El misterio que hay tras las puertas cerradas de un museo genera una gran curiosidad en muchos de sus visitantes. Comprobamos que esta curiosidad se va asentando en la cultura popular tras el éxito de películas – muy Hollywood made – como «Noche en el Museo» (2006) o la serie de televisión «Misterios en el Museo» (2010). A este «fenómeno» también se le saca partido en las redes sociales, en canales de YouTube como «The Brain Scoop» producido por el Field Museum de Chicago, o en Twitter con los feeds de @Giant_Dino Twitter del American Museum of Natural History. y, asimismo, encuentra respuesta en el mundo real, con la organización en algunos museos de visitas guiadas «entre bastidores». Podríamos hacer una reflexión sobre este tipo de visitas, y ver qué es lo que motiva esos recorridos y los hace exitosos. También podríamos analizar cómo los museos se valen del cine y de los medios de comunicación para conectar con su público potencial fuera de sus límites, y cómo la combinación de estas estrategias puede trasladar a una audiencia contemporánea a la escena interna de los museos.
Los recorridos «entre bastidores» conforman un programa de visitas al museo cada vez más popular . Museos de todo el mundo han encontrado diferentes maneras de mostrar la información sobre su colección e historia institucional. En Londres, el Victoria & Albert Museum ofrece gratuitamente un «recorrido entre bastidores» de sus estudios de conservación. En Los Ángeles, el Museo de Historia Natural del Condado de Los Ángeles propone visitas guiadas a los miembros del museo, y en Nueva York, el Museo Metropolitano de Arte brinda la posibilidad de sumergirse en sus «interioridades personales», donde los fanáticos pueden irse de vacaciones y compartirlas con el personal del museo. Existe el acceso a bastidores en muchos museos, desde Rusia hasta el Caribe. La Academia de Ciencias de California, en San Francisco, presenta dos versiones de su gira entre bastidores, una que se centra en las colecciones del museo almacenadas fuera del uso público, y otra que muestra a los visitantes el mantenimiento de su acuario. Los recorridos de este tipo ayudan a satisfacer la curiosidad de los visitantes, sobre todo respecto a aquello que no se encuentra a la vista del profano.
Debemos decir, que muchos objetos de colección se mantienen apartados de las exposiciones para su propio cuidado y protección. Podrían ser demasiado sensibles a las condiciones ambientales, o simplemente demasiado grandes para caber en una galería pública. Sin embargo, la mayoría de los museos del mundo, sobre todo los públicos, tienen el deber fiduciario con el público de hacer que sus colecciones sean accesibles para todos (Malaro y De Angelis, 2012). Los recorridos detrás de bastidores cumplen este objetivo, sin poner en riesgo a los objetos sensibles o restrictivos que no pueden mostrarse en exhibición pública. Se trata de recorridos que tienen el potencial de ser excelentes fuentes de ingresos (entrada-boleto especial) para el museo y de brindar a los visitantes la oportunidad de transformar su visita tradicional.
Hoy en día, las visitas guiadas entre bastidores se consideran programas «especialidades» en los museos. Esto significa que no se suelen ofrecer regularmente. A aquellos que lo hacen, les permite cumplir el propósito de mejorar la accesibilidad y comunicación con sus visitantes. En el capítulo titulado «Walking the Museum», Leahy (2016) se detalla la historia y la teoría aplicadas al acto de caminar, o recorrer todo el museo, incluido lo «escondido». Es una actividad que podría entenderse como una especie de experiencia meditativa en un espacio que promueve la contemplación solitaria. Los museos han evolucionado para acomodar esta práctica, más inclusiva, a un público amplio y diverso. Leahy describe dicha evolución afirmando que «el imperativo contemporáneo de ampliar el acceso a los museos ha producido una tipología arquitectónica diseñada para «barrer» todos los obstáculos de admisión, ya sean físicos, sociales o culturales». Las visitas guiadas entre bastidores son una herramienta utilizada para ayudar a eliminar esas barreras. Se organizan para conducir a los «invitados» fuera del recorrido público, facilitándoles la entrada a zonas destinadas solo a los empleados. Es un hecho, como decimos, que rompe la barrera física de acceso a la colección, así como el muro existente entre los visitantes y los profesionales. El conocimiento de las operaciones dentro los museos genera, a su vez, participación del público a través de un sentido de acercamiento y camaradería con el (su) museo. En España (Cantabria), por ejemplo, visitar la Neocueva de Altamira entre bastidores es una experiencia increíble, pero lamentablemente por el momento solo pueden hacerlo el personal interno y los visitantes VIP.
En la conferencia anual de la Alianza Americana de Museos de 2014 (AAM), se presentó un trabajo titulado «Detrás de la escena: Invitar a invitados a áreas restringidas», en el que se abordaba directamente la práctica de las visitas guiadas entre bastidores en los museos contemporáneos. Constituía un estudio exploratorio sobre 25 museos diferentes, todos los cuales ofrecían visitas opcionales detrás de bastidores a un público seleccionado. Se revisaron los sitios web de estos museos y se comparó la información encontrada en otros para aportar una idea de las tendencias y los valores atípicos de esta práctica dentro del sector museístico. Según el estudio, los museos de historia y los sitios patrimoniales son las instituciones que proporcionan un mayor número de visitas entre bastidores, el 85% de los museos investigados cobra una tarifa adicional para asistir a una gira interna, y la gran mayoría de ellos requieren preinscripción antes de que los visitantes lleguen al museo. Dicha preinscripción ayuda a los departamentos de gestión de cobros a mantener el estándar de administración económica, definido por la AAM como el esfuerzo que hace el museo para implementar «medidas apropiadas para garantizar la seguridad de las personas, sus colecciones y/u objetos, y las instalaciones que posee o usa (AAM, 2008, p.46). «Para la seguridad de los objetos y los «invitados», es importante tener controladas a las personas que acceden a las instalaciones de reserva técnica en todo momento.
Las comparaciones entre diferentes museos nos muestran que los tours detrás de bastidores se pueden adaptar a una gran variedad de instituciones con distintas prioridades en su misión. Si se examina cómo los museos de diversas disciplinas planifican e implementan estas visitas guiadas, se confirma que nos hallamos ante una herramienta programática que permite una experiencia íntima de enriquecimiento para los visitantes en una gran variedad de instituciones dispares. De esta manera, ellos logran el propósito de acceder a los objetos de colección que no se exhiben y a las instituciones se les brinda la oportunidad de demostrar su singularidad ante el público.
Salvando las distancias con los museos, en un artículo de Bartkowiak (2012), resulta interesante observar cómo se analizan los tours detrás de bastidores disponibles en Walt Disney World. Acceder a una visión «interna» de una empresa que tiene más de 16 millones de huéspedes anuales les resulta beneficioso para justificar los costos de su esfuerzo inversionista de cara a la galería (precio de las entradas, entre otras cosas). Lo más importante que se aprecia en este artículo es el éxito de los tours tras bambalinas en Disney World, creando un ambiente de exclusividad para los VIP del tour. Disney reconoce el deseo humano de individualismo y excepción, todos quieren sentirse importantes. En varios de sus recorridos, se crean oportunidades para que los invitados se muestren al «público exterior» desde los bastidores del parque, a fin de reforzar el valor de la experiencia personalizada que han comprado. Durante el tour «Keys to the Kingdom», los huéspedes son conducidos por Main Street USA a la vista de todos, pero acceden por una pasadizo alternativo a «Pirates of the Caribbean» evitando así la cola de la atracción (40 minutos de espera de media). Además de la experiencia, los guías turísticos están entrenados para comunicar constantemente la misión del parque temático. No importa cómo de íntimo sea el grupo, o cuánto tiempo dure la gira; como representantes de Disney World, los guías turísticos se mantendrán en todo momento concentrados en sus tareas, sin olvidarse de sus invitados como miembros VIP de Disney. Al insistir en la misión de la marca, resaltando la exclusividad de la experiencia de esta gira VIP, los tours tras bastidores de Disney constituyen un ejemplo exitoso de esta herramienta en cuanto a propuesta novedosa ante un público que demanda nuevas formas de visita.
Y cambiando de tercio, si conectamos la experiencia entre bastidores del museo con la tecnología, mencionaremos que Gontar (2015) analiza las nuevas prácticas digitales de los museos. Los dispositivos móviles y la tecnología Web 2.0 ahora pueden proporcionar acceso público sin que el visitante entre al museo. Espacios como el «Museo Metropolitano de Arte» o el «Louvre» están sacando provecho de estas tecnologías al involucrar a una audiencia global a través de las redes sociales, haciendo que sus colecciones estén disponibles en línea. Esta acción de accesibilidad logra un objetivo similar al de los tours detrás de bastidores. Hoy en día, colecciones enteras se pueden mostrar al público sin las restricciones del cuidado de objetos o espacio de la galería. Por otro lado, el uso de la tecnología en los museos es importante porque reconoce una evolución estilística dentro de estas instituciones en cuanto a la forma de comunicarse con su público. Los tours son tradicionalmente una experiencia personal real, pero los avances en la tecnología interactiva proporcionan métodos alternativos para expandir el concepto de los mismos más allá del enfoque tradicional. Naismith y Smith (2009) realizaron un estudio en el Museo de Geología de Lapworth en Birmingham, Inglaterra, para evaluar la efectividad de los tours basados en tecnología móvil. Explicaban que el museo tiene una capacidad limitada para actualizar las exposiciones físicas y los espacios de la galería debido al valor histórico del edificio, por lo que el objetivo del estudio era «explorar el uso de la tecnología móvil para ofrecer experiencias centradas en sus visitantes», conservando la apariencia tradicional del museo». Llegaron a la conclusión de que la tecnología podía introducirse en el museo y mejorar la experiencia de aprendizaje sin sacrificar el atractivo estético del edificio, y demostraron que el recorrido móvil superaba las expectativas en términos de popularidad entre los visitantes.
Vivimos en una época de información y tecnología, y los museos deben adaptarse a esa realidad para seguir siendo relevantes. Las visitas guiadas entre bastidores resuelven el problema de la accesibilidad, pero es el uso de tecnología contemporánea para la distribución de «lo oculto» lo que hace que la colección esté disponible en y para todo el mundo. Es adaptable a diferentes formas de tecnología de comunicación, y tiene el potencial de inspirar una mayor comunicación entre los museos y el público.
Recurso:
Glazier, M. B. (2016): Hidden Museum: A Behind-the-Scenes Tour for Contemporary Audiences. Master’s Projects and Capstones, pag. 473.
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