Un buen número de autores, sugieren que la tendencia hacia la integración de la tecnología en las exposiciones de los museos vaya acompañada de un cambio en la valoración de las exhibiciones como medios de comunicación, en lugar de hacerlo simplemente como soportes didácticos de uso convencional. Hoy repasaremos las teorías de tres especialistas que nos hablan de cómo actualmente nuestros museos y sus exposiciones están desempeñando un papel cada vez más importante, como herramientas de comunicación, en la divulgación social del conocimiento universal.
En su artículo, «Cambiando los valores en el Museo de Arte: Repensando la Comunicación y el Aprendizaje», Eilean Hooper-Greenhill nos ofrece un una nueva perspectiva de la museología, reforzando la reconsideración del papel de los museos como comunicadores. La autora reflexiona sobre las percepciones que se tienen respecto al museo estereotipado y los desafíos actuales que deben afrontar un gran número de museos para justificar su existencia. Asimismo, explica que, con los recortes de presupuestos, muchos museos han decidido ponerse en manos del marketing, promoviendo acciones de entretenimiento y generación de experiencias para sus visitantes. Estos cambios y transformaciones, requieren un replanteamiento de las exposiciones como medios de comunicación. Hooper-Greenhill, nos presenta dos formas de analizar la comunicación de dichas exposiciones, una desde el punto de vista de la creación de las mismas, como proceso de transmisión del conocimiento, y la otra, desde el museo como difusor cultural.
En primer lugar, Hooper-Greenhill hace referencia al modelo de transmisión de la comunicación para explicar los enfoques y estrategias que los museos deben adoptar en el diseño y producción de sus exposiciones. Según ella, existen varios problemas en la práctica museológica y museográfica de los museos modernos. Las exposiciones, a menudo se desarrollan sobre la base de los conocimientos y decisiones del curador, sin tener en cuenta al público. De hecho, las audiencias «rara vez se definen más allá del público general». El proceso de comunicación actual, suele viajar en una sola dirección, sin abandonar la perspectiva meramente técnica (que incluye principalmente la selección de objetos, disposición de artefactos y distribución del espacio). El enfoque sobre la tecnología aplicada a las exposiciones, no solo descuida los aspectos sociales y culturales de la comunicación, sino que además excluye sus preferencias. Siguiendo esta argumentación, para los museos modernos existen dos grandes desafíos; uno de ellos tiene que ver con lo que se dice y cómo se dice, lo narrativo y lo vocal. El otro, se relaciona con quién escucha, ajustando al público el mensaje de la interpretación, comprensión y construcción de la narrativa museológica, para dotar a la comunicación de un sentido accesible.
La segunda idea o concepto, es considerar la comunicación en la exposición como parte de la cultura. Hooper-Greenhill, analiza la importancia del proceso de interpretación, lo que denomina la construcción del significado. Destaca que este enfoque depende, en gran medida, de «cómo se define la cultura, y cómo se conceptualizan las interacciones sociales». También explica: «el proceso de construcción de significados es como mantener una conversación. Siempre tenemos algo más que decir, y lo que se puede decir, siempre puede cambiarse». Como sucede con Weil, Hooper-Greenhill reconoce la noción de narración desde la entrada (variables preconcebidas de cada visitante sobre el museo que va a visitar), lo que contribuye a generar diferentes significados que puedan llegar a ajustarse a las expectativas de los visitantes.
Al igual que otros autores, Hooper-Greenhill defiende la necesidad de que los visitantes hagan su propio análisis de la exposición, promulgando un menor control por parte del personal curatorial. Se trata de investigar hasta qué punto las estrategias interpretativas, incluidas las narrativas y el diseño, influyen en las percepciones actuales de los visitantes. Por último, Hooper-Greenhill anima a los curadores de los museos a aceptar y aplicar nuevos cambios, adoptando enfoques innovadores que consigan disminuir la brecha existente en las relaciones entre el museo y sus visitantes. Se sugieren cuatro cambios:
Primero, un cambio en los roles profesionales sobre diversas disciplinas museísticas.
Segundo, el reconocimiento de audiencias diferenciadas.
Tercero, la introducción de nuevas voces, como resultado del reconocimiento en la diversidad de las audiencias.
Y cuarto, el desarrollo de nuevas narrativas, que deben ser menos complejas y más abiertas a interpretaciones diversas.
En su artículo: «Exposiciones de los museos y las dinámicas del diálogo», Kathleen McLean, nos muestra su opinión sobre los cambios que están experimentando las exposiciones de museos de todo tipo. McLean observa con atención la dinámica de la comunicación, a partir de la exposición, entre los profesionales de los museos y sus diversos patrocinadores. Su preocupación por las exposiciones involucra «la dialéctica inherente entre las intenciones del museo en combinación con las experiencias del espectador». Por otro lado, cuestiona la naturaleza de la exposición como acto de mostrar y presentar, formulándose las siguientes preguntas: ¿quién expone qué ?, ¿para quién se expone? y ¿por qué se expone? McLean, cree que las intenciones y objetivos de las exposiciones en los museos, y los valores en los que se ha basado su diseño, a menudo no están nada claros.
La autora explica que la competencia que se produce entre los museos y el sector privado, para conseguir el tiempo libre del público, es la fuerza motriz en la integración de la tecnología en las exhibiciones de museos:
«En la prisa por atraer a más visitantes, los profesionales de las exposiciones de todo el país, están haciendo cambios profundos en sus exhibiciones, expandiendo su gama de temas expositivos, que con frecuencia llegan a ser controvertidos, y experimentando con nuevas técnicas de exhibición y formas de producción. Las exposiciones están cada vez más llenas de elementos interactivos, tecnologías multimedia y en red, cartelas publicitarias y objetos que salen de debajo del cristal».
FFFFOUND!
Sin embargo, McLean aún nota que hay cierta resistencia entre los profesionales de los museos a innovar, especialmente en aquellos que los consideran templos del conocimiento. Su preocupación se centra principalmente en qué hacer con la creación del entretenimiento en combinación con el aprendizaje, y explica que la tendencia de integración tecnológica ha llevado a «los profesionales de los museos a una autorreflexión casi obsesiva: ¿qué valor aporta el museo, como institución pública, a la diversidad social? ¿Dónde está nuestro nicho de público potencial?»
Kevin Reid
Con respecto a las audiencias, McLean discute brevemente sobre la ciencia de la investigación de visitantes. Señala que «la investigación sobre cómo y por qué los visitantes acuden a los museos, ha jugado un papel importante para ayudar a transformar las exposiciones en conversaciones bidireccionales, estando mejor conectadas con el público». En cuanto a los cambios, por el lado curatorial, McLean nos proporciona varios ejemplos de museos que adoptaron un enfoque de aprendizaje abierto y práctico para sus exposiciones, como el Boston Children’s Museum. También menciona un cambio en la composición del equipo de diseño y producción de exposiciones: los profesionales se están volviendo más interdisciplinares, debido a la necesidad de ofrecer una respuesta adecuada al mercado.
Por otra parte, McLean analiza muchas de las nuevas implicaciones de las exposiciones de los museos como medios de comunicación y propone cuatro ideas principales:
- El diálogo: existe la necesidad de crear un foro para la revisión de la exposición sobre cuestiones basadas en el diseño, como la estética, la forma y la creación de la experiencia. Esto facilitará la idoneidad de los diferentes medios, así como la efectividad general de la comunicación que se produce entre la exposición y sus visitantes.
- Creación: los diseñadores de exposiciones se están volviendo expertos en todo, capaces de sintetizar el trabajo de diversas disciplinas. Más importante aún, se han convertido en comunicadores «dedicados a generar relaciones, intentando enriquecer las conversaciones que se producen entre la exposición y el visitante»(p.205). Esto subraya la naturaleza cada vez más interdisciplinaria del desarrollo de la exposición.
- Relevancia: es importante que las exposiciones permanentes resulten relevantes para sus visitantes, durante todo el tiempo en que estén abiertas al público.
- Eficiencia: dados los recursos económicos limitados de los museos, todos los profesionales de estas instituciuones deben ser más eficientes y colaborativos, para compartir «el esfuerzo y dedicación en el desarrollo de la exposición, particularmente si se integra tecnología multimedia en su diseño y producción».
Con respecto al debate sobre la transformación de los museos, McLean argumenta que estos son, a la vez, templos y foros, ya que «las exposiciones se refieren a unas personas que se comunican entre sí». Por otra parte, menciona la importancia de que los museos adopten una tensión inherente en el diálogo entre los expertos y el público visitante, al tiempo que advierte que, a medida que las exposiciones se alejan del control del curador, el impulso pudiera desviarnos demasiado de la dirección correcta. El hecho de separar a los investigadores y a los creadores de contenido del público, ha producido, en algunos casos, que las exposiciones de los museos pierdan su importante relación con la investigación y la reflexión sobre el conocimiento, a favor de generar una experiencia superficial y simulada, mucho más conectada con la distracción. Definir «entretenimiento», desde la mentalidad de un estudioso, o «educación», con la perspectiva de un operador de parque temático, genera un gran perjuicio a la hora de atender a la complejidad y sofisticación de nuestras audiencias.
Para terminar, mencionar que los autores que hemos revisado hoy, comparten la idea de que la tendencia generalizada de la integración de la tecnología en las exposiciones de los museos, puede atribuirse a dos causas principales. La primera es la disminución en la financiación, que impulsa a los museos a aumentar sus ingresos para atraer a un público más amplio, utilizando nuevos medios y tecnologías, tratando de crear valores sobre el entretenimiento y una experiencia mejorada en las visitas a los museos. La segunda es que la norma social que prevalece es pluralista y democrática, lo que lleva a que el público, en general, cuestione la autoridad del museo expresada en la forma que los curadores crean la interpretación del conocimiento en las exposiciones. Hay quien piensa que las tecnologías interactivas ayudarían a atraer más visitantes. Es posible que la calidad y el potencial de la integración de la tecnología en el museo radique en su nivel de interactividad. Estas tendencias tecnológicas prometen un mayor número de interacciones sociales, tanto dentro como fuera de los muros de los museos. Sin embargo, no todos los autores están de acuerdo sobre los beneficios de dicha tendencia. Por ejemplo, nuestro tercer autor de hoy, Henning, argumenta que tales tecnologías provocan pasividad en las audiencias. Estos diferentes puntos de vista, a menudo se relacionan con el propósito de los museos de cara a la sociedad y, más específicamente, con su transformación. En cualquier caso, nuestra intención principal es explorar y evaluar las posibles consecuencias sobre la tendencia generalizada de la integración tecnológica en los museos.
Creemos que lo fundamental es que primero se consideren las soluciones a los problemas de la estructura narrativa y del estilo de la comunicación que necesite cada museo para conectarse con su público. También, nos reafirmamos en la necesidad de que se pongan en marcha estudios e investigaciones que nos ayuden a evaluar el uso de cualquier elemento de diseño que pueda llegar a afectar e influir en la comunicación con el público, en todo tipo de exposiciones.
Si quieres recibir nuestro newsletter, y/o la bibliografía y recursos asociados al artículo de hoy, rellena y envía el boletín adjunto, por favor. Si quieres recibir los artículos por correo electrónico completa el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás en la cabecera de esta página. Tu dirección de correo electrónico será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters, pudiendo darte de baja en el momento que quieras.