A lo largo de millones de años de evolución, la comprensión innata del lenguaje del color ha ayudado a la humanidad a sobrevivir, a reconocer alimentos venenosos, a ponerse a salvo de la amenaza de depredadores «leyendo» señales de peligro de todo tipo. En los tiempos modernos, este instinto primitivo a menudo pasa desapercibido, sin embargo, no disminuye el poder que ejerce sobre nosotros. Por estas razones, la psicología del color es un tema que siempre ha generado debate. Sabemos que un número cada vez mayor de físicos, psicólogos, biólogos y neuro-científicos se están tomando muy en serio el asunto del color.
Cuando la luz golpea el ojo, las diferentes longitudes de onda lo hacen de manera distinta; el ojo se adapta constantemente a la luz y son los colores de onda larga los que requieren del mayor ajuste. El color establece reacciones fisiológicas complejas que, a su vez, evocan una respuesta psicológica. Los seres vivos respondemos a mensajes implícitos en el juego de luz y color. En Europa, cuando el mundo que nos rodea se vuelve gris, reconocemos el comienzo del invierno e, instintivamente, recurrimos al abrigo; las grandes cantidades de color verde que podemos observar en cualquier paisaje indican la presencia de mucha agua y, por lo tanto, poco peligro de hambruna, por lo que nos sentimos tranquilos; también reconocemos que una criatura de color negro y amarillo es poco probable que sea amigable.
El color es luz que viaja hacia nosotros en forma de ondas que parten de nuestro sol. Cuando la luz golpea un objeto, éste absorbe solo las longitudes de onda que coinciden exactamente con su propia estructura atómica y refleja el resto, que es lo que vemos de él. Al alcanzar la luz el ojo humano, las longitudes de onda se distribuyen de diferentes maneras, lo que influye en nuestras percepciones. En la retina, dichas ondas se convierten en impulsos eléctricos que llegan al hipotálamo, la parte del cerebro que controla nuestras hormonas y nuestro sistema endocrino. Aunque no lo percibimos, los ojos y todo nuestro cuerpo se están adaptando constantemente a esas longitudes de onda de luz.
El color es energía, y a través de experimentos se ha demostrado, una y otra vez, que ejerce un efecto físico sobre nosotros. Un ejemplo lo encontramos cuando a las personas ciegas se les pide identificar los colores con la punta de los dedos y todas pueden hacerlo fácilmente. Solo hay once palabras en nuestro idioma para nombrar los colores y, sin embargo, existen literalmente millones de ellos (y de matices correspondientes). Después del diez básico, tomamos prestadas palabras para nombrar colores, como el «color melocotón» (¿es el color de la pulpa o de la piel?), color uva (¿es de color morado oscuro o verde?), ¿qué hay del «color hambre»?… Tenemos dificultad para describir la enorme variedad de sombras, tonos y matices que podemos percibir a nuestro alrededor. Ésto, muy inevitablemente crea confusión en lo que tiene que ver con la comunicación del color. Nos preguntamos si»los humanos percibimos los colores de la misma manera». Quién sabe. El punto principal es que a la psicología aplicada al color no parece importarle lo que creemos que estamos viendo; el efecto de los colores sobre nosotros es causado por la energía que penetra en nuestros cuerpos. Incluso los daltónicos se muestran sensibles y se ven afectadas por la psicología del color y su derivación emocional.
Los once colores reúnen propiedades psicológicas fundamentales de carácter universal, independientemente del color, tonalidad o matiz particular que se aplique. Cada uno de ellos posee efectos potencialmente positivos o negativos. Cuál de esos efectos podamos crear dependerá directamente de las relaciones dentro de las combinaciones de colores que hagamos. Existen cuatro colores primarios psicológicos: rojo, azul, amarillo y verde. Se relacionan respectivamente con el cuerpo, la mente, las emociones y el equilibrio.
Las propiedades psicológicas de los once colores son las siguientes:
Rojo.
Es un color físico.
- Positivo: coraje físico, fuerza, calor, energía, supervivencia básica, «luchar o huir», estimulación, masculinidad, emoción.
- Negativo: desafío, agresión, impacto visual, tensión. El color rojo tiene la longitud de onda más larga, por lo que es un color poderoso. Aunque técnicamente no es el más visible, tiene la propiedad de parecer estar más cerca de lo que está y, por tanto, capta primero nuestra atención. De ahí su eficacia en los semáforos de todo el mundo y en la señales de «Stop». Su efecto es físico; nos estimula y aumenta la frecuencia de nuestro pulso, dando la impresión de que el tiempo pasa más rápido. Se relaciona con el principio masculino y puede activar el instinto de «luchar o huir». El rojo es fuerte y muy básico. El rojo puro es el color más simple, sin sutilezas. Es estimulante y animado, muy amigable. Al mismo tiempo, puede percibirse como exigente y agresivo.
Azul.
Es intelectual.
- Positivo: inteligencia, comunicación, confianza, eficiencia, serenidad, deber, lógica, frialdad, reflexión, calma.
- Negativo: frialdad, distanciamiento, falta de emoción, hostilidad. El azul es el color de la mente y es esencialmente calmante; la reacción física que provoca es muy diferente a la del rojo. Los azules intensos estimulan el pensamiento claro y los suaves calman la mente y nos ayudan a concentrarnos. En consecuencia, es sereno y mentalmente calmante. Es el color de la comunicación nítida. Los objetos azules no parecen estar tan cerca de nosotros como los rojos. En las investigaciones, el azul aparece como el color favorito del mundo. Sin embargo, puede ser percibido como frío, sin emociones y antipático.
Amarillo.
Es emocional.
- Positivo: optimismo, confianza, autoestima, extroversión, fuerza emocional, amabilidad, creatividad.
- Negativo: irracionalidad, miedo, fragilidad emocional, depresión, ansiedad, suicidio. La longitud de onda amarilla es relativamente larga y esencialmente estimulante. En este caso, el estímulo es emocional, por lo que el amarillo es el color más fuerte psicológicamente (que se lo digan a van Gogh). El amarillo estimula nuestros espíritus y autoestima; es el color de la confianza y el optimismo. Si se utiliza en profusión, o usamos el tono incorrecto con relación a los otros tonos en un esquema de color, puede hacer que la autoestima se desplome, dando lugar al miedo y la ansiedad.
Verde.
Es el balance.
- Positivo: armonía, equilibrio, fresco, amor universal, descanso, renovación, consuelo, conciencia ambiental, equilibrio, paz.
- Negativo: aburrimiento, estancamiento, sosiego, enervación. El verde golpea el ojo de tal manera que no requiere ningún ajuste y, por lo tanto, es relajante. Al estar en el centro del espectro, es el color del equilibrio, un concepto más importante de lo que muchas personas creen. Cuando el mundo que nos rodea contiene mucho verde, indica la presencia de agua y poco peligro de hambruna, lo que nos tranquiliza a un nivel primitivo. Negativamente, puede indicar estancamiento e, incorrectamente utilizado, se percibirá como demasiado insulso.
Violeta.
- Positivo: conciencia espiritual, contención, visión, lujo, autenticidad, verdad, calidad.
- Negativo: introversión, decadencia, supresión, inferioridad. La longitud de onda más corta es violeta, a menudo se describe como púrpura. Lleva la conciencia a un nivel superior de pensamiento, incluso en los reinos de los valores espirituales. Es altamente introvertido y fomenta la contemplación profunda o la meditación. Tiene asociaciones con la realeza, y por lo general comunica la mejor calidad posible. Al ser la última longitud de onda visible justo antes de la del rayo ultravioleta, tiene asociaciones con el tiempo, el espacio y el cosmos. El uso excesivo de la púrpura puede provocar demasiada introspección y el tono incorrecto comunica algo barato y desagradable.
Naranja:
- Positivo: confort físico, alimento, seguridad, sensualidad, pasión, abundancia, diversión.
- Negativo: privación, frustración, frivolidad, inmadurez. Como es una combinación de rojo y amarillo, el naranja es estimulante y la reacción a él es una combinación de lo físico y lo emocional. Centra nuestras mentes en cuestiones de comodidad física (comida, calor, refugio, etcétera) y sensualidad. Es un color «divertido». Negativamente, podría enfocarse en exactamente todo lo contrario: privación. Esto es particularmente probable cuando el naranja cálido se combina con negro. Igualmente, demasiado anaranjado sugiere frivolidad y falta de valores intelectuales serios.
Rosa.
- Positivo: tranquilidad física, educación, calidez, feminidad, amor, sexualidad, supervivencia de la especie.
- Negativo: inhibición, claustrofobia emocional, emasculación, debilidad física. Al ser un tinte del rojo, el rosa también nos afecta físicamente, pero alivia y no estimula. (Curiosamente, el rojo es el único color que tiene un nombre completamente diferente para sus combinaciones. Los matices de azul, verde, amarillo, etcétera, se denominan simplemente azul claro, verde claro… etcétera) El rosa es un color poderoso, psicológicamente. Representa el principio femenino y la supervivencia de la especie; es nutritivo y relajante a nivel físico. Demasiado rosa es físicamente agotador y puede resultar desmoralizador.
Gris.
- Positivo: neutralidad psicológica.
- Negativo: falta de confianza, humedad, depresión, hibernación, falta de energía. El gris puro es el único color que no tiene propiedades psicológicas directas. Sin embargo, es bastante supresivo. Una ausencia virtual de color es deprimente y cuando el mundo se vuelve gris, estamos instintivamente condicionados para prepararnos para la hibernación. A menos que el tono preciso sea el correcto, el gris tiene un efecto de amortiguación de otros colores que se combinan con él. El uso intensivo de gris generalmente indica una falta de confianza y miedo a la exposición.
Negro.
- Positivo: sofisticación, glamour, seguridad física, seguridad emocional, eficiencia, sustancia.
- Negativo: opresión, frialdad, amenaza, pesadez. El negro es la negación del color, la ausencia de luz, por lo que sus implicaciones psicológicas son considerables. Crea barreras protectoras, ya que absorbe toda la energía que viene hacia ti y envuelve a la personalidad. Positivamente, comunica una rontudidad absoluta, sin matices finos. Funciona particularmente bien combinado con el blanco. Comunica sofisticación y excelencia intransigente. Crea una percepción de peso y seriedad (es un mito que la ropa negra adelgaza). El negro es esencialmente esa ausencia de luz, ya que no se reflejan las longitudes de onda y puede, por lo tanto, ser amenazante; muchas personas le temen a la oscuridad.
Blanco.
- Positivo: higiene, esterilidad, claridad, pureza, limpieza, simplicidad, sofisticación, eficiencia.
- Negativo: esterilidad, frialdad, barreras, antipatía, elitismo. Así como el negro es la absorción total de la luz, el blanco es su reflexión total. En efecto, refleja toda la fuerza del espectro en nuestros ojos. Por lo tanto, también crea barreras, pero de manera diferente al negro, y a menudo mirarlo deslumbra. Puede llegar a comunicar: «¡no me toques!» El blanco es la pureza y, como el negro, intransigente; también es limpio, higiénico y estéril. El concepto de esterilidad también puede ser negativo. Visualmente, el blanco da una mayor percepción del espacio. El efecto negativo del blanco en los colores cálidos es hacer que se vean y se sientan chillones.
Marrón.
- Positivo: seriedad, calidez, naturaleza, terrenalidad, confiabilidad, apoyo.
- Negativo: falta de humor, pesadez, falta de sofisticación. El marrón generalmente consiste en la combinación del rojo y amarillo, con un gran porcentaje de negro. En consecuencia, tiene la misma seriedad que el negro, pero es más cálido y suave. Tiene elementos de las propiedades de los rojos y amarillos. El marrón tiene asociaciones con la tierra y el mundo natural. Podríamos decir que es un color sólido y confiable, que a la mayoría de la gente le gusta sin gustarle realmente, ya que pudiera ser más positivo que el negro que siempre resulta popular, pero sin tirar voladores de alegría tampoco.
Dicho todo esto, podemos afirmar que el uso del color puede, en muchos casos, ser utilizado como un medio efectivo para hacer cumplir un mensaje subyacente. La razón es que el color como comunicador es mucho más objetivo de lo que pensamos. Existe una idea errónea muy común sobre que la psicología del color es puramente subjetiva, sin criterios objetivos para predecir las respuestas; posiblemente porque todos respondemos instintivamente y cada uno de nosotros tiene su color favorito. En el diseño museográfico, no importa cuánto tiempo, dinero y esfuerzo se inviertan en la mejor experiencia y tecnología; cuando se trata de color, las decisiones se toman normalmente en función de los gustos de quien manda más en el equipo de diseño. Aunque en general se considera que algunas personas tienen «buen ojo», si al jefe creativo no le gusta el verde, sería conveniente que un subordinado valiente insistiera en su uso a partir de una «racionalización psicológica» previa. Sin ningún fundamento objetivo, es difícil desafiar a los gustos (para gustos hay colores y, para el campo, las flores).
Otro error que encontramos es que, como el color se procesa físicamente a través de nuestros ojos, se convierte en un fenómeno puramente visual. Sin embargo, el color es luz y la luz es la fuente de la vida. O, como observó en 1950 Faber Birren, el eminente colorista estadounidense: «el papel del color en todas las formas de vida es demasiado evidente para ser negado o ignorado». Científicamente, el color es la clave principal para la composición, es decir, lo primero que registramos al evaluar algo. Por lo tanto, se trata de una poderosa herramienta de comunicación; posiblemente, el elemento más crítico del diseño.
Es importante reconocer que el simbolismo del color, derivado de nuestras asociaciones conscientes, es una respuesta condicionada, un proceso completamente diferente de la psicología del color, que es lo que sucede en un nivel inconsciente. Sería interesante tener en cuenta también los condicionamientos culturales respecto a la lectura de los simbolismos del color, ya que, cuando pelean con su significado psicológico universal, prevalece la lectura inconsciente.
Recurso:
Micco Groenholm (2010): Color Psychology (the «Colour Affects» system). Este artículo se basa en gran parte en el trabajo de Angela Wright (psicóloga del Hospital Queen Mary, Roehampton, Inglaterra y Carmel, California, EE. UU.) Wright estudia los procesos de pensamiento inconsciente y la dinámica de la armonía del color en su exploración de la psicología del color.
Fotografía: SciHi Blog. Johann Wolfgang von Goethe and his Theory of Colours.
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