Dependiendo del país y la cultura en la que nos haya tocado vivir, los museos, el patrimonio y el arte juegan un papel muy diferente en cada una de estas sociedades. En muchos países occidentales, los museos son vistos y están valorados como un producto para la élite y los turistas; un producto de lujo dirigido y pagado por y para los que tienen posibles, con grandes bolsillos que pueden permitírselo; y la política pública no contradice esta idea al no contrarrestarla con acciones de democratización de la cultura. Todos nosotros pensamos que los museos son mucho más que esa lectura que les convierte en producto de lujo para las élites; son la conexión del saber y el conocimiento con la sociedad.
En una de las conferencias de Museum Next, se examinó la relación entre hospitales, museos, tecnología y bienestar. Al final de la misma, se comprobó que el ingreso promedio de un paciente en un hospital era de 24 horas, y que los mensajes de esperanza y bienestar de los profesionales sanitarios hacia sus pacientes estaban a la orden del dia. No es un mal logro, y para muchos países que no disfrutan de la sanidad universal supone un producto de lujo.
Andrew Nugee de Imagineear es el responsable del proyecto Rhapsody, fruto de un esfuerzo de colaboración entre muchas partes interesadas, incluido el NHS en el Hospital Chelsea y Westminster. Este hospital recibió la categoría de museo en 2009 gracias a su extensa colección de más de 1000 obras de arte – el hospital celebra, además, 350 conciertos al año -. El Proyecto Rhapsody reúne obras de arte y música recientes compuestas por nuevos talentos en una aplicación de audioguía que pueden disfrutar tanto los pacientes como las personas que van a visitarlos. Es una solución simple y efectiva que permite mejorar el estatus de los pacientes en los hospitales.
Echemos un vistazo a algunas estadísticas sobre este proyecto:
- El 100% de los pacientes se sintieron relajados gracias a las audioguías.
- El 100% de los pacientes consiguieron aliviar su aburrimiento.
- El 100% de los pacientes experimentaron un levantamiento del ánimo.
Darren Brown, fisioterapeuta del hospital NHS, manifestaba: «sin la audioguía Rhapsody, un paciente al que atendia prefirió quedarse en la cama. Por eso ahora estamos usando el incentivo de la música para mejorar el estado de los pacientes en el dia a dia. El arte está haciendo un magnífico trabajo en el hospital».
Sin embargo, el efecto curativo de los museos no se limita al Reino Unido, considerado por el Fondo de la Commonwealth como el país cuyo sistema de atención médica ocupa el número uno entre los 11 países más ricos (ignoramos cuáles son esos 11 paises). Otro proyecto destacado sobre la combinación de la salud y las artes proviene de una ciudad definida por algunos como el pináculo del lujo: Dubai.
Durante la preparación previa a la apertura del Museo del Hospital Al Maktoum, Dubai Culture lanzó una campaña de medios digitales cuyo hastag era #wordsthatheal. A través de las redes sociales y otros canales digitales, las palabras que entendía que podían tener poder curativo eran recopiladas y, posteriormente, compartidas mediante soportes digitales con los pacientes de los hospitales del país. Podemos seguir el video de la campaña o el «social buzz» para tener una idea del impacto que provocaron. De nuevo: la cultura puede llegar a ser simple y efectiva.
Una publicación de la Dutch Creative Industries Fund obtuvo hace años el Premio Hedy d’Ancona por su excelente arquitectura en el cuidado de la salud. La publicación (en holandés, pero si estás interesado/a en ella te la enviarán gratuitamente) recoge una serie de creativas innovaciones dentro de la atención médica que se traducen en un impacto positivo para la salud y el bienestar de los pacientes. Muchas de estas innovadoras propuestas, como la solución de techo luminoso OneSpace de Philips, muestran una clara relación con el trabajo museográfico que hacemos en los museos. Somos capaces de imaginar, por ejemplo, los enormes beneficios para la salud que puede suponer el disfrute de la colección del Museo Mauritshuis, o del Rijksmuseum, con sus obras cubriendo las paredes de la habitación de los pacientes – obligados a permanecer en una cama de hospital -.
Por supuesto, existen más ejemplos en diferentes áreas de la salud y del bienestar donde los museos desempeñan un papel importante, y será la tecnología la que les permita seguir haciéndolo. Nos viene a la memoria el MeetMe del MoMA, pero seguro que conoces muchos otros (puedes compartirlo en los comentarios).
En definitiva, es evidente que los museos son mucho más que un producto de lujo para las élites; son instituciones con un enorme alcance social lleno de posibilidades, y este es un aspecto que no debemos perder nunca de vista.
Recurso bibliográfico:
Jasper Visser (2014): The Museum of the Future. Selected blogposts about museums in times of social and technological change. Editor: Merete Sanderhoff.
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