Museos y su Universo de Visitantes

Museos y su Universo de Visitantes

Un museo es una institución que conserva una colección de artefactos y otros objetos de importancia científica, artística, cultural o histórica y los pone a disposición del público a través de exposiciones que pueden ser permanentes o temporales (Alexander, 2008).

El ICOM (Consejo Internacional de Museos, establecido en 1946, con sede en París, es una organización profesional internacional que se creó con la condición de funcionar como consultor de la UNESCO). El ICOM define actualmente así el museo : «Un museo es una institución sin ánimo de lucro, permanente y al servicio de la sociedad, que investiga, colecciona, conserva, interpreta y exhibe el patrimonio material e inmaterial. Abiertos al público, accesibles e inclusivos, los museos fomentan la diversidad y la sostenibilidad. Con la participación de las comunidades, los museos operan y comunican ética y profesionalmente, ofreciendo experiencias variadas para la educación, el disfrute, la reflexión y el intercambio de conocimientos». El objetivo del museo es presentar un tema determinado de una manera interesante y atractiva. Para poder cumplir con su objetivo primordial, debe maximizar el uso de la tecnología disponible y de sus exposiciones, cuya función más importante es la educativa.

Para lograr esa función, el contenido ha de mostrarse de una manera que resulte interesante y comprensible para el público potencial. El perfil de visitantes del museo es muy amplio y diverso, por lo que se hace necesario personalizar el recorrido hasta cierto punto. La forma estándar de lograrlo es a través de la diferenciación de los textos informativos, ya sea utilizando varias leyendas en las exposiciones o como guías impresas. Otro método puede ser la creación de un recorrido personalizado con un guía, o introduciendo guías de audio – utilizadas principalmente por visitantes extranjeros -. Con la disponibilidad de las modernas tecnologías de la información y la comunicación (TIC), los museos entran en una era en la que el tema de la personalización (individualización para un visitante en particular) se debate con más frecuencia. Entre los medios TIC más comunes que pueden ser utilizados en los museos se encuentran los quioscos de información, los juegos interactivos, las guías personales en dispositivos de comunicación (tabletas, teléfonos inteligentes, comunicadores), guías robóticas, beacons, códigos QR, etcétera.

Los museos virtuales representan todo un nuevo campo de acción. Gracias a Internet, permiten al visitante recorrer la exposición desde la comodidad de su hogar. Ya existía un interés por adaptar la visita a una forma particular e individualizada, por lo que el término «guía virtual» se comenzó a manejar como opción. Se trata de un software que permite al visitante hacer un recorrido por una exposición virtual de acuerdo a sus preferencias y a las características que facilita sobre sí mismo al acceder al museo. Un paso más allá supone la interconexión lógica del museo real y el virtual en una sola unidad, el denominado museo aumentado. En este caso, no importa si el visitante se encuentra física o virtualmente en el museo.

El guía virtual debe presentar no solo las exposiciones que le pueden interesar al público según su perfil, sino también aportar información apropiada relacionada con ellas. El énfasis se pone en el beneficio educativo de la gira. Por ello, es crucial para el sistema «conocer» al visitante de la exposición, lo que requiere el uso de una aplicación que podrá adaptarse a él para poder elegir un recorrido a su medida.

Para desarrollar una exposición de museo útil y efectiva, todos sus creadores, diseñadores y curadores deben conocer bien al grupo objetivo de visitantes de su museo. Si no es así, la exposición ni tendrá éxito – incapaz de establecer una comunicación con los visitantes – ni podrá fomentar el interés. El espectro de visitantes del museo es muy diverso; no existe una clasificación general y universal. Sin embargo, es posible encontrar algunas características comunes sobre las cuales construir nuestra propia categorización:

  • Características socio-demográficas: edad, sexo, ocupación, educación, el tipo de comunidad de la que proviene el residente, si son residentes locales o no.
  • Características museológicas: motivación para la visita (profesional, informativa, ocio), conocimiento del tema, potencial de participación activa.
  • Características del rango: visitante individual, (varios tipos de) grupos de visitantes del museo, frecuencia de visitas, escala de tiempo de la visita al museo.
  • Características psicológicas o fisiológicas: receptividad, inteligencia, memoria, imaginación, componente visual, auditiva, motora.

Puede decirse que cada autor importante que ha escrito sobre la personalización de la exposición de los museos creó su propio sistema de clasificación de visitantes. Eilean Hooper-Greenhill identifica grupos objetivo (Hooper-Greenhill, 1999):

  • Familias.
  • Fiestas escolares.
  • Otros grupos educativos organizados.
  • Aprendices de ocio.
  • Turistas.
  • Personas de la tercera edad.
  • Personas con discapacidades visuales, auditivas, de movilidad o de aprendizaje.

También sugiere la diferenciación de los recursos del museo, para apuntar, atraer y entretener a estos diferentes grupos.

Por su parte, Dean clasifica a los visitantes del museo en tres categorías amplias y mucho más simples (Dean, 1994):

  • Visitantes casuales: personas que se mueven rápidamente por una galería y que no se sienten muy involucradas con lo que ven.
  • Visitantes puntero: muestran un interés más genuino en la experiencia y colecciones del museo.
  • Visitantes estudio: una minoría de visitantes que examinan a fondo las exposiciones, con mucho más detalle y atención. Son aprendices que pasarán una gran cantidad de tiempo en las galerías, leerán los textos de las etiquetas y examinarán de cerca los objetos.

Serrell (1996) divide a los visitantes en tres tipos: paseantes, observadores y metódicos. Señala que actualmente los evaluadores de museos usan términos como «impulsivos, estudiosos, buscadores, pastores y descubridores» para caracterizar los diferentes estilos de los visitantes del museo en sus exposiciones. Sin embargo, concluye que este tipo de categorización no es útil para hacer una evaluación relevante; sugiere, más bien, que se trata de un método subjetivo de clasificación y que no resulta fructífero intentar crear exposiciones que sirvan a estos diferentes estilos. Asimismo, considera que es necesario encontrar un medio de clasificación más objetivo, como el tiempo promedio que el visitante pasa en el espacio de exposición.

A partir del estudio del comportamiento de los visitantes en el espacio físicamente cerrado, Veron y Levasseur identificaron cuatro diferentes estilos de visita, utilizando metáforas en función de los comportamientos de movimiento animal (Veron, 1991):

  • Visitante hormiga: pasa mucho tiempo observando todas las exhibiciones, deambulando cerca de las paredes y de las exposiciones evitando el espacio vacío.
  • Visitante pez: camina principalmente a través del espacio vacío haciendo solo unas pocas paradas, observando la mayoría de las exposiciones, pero por un corto tiempo.
  • Visitante saltamontes: visita y observa solo las exhibiciones por las que está interesado. Camina a través del espacio vacío y se queda por un largo tiempo únicamente frente a las exhibiciones seleccionadas.
  • Visitante mariposa: con frecuencia cambia la dirección de la ruta del recorrido, generalmente evitando el espacio vacío. Observa casi todas las exposiciones, pero los tiempos varían entre los contenidos expuestos.

Umiker-Sebeok clasificó cuatro tipos principales de visitantes con respecto a su interpretación del espacio expositivo (Umiker-Sebeok, 1994):

  • Visitante pragmático: interpreta la exposición como un salón de clases o un taller y se interesa por la información «útil».
  • Visitante crítico: interpreta la exposición y le interesa la estética de las pantallas, la estructura de la colección y la clasificación de las exhibiciones.
  • Visitante utópico: interpreta la exposición como un lugar de encuentro y su principal objetivo es la interacción social.
  • Visitante lúdico: visita la exposición como si fuera un parque de diversiones y lo que pretende es divertirse durante la visita.

McCarthy (McCarthy, 2006) determina estas categorías en función de los estilos de aprendizaje:

  • Imaginativo: aprende escuchando y compartiendo, y prefiere la interpretación que fomentar las relaciones sociales.
  • Analítico: Se siente inclinado a la interpretación que proporciona hechos e ideas secuenciales.
  • Sensato: le gusta probar teorías y descubrir cosas por sí mismo.
  • Experiencial: aprende utilizando la prueba y error imaginativo.

También Gardner (Gardner, 1996) utiliza estilos de aprendizaje:

  • Material lingüístico – escrito.
  • Lógico-matemático – diagramas, esquemas.
  • Espacial – mapas;
  • Musical – audio, música.
  • Corporal – manipulación.
  • Interpersonal – contexto social.
  • Intrapersonal – solo.

Estos son algunos ejemplos de las clasificaciones que se deberían tener en cuenta si pretendemos crear un sistema de «guía virtual». Por supuesto, hay muchas otras formas diferentes de categorización de visitantes, pero ninguna de ellas parecen ajustarse a la hora de programar un software de generación de perfiles. 

En resumen, una de las misiones principales de cualquier museo es educar a sus visitantes. Una forma de cumplir esta misión es mostrar un enfoque individual al público. Los diferentes tipos de visitantes requieren que el museo les ofrezca una información diferente. Las TIC actuales proporcionan herramientas que permiten la creación de visitas personalizadas. El sistema de guía adaptativa es una de estas herramientas, pero no la única. Es vital elegir una categorización apropiada de visitantes para poder implementar dicho sistema. Sin embargo, como no existe un sistema de clasificación universal, resulta muy útil  desarrollar uno propio y verificarlo en la práctica. Para comenzar con su desarrollo, el sistema experto se encargará de la determinación de la categoría de visitantes más adecuada, y el resultado será utilizado por la guía virtual como método electrónico para seleccionar el recorrido idóneo. Cuando el sistema de análisis digital finalice, se probará y depurará en el museo virtual. Una vez que se verifique su función educativa, se deberá implementar en una exposición del museo real, donde funcionará como una aplicación para un teléfono inteligente o para una paleta. En el futuro, podremos pensar también en expandir la categorización de los visitantes en grupos, para que el sistema sea más complejo y permita trabajar a los creativos con perfiles mucho más detallados.


Recurso:

Lukáš Najbrt y Jana Kapounová (2014): Categorization of museum visitors as part of system for personalized museum tour. Department of Information and Communication Technologies, Pedagogical Faculty, Universidad de Ostrava, Ostrava-Mariánské Hory, República Checa.

Fotografía principal: Pinimg


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