Normalmente, cada cinco o más años, los museos deben reconsiderar su planificación estratégica, haciendo una previsión de su futuro y sus posibilidades. Uno de los pasos clave en este auto análisis, como museos que son, es hacer revisión de la visión, la misión y sus valores, principios directores que, en su conjunto, nos ofrecen un trazo significativo de hacia dónde se dirige y cómo actuará en consecuencia dicho museo. Por lo general, algunos, o todos, de estos principios rectores son reafirmados, actualizados o reconfigurados.
Si viajamos a través de estos planes estratégicos- podemos analizarlos en los sitios web de los museos-, comprobamos que son muchos los que definen sus declaraciones de misión y valores, pero no de visión, ni mucho menos. Las declaraciones de misión pueden ser largas o cortas, convincentes o genéricas; los valores se formatean de muchas maneras. En cualquier caso, ambos se evidencian; las declaraciones de visión, sin embargo, a menudo brillan por su ausencia.
Para empezar, diremos que estas declaraciones tienden a clasificarse en tres grupos. El primero contiene una declaración de visión que corresponde a la imagen del futuro que el museo pretende conseguir. El segundo está relacionado con un modelo utilizado en los negocios, con enfoque interno. Estos dos grupos suelen presentar aspiraciones que se enuncian de un modo un tanto pretencioso: «clase mundial», «de vanguardia» o «un modelo nacional». Un ejemplo típico sería el siguiente:
«Nuestro museo es un destino reconocido para exposiciones de arte (o historia o ciencia) que enriquecen la calidad de vida de los residentes y visitantes de nuestra región, siendo líder en la programación de arte (o ciencia o historia) para niños y adultos, sin excepción».
El tercer grupo de visiones tiene que ver con una declaración de propósito. Siendo decididamente prácticos, entraríamos en cuestiones tales como por qué se creó el museo, sus funciones (es decir, la colección -recolección-, la conservación, la investigación, la exposición, la interpretación), la zona geográfica atendida, su área temática y el período de tiempo a cubrir. El muestreo de estas declaraciones de visión sugiere que se dan más en países anglosajones que latinos y, especialmente, entre las instituciones públicas más grandes. Finalmente, la visión a veces se fusiona con la misión para cubrir una sola y única declaración de intenciones institucionales.
La mayoría de los museos se conforman con declaraciones de visión que realmente carecen de gran importancia o trascendencia práctica. Entendamos el por qué. En primer lugar, la elaboración de declaraciones de visión y misión es un trabajo muy complicado; obtener una determinada ayuda -que suele ser grande- de la administración y del personal del museo en cuestión -para lograr una comprensión compartida y consensuada por todos- requiere tiempo, preparación, una atención a las opiniones y el apoyo por parte de expertos. En segundo lugar, existen dos enfoques de una misma visión: qué llegará a ser un museo con el paso del tiempo y su propósito. Y todo ello, relacionándolo con lo que ya conocemos que es, a día de hoy, el museo actual, sin perder de vista este mundo nuestro tan dinámico, tan cambiante y con un futuro verdaderamente desconocido.
Debemos admitir que estos dos enfoques no suelen ser muy estimulantes, ni para ser leídos ni como referencia para el futuro desarrollo.
Lo verdaderamente inspirador y práctico es saber cómo se revisan las declaraciones de visión. Una perspectiva realista ha de proyectar la visión de un museo hacia su comunidad y no hacia sí mismo. Mirando hacia afuera, la visión se centra en el cambio positivo que un museo espera y desea ofrecer a la comunidad a la que sirve. Su visión de cambio se relaciona con un aspecto específico de un futuro mejor, que deberá coincidir con los intereses del museo: tal vez conseguir una comunidad más fuerte, una mayor cohesión social y participación cívica, o una mejor calidad de vida para todos.
Nos gustaría mencionar unos cuantos ejemplos de museos sobre categorías generales, con una organización dirigida hacia el cambio que puede ilustrarnos sobre cómo se desarrolla esta orientación hacia afuera y de qué manera.
- Museos o Centros de Ciencia: visualizamos comunidades donde los niños y adultos se inspiren en la ciencia, entiendan sus principios básicos y aporten su curiosidad científica y comprensión al mundo.
- Museos de Descubrimiento (para niños / niñas y familias): imaginamos una comunidad cada vez más vibrante, comprometida y cohexionada, porque reconocerá, valorará y desarrollará el potencial de los niños.
- Museos de Arte: para fortalecer la comunidad y mejorar la calidad de vida a través del arte.
- Museos de Historia: imaginamos un mundo donde las personas comparten y convergen en caminos, para construir unidas un futuro común y tomar conciencia de su propio potencial a la hora de marcar una diferencia en la sociedad.
Una declaración de visión orientada a la comunidad desbloqueará una energía muy valiosa que fortalece al museo. Una perspectiva exterior permite saber de qué modo un museo puede contribuir al cambio que prevé. Esto le permitirá orientar su misión hacia el uso de sus activos y recursos, contribuyendo a que las personas sean mejores y disfruten de una vida más agradable que fortalezca a su comunidad. Una visión que sepa definir la verdadera utilidad de un museo -sirviendo en beneficio de la comunidad-, así como la forma distintiva en que lo logrará, se convierte en una herramienta muy sólida y consistente para enfrentarse al futuro.
Estamos hablando de un enfoque que devuelve la declaración de la visión a los principios de realidad práctica y suma potencial a la misión. Este planteamiento cambia la atención y la discusión hacia el exterior -ya no se mira el ombligo-, alejándose de actividades específicas y focalizándose en las necesidades de la audiencia y de la comunidad. Hemos comprobado que, además, aporta la claridad necesaria y provee de energía nueva a los esfuerzos de un museo por conocer a su comunidad. Asimismo permite formular preguntas sobre el verdadero conocimiento del museo, los desafíos, las promesas que pueden hacerse a la comunidad y sobre cómo podría desarrollarse una comprensión profunda de la misma. A su vez deberán desarrollarse nuevos métodos para aprender más y aplicar ese conocimiento a la hora de tomar decisiones internas y trabajar con socios externos. Esta vía refuerza el compromiso de la comunidad, promoviendo un cambio respecto a ciertos enfoques meramente programáticos.
Después de varias décadas de planificación estratégica, en y con los museos, valoramos siempre con satisfacción que en el museo con el que trabajamos exista una declaración de visión orientada hacia el exterior. Esto incorpora el contexto comunitario en el que deben operar, recordándonos que son instituciones que constituyen un medio para un fin, no un fin en sí mismos. Las declaraciones de visión con orientación externa concentran la atención de un museo en aquello hacia dónde debe dirigir su trabajo para el bien público. Se trata de un enfoque que se alinea con la exhortación del erudito y teórico de museos Stephen Weil y que afirma:
«En todo lo que hacen los museos, deben recordar la piedra angular sobre la que descansa toda la entidad: crear la diferencia en la vida de las personas».
Recurso:
- Jeanne Vergeront (2018): Re-visioning Vision Statements. Museum Notes (blog): https://museumnotes.blogspot.com/2010/12/re-visioning-vision-statements.html
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