Mediación Educativa en el Museo Moderno

En la etapa actual del desarrollo de la sociedad se produce la modificación del paradigma museístico. Hoy, el museo es el espacio abierto para la vida social, cultural y creativa. Como dicen los expertos, las transformaciones importantes del espacio museístico requieren una reinterpretación del concepto de “museo”, en particular, lo que tiene que ver con la nueva actividad educativa de la institución. Si en el siglo XX la calidad de las exposiciones se definía tradicionalmente de acuerdo a esquemas científicos centrados en los elementos y colecciones del museo, a principios del XXI se consideraban las valiosas líneas directrices en la originalidad de la interpretación de dichas colecciones. Actualmente, las exposiciones y los proyectos educativos son el resultado de la investigación científica y de una búsqueda creativa individual. En ello influye la comunicación cultural e intercultural contemporánea, que traslada el mensaje del museo del ámbito de la “declaración” y del “monólogo” al del “diálogo” y el “polílogo”. La diversidad de formas de interpretación de la información museística acumulada adquiere una mayor importancia.

Podríamos considerar las siguientes direcciones como elementos prioritarios para el desarrollo de la actividad educativa del museo moderno:

• Gestión de acuerdo con las exigencias del momento.
• Focalización sobre las necesidades de los consumidores del servicio del museo, teniendo en cuenta los cambios en el público objetivo y buscando las posibilidades de involucrar a diferentes grupos sociales y sociedades.
• Introducción de nuevas formas de actividad educativa utilizando decisiones creativas y no estándar.
• Utilización de tecnologías modernas de la información y la comunicación, etc.

El espacio de comunicación del museo combina las características del espacio cultural y de información en el contexto de la actividad del museo – o de cualquier institución tipo museo -. Hablamos de un espacio donde el discurso cultural se modela acorde con el nivel de comprensión, creación y demostración de las colecciones. A través de la mediación, es posible englobar todos los procesos de comunicación de un museo, los métodos de su realización y los canales de transmisión de información. La comprensión científica de la actividad museística se lleva a cabo en los trabajos de investigación desarrollados en diferentes campos del conocimiento humanitario.

La monografía de la experta estadounidense en museos Nina Simon (2010), ilustra varios aspectos de la naturaleza y esencia del museo como institución social, y considera, particularmente, la mediación como parte de la comunicación del museo basada en posiciones educativas y de comportamiento entre éste y la sociedad. El estudio explora las nuevas formas de interacción en el espacio del museo, así como el surgimiento de un nuevo fenómeno, “El Museo Participativo”. El experto en museos inglés E. Hooper-Greenhill (1991) realizó una contribución fundamental al estudio de las nuevas formas educativas de los museos, prestando especial atención a la interpretación de la cultura visual en el contexto del museo de arte (Hooper-Greenhill, 2000). Esta investigación interdisciplinaria examina el proceso de construcción de significado, y analiza cómo se desarrollará la actividad educativa en el futuro. Según el autor, no sólo el experto en museos es capaz de otorgar significado a los elementos agrupándolos y representándolos, sino que todo visitante puede ampliar los límites de las interpretaciones ya existentes. Desarrollando esta teoría, E. Hooper-Greenhill (1991) afirma que los museos deben ser analizados como sistemas comunicativos artificiales que utilizan, intencionalmente, signos y señales que pueden ser tanto tema de investigación social como educativa. Considerando el museo como un espacio para la educación (Hooper-Greenhill, 1991), el autor señala que la formación de un concepto fundamentalmente nuevo (de esta actividad) en la institución ha supuesto un paso importante en la forma de interactuar museo y visitante. Subraya, además, que ese cambio de dirección requiere que el museo se concentre en las necesidades de su público. Carmen Mörsch, directora del Instituto de Investigación para la Educación Artística de la Universidad de las Artes (Zurich, Suiza), experta en mediación cultural, también hace referencia a que el museo moderno ha de desarrollarse constantemente, focalizándose en las necesidades de los consumidores de sus servicios y utilizando decisiones creativas no estándar (Mörsch et al, 2017).

Las características sociales y económicas contemporáneas del desarrollo de la sociedad exigen algunos cambios en la estrategia tanto económica como de comunicación de los museos. Para éstos – en su calidad de focos de comunicación en el espacio cultural -, el resultado importante de su actividad debiera ser establecer un diálogo constante y constructivo con la audiencia. La comunicación en el espacio del museo a través de sus exposiciones o territorios tiene su propia especificidad, ya que los temas, el estilo y los métodos empleados a la hora de trasmitir están determinados por su tipo, por la información contenida en los objetos, etc. El vector de desarrollo del museo marcará el rumbo y la forma de trabajar con los visitantes. Los administradores de los museos modernos pretenden ampliar las posibilidades de la interpretación de la colección, que se presenta de diferentes formas de acuerdo con el nivel y el tipo de educación del público (en particular, las exposiciones que crean una impresión de multicapa, multinivel, que permite al visitante pasar de un nivel a otro). Desde la institución que determina el nivel de conciencia social alcanzado, el museo se convierte en el fenómeno cultural que aporta dinámica progresiva a esta conciencia.

Consideremos en detalle los conceptos de «mediación», «mediación cultural», «mediación de museo». La profesión de mediador nació en la antigua Grecia. Etimológicamente, la palabra «mediación» proviene del término «medio». Hoy en día, se utiliza en diferentes contextos. Por ejemplo, desde el punto de vista legal, la “mediación” es el método de investigación previa al juicio del conflicto, donde el mediador actúa como un tercero neutral. La “mediación” es la noción central en la filosofía hermenéutica y reflexiva de Paul Ricoeur: es a través de la mediación de la propia cultura como se percibe y comprende el mundo y su propia identidad (Ricoeur, 2008). En el campo de la cultura, el concepto de “mediación” se emplea, por regla general, para el análisis de formas de difusión de ideas y productos culturales, es decir, en las actividades mediáticas. Según los investigadores, el término “mediación cultural” se utilizó por primera vez en Quebec, en el año 2000, para definir la estrategia de actividad cultural dirigida al intercambio y conocimiento entre personas y objetos culturales (Sinicyna, 2017, p. 68). El objetivo principal de la mediación cultural es la democratización cultural de la sociedad, su inclusión en el diálogo con la cultura. Puede ser, además, un componente de la política cultural, como en el caso de Montreal que, en 2005, se convirtió en el principal método de desarrollo cultural. La filosofía de la mediación cultural en Montreal fue la siguiente:

• Contacto cercano, directo y personal del público con un experto en cultura y con diferentes formas de expresión cultural (debates, trabajo creativo colectivo, excursiones, animaciones, etc.).
• Especial atención al nivel de conocimiento y habilidad del público para adaptar la mediación a los diferentes grupos sociales (edad, estatus social, sistema de valores, forma de vida, tradiciones, condición física, etc.).
• Experimentos con formas de participación en la mediación; se trata de formas innovadoras de comunicación de información – a través de la asociación y la interacción – que proporcionan comunicación entre diferentes grupos de población, expertos en cultura (Chaumier y Mairesse, 2017).

En nuestra opinión, el propósito principal de este enfoque es trabajar con un amplio abanico de personas, lo que promueve el conocimiento informal con las instituciones culturales y prevé el desarrollo de la educación cultural y la integración social.

Hoy en día, la mediación se utiliza mucho en el trabajo de los museos y galerías europeos y es un ejemplo de educación para la audiencia. Por primera vez en el diccionario de la UNESCO, el término “mediación” contempla nociones contiguas de comunicación y relaciones públicas de museo, correlaciona la mediación y la interpretación como sinónimos (Desvallées & Mairesse, 2010). La museología moderna define la mediación como una forma específica de comunicación en la intersección de las actividades principales:

• Acervo científico.
• Trabajo de investigación.
• Actividad expositiva y educativa.

Gracias al proceso de mediación, se crea un campo de comprensión positiva de las partes (espacio expositivo, museo experto, visitante), promoviendo la búsqueda de nuevas opciones aceptables para todos los participantes de la comunicación. Esta estrategia específica moviliza diferentes métodos, medios y tecnologías con el fin de actualizar un artículo de museo y presentarlo al visitante. El resultado es la formación de una actitud personal hacia el contexto histórico, que puede inspirar el proceso de autoconocimiento, dando la razón a quienes consideran el museo como una institución cultural única donde, a través de la mediación, es posible acceder a la realidad circundante.

La mediación, como forma de actividad educativa del museo, supone que todos los visitantes que participan en el diálogo son iguales, y que el trabajador del museo, a través de diferentes preguntas, dirige su actividad, es decir trabaja como navegante. Cabe señalar que el mediador no se posiciona como experto, no da una evaluación preformada de las exhibiciones, sino que participa en el proceso de su formación con los visitantes. Su trabajo implica la improvisación, la capacidad de tomar una posición crítica en cuanto a las declaraciones de la audiencia y la corrección del curso de la discusión.

Durante el contacto directo con los visitantes del museo, el mediador utiliza los siguientes enfoques:

• Informativo (presentación razonada de información a determinada audiencia).
• Científico (neutral, susceptible de ser analizado, descrito, predicho, comparado, experimentado, etc.).
• Sensible (permite que el participante de la mediación sienta, pruebe algo); cinestésico (moviliza el cuerpo y el movimiento en el espacio).
• Lúdico (permite construir el proceso educativo durante el juego).
• Emocional, etc. (Sinicyna, 2017, p. 72).

El papel del mediador en el museo es la promoción adicional del diálogo e intercambio de conocimientos. En los museos nacionales e instituciones tipo museo, la mediación, como una forma de actividad educativa, se encuentra en la etapa inicial de desarrollo. En concreto, en el año 2013, se introdujo el cargo de mediador en el “Pinchuk Art Center”. Los mediadores son los empleados de la institución de arte que trabajan directamente en la exposición y están preparados para explicar a los visitantes lo que contemplan frente a ellos (pintura, escultura, instalación, performance). Por regla general, se trata de estudiantes de humanidades, principiantes en estudios de arte y artistas jóvenes. Los mediadores del Pinchuk Art Center deben tener un buen conocimiento de las artes (historia desde la antigüedad hasta el presente, diferentes géneros, teoría del arte, direcciones filosóficas y escuelas, cientos de nombres que deben compararse instantáneamente con sus logros creativos), y ser capaces de explicarlo a diferentes niveles de “inmersión”: desde el básico al profesional. Teniendo en cuenta el hecho de que entre los visitantes del museo se encuentran muchos extranjeros, es importante conocer otros idiomas (principalmente inglés). El mediador debe mantener fácilmente el contacto con el visitante, si es necesario realizar una mini-excursión, conocer las peculiaridades del trabajo de la institución, resolver situaciones conflictivas, organizar personas, responder sencillas preguntas. También es su deber cumplir con las normas del museo: no tocar ni acercarse a las exposiciones; ni llevar mochilas y bolsas en las manos o dejar líquidos en las salas de exposición, etc. («Komanda mediatoriv», 2013). De acuerdo con las tendencias de los museos europeos, el Complejo del Museo Nacional de Arte y Cultura “Mystetskyi Arsenal” invita regularmente a mediadores a sus proyectos expositivos y organiza su formación. La estrategia de comunicación utilizada en el proceso de mediación del museo revela nuevos métodos y medios para llamar la atención sobre sus elementos del museo, presentando sus peculiaridades únicas.

Cabe señalar que en el mundo moderno la mediación museística como forma de actividad educativa trasciende las fronteras del espacio museístico. Ejemplo de ello es que los museos están creando portales de internet y grupos en redes sociales. Este enfoque parece ser muy eficaz, ya que proporciona información para una gran audiencia de suscriptores interesados ​​en la vida del museo y en las posibilidades de obtener retroalimentación. El hecho de la existencia del museo en el espacio mediático, por regla general, contribuye a su popularidad e influye positivamente en el desarrollo del ámbito cultural en su conjunto. Los expertos en educación museística John H. Falk y Lynn Dierking afirman que esto facilita el diálogo abierto entre el individuo y el espacio del museo; dicho diálogo está influenciado por las relaciones sociales, y por factores socioculturales y personales (Falk y Dierking, 2012). En este espacio museístico, la mediación abre los caminos para la representación de los valores históricos y culturales en aquellas formas más aceptables para el visitante.

Se ha comprobado que para el museo – en su calidad de foco de comunicación en el espacio cultural – el resultado importante de su actividad es el establecimiento del diálogo estable y constructivo con su público. De hecho, al rechazar el modelo paternalista, se convierte en un mediador capaz de empatizar con el ánimo y las demandas de la sociedad.

Recursos bibliográficos: