmente, la importancia de que el patrimonio cultural pueda ser compartido en Internet, depende de una estructura abierta, que se genera a partir de la colaboración y aportaciones de la sociedad civil, de las empresas que persiguen objetivos comerciales y de las instituciones públicas. También tenemos los perfiles colaborativos de actores que son totalmente diferentes, como Wikipedia, Google y Europeana. Si bien, por una parte, estos actores son competidores y desconfían sistemáticamente el uno del otro, por otra, cooperan entre sí en muchos proyectos culturales específicos.

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Los museos nunca fueron una fuerza impulsora e innovadora en la digitalización, aprovechando desde el km. 0 las nuevas posibilidades de acceso universal a Internet; ni tampoco han sido los precursores en la difusión digital del conocimiento, que surgió desde que aparecieron las redes. Por el contrario, las iniciativas privadas, más allá de las estructuras públicas institucionales, capitalizaron este potencial, mucho tiempo antes, mientras los museos veían pasar las oportunidades. El ejemplo más importante, por el momento, es la plataforma de difusión de conocimiento que conocemos como Wikipedia. Durante mucho tiempo esta plataforma fue valorada muy críticamente, e incluso ridiculizada. Sin embargo, Wikipedia disfruta ahora de una considerable reputación y se ha posicionado en el campo de las enciclopedias imprescindibles (salvo que decidan desaparecer como ya han amenazado con hacer, muy enfadados, y con razón, con el tema de la censura europea en la red).

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Otras empresas también trabajaron muy duro, con inmenso coraje y alta inversión, para digitalizar y a hacer accesible una mayor cantidad de información en línea. El Proyecto de Google Books, es el ejemplo más famoso de digitalización masiva, pero de ninguna manera el único. Si bien los proyectos de Google fueron, y siguen siendo, muy controvertidos y polémicos (ahora «quieren curar la muerte»), han resultado ser muy exitosos, consiguiendo que algunos museos estén cooperando actualmente con ellos, por ejemplo dentro del Proyecto de Arte de Google (Google Arts&Culture) Google es un jugador comercial dominante en su campo, pero hay muchos otros: la competencia está a solo un clic de distancia.

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Aunque es evidente que los museos hasta ahora no han sido precisamente la vanguardia en el proceso de digitalización, la necesidad de que se conviertan en jugadores más activos es crucial. Las tareas de colección, preservación, estudio y exhibición del patrimonio cultural de los museos, siguen siendo vitales para nuestra sociedad, pero los métodos que utilizan, en general, deben cambiar para adaptarse a la era digital. Los  epígrafes que os mostramos a continuación son ejemplos de la forma en la que los museos pueden cambiar y adaptarse al futuro:

1. Adquirir.

Comenzaremos con la adquisición. En décadas anteriores, a los museos se les ofrecían a menudo objetos a precios muy bajos, cuando sus propietarios o beneficiarios no sabían qué hacer con ellos. En su mayor parte, estos beneficiarios no llegaban a vender sus objetos, ya que normalmente no encontraban compradores que estuvieran interesados en ellos y, por lo tanto, no había mercado. En la era moderna de Ebay, existe un interminable número de otras empresas de comercio electrónico donde se puede encontrar un comprador para casi cualquier cosa. Los tiempos han cambiado, y mucho. Los museos se enfrentan a una nueva e interesante tarea ya que, en lugar de esperar a que los beneficiarios ofrezcan objetos a precio de oferta, pueden acceder a estas plataformas de comercio electrónico y gestionar sus adquisiciones de una manera totalmente diferente.

2. Conservar.

Con respecto a la preservación de los objetos en el plano digital, los museos se enfrentan a desafíos completamente nuevos, retos que no pueden resolver solos. A menudo, los museos carecen de los conocimientos técnológicos necesarios para la preservación digital. Esto les obligará a depender cada vez más de la colaboración de profesionales de terceras partes, compañías externas y expertos en tecnología digital.

3. Obtener.

Los museos de hoy no solo deben crear objetos digitales, sino también obtener los metadatos a través de objetos analógicos, ya que esos metadatos son precisamente la clave para entender el patrimonio cultural digital. En el futuro, cualquier persona que realice una investigación, necesitará acceder a colecciones digitales, a contenidos que requieren una estandarización. La estandarización en el mundo digital incluye servicios web, estándares de datos personales e interfaces de intercambio de metadatos. El modelado y la recopilación de datos en la era digital, es un desafío mucho mayor que el más clásico «buscador de libros».

4. Explorar.

Las modernas colecciones digitalizadas y las bases de datos en red, abren innumerables nuevas posibilidades de investigación, que son verdaderamente valiosas. Para aprovechar estas oportunidades en la era digital, los museos deben cumplir con dos condiciones básicas: digitalizar sus propiedades y poner sus inventarios a disposición en línea. Esto requiere la estandarización de los metadatos para que los registros puedan ser realmente utilizados. El modelo de datos de Europeana ha dado pasos importantes hacia dicha estandarización, apotando un buen ejemplo para los museos. Sin embargo, pasará bastante tiempo hasta que éstos puedan llegar a implementar sus estándares tecnológicos.

5. Anunciar.

Actualmente, las posibilidades son excelentes para que los museos pongan sus colecciones a disposición del mundo a través de Internet. Aunque, de nuevo, esto pasa por la necesidad de digitalizar dichas colecciones y continuar con la estandarización de los metadatos de las mismas. El proyecto más ambicioso y exigente en Europa hasta ahora es el de Europeana, – mencionado aquí en varios artículos -, una contribución crucial para hacer que la red cultural europea sea reconocible socialmente. Sin embargo, las rutas de esa red cultural en línea aún no están completamente definidas.

6. Exhibición.

El área de las exposiciones físicas de los museos, es probablemente el que necesite la menor adaptación al universo digital. Las exposiciones continuarán funcionando a través del aura del objeto original, y seguirán sujetas a sus propias reglas. Solo algunas cuestiones sobre el proceso de diseño de las exposiciones estarán relacionadas indirectamente con la digitalización. Por supuesto, actualmente disponemos de las «exposiciones virtuales» o del uso de nuevas tecnologías con soportes móviles, como las aplicaciones de teléfonos inteligentes, sustitutos potenciales de la guía de audio tradicional. Dichas tecnologías, a menudo pueden crear atención colectiva, lo que también podría inducir a una visita física al museo por parte de sus usuarios. Sin embargo, la tecnología digital solo tiene una función de apoyo, nada puede reemplazar una visita real al museo.

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No es vanguardista, pero sigue siendo esencial.

¿Dónde se encuentran, entonces, los museos en la era digital? Si bien los museos no son la vanguardia de la era de la información, ni mucho menos, ocupan un lugar importante en el término medio. Los museos son, y seguirán siendo, espacios únicos que muestren nuevos mundos a los visitantes, entidades que se tomen muy en serio la colección, la preservación y la investigación de nuestro patrimonio cultural. El lugar natural del museo está en el centro de una sociedad cada vez más interconectada, a través de la digitalización, y dentro de una red de instituciones, iniciativas y empresas que evolucionan rápidamente y que buscan preservar y proporcionar acceso al patrimonio cultural de sus usuarios y clientes.

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Mientras los museos permanezcan en este término medio, todas las opciones para su futuro estarán abiertas. No obstante, si no participan en dichas redes culturales, su misión pública se irá disipando, volviéndose irrelevantes y quedándose atrás en una sociedad que cambia rápidamente.

Desde el punto de vista de la cultura, debemos valorar seriamente a los nuevos participantes en el desarrollo de la era digital: Wikipedia, Google, Europeana y muchos otros. Estos nuevos jugadores tienen oportunidades y capacidades en el plano digital que los museos no poseen. En el área de la preservación digital, por ejemplo, presentan habilidades que éstos nunca alcanzarán. Cuando los museos puedan aprovechar activamente esas competencias, a través de asociaciones con otras entidades y empresas, nuevos actores centrarán su atención simultánea sobre ellos, para brindarles así acceso al patrimonio cultural digital, lo cual será una ganancia para todos. De esta manera, nuestra sociedad siempre saldrá beneficiada.

Los museos deben tener confianza y formar parte en tales asociaciones. Sin embargo, es importante que los términos de cooperación se hagan previa negociación y se muestren públicamente: la transparencia es la clave de todo el proceso. Cuando las condiciones no están claras entre los museos y las empresas, las sospechas crecen en la sociedad. Por ejemplo, la Biblioteca Estatal de Baviera y Google establecieron una asociación muy beneficiosa, pero como no publicitaron el acuerdo de cooperación desde el principio, la reputación de la asociación cayó en picado.

Jon Foreman

El patrimonio cultural nos pertenece a todos, no solo a unos pocos.

Los museos tienen una gran responsabilidad en la sociedad. El patrimonio cultural pertenece a todos, y la digitalización e Internet pueden ayudarnos a acceder a la cultura de manera universal. Lo que hacen los museos con sus fondos, que son los nuestros, los de todos, debe seguir siendo público, y el acceso nunca ha de estar limitado a servir a los intereses corporativos de una minoría. Cualquier colaboración tiene que comprometerse con la transparencia y la autenticidad, principios eternos que deberían regir cada una de sus acciones, especialmente en la era digital. El espacio de la cultura pública, que incluye a los museos, debe ser preservado y protegido para siempre.



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Fotografía principal: Waxlife

 

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