En el año 2016, el director ejecutivo de «Six to Start«, Adrian Hon, escribió un artículo para Medium titulado: «La realidad virtual acabará con los museos».
Tras disfrutar de una experiencia positiva de realidad virtual usando visores Oculus Rift D2K en 2015, que contrastaba con otra negativa vivida en un museo físico – básicamente debida a las grandes multitudes generadas por largas colas y a las dificultades para conocer de cerca muchas de las exposiciones -, Hon declaró que la realidad virtual iba a ser una mejora para lograr una «realidad muy imperfecta» que ofrecerían los espacios de los museos. Estamos al borde del «Netflix de los museos», según Hon, dentro del cual el acto de visitarlos será reemplazado, en gran medida, por la transmisión de contenido del museo en casa, como ha sido el destino de la industria audiovisual en los últimos años.
Hon explicaba: «Puede parecer absurdo preocuparse por el «Netflix de los museos». ¡Apenas un millón de personas en todo el planeta poseen en la actualidad dispositivos de realidad virtual de alta gama! Pero en el espacio de solo dos décadas, hemos visto como Internet destruía efectivamente toda la industria de la prensa en papel, los periódicos. No es difícil ver que los museos en entornos de realidad virtual pasen de ser una curiosidad irrisoria a eliminar las cifras de asistencia a los museos al mismo tiempo».
Y todo ésto ocurría antes de que la pandemia de COVID-19 catapultara todas las formas de XR desde un accesorio de nicho a una alta prioridad. Durante los últimos 18 meses, las instituciones culturales de todo el mundo han estado utilizando realidad aumentada, realidad virtual y opciones de realidad mixta como una forma de conservar la relación con sus visitantes, ofreciendo contenido digital que los usuarios podían disfrutar desde la seguridad de sus propios hogares.
¿Podríamos decir, entonces, que Hon tiene razón? ¿Estamos mirando hacia un futuro en el que los museos de realidad virtual brindarán una mejor experiencia que el museo físico en sí? Una crítica común a la realidad virtual es que no puede reemplazar la satisfacción de ver presencialmente una colección o una obra de arte. ¿Por qué conformarnos con una réplica virtual de la Mona Lisa cuando es posible ver la pintura al natural?
Probablemente, la respuesta es que, la mayoría de las veces, un viaje al Louvre, con el costo que supone, no es garantía, en absoluto, para lograr una buena visión de la obra maestra. La Mona Lisa está encerrada detrás de una gruesa capa de vidrio protector, una barrera y una multitud omnipresente de espectadores con los móviles en ristre. En muchos casos, será todo un desafío acercarse a Ella; y si se consigue, apenas tendremos tiempo para apreciar los exquisitos detalles de, posiblemente, la obra de arte más famosa del mundo.
Es por eso que experiencias domésticas como la exposición de realidad ampliada «Mona Lisa: Behind the Glass» han captado la atención de muchas personas en los últimos meses. Esta versión casera de la experiencia de realidad virtual en el lugar, les dio a los fanáticos de Da Vinci la oportunidad de observar y explorar cada pequeño detalle de la pintura sin tener que chocar con otros 20.000 visitantes físicos en su emplazamiento físico del Louvre.
Por supuesto, este encuentro virtual intensificado también supone disfrutar de imágenes en movimiento, sonido y diseños interactivos adicionales sobre la experiencia principal, transportando a los espectadores a través del tiempo y el propio tema. En este sentido, podríamos argumentar que la realidad virtual posee una gran ventaja sobre la experiencia del museo tradicional. Entonces, ¿por qué es tan poco probable que encuentres profesionales digitales de alto nivel en un museo que defiendan la XR?
Como todos sabemos, visitar un museo es, y siempre ha sido, mucho más que recorrer una sala con cuadros colgados de las paredes y objetos dentro de vitrinas. Se requiere la creación de una experiencia de museo que garantice el entretenimiento, informe e inspire, ya sea en modo individual o en grupo. No importa si se trata de un día con los niños o una jornada agradable en la que pasear a solas por una galería junto a otros visitantes que hablan en voz baja, el valor de una visita física al museo sigue siendo tan atractivo como siempre; ahora incluso más, cuando hemos comenzado a recuperar nuestras libertades después de los cierres forzosos de la pandemia de coronavirus.
Y de todos modos, ¿quién dice que deberíamos tener que elegir entre el mundo real y el virtual? Como explicaba Chris Cloud, Director de Comunicaciones y Marketing del Museo de Arte Contemporáneo de San Diego en una entrevista reciente con Museum Next, las tecnologías digitales tienen un papel crucial que desempeñar para impulsar el museo físico.
«No quiere decir que las experiencias digitales y el trabajo de los museos en línea reemplazarán o reducirán la demanda de visitantes de EVR [en la vida real]. Cuando es seguro hacerlo, veo a muchas personas que desean reunirse nuevamente en el espacio de la carne… Creo que será mucho más fácil generar un sentido de anticipación y hacer que las personas quieran visitar en persona si sienten un sentido de pertenencia».
Esa «pertenencia» se puede generar en casa, o en cualquier otro lugar con una conexión a Internet, pero lo más importante es que todos los caminos conducen en última instancia al museo en sí.
Sin la base firme de un museo, la realidad virtual podría centrarse demasiado en el truco y poco en los objetos reales y las obras de arte que se exhiben. Incluso Hon, cuando visitó el submarino virtual S518 Nazario en el Galata Museo del Mare, admitía: no aprendí mucho de la visita, aparte de comprobar que los submarinos son pequeños».
La pandemia nos ha enseñado que la realidad virtual es una herramienta útil y a menudo necesaria para los museos, pero también que las personas extrañan la experiencia de visitarlos en persona. Una encuesta realizada por Tiqets recogió de los encuestados qué es lo que más extrañaron durante el encierro, y el 50% dijo que los museos y las atracciones estaban los primeros en su lista.
Seguramente una experiencia híbrida que ofrezca a los visitantes opciones y flexibilidad podría ser la clave. La realidad virtual resulta crucial para el desarrollo de un futuro más rico y envolvente, en el que las personas serán capaces de visitar espacios en persona y profundizar a través de medios digitales. El uso de la realidad virtual en museos y galerías se está convirtiendo, de forma rápida, en la norma; pero ¿qué significa esto para el futuro del sector cultural en su conjunto?
Consultas: info@evemuseos.com
Recurso:
Tim Deakin (2021): Anything you can do in a museum, VR can do better… discuss. Museum XR – Museum Next.
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