Lo que ocurre en Siria es la muestra del horror y terror que los humanos son capaces de causarse a sí mismos en su infinita estupidez. Siria es el ejemplo de todo lo que la maldad de los hombres genera en destrucción y devastación absoluta. Siria es la significación de la total ausencia de cordura, maldad e incompetencia de los que dirigen el planeta y de aquellos que apoyan a esa gentuza con sus votos*. Siria es una vez más la personificación del olvido, el abandono, el desprecio a la vida humana, del terrible sufrimiento por y para nada, del fracaso de la humanidad en su absoluta indignidad para sí misma. Siria es el ejemplo de que la ignorancia combinada con el fanatismo y la maldad es una mezcla devastadora. Siria es el ejemplo de que las organizaciones mundiales se llenan la boca con palabras como solidaridad, compasión, ayuda, apoyo, solución, son solo eso, convirtiendo las intenciones en meras palabras. Estamos desbordados siendo testigos del infinito sufrimiento de esas pobres personas que huyen en estampida de la muerte segura. No tenemos derecho a llamarnos seres humanos, somos una especie desalmada a la que se le revuelve el corazón a golpe de telediario, y mañana se quedará todo en el olvido: Tahití, Nepal, Etiopía, Biafra, ébola, SIDA, Libia, Corea del Norte, Malí… Debemos reinventar un nuevo género humano que expulse definitivamente semejantes salvajadas y se decida de una vez por todas a construir un mundo solidario, libre de políticos burócratas a sueldo de por vida, un planeta en paz para todos y libre de terror.
Ya no hay museos en Siria, no queda casi nada que defender, es una enorme pérdida para el patrimonio de toda la humanidad.
Niño sirio, foto de Sebastiano Piccolini para National Geographic Magazine
Foto principal: Madre e hija musulmanas atacadas con ácido, foto de Ibrahim Noroozi para World Press Photo
(*) Lo que está haciendo Merkel en Alemania con los refugiados nada tiene que ver con la supuesta solidaridad que se le atribuye a la señora, no nos equivoquemos. Lo que ha urdido es una carísima campaña de limpieza de autoimagen para neutralizar el profundo desprecio generalizado hacia todo lo alemán desde su impresentable gestión de la crisis en Europa, siendo una marioneta de la industria y la banca alemana. Al menos los refugiados sirios van a salir beneficiados de tamaña manipulación mediática.
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