Syndicate Concepts, Bradwright
Cuando proyectamos el diseño de un módulo interactivo didáctico existen determinadas premisas y elementos que debemos tener en cuenta, al ponernos manos a la obra, y que están relacionados con:
- El público: son los visitantes a los que va destinado el módulo. Necesitamos saber con todo detalle qué tipo de persona va a utilizar el módulo. Esta reflexión es especialmente útil cuando el módulo va a ir dirigido al visitante infantil, ya que probablemente su diseño y planteamiento deberán ser diferentes que si se conciben para un público adulto. Y no sólo hay que cambiar las dimensiones sino que hay otras variables que deberemos tener muy en cuenta.
- El mensaje: hablamos fundamentalmente del contenido que vamos a presentar con el módulo. De manera muy frecuente, el mensaje que pretendemos transmitir a partir del módulo interactivo condiciona su diseño. Además, el mensaje debe estar relacionado directamente con el entorno expositivo de ese contenido y la actividad que queramos desarrollar a partir de ese conocimiento, ya sea manual, mental, emocional o sensitiva (o todas al unísono).
- El objetivo: hace referencia al fin del módulo como parte de la exposición. En el proyecto museológico que habremos realizado con anterioridad al resto del proceso de diseño y construcción de los módulos, se habrá establecido cuál es el objetivo didáctico que deberá cumplir la exposición. Las soluciones museográficas que soportarán esos contenidos deberán estar orientadas a lograr ese objetivo. Los módulos interactivos potenciarán la finalidad del proyecto.
- La tipología: hacemos referencia a las características morfológicas del módulo en función del tipo de mensaje y su contenido en la exposición. Una decisión muy importante que deberemos tomar en relación con la tipología es la de saber el tipo de público al que va a ir destinado dicho módulo y el lugar dónde deberá exponerse, su ubicación física. Un módulo instalado al aire libre deberá tener unas características determinadas y especiales para que aguante climatología adversa,y deberá ser también antivandálico, ya que tenemos comprobado que los sistemas colocados en el exterior sufren mucho más los malos tratos del visitante que si estuvieran en el interior.
- Presencia de apoyo personal: este punto está relacionado con la presencia de guías o monitores que supervisen el uso del módulo o no. Es un punto relacionado con el anterior, el diseñador museógrafo deberá pensar si el módulo requiere de forma inevitable, sí o sí, la presencia de un educador especializado o, por el contrario, podrá ser utilizado de forma autónoma por parte del visitante.
- Presupuesto: este es el dueño y señor de todos los condicionantes, y más allá. Demasiadas veces el presupuesto se convierte en el verdugo del diseño y construcción de los módulos interactivos. Aun así, es importante no dejarse influenciar por el dinero para dejar correr la imaginación hacia las posible soluciones: podrían ser buenas ideas que se esfuman al ver «lo corto» de las cifras y eso no es bueno. Un módulo eficaz no implica, necesariamente, la necesidad de una gran partida económica para manufacturarlo. Muchos módulos interactivos son baratos en realidad, especialmente si son de tipo exclusivamente mecánico. La imaginación, conocimiento y experiencia del diseñador museógrafo, juntamente con otros profesionales que pudieran estar implicados (diseñadores industriales, ingenieros, arquitectos, artesanos, escultores y diseñadores gráficos), son clave para equilibrar la relación entre el presupuesto y la fabricación.
Como veis, esta semana los contenidos del blog están protagonizados por el recurso de la interactividad en el museo. Este es un tema que nos parece especialmente importante y por eso nuestra insistencia en hablar de ello. Los museos actuales, los que podemos denominar museos modernos, conceden una importancia especial a todo lo que tiene que ver con la innovación tecnológica relacionada con la interactividad, pensando siempre en que el visitante tenga una experiencia lo más completa posible en el museo. Nosotros compartimos esa inquietud por difundir el criterio de que el museo sea participativo en dos direcciones y no sólo una (la vista) como viene siendo habitual, un error muy común en la mayoría de los museos no tan modernos en su planteamiento global.
Si queréis recibir nuestro EVE newsletter mensual, por favor dejad vuestros datos en el formulario de abajo y os lo enviaremos. Gracias.
Imagen principal y para redes sociales: Faber Castell, True Colors
Recursos: SANTACANA MESTRE, Joan y SERRAT ANTOLÍ, Nuria: «Museografía didáctica». Editorial Ariel Patrimonio, Barcelona (2o15).
Reblogueó esto en sinfoniaproletaria.
Reblogueó esto en Museu AfroDigital – Estação Portugal.