No podemos quejarnos, si nos ponemos a observar la realidad desde el punto de vista global. Examinando la situación de los grandes museos del mundo, todos están recibiendo visitas a montones, y más ahora cuando se acercan las vacaciones para muchos. La cuestión es: ¿Se seguirá manteniendo esa tendencia? ¿Mejorará la situación para los que realmente necesitan visitas, es decir, los museos locales? ¿Será una corriente contagiosa que pueda llegar a los más pequeños?
Los museos suelen ser visualizados como algo viejo, añejo, un poco polvorientos, aburridos y poco relevantes en nuestro día a día, hablando desde un punto de vista generalizado. La cierto es que esa clase de museos existen, los que responden a los peores arquetipos posibles que podamos tener en mente. Pero la verdad, cada vez hay menos de esos que asustan, apenas habiendo cruzado sus puertas. Los museos más exitosos, los de primera división, han cambiado hasta hacerse irreconocibles. La gama que cubren se ha ampliado de manera espectacular, y ahora va mucho más allá de los temas tradicionales, como son el arte y los objetos, la ciencia y la historia (para una muestra de especialidades excéntricas, os dejamos un gráfico mas abajo). Uno de los mayores crecimientos temáticos, hablando sobre todo de nuevos museos, es el del arte contemporáneo (mostramos su crecimiento en la ilustración).

Para estar seguros, los museos permanecen siendo guardianes de colecciones y repositorios de becas, pero también se han convertido en pozos de debate popular y lugares donde los niños van a dormir fuera de casa (la Noche de los Museos). Los museos ya no son lugares donde la gente entra con cierto temor, sino en donde aprenden y disfrutan, como lo harían en universidades amenas o escuelas de arte divertidas. Sir Nicholas Serota, director de la Tate Museos y Galerías de Reino Unido, describe el concepto de museo como «un lugar de encuentro que es como un cofre del tesoro».
Archivo EVE
Las estadísticas sugieren que estos museos, con una nueva imagen, lo están haciendo algo bien. A nivel mundial, los números se han multiplicado desde hace alrededor de dos décadas de 23.000 a 55.000 visitantes. Hace tres años, los museos estadounidenses recibieron 850 millones de visitantes, según la Alianza Americana de Museos. Eso es más poder de convocatoria que todos los eventos deportivos de las grandes ligas y los parques temáticos juntos. En Inglaterra, más de la mitad de la población adulta ha visitado un museo o una galería en el último año, el porcentaje más alto desde que el gobierno comenzó a recopilar estas estadísticas en 2005. En Suecia, tres de cada cuatro adultos visitan un museo al menos una vez al año (aunque no todos los europeos hacen lo mismo). El Louvre de París, el museo más visitado del mundo, tenía 10 millones de visitantes el año pasado. China, pronto tendrá 4.000 museos – aún sólo una cuarta parte del número que tiene Estados Unidos -, pero están corriendo muy deprisa para alcanzar a su más duro competidor.
Un mundo de posibilidades.
En vista de ello, el éxito que resulta parece un tanto sorprendente. La gente ahora tiene más opciones que nunca antes en la manera de pasar su tiempo libre. Muchos viajan a ver mundo, pero sobre todo el mundo va a ellos, a menudo a través de la televisión e Internet, con contenidos ágilmente enviados a sus ordenadores portátiles o teléfonos inteligentes. Así que, ¿por qué querer recorrer museos si la mayor parte de las cosas que se puede visitar están disponibles a un clic de ratón?
La aparición de algunos de los nuevos entusiastas por los museos, se explican por los cambios en la oferta. En el primer mundo, y en algunos países en desarrollo también, la proporción de personas que participan de la educación superior ha aumentado espectacularmente en las últimas décadas. Las encuestas muestran que la gente mejor educada es mucho más propensa a ser visitante de museos (parece algo obvio). Ellos quieren ver por sí mismos cuál es su lugar en el mundo, y visitan museos para tener una orientación, por lo que muchos de estos lugares se han transformado pasando de «contenedores eruditos» a «exuberantes compañeros», como ha escrito Victoria Newhouse en su libro, «Hacia un nuevo museo».
En los países desarrollados, los museos están siendo defendidos por una amplia variedad de grupos de interés: padres y madres urbanitas que disfrutan de los edificios emblemáticos y de las grandes colecciones como una atracción turística; los planificadores urbanos que consideran a los museos como una varita mágica para cambiar zonas urbanas deprimidas en áreas que a todos gustan; los medios de comunicación, a quienes gusta informar, a bombo y platillo, las exposiciones de gran éxito; y los ricos que quieren poner sus riquezas a trabajar en el servicio de la filantropía ( «una manera de que los ricos laven sus almas», como un director de museo dijo en su día). Finalmente, los museos también son para los jóvenes, que aportan una gran fuente de autenticidad, a los que les resulta fascinante todo lo relacionado con los entretenimientos electrónicos. Ten nota de esto último, señores y señoras responsables de los museos que necesitan ponerse en el mapa.
The International Picture House
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Fotografía principal y para redes sociales: China Unicom
Estimados Señores,
A leer hoy su columna de oddball museums, me surge una inquietud.
Nosotros operamos el Museo del Estudio Jurídico – en Argentina – y me pregunto si Uds. tienen antecedentes de otros Museos que se dediquen al área legal en diversos países.
En caso de contar con antecedentes, nos interesaría mucho saber cuáles son, en qué países se encuentran ubicados, cuál es la temática que desarrollan, qué tipo de público los visita, etc.
Desearía agregar que, quien les escribe, es el Presidente de la Asociación Amigos – Museo del Estudio Jurídico, que tiene su Sede en la Ciudad de San Isidro, Provincia de Buenos Aires, República Argentina.