Exhibir colecciones en exposiciones permanentes y temporales es una actividad clave en casi todos los museos, y la mejor manera de generar una «experiencia» en el público que los visitan. Pero si queremos que aumente el interés por el conocimiento y el uso de nuestras colecciones, especialmente en las personas que se sienten menos atraídas, debemos pensar cómo lograr que se involucren con esas colecciones tanto dentro como fuera del espacio de exposición. El reciente proyecto Open Up, en Inglaterra, busca diversificar las audiencias, poniendo en valor la importancia de » acercarse» a las comunidades para compartir los contenidos con todos aquellos que nunca visitan o visitarían un museo, desafiando a que otros emprendan este tipo de iniciativas.
Hay muchos museos que llevan experimentado durante bastante tiempo el «desplazamiento» de colecciones hacia las distintas comunidades. Las Galerías Nacionales de Escocia enviaron al icónico Monarca de Glen de Sir Edwin Landseer a realizar una gira por Escocia entre 2017 y 2018, brindando al público la oportunidad de observarlo fuera de su entorno habitual. Para poder conseguir » más y mejor», es necesario que los museos trabajen juntos, en lugar de limitarse a permanecer dentro de esos búnkers con los que a veces se les identifica.
«Podemos hacer más para capacitar y equipar a la fuerza laboral y así tener el coraje de asumir más riesgos y trabajar mejor con las comunidades a las que pertenecemos» (director de museo).
En otros casos, los museos llevan a cabo un trabajo más experimental con colecciones fuera de sus galerías. Los Museos Derby utilizaron en su nuevo proyecto «Culturas del Mundo», el concepto de diseño centrado en el ser humano. Para ello, dispusieron los objetos de su colección en lo que denominaron «caminatas de objetos», situándolos en diferentes ubicaciones y contextos de la ciudad. El objetivo era generar una oportunidad para iniciar conversaciones, discusiones y comentarios, así como para involucrar a los grupos de » no visitantes». Esta práctica también puede funcionar en línea. Los museos utilizan cada vez más los memes, juegos y otros dispositivos conectados para generar interés por la colección -a menudo de una manera divertida e irreverente-, provocando una variación en el tono tradicional y convencional adoptado normalmente.
Este tipo de prácticas pone en valor las historias que las colecciones pueden narrar y las respuestas que son capaces de provocar. Normalmente generan un profundo impacto y una sensación de diversión, incluso con los objetos que tienen detrás historias muy «serias». Sin embargo, esta labor del museo está considerada, todavía, «arriesgada» para muchos profesionales del sector. La mayoría de las reglas y normas con que los museos cuentan para proteger y preservar las colecciones, ponen límites (o al menos eso se percibe) en cuanto a su utilización fuera de la configuración convencional del museo. Las colecciones siempre han sido herramientas poderosas para atraer a las audiencias; incluso en la era digital, el público quieren ver lo real, escuchar a un experto y contribuir a las discusiones sobre cómo se deben usar las colecciones, que han de estar en el centro del impacto social. Pero para eso es necesario que se produzca una transformación en la cultura de los museos.
«Los objetos deben estar en el centro de las conversaciones; la mayoría de las personas se conectan con otros a través de los objetos» (visitante anónimo).
Cualquier cambio de rumbo institucional requiere un liderazgo claro y un sentido de misión, acompañado, además, de la capacidad para que el personal trabaje en equipo y esté abierto a la entrada de socios externos. También es importante señalar que este trabajo depende, a menudo, de la financiación de proyectos a corto plazo, y que podría no requerir un cambio organizativo, o proporcionar un legado, si ese plazo es más largo. Los museos y los organismos de financiación deben trabajar conjuntamente para superar este problema, y garantizar que los programas exitosos se integren en el trabajo del museo y sus experiencias sean compartidas con el resto del sector.
(*) «El cuadro de la pintora francesa Rosa Bonheur titulado «El Cid«, oculto durante 140 años, verá la luz en El Prado tras una petición en Twitter».
Recurso:
Steve Miller (Head of Norfolk Museums, Norfolk Museums Service), Sally MacDonald (Director, Museum of Science and Industry), Gillian Findlay (Head of Museums and Collections, Culture Perth and Kinross), Owain Rhys (Community Engagement and Participation Manager), Amgueddfa (Cymru-National Museum Wales), Simon Cane (Executive Director, UCL Culture) y Sharon Heal (Director, Museums Association) (2018): Collections 2030, artículo para su discusión. Museums Association.
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