La evolución digital ha mejorado nuestra calidad de vida. La tecnología digital no solo facilita la asimilación de grandes cantidades de información que en el pasado resultaba imposible gestionar, sino que también proporciona experiencias completamente novedosas. A pesar de que estos cambios aportan muchas ventajas, si no se gestionan adecuadamente, pueden causarnos numerosos problemas. En medio de estos cambios y desafíos sociales, el papel de los museos se torna cada vez más relevante, surgiendo una necesidad creciente de que puedan innovar de manera constante para mantenerse al ritmo de dichas transformaciones. Desde esta perspectiva, los museos desempeñan un papel esencial en nuestra vida cultural y social. Esto es factible porque los museos actúan como poderosos catalizadores para impulsar cambios sociales en sus comunidades. Además, a pesar de que los museos suelen definirse como instituciones sin ánimo de lucro, contribuyen a la economía social. La cantidad de visitantes y usuarios presenta un enorme potencial para el crecimiento futuro de las comunidades locales y, en consecuencia, contribuye a la gestión sostenible de los museos. Desde esta perspectiva, las tecnologías digitales están abriendo nuevas dimensiones para los museos, transformando las experiencias de los usuarios y sus actitudes hacia los museos, lo que a su vez genera nuevas contribuciones a esta industria. Esta situación está relacionada con la «Nueva Museología», un enfoque reciente en la práctica museística basado en el pensamiento crítico, que surgió a finales de los años 1980. Este movimiento nos brinda evidencia de los gustos culturales de grupos sociales específicos, generando nuevas oportunidades para aumentar la cantidad de usuarios. Además, aporta un impacto positivo a la economía nacional y respalda el bienestar sostenible. En este contexto, resulta útil comprender cómo la expansión de la experiencia en la era digital está dando lugar a nuevos tipos de museos basados en la transformación de la relación con sus usuarios.
Los museos exponen colecciones en un espacio físico y crean discursos sociales basados en la diversidad cultural a través de la colaboración de diversas partes interesadas, como el público, los museólogos, los curadores, los educadores y los amigos de los museos, entre otros. Además, los museos contribuyen a la integración social. En este sentido, los museos sirven como medios de transmisión del conocimiento; en otras palabras, son mediadores y facilitadores culturales. Tradicionalmente, los museos, como medios, exhiben sus colecciones en un espacio físico y estas colecciones nos brindan conocimiento histórico y experiencias estéticas. Varios actores colaboran para exhibir sus colecciones en las salas de exposición, creando un discurso social a través de diversas expresiones culturales. Incluso cuando los curadores organizan exposiciones, se centran en la apreciación de la colección y sus interpretaciones. Tradicionalmente, la sala de exposiciones marca el inicio de la historia del museo. Por lo tanto, el museo proporciona a los visitantes una interfaz, y su espacio físico actúa como mediador.
La pandemia de COVID-19 ha limitado la interfaz física existente de los museos, lo que ha generado la necesidad de una interfaz completamente nueva para que las personas puedan disfrutar de una experiencia museística completa. A partir de este punto, la tendencia más relevante se encuentra en lo digital. Debido a la pandemia, muchos museos se vieron obligados a cerrar sus espacios físicos. Por ejemplo, Potts explica el proceso de toma de decisiones del Museo J. Paul Getty durante la COVID-19, enfocado en la salud y seguridad tanto de su personal como del público. Como resultado, los museos han estado buscando otros canales de comunicación con los usuarios, y las redes digitales han emergido como una nueva interfaz de comunicación.
Agostino investigó la respuesta de un museo italiano durante la COVID-19 y descubrió que la crisis desencadenó la difusión de mensajes culturales y hizo que los museos fueran más interesantes para las comunicaciones en línea. De manera similar, Simon ofrece un enfoque teórico sobre cómo las tecnologías digitales están transformando la cadena de valor de los museos en un entorno de información, donde las fronteras entre los mundos en línea y fuera de línea se están difuminando. Manovich analizó la dependencia de los nuevos medios de las convenciones de los antiguos medios. Incluso si los museos utilizan nuevos canales, como Internet, las estructuras o formas previas seguirán influyendo en la naturaleza del nuevo medio. En otras palabras, se reconstruye la experiencia y el conocimiento de las colecciones a través de medios digitales en el contexto de la exposición.
Dado que las colecciones en las salas de exposiciones existen fuera del contexto de tiempo y lugar original, hay poca información sobre lo que los usuarios están acostumbrados a comprender. Por lo tanto, los museos deben producir y transmitir conocimiento sobre las colecciones. De esta manera, el conocimiento adquirido por los usuarios les ayuda a apreciar el trabajo. En el proceso de apoyar las exposiciones, los museos han creado una cadena de valor tradicional (estructura de comunicación) que transmite las explicaciones de las colecciones realizadas por los productores a los usuarios. En este sentido, los museos han intentado ampliar el discurso social y proporcionar información sobre sus colecciones utilizando otros medios, como periódicos, radio y televisión.
En la década de 1970, cuando el desarrollo sostenible se convirtió en una preocupación social, surgió el concepto de utilizar los museos como herramientas para intervenir en las relaciones sociales y ayudar a la sociedad. Además, los museos han evolucionado para convertirse en lugares donde los miembros de la sociedad pueden intercambiar ideas y formular opiniones a través de la creación de experiencias e interpretaciones de las colecciones, en lugar de limitarse a transmitir información. En este contexto social, la expectativa de que los museos pasen de una museología «tradicional» a una «nueva» ha dado forma a sus funciones expositivas. Además, la interacción con los medios digitales juega un papel cada vez más importante, ya que permite a los usuarios participar activamente y gestionar su experiencia.
En esta coyuntura, Google Arts & Culture, considerada como una de las plataformas más exitosas, ha creado un nuevo canal en línea que pone énfasis en la interpretación activa de los espectadores a través de la realidad virtual (RV). Recientemente, Trunfion et al. analizaron la eficacia de la realidad aumentada (RA) y la realidad virtual (RV) para mejorar las experiencias de los visitantes en museos del patrimonio cultural. En esta plataforma en línea, han participado numerosos museos y se han realizado esfuerzos para transmitir conocimientos y experiencias. Samaroudi, Echavarría y Perry examinaron las disposiciones digitales y las oportunidades de participación de las instituciones de la memoria en el Reino Unido y EE. UU. durante la COVID-19 y explicaron las preferencias de la audiencia relacionadas con el contenido que requiere digitalización. Esto se observa especialmente en los campos de la historia y el arte. Esta digitalización complementa la experiencia de la sala de exposiciones con un canal independiente, enriqueciendo así la experiencia. La expansión del conocimiento y la experiencia mediante medios digitales es un asunto de innovación en la gestión de museos y representa un cambio en la experiencia del usuario. La digitalización es fundamental para ampliar la experiencia y el conocimiento que los museos ofrecen, y la COVID-19 está acelerando esta tendencia.
El servicio del museo se completa a través de la participación del usuario. El proceso de ampliar el conocimiento y la experiencia en esta relación mejora la calidad del servicio y aumenta su uso. Desde este punto de vista, se puede agregar una nueva interfaz (nuevos medios) al servicio existente, más allá del espacio de exposición tradicional (medios antiguos), para que más usuarios puedan beneficiarse de él, lo que contribuye a una gestión sostenible. En este contexto, Manovich propuso el concepto de «interfaz cultural» al explicar el patrón de interacción entre los seres humanos y los datos culturales a través de las computadoras. Investigó las características de la tecnología digital que permiten «crear, compartir, reutilizar, combinar, administrar, compartir y comunicar contenido» de mensajes. El nuevo enfoque de los museos, combinado con las redes sociales, va más allá del espacio de exposición tradicional y refuerza un entorno centrado en el usuario, que es una de las ventajas de los nuevos medios. Esto se alinea con los programas de participación en los discursos sociales que los museos han estado implementando. Como resultado, se espera que este proceso contribuya a la sostenibilidad de los museos.
Los museos han evolucionado de ser espacios destinados únicamente a albergar colecciones a convertirse en lugares para todas las personas. La llamada «nueva museología», que introdujo un papel de educación social para los museos en la década de 1960, se desarrolló a través de diversos tipos de museos, como los museos comunitarios y los museos al aire libre. Basándose en los conceptos de McLuhan y Foire, Glusberg y Benedit argumentaron que los museos deberían fungir como intermediarios que modelan el discurso social. Las funciones sociales de los museos no solo se centran en los beneficios económicos, sino que también contribuyen a las perspectivas sociales y reflejan la democracia cultural. Así como los poderes judiciales pueden reducir la economía sumergida o la corrupción cuando se enfocan en los intereses sociales de manera independiente, los museos pueden contribuir a la inclusión social a través de funciones similares. Esta discusión sugiere que los objetivos de los museos han evolucionado desde una «epistemología basada en objetos» hacia un «discurso basado en objetos», y la introducción de nuevas tecnologías ha transformado los «museos centrados en objetos» en «museos centrados en la experiencia». Los museos orientados a la experiencia se han convertido en espacios de descubrimiento. Además, los museos en línea amplían las actividades de los usuarios. Por lo tanto, es muy probable que los museos que abrazan las nuevas tecnologías digitales se conviertan en espacios centrados en el usuario.
La naturaleza abierta e interactiva de los nuevos medios también contribuye a ampliar el concepto de museo como un medio participativo. La apertura y la actividad generadas por los nuevos medios aumentan el número de usuarios y fortalecen la gestión sostenible de los museos al ofrecer más oportunidades de participación a los usuarios. En este sentido, Sutton hizo hincapié en que enfoques reflexivos para involucrar a las comunidades en la curaduría de colecciones, exposiciones y programas pueden aumentar la conciencia sobre el cambio climático y motivar a las personas a tomar medidas. Al mismo tiempo, el desarrollo del concepto de museo universal o museo global en la era de la globalización está intrínsecamente relacionado con la industria del turismo. Sin embargo, el número de visitantes de los museos disminuyó debido a la pandemia de COVID-19, lo que puso en peligro la viabilidad financiera de los museos. Magliacani y Sorrentino enfatizaron el valor de las comunidades en la dimensión económica de la sostenibilidad y la importancia de las variaciones en la asistencia de los usuarios. En esta situación, el uso de nuevos medios por parte de los museos desempeña un papel crucial en la retención de usuarios y se convierte en una herramienta eficaz para mejorar la sostenibilidad de los museos. Por lo tanto, la pandemia de COVID-19 actuó como un catalizador de los esfuerzos recientes de los museos por atraer a los usuarios en medio de un contexto social en constante cambio. Además, la solidaridad de las comunidades locales que utilizan medios en línea contribuye a la sostenibilidad de los museos, ya que ofrece la oportunidad de expandir continuamente la participación en la gestión de los museos.
Para concluir, es importante señalar que, en la situación actual, el desafío para los museos radica en transformar las perspectivas a largo plazo de la industria museística, lo cual dependerá de cómo los museos aprovechen la nueva interfaz. Desde esta perspectiva, uno de los aspectos más críticos en relación con los nuevos medios para los museos es la posibilidad de crear un «museo constructivista» centrado en comunidades locales mediante la personalización y la participación del usuario. Ambos conceptos se ajustan a la misión del museo como espacio para el diálogo social. Estos cambios en la participación serán determinantes para la sostenibilidad de los museos y se espera que se aceleren tras la pandemia de COVID-19. A la luz de estos cambios recientes, se anticipa que la colaboración de los usuarios en la gestión de los museos y la consecuente ampliación de la experiencia no solo generarán valor de manera conjunta, sino también impulsarán la innovación abierta.
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ISSN | 3020-1179 |
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