Cada vez son más los museos de arte moderno que utilizan dispositivos de apoyo a la interpretación y que se basan en sistemas digitales, tales como dispositivos móviles personales, quioscos de información y otros sistemas instalados en sus exposiciones, tanto permanente como temporalmente. Los responsables de este tipo de museos esperan que esas nuevas tecnologías ayuden a popularizar las visitas, atrayendo nuevas audiencias – sobre todo a los más jóvenes -, y mejorando así la experiencia de los visitantes en las exposiciones de arte moderno.
Sin embargo, atendiendo al factor puramente económico, no estamos seguros de hasta qué punto las inversiones para la instalación y puesta en funcionamiento de estos sistemas, algunos de ellos verdaderamente sofisticados, están o no justificadas. Por supuesto, existen métodos que evalúan la amortización de dichas instalaciones, calculando si realmente son sistemas que ayudan a atraer audiencia al museo de arte moderno, pero la discusión se centra quizás más en si la proliferación de tales sistemas desvirtúan la experiencia, naturaleza y verdadera misión del museo.
Los estudios sobre el comportamiento y el aprendizaje de los visitantes se centran principalmente en su asistencia a las exposiciones y el porqué, pero carecemos aún, en gran medida, de métodos fiables que examinen la calidad de su experiencia en el museo. Nosotros mantenemos una permanente reflexión sobre el tema, intentando contribuir a los debates actuales acerca de la adecuación de métodos que aseguren el enriquecimiento de la experiencia de la visita al museo de arte, y a la evaluación de la inversión en esta nueva tecnología aplicada a las exposiciones de los museos de arte moderno.
Donde no tenemos dudas en cuanto a las razones del uso y aplicación de la tecnología, es en el área de la accesibilidad. La tecnología actual influye muy positivamente en la forma en la que los visitantes que sufren alguna discapacidad pueden examinar y experimentar las exposiciones de arte de una manera diferente (como es el caso del uso de beacons). Los avances que se vienen desarrollando en este campo se utilizan para evaluar el despliegue y desarrollo de estas nuevas tecnologías aplicadas a la accesibilidad, acercando el arte a las personas con dificultades como nunca antes se había hecho.
Por otra parte, con relación a otros usos de la tecnología aplicada a los museos de arte moderno, el despliegue de recursos interpretativos abre la discusión sobre un problema bien conocido para todos aquellos que gestionan museos y galerías, a saber, ¿cómo se puede evaluar su valor a partir del gasto que se genera con relación al beneficio que proporcionan? Las investigaciones sobre la gestión y la contabilidad del sector público cuestionan cada vez más el uso de métodos convencionales de contabilidad financiera, aquellos que evalúan si los museos ofrecen «valor por el dinero» (Landry 1994, Wu 2003), defendiendo el desarrollo de nuevos métodos y técnicas que ayuden a determinar la calidad de las exposiciones. Estas discusiones se han mantenido a lo largo de los tiempos dentro de las ciencias sociales, basándose fundamentalmente en la distinción entre métodos cuantitativos y cualitativos. Son muchos los debates que «resuenan» dentro de la literatura sobre estudios de museos, en particular sobre aquellos que analizan el comportamiento y la interacción de los visitantes con las exposiciones (Falk et al., 2000, Hein 1998).
Sea como sea, el creciente interés de los gestores de los museos de arte contemporáneo por las nuevas tecnologías, se ve reflejado en el despliegue de dispositivos multimedia en sus exposiciones. Comienza a generalizarse la idea de que estos dispositivos son de suma importancia a la hora de mejorar el papel de los museos como instituciones educativas en el arte. Al margen de su uso aplicado a la accesibilidad, estos sistemas se utilizan para aumentar el interés popular por el arte moderno (y no sólo por el moderno), potenciando el atractivo de los museos hacia un perfil de público que necesita estímulos «extra». Los desarrollos tecnológicos recientes han animado a algunos gestores de museos de arte, como decíamos, a desplegar estos dispositivos de interpretación en sus exposiciones, en particular los dispositivos móviles inteligentes. Los investigadores y profesionales estudian cómo diseñar el software de estos dispositivos para aumentar el tiempo que los visitantes pasan en las exposiciones (realidad aumentada, realidad virtual, beacons…), proporcionándoles información adicional, facilitando la interacción social y la comunicación entre ellos (Aoki et al., 2002, Fleck et al. , Spasojevic et al., 2001, Woodruff et al., 2001).
Actualmente, en los estudios sobre museos existe un creciente interés por el examen del comportamiento de los visitantes y su aprendizaje en los museos de arte a largo plazo. La investigación en este campo se basa en gran medida en las ciencias del comportamiento y en las cognitivas. Nos esforzamos por evaluar la eficacia de las exposiciones a la hora de atraer y retener a los visitantes y, además, por transmitirles información de la manera mas adecuada. La evaluación actual de las exposiciones debe basarse, en gran medida, en los indicadores cuantitativos: el número medio de visitantes que se detienen en una exposición, su «tiempo de permanencia», el tiempo medio que los visitantes emplean en recorrer la exposición, el «poder de comunicación» de la exposición, la eficacia en la difusión de la información a los visitantes (ver Serrell 1998, Shettel 2001).
Nos preocupa que todos los dispositivos de interpretación, como son las audio-guías, quioscos de información de pantalla táctil y los dispositivos móviles – incluidos aquellos que los visitantes traen consigo- , pueden ayudar a mejorar la eficacia de las exposiciones. Planteamos constantemente cuestiones como: ¿se detienen más visitantes en una exposición equipada con un quiosco de información? ¿Los visitantes pasan más tiempo en una exposición si usan un dispositivo móvil? ¿Los visitantes entienden la información emitida por tales dispositivos? O, ¿los visitantes hablan e interactúan con otros mientras utilizan estos dispositivos? Las evaluaciones sobre diferentes tipos de dispositivos de interpretación en los museos de arte muestran que los visitantes pasan mucho más tiempo en las exposiciones cuando los usan, y , además, parecen participar frecuentemente en la interacción social y en la comunicación que establecen entre ellos (Exploratorium 2001, Scheneze 2001, Screven 1991, Serrell et al., 1992 ). Sin embargo, se sabe relativamente poco acerca de si la participación extendida en las actividades de las exposiciones contribuye a aumentar la calidad de la experiencia de la visita al museo.
Por todas estas razones, los estudios sobre visitantes muestran una creciente preocupación por el desarrollo de métodos y técnicas que evalúen la calidad de la experiencia en la visita a los museos (Falk & Dierking 2000, Hein 1998). Las investigaciones se basan cada vez más en las ciencias cognitivas y educativas, mostrando un mayor interés en la forma en que la interacción social y la conversación repercuten en el aprendizaje y en la comprensión de las personas hacia las colecciones (Lave y otros, Wenger, 1991). A pesar del interés por los aspectos sociales de la experiencia del museo, los investigadores se centran en gran medida en el visitante individual y se esfuerzan por evaluar su experiencia didáctica en el museo.
Sin embargo, existe un número cada vez mayor de investigadores especializados en estudios de visitantes que han comenzado a utilizar métodos cualitativos de perfil etnográfico – casi todos basados en formato vídeo -, que se ocupan del modo en que las personas experimentan y dan sentido a las exposiciones a través de la interacción social. Demuestran que la interacción social juega un papel fundamental en la experiencia de los visitantes en las exposiciones. También han comenzado a explorar la forma en que los visitantes utiñizan la información para entender los contenidos (Heath et al, en prensa, Hensel 1987, Leichter et al, 1989, vom Lehn et al., 2001). En el marco metodológico y analítico de estas investigaciones, se utilizan importantes recursos para investigar cómo los visitantes interactúan con los dispositivos de interpretación digital, y cuándo se relacionan entre sí en los museos. Se pretende comprender la forma en que los visitantes examinan y dan sentido a las obras de arte originales cuando utilizan los recursos de interpretación. Por lo tanto, estas observaciones pueden apoyar nuestra comprensión sobre cómo las nuevas tecnologías en las exposiciones de arte influyen en la calidad de la experiencia en el museo.
Como decimos, los métodos de investigación etnográfica basados en el uso del video pueden contribuir a nuestra comprensión sobre el impacto de las nuevas tecnologías en la experiencia de los visitantes en los museos de arte concretamente. Las observaciones y conclusiones que pudieran aparecer en estas investigaciones, podrían también proporcionar una base informativa que nos diera una idea clara sobre la contribución que los métodos de investigación cualitativa aportan a la práctica analítica en los museos. Toda esta información puede ser utilizada para desarrollar una serie de sensibilidades relacionadas con el futuro diseño de los dispositivos de interpretación narrativa aplicada a los museos de arte moderno y al impacto real en los visitantes.
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Foto principal y para redes sociales: «Moby Dick» de Sean Landers en Art Basel.