Fatiga del Museo y Estudios de Visitantes

Fatiga del Museo y Estudios de Visitantes

Hace más de 100 años se comenzó a estudiar lo que hemos denominado «fatiga museística» (Gilman, 1916), desde un punto de vista meramente psicológico. Edward S. Robinson, fue el primero en llevar a cabo una investigación extensa y sistemática sobre los visitantes de los museos. Según él, si los visitantes no llegan a tener una idea clara sobre cuál es la misión del museo en su visita, tanto ésta como la perspectiva de los curadores deberían ser cambiadas (Hood, 1993: 18). A finales de la década de 1990, la necesidad de transformación en la gestión de los museos alcanzó un decisivo punto de inflexión, hecho que vino respaldado por la difusión de una nueva noción del museo y su papel en la sociedad (Adams, 1999; Briggs, 2000; Hooper y Greenhill, 2000): «los museos pasan de ser lugares de exclusión a lugares de inclusión» (Coee, 2008); «de lugares de educación a lugares de aprendizaje, o mejor dicho, a lugares de libre elección o entornos de aprendizaje informal» (Kelly, 2004: 47). «Los museos deben ser mediadores en la difusión de información y conocimiento para que un amplio conjunto de usuarios acceda a ellos utilizando sus propios términos, a través de su propia elección, y dentro de su propio lugar y tiempo» (Kelly, 2004: 47). En 1999, Weil argumentó que los museos debían cambiar su visión de «ser algo», para transformarse en «ser para alguien», fortaleciendo el papel de respuesta hacia sus visitantes (Lang, Reeve y Woollard, 2006; Ocello, 2011). Los desafíos a los que se enfrentan los museos en la actualidad han dado lugar a un cambio conceptual, pasando»de ser instituciones principalmente dirigidas por curadores a convertirse en entidades sensibles con sus visitantes, centrándose en las necesidades de las audiencias y de su aprendizaje» (Kelly, 2004: 48-49).

Desde hace unos años se ha estado aplicando un enfoque centrado en los visitantes, a los que se considera un vehículo para lograr la sostenibilidad del museo, que se transforma así en una entidad accesible (Villeneuve, 2013; Di Pietro et al, 2014). Por esta razón, se han llevado a cabo investigaciones focalizadas en el desarrollo de la audiencia y en su evolución social, lo que se refleja en resultados relevantes que deberían ser aplicados a todos los museos contemporáneos. Así, desde el comienzo del siglo XXI, se han editado manuales, creado herramientas y directrices, programado conferencias… en todo el mundo, para apoyar a las instituciones culturales en este proceso de cambio a mejor. Muchos museos ya han adoptado una estrategia o plan de desarrollo de visitantes. El análisis de la audiencia es un dominio interdisciplinario que incluye la museología y la educación, la sociología y la psicología, el ocio y la ciencia de la información, el estudio del comportamiento del consumidor y el marketing. De hecho, todas estas disciplinas se hallan comprometidas con el objetivo de «alcanzar e involucrar a las personas en las comunidades locales mediante el aumento del número o tipos de las que podrían participan en las actividades del museo, así como del nivel de participación de una audiencia existente. Estos objetivos incluyen servir tanto a nuevas audiencias como a las actuales» (Connolly y Hinand Cady, 2001: 7).

Desde finales del siglo pasado, se han producido importantes innovaciones en lo que respecta a los estudios de museos. La investigación ha sido aplicada a los cambios sociales (envejecimiento de la población, emigración, crisis económica, etcétera), con la intención de atraer y satisfacer a un nuevo público (nativos digitales y milenials, entre otros). En nuestro ámbito profesional se ha debatido y, finalmente compartido, una innovadora noción de museo, alentando a estas instituciones a transformarse en algo más relevante y receptivo para la sociedad. Con el objetivo de comunicar a los visitantes una misión clara del museo, la investigación de la audiencia también ha desarrollado progresivamente un enfoque teórico, dirigiéndose a las «no audiencias» e implementando novedosos métodos y técnicas (investigación cualitativa, entre otras). Como consecuencia de todo ello, la participación de los visitantes adquiere un papel primordial en los museos modernos (o debería): esta participación y compromiso del público se ha implementado a través del uso de las TICs, promoviendo el entretenimiento educativo, la interactividad, las experiencias inmersivas y los entornos narrativos.

Dejando atrás los avances y logros, en lo que tiene que ver con los estudios de museos, enumeramos algunos posibles desarrollos que aún están pendientes de ser resueltos:

  • Debemos prestar mucha más atención y consideración a la composición en la diversidad cultural de nuestra sociedad. Los estudios confirman que los programas dirigidos a la multiculturalidad se han desarrollado en museos etnológicos, antropológicos o históricos (Horn, 2006; Hautio, 2011; Dixon, 2012; Johler, 2015; Schorch, 2015), en lugar de hacerlo en los de arte, que parecen ser ajenos a esta realidad multicultural (Ang, 2005). Se imponen algunos cambios para innovar el enfoque de los museos de pensamiento convencional hacia las nuevas audiencias.
  • La investigación de los públicos del museo debe convertirse en un recurso compartido para desarrollar la «práctica del aprendizaje en el museo» (Kelly, 2004), intercambiando entre museos experiencias, métodos y objetivos, y promoviendo redes culturales interdisciplinarias formadas por ellos en todo el mundo (Innocenti, 2014 y 2015).
  • Potenciar la capacidad de evaluación de los visitantes en los profesionales de los museos (Steele-Inama, 2015). Este enfoque permitiría la comparación entre los diferentes estudios realizados por los museos y los resultados obtenidos, dentro de un marco internacional que identifique ejemplos de mejores prácticas para el análisis de la calidad (Kirchberg y Kuchar, 2014). Se promueve así la innovación dentro del ejercicio de la investigación, transformándose en un proceso más colaborativo, interdisciplinar y democrático (Patriarche et al, 2014).
  • La investigación de los visitantes debe dar respuestas a la falta de asistencia del público en los museos, profundizar en la investigación sobre las necesidades de las diversas audiencias y mejorar los niveles de comprensión a través de estudios cualitativos (Kirchberg y Kuchar, 2014).
  • La creación de nuevas estrategias para involucrar al público no debe descuidar el desarrollo de la innovación aplicada a los contenidos de los museos. Para convertirse en organizaciones de relevancia social, es esencial que los museos desarrollen nuevos contenidos y que estos coincidan con los diferentes niveles de comprensión de las personas (accesibilidad) (Montella, 2009; Cerquetti, 2014).

Cuando revisamos los diferentes estudios y bibliografía llegamos a la conclusión de que la investigación teórica proporciona sugerencias útiles que pueden ser aplicadas a los museos, no solo para mejorar  estudios posteriores sino también su gestión, particularmente en el desarrollo de una comunidad de instituciones que necesitan las unas de las otras para promover el incremento de sus audiencias y fidelizar las que ya tienen. Una cooperación mucho más fuerte entre los estudiosos (universidad) y los profesionales de los museos, podría ser un buen punto de partida.

Es evidente, pues, la creciente atención que se presta al desarrollo de la audiencia en el sector de los museos. Las opiniones de algunos gurús nos hablan de los logros y avances en los estudios que se realizan actualmente, de su enorme importancia, y destacan los problemas emergentes y los desafíos futuros para la supervivencia de los museos. El análisis de documentos sobre el desarrollo de la audiencia, confirma el papel central que las tecnologías digitales tienen en la actualidad para lograr una innovación museística, tanto para la mejora de la calidad del servicio, como para llamar la atención de un público nuevo y mantener el que ya existe. En lo que respecta a los estudios de visitantes, observamos un mayor cuidado en los métodos de evaluación y un interés más profundo hacia los diferentes grupos, más allá de las categorías socio-demográficas tradicionales. Sin embargo, el enfoque sobre los inmigrantes todavía es deficiente en todas estas investigaciones, salvo en algunos proyectos muy puntuales sobre educación para la integración. Internamente, desde el punto de vista de la gestión del museo, se debe promover el logro de objetivos en cuanto a la misión y la maximización en la creación de valor para la sociedad, implicándose, sobre todo, en lo que respecta a la innovación de políticas culturales. Concretamente, se requiere, entre otras cosas, más investigación sobre el marketing de los museos.

En resumen, más es mejor: para aumentar el número de visitantes (más), se requiere una investigación más profunda del público y la aplicación de una mejor estrategia de comunicación.

Recursos bibliográficos:

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Fotografía: «Museum Fatigue», Kelley Dallas.


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