Desde la década de 1990, la atención de la industria del turismo en Europa se ha ido centrando progresivamente en el desarrollo, difusión y promoción del turismo cultural. No es de extrañar, que en todo este proceso se haya producido un interés creciente sobre el impacto económico de este tipo de turismo. Las organizaciones y empresas culturales entienden este factor como un elemento crucial para conseguir apoyo político, comunitario y financiero, y para alcanzar un mayor crecimiento económico. Por otro lado, la industria del turismo cultural ha ido generando unos datos, que son fundamentales, de los que parte un criterio esencial para la inclusión de una atracción o experiencia en el entramado turístico «a la venta». En consecuencia, estas empresas y organizaciones están interesadas en demostrar, no solo que se pueden conseguir beneficios económicos para las comunidades a partir de las experiencias turístico culturales, sino que se producen otras contraprestaciones muy importantes, aunque no resulten tan tangibles desde el punto de vista económico, como la educación, la preservación, la mejora de la calidad de vida, etcétera. Algunos museos, sitios históricos, organizaciones de artes escénicas y otras instituciones culturales siguen apostando por lo tangible, con estudios sobre el impacto económico que demuestran el gran valor de la cultura en términos comprensibles y utilizables para la industria del turismo y otras entidades responsables de asignar recursos cada vez más limitados.
Los museos y lugares del patrimonio histórico necesitan visitantes para poder sobrevivir en un mundo de ocio verdaderamente competitivo. A partir de esta relación entre la cultura y la economía, hoy os vamos a dibujar una imagen bastante concreta sobre el tipo de experiencias preferidas por los visitantes de los museos, algo de lo que debemos tomar nota, y que podríamos listar de la siguiente manera:
- Actividades interactivas y prácticas (incluidas simulaciones).
- Cosas que los niños pueden hacer (aptas para niños y niñas).
- Cosas que se relacionan con la personalización (especificaciones que difieren según la edad y la experiencia del visitante); nostalgia; elementos relacionados con el «área local».
- Oportunidades para la investigación personal ( biblioteca asociada, makerspaces)).
- Posibilidad de llevar cosas a casa ( souvenirs, plantas, libros, arte, etcétera).
- Estética de un sitio ( paisaje, diseño, limpieza), ambiente, panorama.
- Servicios y funciones de apoyo al visitante (tienda de regalos, senderos, áreas de picnic).
- Interpretación con guías y docentes, personal amable y con conocimientos; intérpretes disfrazados,
- Demostraciones en vivo y re-enactment.
- Visitas para ver un «trabajo real en progreso» (por ejemplo, restauración del sitio, conservación de objetos, excavaciones arqueológicas).
- Autenticidad: objetos reales / artefactos / edificios / áreas naturales; si algo no es real, asegúrete de que el visitante lo sepa.
- Experiencias personales (paseos, transporte alternativo tours – carritos, carruajes, barcos, trenes, autos viejos, ponies, carrusel).
- Experiencias inmersivas (my valoradas).
- Películas y videos (incluido IMAX).
- Variedad («algo para todos» los del grupo).
- Instalaciones limpias y bien mantenidas.
- Posibilidad de socializar con familiares y amigos.
- Experiencias gastronómicas únicas (comida y bebida de calidad, relacionadas con la historia).
- Factores relacionados con una experiencia placentera, comodidad, facilidad de movimiento para visitantes con discapacidades, estacionamiento gratuito( podría incluirse alojamiento).
- Algunos prefieren el autoguiado, otros disfrutar de las experiencias a su propio ritmo (disponer de las dos opciones).
- Experiencias educativas a la vez que divertidas.
- Accesibilidad física e intelectual.
También resulta muy importante saber cuáles son las partes no tan apreciadas de la visita a los museos. Las recomendaciones para mejorar- a menudo expresadas en términos de «cosas que al visitante no le gustan»-, podrían tener que ver con lo siguiente:
- Las cosas no funcionan o se cierran; o falta «stock» (folletos, mapas, desinfectante de manos, etcétera).
- Malestar físico (no hay aire acondicionado, falta de bancos de descanso, falta de agua, demasiado lejos de los baños, falta de áreas con sombra para descansar); clima / temporada incorrectos para visitar el sitio. La falta de comodidad con el coche (estacionamiento); baños, agua, comida, forma inadecuada de presentar las ayudas (signos, flechas, huellas en el suelo para complementar los mapas; no hay suficientes mapas publicados, etcétera).
- No hay suficientes oportunidades interactivas y prácticas.
- No se narran suficientes historias «locales».
- Es pequeño, se esperaba un lugar más grande.
- La experiencia no coincide con las expectativas de los visitantes (a través de rango de factores).
- Horas restringidas de operación (en instalaciones o en algunas áreas), especialmente en lo referente a espectáculos programados (demostraciones, actuaciones, etcétera).
- En algunos sitios, los visitantes demandan intérpretes / docentes (o intérpretes más especializados).
- Solicitud de nuevas exposiciones / experiencias; exhibiciones temporales e itinerantes para complementar las «permanentes».
- Solicitud de más oportunidades para socializar (interactuar / vincularse con otros miembros del grupo).
- A veces (en sitios específicos) quejas sobre los costos (admisión, boletos adicionales, descuentos).
- Comentarios sobre la mala calidad o selección de los alimentos (o costos demasiado altos).
- Falta de personal interpretativo / docentes para proporcionar información o responder preguntas.
- Falta de alojamiento accesible para los visitantes que tienen discapacidades (impedimentos físicos, de visión, auditivos); no disponer de suficientes cochecitos o de alojamientos para personas con niños pequeños.
Por otra parte, mencionar que los resultados de los perfiles demográficos de los visitantes del museo son coincidentes con los de muchos otros estudios centrados en el turismo cultural o patrimonial. El público de los museos es predominantemente blanco / caucásico, con mayor nivel educativo y mayores ingresos anuales que la población general o el turista «promedio» (a pesar de la improbabilidad de que haya realmente un «turista promedio»). Sin embargo, existen diferentes perfiles para museos específicos que se dirigen y atraen a distintos segmentos del mercado (visitantes de museos relacionados con el patrimonio industrial, por ejemplo).
No obstante, existe información que parece contradecir las suposiciones comunes sobre por qué los visitantes eligen una atracción museística, y sobre su propensión a convertirse en público recurrente si tienen una buena experiencia. Primero, los factores más importantes en las decisiones para visitar un lugar específico (donde los museos pueden ser parte de la experiencia turística) son aquellos no generadores de ingresos directos (preservación de la arquitectura histórica de una comunidad, centros urbanos, jardines y miradores, oportunidades para caminar a lo largo de senderos, paseos marítimos u otras caminatas autoguiadas por la comunidad, visualización / lectura de información interpretativa de la historia / cultura local- aquella que es proporcionada por señalizaciones-, exposiciones a lo largo del camino, los menús en restaurantes, otros edificios singulares, etcétera). Pero, este tipo de cosas no son las que los visitantes adquieren con la entrada u otras tarifas de participación. Más bien, son los elementos que crean el ambiente, el carácter y la calidad única y diferenciadora de un lugar. Una vez que un turista decide visitar un sitio, según los factores que hemos identificado anteriormente, quiere pagar por vivir experiencias, desarrollar actividades y recibir servicios y comodidades disponibles dentro de la comunidad. Por lo tanto se recomienda a estas comunidades que inviertan en preservar el carácter y los recursos únicos del lugar donde se encuentre el museo, realzándolos a través de la creación de una variedad de oportunidades recreativas interpretativas y pasivas, y promoviendo una experiencia de calidad dentro de la comunidad. Aquello que los visitantes deben pagar (atracciones, establecimientos de hospedaje, restaurantes, tiendas y otras empresas de catering para el turista) apoya y contribuye a estas inversiones. Pero los turistas no les harán ganar dinero a menos que primero se sientan atraídos por la comunidad. Un incentivo adicional sería crear un programa mediante el cual se colaborara con una parte de las tarifas al desarrollo de dicha comunidad; un dinero que pudiera dedicarse luego a proyectos tales como la preservación histórica, la creación de senderos, mejora de la señalización o programas interpretativos. Los turistas deben estar informados de este programa, ya que es más probable que acepten tarifas y proporcionen donaciones adicionales si saben que su dinero está sufragando lo que ellos podrían valorar como una «buena causa».
También debemos tener en cuenta que mientras algunos turistas eligen un destino basado en una única atracción o experiencia (a veces incluso un único museo), otros muchos prefieren una comunidad que les aporte una variedad de cosas que hacer. Por lo tanto, las empresas y organizaciones comunitarias deberían trabajar en asociación, en lugar de competir entre ellas, para poder ofrecer una serie de de sitios, actividades y experiencias dirigidas a los turistas. Asimismo, estas actividades o lugares deben promoverse conjuntamente para que los posibles visitantes comprendan la diversidad de experiencias disponibles. Pueden incluirse, por ejemplo, enlaces peatonales u otras conexiones de transporte entre sitios, promociones cruzadas de sitio a sitio, boletos de admisión conjunta con descuento y una narrativa unificada que vincule los componentes patrimoniales de la comunidad para que los visitantes comprendan y sepan valorar el carácter único del lugar.
San Antonio Tourism Office
Aunque el esfuerzo por ofrecer experiencias de calidad y ganarse la lealtad del visitante – llamémosle cliente -, es un objetivo loable, los estudios e investigaciones nos indican que un gran número de ellos no suelen volver a la misma atracción o comunidad, al menos en un futuro cercano. Por lo tanto, el trabajo debería centrarse menos en atraer visitas recurrentes y más en alentar la promoción del «boca a oreja» de la atracción o comunidad entre los familiares, amigos y colegas. Los resultados que hemos analizado, muestran claramente que la fuente de información más común sobre un sitio turístico es ese boca a oreja. Por lo tanto, proporcionar una experiencia de calidad sigue siendo uno de los factores más importante. Los museos y otras atracciones, así como sus comunidades de acogida, podrían focalizar la atención en los programas de referencia, tal vez ofreciendo tarifas reducidas para las instalaciones, el alojamiento, los restaurantes o las tiendas.
Finalmente, mencionar que tanto los museos como las comunidades anfitrionas de turismo deberían revisar la lista de las visitas de los museos y lugares patrimoniales «favoritos» y «no tan favoritos», para orientar mejor la planificación y el desarrollo de las experiencias de los visitantes. En las listas resumidas que hemos publicado hoy, se hacen algunas recomendaciones de valor. Creemos, por tanto, que deben diseñarse estrategias atractivas en la creación de experiencias prácticas y auténticas de inmersión, utilizando la variedad de medios y canales de entrega experiencial a nuestro alcance, en un entorno limpio, sugerente y seguro. Las comodidades y las funciones de apoyo, las opciones de interpretación, educación y las oportunidades para rememorar la experiencia del lugar (recuerdos, libros, hojas de actividades en el hogar, oportunidades para tomar fotos) han de incorporarse necesariamente a la experiencia de la visita. Por otro lado, las comunidades y los museos deben proporcionar una gran variedad de experiencias, para todos, que satisfagan las necesidades de las familias y otros miembros del grupo, ya que a menudo surgen preferencias diversas sobre lo que entienden como una experiencia satisfactoria.
Si quieres recibir nuestro newsletter, y/o la bibliografía y recursos asociados al artículo de hoy, rellena y envía el boletín adjunto, por favor. Si quieres recibir los artículos por correo electrónico completa el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás en la cabecera de esta página. Tu dirección de correo electrónico será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters, pudiendo darte de baja en el momento que quieras.
Fotografía principal: Tasmanian Tourism Office