Cuando nos adentrábamos en aquel túnel oscuro que olía a cloro; los destellos azulados se proyectaban en el techo y de vez en cuando percibíamos el sonido como de una olla cociendo algo lentamente, es que estábamos a punto de ver peces, moluscos o medusas. Los acuarios de hoy en día, alrededor del mundo, unos más que otros, nada tienen que ver con aquellos que visitábamos nosotros cuando éramos niños hace muchos años. La sensación de «cueva del ogro» era común en todos ellos. Pero los acuarios, para suerte de los peces y los visitantes, han cambiado radicalmente.
El acuario de San Sebastián era uno de esos acuarios-cueva que daban incluso miedo. Hoy es una institución totalmente renovada
Los acuarios forman parte de lo que hemos denominado los museos vivos. La mayor parte de ellos, muestran la historia de las especies a lo largo de las eras evolutivas con el apoyo de especímenes fósiles e incluso disponen de dioramas. Es por eso que los incluimos en la clasificación de museos. Hoy por hoy, visitar un acuario que esté bien construido y respete en la medida de lo posible el habitat de las especies, reproduciendo esos habitats con la mayor exactitud posible, es una auténtica delicia. Nosotros hemos visitado muchos en todo el mundo, y siempre hemos visto que los niños disfrutan especialmente.
El acuario de Barcelona es una buena muestra de como ha sido la evolución en el diseño de los acuarios
De todos aquellos que conocemos, nos ha gustado mucho la combinación de la exhibición de los animales vivos y la recreación de sus habitats, incluyendo, en algunos casos, habitats de río. Éste es el caso del acuario de Baltimore en Maryland, donde se puede ver una reproducción exacta de lo que es la selva amazónica, el bosque atlántico, etc. Además, tienen un espectáculo de delfines que es uno de los mejores que hemos podido disfrutar.
Los acuarios que disponen de reproducciones de habitats relacionados con el agua son un regalo para el conocimento de pequeños y mayores
En algunos casos, parece que los acuarios se han embarcado en la carrera de haber quien es el más grande, el que tiene los peces más raros o los que disponen de las especies gigantes. Sobre esto último tenemos que decir que ver – como es el caso del acuario de Georgia -, tiburones gigantes en una pecera gigante (porque no olvidemos que los acuarios no dejan de ser peceras), nos parece una salvajada. Como espectáculo es bellísimo y para los niños es una experiencia alucinante, pero nos da mucha pena ver a estos animales gigantes en espacios tan reducidos para ellos.
El Acuario de Georgia es uno de los que muestra especies gigantes como es el caso del tiburón ballena, pero aunque es una belleza el espacio resulta pequeño para ellos
En Florida, el acuario Sea World, el primer lugar donde se mostró una orca en cautividad, es otro de los ejemplos de espacios reducidos para especies gigantes. En este caso, el resultado fue fatal ya que una de las orcas, concretamente Tilly acabó con la vida de Dawn Brancheau, su entrenador. Se sabe que los peces, sobre todo las especies de animales de gran tamaño, están sometidos a una gran dosis de estrés cuando están en cautividad. Quizás esto abra un debate sobre si es lícito o conveniente que los animales no se encuentren «a gusto» en un habitat artificial aunque sea una experiencia inolvidable para los visitantes. Que esta forma de mostrar la naturaleza, y lo hacemos extensivo a los zoos, sea lo más conveniente para los animales. Creemos que no, pero tampoco queremos renunciar a verlos de cerca. Verlos en sus habitats naturales es muy caro, no está al alcance de todo el mundo, lo sabemos, pero nos da mucha pena ver animales en cautividad. Por el momento se ha prohibido a los circos que tengan animales en cautividad, eso ya es un gran paso que pudiera ser extensivo a otras formas de cautiverio animal. El ser humano está lleno de contradicciones, una de ellas es esta, mantener animales en cautividad en algunos casos en condiciones miserables, pero reaccionamos en contra de otras formas mucho «menos graves» de servilismo animal. El debate está abierto.
Sí le preguntamos a esta ballena beluga si está contenta viviendo en el acuario de Valencia, imaginamos cual sería la respuesta
Creemos que debería haber sensibilidad y responsabilidad que asegure unas condiciones determinadas para tener a los animales en cautiverio. De no ser así, las instalaciones deberían ser desmanteladas. Si hacemos una lista de todos los lugares y localizaciones que no son adecuados para que los animales puedan vivir dignamente, nos llevaría un par de días como mínimo: zoos, acuarios, circos, parques… Hay cosas que los niños no deberían ver. Uno de los recuerdos traumáticos de mi infancia, era ver los leones del circo en aquellas jaulas minúsculas. Menos mal que eso parece que se va a acabar.
Esta imagen, por el bien de todos, ya nunca más se podrá ver