Museos: Escuchando al Futuro

Museos: Escuchando al Futuro

La vertiginosa evolución de nuestra sociedad es una realidad constante que los museos deben tener muy en cuenta. Observar estos cambios se ha convertido en una inquietud permanente que ha arraigado entre nosotros. Estar al tanto de lo que está ocurriendo nos sirve para entender dónde nos encontramos y determinar hacia dónde queremos dirigirnos. Las diversas actitudes y enfoques que se centran en los cambios sociales son muy difíciles de predecir, pero debemos intentarlo si deseamos trazar un camino. Una de las opciones que nos queda para acercarnos al conocimiento de lo que el futuro nos depara es observar y escuchar a la gente joven. Determinar la percepción de la realidad y comprender, en la medida de lo posible, las actitudes de la juventud de hoy, puede permitirnos formarnos una idea de cómo se está moldeando el mundo en un futuro cercano, y no mucho más lejos.
Los expertos en movimientos sociales, Pollster y John Zogby, denominan a la generación de los milenials (de 18 a 29 años de edad) como los «primeros globales». Explican que este gran grupo de jóvenes ha abrazado la globalización como una ventaja, comprendiendo la diversidad como algo normal, sin hacer distinciones por raza, género u orientación sexual. Viven sus vidas con música de fondo y en un continuo movimiento. Desde la perspectiva de la participación en actividades culturales, como las visitas a museos, podemos observar cambios ciertamente significativos entre las diferentes generaciones, especialmente entre los más jóvenes. Continuando con los milenials, se nota que esta generación no frecuenta los museos y opta por otras formas de ocio, generalmente participando en actividades que realizan en grupo de manera habitual. ¿Será la edad, por encima de otros factores, el determinante en la participación de las personas en los museos del futuro? Si esto es así, los museos estarán condenados a desaparecer tal y como los concebimos hoy en día.
Es evidente que no todos los jóvenes son idénticos, ya que su acceso a recursos y oportunidades es variable y depende de diversos factores, como la raza, el origen étnico, el estatus económico, la educación y la ubicación geográfica. Estas características de las personas no desaparecerán en los próximos años, por supuesto. Sin embargo, el avance tecnológico y las perspectivas de un mundo cada vez más globalizado podrían funcionar como elementos aglutinadores y unificadores, dando origen a nuevas formas de socialización (como la amistad desarrollada en las redes sociales y su viralización global, por ejemplo), donde los jóvenes constituirían el sector de la sociedad más receptivo a estos cambios. Como resultado de todo esto, sus preferencias y motivaciones podrían ser los rasgos distintivos de lo que el futuro aún tiene por traer para el resto de la sociedad. Indudablemente, la raza y los perfiles étnicos tenderán a ser cada vez menos relevantes e influyentes como factores para la definición de tendencias. Esto, por un lado, es una ventaja, pero por otro, al ser menos predecible, complica un poco más la posibilidad de vislumbrar lo que nos deparará el porvenir.
Una forma simplista pero efectiva de distinguir entre grupos sociales es separar a aquellos que han crecido rodeados de computadoras, juegos electrónicos, teléfonos móviles y todo tipo de dispositivos tecnológicos, de aquellos que no lo han hecho. Nos referimos a la segmentación entre nativos digitales y nativos analógicos. Los museos no deberían pasar por alto la posibilidad de incursionar en el mundo digital, adoptando nuevas tecnologías incluso para fortalecer sus estrategias de marketing, entre otras cosas, y aprovechando el potencial comercial de las redes sociales. Sin embargo, es importante considerar que la tecnología es una parte cotidiana para muchos jóvenes, nada innovadora y cargada de grandes expectativas aún por cumplir. Los jóvenes son los primeros en adoptar cualquier innovación tecnológica al alcance, una característica que está en desacuerdo con otros aspectos relacionados con su perfil social.
Apoyando nuestro argumento, el Pew Internet & American Life Project, por ejemplo, no encontró diferencias significativas relacionadas con la raza en el 57% de jóvenes norteamericanos que usan internet para crear contenidos personales. A pesar de estas consideraciones, se ha comprobado que los hispanos han crecido cuatro veces más rápido en cuanto al uso de Internet que el resto del mundo. Posiblemente, se deba al crecimiento exponencial del uso de los teléfonos inteligentes por parte de los hispanos, entre otras cosas para navegar por Internet y estar presentes y participar en las redes sociales. Resumiendo, observamos que el factor diferenciador respecto a la evolución social se sigue produciendo entre generaciones, y no tanto entre grupos étnicos o razas.
A medida que la brecha digital se va reduciendo, está emergiendo una división generacional basada en los jóvenes que adoptan con mayor facilidad las nuevas formas de participación cultural. Esto se refleja, por ejemplo, en los movimientos de jugadores o aficionados a actividades, normalmente relacionadas con el mundo digital, que tienen un poder de convocatoria significativo. Jane McGonigal, especialista en estos movimientos sociales vinculados a la tecnología, señala que los museos pueden aprender mucho de los diseñadores de juegos, quienes dominan el arte de crear experiencias cautivadoras, incluso llegando a niveles adictivos. McGonigal también destaca que, a diferencia de los juegos más exitosos, los museos a menudo fallan en la creación de «instrucciones de uso» claras, así como en generar la sensación o emoción en el visitante de haber logrado exitosamente algo durante o después de su visita.
Como curiosidad, debemos mencionar que ha surgido un marcado interés entre los jóvenes por actividades relacionadas con la creación artística digital. En un estudio llevado a cabo por el  Centro para el Futuro de los Museos, a este movimiento se le denominó «miCultura» (myCulture). El profesor Henry Jenkins identificó un movimiento relacionado con las comunidades on line, que iba más allá del aspecto individual de la tendencia en su vertiente cultural, promoviendo propuestas, oportunidades, compartiendo conocimiento e intentado resolver problemas siempre en grupo, alejándose de los aspectos individuales. En otras palabras, se habla de una tendencia cultural que está basada en la socialización en un contexto puramente digital, y no en la forma individual y analógica de percibir la realidad e interactuar con ella. Repetimos, los museos tienen mucho que aprender sobre estas tendencias.

Grupos de interés (Focus groups): la búsqueda de lo inmersivo y participativo para generar experiencias en la visita al museo.

Nuestro enfoque respecto a cómo los museos deben «prestar atención» al futuro se basa en la práctica de dialogar y conversar con los jóvenes. Para comenzar, podríamos proponer la actividad de reclutar tres grupos de interés para un posible estudio, cada uno de ellos con diversos perfiles sociales, de género e incluso étnicos. Se pueden formar grupos de jóvenes de entre 16 y 25 años, con distintos niveles educativos y variadas experiencias relacionadas con los museos (desde aquellos que nunca han asistido hasta los que han ido en un par de ocasiones y así sucesivamente). El objetivo es que estos tres grupos representen de manera global a la sociedad. De antemano, podemos anticipar que ninguno de estos grupos abordará su experiencia en el museo desde la perspectiva de su pertenencia a un grupo social específico; en cambio, evaluarán su nivel de participación alcanzado en sus experiencias individuales. Escucharemos que lo que anhelan del museo es disfrutar de una experiencia inmersiva, interactiva y tener la oportunidad de involucrarse en actividades grupales. No desean ser meros espectadores, sino que buscan una participación activa. Los atributos que más valoran de los museos son la originalidad, la participación y la novedad, distanciándose de lo comúnmente conocido.

Los grupos de discusión seguramente se centrarán en temas familiares, mencionando experiencias insatisfactorias en museos locales, el aburrimiento, las exposiciones poco interesantes visitadas en excursiones escolares y otras opiniones similares. También recordarán pocas experiencias agradables de su infancia relacionadas con los museos. Conversarán sobre cómo imaginan los museos del futuro y se les puede preguntar sobre las actividades de ocio que prefieren en su tiempo libre. La mayoría mencionará, casi con total seguridad, compras, cine, deportes y juegos de ordenador. Todas ellas, excepto el cine, son formas activas de entretenimiento.

Uno de los puntos mencionados en los grupos de interés está relacionado con el deseo de que las exposiciones de los museos sean más interactivas y originales. Al igual que en los museos infantiles, zoológicos y museos de ciencia, que se reconocen como experiencias táctiles, los participantes demandan la posibilidad de «tocar» en otros tipos de museos. Si se pregunta por su visión del «museo ideal», algunos responden que sería un lugar donde puedan crear arte en ordenadores y luego exponer sus creaciones impresas en 3D para que todos las vean y juzguen. Otros imaginan un museo ideal como un espacio para reunirse con amigos, tomar algo y charlar, participando en actividades divertidas para todos (de esta idea surgió el concepto de la «noche de los museos» en Holanda). La conclusión es que los museos del futuro deben alejarse de la mera observación, fomentando la socialización y promoviendo la interacción en un espacio común, mientras enseñan cosas nuevas.

Resumiendo, más que nunca se difunde la idea de que los museos deberían considerar la posibilidad de permitir que los visitantes interactúen en actividades y exposiciones de interés general. Para lograrlo, es necesario ofrecer la oportunidad de divertirse y entretenerse de manera activa, distanciándose del enfoque predominante en los museos actuales, donde el visitante es un mero observador pasivo. Además, es importante generar propuestas que vayan más allá de las paredes del museo, evitando quedarse inmóviles. Si no se escucha lo que se nos dice, aunque sea duro, los museos tal como los conocemos, podrían dejar de existir.


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Recursos bibliográficos:

«El museo en la educación» por Georges Henri Rivière Este libro aborda el papel educativo de los museos y cómo pueden ser espacios de aprendizaje significativo para diferentes públicos.

«Museos y nuevas tecnologías» por Paz Navarro La autora explora cómo las nuevas tecnologías están transformando la experiencia museística y cómo los museos pueden aprovecharlas para conectar con su audiencia.

«Museos y comunicación: Estrategias y acciones de marketing y comunicación en museos y espacios culturales» por Juan Ignacio Laínez-Aguirre y Esteban Romero-Frías Este libro analiza estrategias de comunicación y marketing para museos, incluyendo cómo llegar a diferentes segmentos de público y crear experiencias atractivas.

«Educar en el museo: Invitación a la didáctica del patrimonio» por Carmen Aguilera Rodríguez y Ana Rey Castro Los autores exploran la importancia de la didáctica del patrimonio en los museos, presentando enfoques para diseñar experiencias educativas enriquecedoras para los visitantes.

«La participación de los visitantes en los museos y centros de ciencia» por Conxa Rodà Este libro se centra en cómo los museos pueden fomentar la participación activa de los visitantes y crear experiencias interactivas y significativas.

«Nuevas tendencias en museología» por Graciela Schmilchuk y Silvana Di Lorenzo Los autores presentan una serie de ensayos que exploran las tendencias actuales en el campo de la museología, incluyendo la importancia de la interacción y la participación del público.

«La comunicación de los museos: Una propuesta didáctica» por Ana Abad y María José Martín Este libro aborda cómo los museos pueden comunicar sus mensajes de manera efectiva, considerando las necesidades y expectativas de la audiencia.

«Museos y público. La construcción social del conocimiento» por Virginia Guarinos Galán y Amparo Pozuelo Vázquez Los autores exploran cómo los museos pueden adaptarse a las necesidades de su público y cómo la interacción con los visitantes puede enriquecer la experiencia museística.

«El museo como espacio educativo: Diseño, organización y mediación» por Bernardo Gómez Pimienta Este libro presenta enfoques para diseñar museos como espacios educativos, considerando la importancia de la mediación y la interacción con el público.

«The Participatory Museum» por Nina Simon Este libro explora cómo los museos pueden involucrar a su audiencia y crear experiencias participativas en un mundo en constante cambio. Nina Simon presenta enfoques prácticos para diseñar exposiciones y programas que fomenten la participación activa de los visitantes.

«The Responsive Museum: Working with Audiences in the Twenty-First Century» por Caroline Lang y John Reeve En este libro, los autores examinan cómo los museos pueden responder a las necesidades y deseos de sus audiencias en la era actual. Exploran estrategias para desarrollar exposiciones y programas que atraigan y mantengan el interés de los visitantes.

«Museums in a Digital Age» por Susana Smith Bautista Este libro explora cómo los museos pueden adaptarse a las cambiantes expectativas de la audiencia en la era digital. Examina cómo la tecnología puede ser utilizada para crear experiencias enriquecedoras y significativas para los visitantes.

«Visitor-Centered Exhibitions and Edu-Curation in Art Museums» por Pat Villeneuve El libro se centra en la idea de «edu-curation», que combina la educación y la curaduría en la creación de exposiciones centradas en el visitante. Ofrece ejemplos y enfoques para diseñar exposiciones que involucren a los visitantes de manera activa.

«The Museum Experience Revisited» por John Falk y Lynn Dierking Este libro se basa en investigaciones sobre cómo los visitantes experimentan los museos y cómo se relacionan con las exposiciones. Ofrece perspectivas sobre cómo los museos pueden diseñar experiencias más significativas y relevantes para sus visitantes.

«Museum, Media, Message» por Eilean Hooper-Greenhill Explora cómo los museos pueden comunicar sus mensajes a través de una variedad de medios, incluyendo tecnología digital y medios tradicionales. También examina cómo los visitantes interactúan con estos mensajes y cómo las tecnologías emergentes pueden influir en la experiencia del museo.

«The Digital Museum: A Think Guide» por Herminia Din y Phyllis Hecht Este libro se centra en la transformación digital de los museos y cómo pueden aprovechar las tecnologías emergentes para mejorar la experiencia del visitante y crear conexiones más profundas con su público.

«Engaging the Senses: Object-Based Learning in Higher Education» por Helen J. Chatterjee y Leonie Hannan Aunque se centra en la educación superior, este libro explora cómo el aprendizaje basado en objetos puede enriquecer la experiencia del museo y fomentar la participación activa de los visitantes a través de la interacción con las exposiciones.


Fotografía: IPiming

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