La sociedad se está transformando, al ritmo de los cambios, en cuanto a hábitos y formas personales de enfrentarse a la realidad del hoy. Algunos de nosotros recordamos cuando oímos por primera vez la palabreja «arroba» (@), ligada invariablemente a las otras cinco direcciones de correo electrónico que existían en todo el país (las de otros cinco profesores de universidad). También recordamos el ruido del modem, que no eran los gritos del extraterrestre al que estaban torturando muy lentamente dentro de aquella cajita infernal llena de cables. Las nuevas generaciones no han visto nada de eso, no saben vivir sin un smartphone en la mano, sin WhatsApp, sin FaceTime, sin estímulos audiovisuales de todo tipo. Hay bebés que ya saben manejar las tabletas ante el regocijo de sus padres. Hoy en día se lee poco y se mira mucho. Vivimos en una sociedad cambiante donde esa transformación se produce a todo trapo.
Y en relación a todo esto, los museos observan esta forma de vida en sociedad y se dan cuenta de que tienen que evolucionar al mismo ritmo de cambio, o mal asunto. Lo cotidiano ya no funciona, y por ello deben estar a la altura de las expectativas de los visitantes. Los museos que se hacen viejos se están quedando vacíos, es una verdadera pena. Lo que para nuestra generación es una experiencia romántica, para otros es añeja, pasada y aburrida. No nos queda más remedio que intentar entender cómo funciona el mundo de hoy desde el punto de vista de lo «nuevo» y aplicar esas reglas. Y es que son ya la mayoría de los visitantes a los museos los que opinan que estas instituciones están haciendo bien su trabajo cuando sorprenden, deleitan y asombran.
El público se acerca al museo para observar un objeto real, para aprender cosas nuevas, para ampliar su conocimiento del mundo. Esa búsqueda por parte del visitante dignifica la existencia del museo desde el punto de vista tradicional, dejando de verse en la obligación de convertirse en un parque temático. Pero no nos olvidemos de que el visitante también entra en el museo con el afán de experimentar, de recibir sensaciones positivas. Y es aquí donde nos debemos parar a reflexionar sobre el equilibrio, sobre qué es de lo que hoy ya no se puede prescindir como soporte en el museo y sobre lo que resulta absolutamente innecesario. El uso de los avances tecnológicos aplicados a la museografía deben estar justificados.
¿En qué caso el uso de las nuevas tecnologías sirve para enriquecer la experiencia del visitante en el museo? ¿Cuándo deberían los museos responder a las expectativas de los visitantes y cuándo habría que desafiarlas? Para contestar correctamente a este tipo de interrogantes el museo debe conocer a fondo cuál es su misión, su objetivo, el valor añadido y diferenciador que puede ofrecer a sus visitantes.
Existen mejoras que, obligatoriamente, han de estar en el programa de modernización de todos los museos. Hablamos de cosas como el uso de plataformas digitales en Internet (website) que ofrecen información del museo y que permite al visitante poder programar su visita; la venta de entradas en línea es imprescindible; venta de merchandising, recomendaciones sobre las actividades del entorno al museo, incluso una guía de hostelería. Pero volvamos al meollo del asunto, no podemos afrontar los cambios sin conocer a fondo a nuestro público potencial. Para aumentar el valor diferenciado del museo hay que tirar de las leyes del marketing, no nos queda otra. Es aquí donde la línea que separa el concepto de institución del de empresa y producto se hace increíblemente fina. Que los románticos no se lleven las manos a la cabeza, se trata de un ejercicio de supervivencia.
Para terminar, nos gustaría recordar que no todo son obstáculos que hay que saltar para mejorar la experiencia del museo. La evolución de la «tecnología social» nos va a facilitar mucho las cosas de muy diferentes maneras. En muy poco tiempo el 90% de los visitantes de los museos dispondrá de smartphone, algo importante que habrá que saber aprovechar. El museo deberá crear un vínculo útil con el público a través del uso de su app en todas sus variables, con especial atención al potencial de la realidad aumentada. La aparición de los Beacons (entre otros sistemas que se están desarrollando actualmente) es también un hito que habría que utilizarse a fondo. La relación de apps y websites en internet supone un regalo para los museos que sepan darle uso de cara a su público. Muchas de estas aplicaciones son freeware, no tienen costes, solo requieren imaginación.
En conclusión, un gran número de visitantes acude a los museos con expectativas preconcebidas que, tras la visita, esperará ver satisfechas. Por lo tanto, poder atribuir una de estas cinco motivaciones relacionadas con el perfil de usuario, o algún otro grupo de motivaciones relacionadas con la identidad, proporciona cierta medida de previsibilidad sobre cómo serán las experiencias del visitante; experiencias, por supuesto, únicas, como también lo es cada museo. Es probable que ambos se enmarquen dentro de los límites definidos social y culturalmente de cómo una visita al museo permite cosas como exploración, facilitación, búsqueda de experiencias, apoyo profesional y de pasatiempos, y rejuvenecimiento en el tiempo libre. Sin duda, se podrían dar otro tipo de experiencias, pero parece que la mayoría de los visitantes buscan y promulgan esas necesidades alternativas con relativa poca frecuencia. De todos modos, esas categorías específicas no son importantes: todas resultan fluidas y es probable que varíen en función del museo, el lugar y la situación. La idea clave conectada en este modelo de motivaciones relacionadas con los perfiles es la importancia de comprender profundamente por qué las personas eligen visitar su museo.
La lente de las motivaciones del museo relacionadas con la transformación digital nos proporciona una ventana única a través de la cual poder entender la manera adecuada de satisfacer las necesidades de los visitantes del museo; nos permite comprender mejor la naturaleza de la experiencia en el museo y potencialmente mejorarla si gestionamos correctamente los datos recolectados. La evidencia inicial sugiere que las aplicaciones de este modelo pueden permitir mejorar dramáticamente las experiencias de los usuarios actuales del museo, aumentar la probabilidad de que los ocasionales se conviertan en habituales y aportar formas nuevas y mejoradas de atraer a grupos de personas que históricamente no piensan en los museos como lugares que satisfagan sus necesidades. Nuestra esperanza es que la tecnología proporcione una herramienta útil y práctica que permita a los profesionales de los museos diseñar experiencias cada vez más atractivas, satisfactorias y memorables para los visitantes.
Recursos bibliográficos:
American Association of Museums. (1998): Data report: From the 1996 national museum survey. Washington, DC: American Association of Museums.
Bourdieu, P. y Darbel, A. (1991/1969). The love of art: European art museums and their public (C. Beattie & N. Merriman, Trans.). Cambridge: Polity Press.
Falk, J. H. y Storksdieck, M. (2005): Using the Contextual Model of Learning to under- stand visitor learning from a science center exhibition. Science Education, 89, 744-778.
Koke, J. (2009): The use of identity-related motivations to frame experiences and design at the Art Gallery Ontario. Paper presented at the Annual Meeting of the American Association of Museums, May 1, 2010, Philadelphia, PA.
McGaugh, J.L (2003): Memory & emotion: The making of lasting memories. New York: Columbia University Press.
National Science Board (2012): Science and Engineering Indicators: 2011. Washington, DC. Government Printing Office.
Gillespie, K. L. y Falk, J. H. (en edición). Factors influencing memories of a science center visit: A qualitative analysis. Curator.
Falk, J.H. (2006): An identity-centered approach to understanding museum learning’. Curator, 49:2, pp 151-166.
Christiansen, C. P. y Hansen, F. (2001): The use of social psychological and applied value research for the measurement of cultural differences among consumers’. Asia Pacific Advances in Consumer Research, Vol. 4, pp 5-22.
Falk, J. H. y Dierking, L. D. (2013): The museum experience revisited, Walnut Creek, CA: Left Coast Press.
Jensen, T. J. y Lundgaard, I. B. (2012): User Survey, Copenhague: Danish Agency for Culture.
Falk, J. H. (2009): Identity and the museum visitor experience, Walnut Creek, California, Estados Unidos: Left Coast Press.
Doering, Z. D., y Pekarik, A. (1996): Questioning the entrance narrative. Journal of Museum Education, 21:3, pp 20-25.
Bruner, J. y Kalmar, D. A. (1998): Narrative and metanarrative in the construction of self. In M. Ferrari & R. J. Sternberg (Eds.) Self-Awareness: Its nature and development (pp 308-331), Nueva York: The Guildford Press, p 326.
Bakhtin, M. (1981): The dialogic imagination: Four essays. (editedo por M. Holquist, traducido por: C. Emerson & M. Holquist), 1981, Austin, Texas, Estados Unidos: University of Texas Press.
Simon, B. (2004): Identity in modern society: A social psychological perspective, Oxford, Reino Unido: Blackwell, p 3.
Erikson, E. H.(1968): Identity: Youth and crisis, Nueva York: Norton, p 190.
Falk, J. H., Heimlich, J. y Bronnenkant, K. (2008): Using identity-related visit motivations as a tool for understanding adult zoo and aquarium visitors’ meaning making. Curator, 51:1, pp 55-80.
Buchanan, T., W., y Lovallo, W., R. (2001): Enhanced memory for emotional material following stress-level cortisol treatment in humans. Psychoneuroendocrinology, 26:3, pp 307-317.
Hamann, S. (2001): Cognitive and neural mechanisms of emotional memory. Trends in Cognitive Sciences, 5(9), pp 394-400.
Staus, N. L. (2012): Crossing the Cartesian divide: An investigation into the role of emotion in science learning. (Unpublished doctoral dissertation), Oregon State University, Corvallis.
Falk, Staus, N. y Falk, J. H. (2009) : The role of emotion in ecotourism experiences. In R. Ballantyne & J. Packer (eds.). International Handbook on Ecotourism, in press, Cheltenham, Reino Unido: Edward Elgar Publishing Limited.
Falk, J. H. y Dierking, L. D. (2013): The museum experience revisited, Walnut Creek, California, Estados Unidos: Left Coast Press.
Blokland, S. (2013): The use of identity-related motivations to understand Dutch museum-goers. Tesis no publicada. Reinwardt Academy.
Si quieres recibir nuestro newsletter, y/o la bibliografía y recursos asociados al artículo de hoy, pídenoslo en el boletín adjunto, dejando claro que solicitáis la bibliografía y los recursos asociados al artículo, por favor. Si quieres recibir los artículos por correo electrónico completa el campo correspondiente en el formulario de inscripción que encontrarás en la cabecera de esta página. Tu dirección de correo electrónico será utilizada exclusivamente para enviarte nuestros newsletters, pudiendo darte de baja en el momento que quieras.