Los museos son potencias educativas.
Sabías que…:
- Los museos gastan millones al año en educación. Un museo medio dedica las tres cuartas partes de su presupuesto educativo específicamente a los estudiantes de K-12.
- Los museos reciben millones de visitas cada año de estudiantes en grupos escolares.
- Los museos crean programas educativos en matemáticas, ciencias, arte, alfabetización, artes del lenguaje, historia, cívica y gobierno, economía y conocimientos financieros, geografía y estudios sociales, a menudo adaptados a las necesidades de los estándares curriculares estatales y locales.
- Cada año, los museos brindan millones de horas de instrucción para programas educativos, como las visitas guiadas para estudiantes, visitas del personal a las escuelas, divulgación escolar a través de camionetas científicas y otras exhibiciones itinerantes, y desarrollo profesional para maestros.
Con estas estadísticas, se podría pensar que los museos son parientes cercanos de las escuelas, colegios y universidades. Sin embargo, la gente de los museos se ve obligada a aclarar, una y otra vez, que se trata, fundamentalmente, de instituciones educativas, con el aprendizaje incrustado en el corazón de sus misiones.
Quizás en el futuro los museos no tengan que dar explicaciones. Decimos esto porque parece que nos encaminamos hacia un siglo en el que los museos, como expertos en aprendizaje inmersivo, experimental, autodirigido y práctico, navegan en la corriente educativa principal, en lugar de quedarse al margen.
Uno de los principales objetivos de los estudios de futuro es observar e interpretar el patrón y el ritmo de cambio que darán forma a nuestro futuro. Por lo general, cualquier área de actividad (transporte, medicina, manufactura) se caracteriza por «eras» que comienzan y terminan con cambios transformadores e innovadores. Dentro de cada era, la gente habla de la «tecnología dominante» imperante, que podría ser una invención física, una filosofía, un suceso o un paradigma organizacional. El cambio se produce lentamente al principio; posteriormente, abarca un gran arco de progreso, a medida que las personas descubren formas de capitalizar el nuevo paradigma. Con el tiempo, el crecimiento se detiene cuando la innovación que impulsó esa era se vuelve obsoleta y ya no se adapta a las necesidades de un mundo cambiante. Una era termina cuando despega la próxima gran innovación, convirtiendo la vieja tecnología dominante en un lejano recuerdo.
Se aproxima el final de los tiempos del aprendizaje formal, definidos por los maestros, aulas físicas, grupos de edad y un plan de estudios básico, lo que algunas personas llaman la era del aprendizaje en la era industrial. Las señales que presagian esta transformación incluyen el rápido aumento de formas no tradicionales de educación primaria, como puede ser la educación en el hogar – casi un récord en preocupaciones con la situación pandémica existente -; la crisis de financiación para las escuelas a nivel estatal y local; el creciente desequilibrio de género en la educación superior; y la proliferación de contenido digital y plataformas de distribución diseñadas para transformar la naturaleza del aprendizaje en el aula.
Existen indicadores sólidos de que la próxima era de la educación se caracterizará por un aprendizaje autodirigido, experiencial, social y distribuido, diseñado para fomentar las habilidades de pensamiento crítico, la síntesis de información del siglo XXI, la innovación, la creatividad, el trabajo en equipo y la colaboración. En un futuro así, los museos pueden desempeñar un papel fundamental – como recursos para los alumnos y como profesores de profesores -, compartiendo lo que han aprendido en su último siglo de educación.
Un cambio disruptivo entre eras es una época de desafíos y oportunidades: desafíos para la estructura de poder existente y para aquellos que prosperan bajo el viejo paradigma; oportunidades para que surjan nuevos actores y para que grupos previamente desatendidos se conviertan en los suyos. Un cambio fundamental en las teorías que subyacen al sistema educativo de la mayoría de países del primer mundo sacudiría los cimientos de nuestra sociedad, manteniendo la promesa de corregir las desigualdades que la estratifican y que obstaculizan su movilidad económica. En este momento, esta década es nuestra ventana de oportunidad para influir en la dirección que tomemos en el futuro. Necesitamos visualizar el potencial que podrían surgir de las cenizas de la era antigua a medida que llega, eligiendo el futuro en el que queremos vivir y tomando medidas para hacerlo realidad.
Impulsores del cambio: fuerzas que dan forma al futuro de la educación, para comprender nuestras opciones, posibles futuros brillantes y oscuros que podrían suceder. Debemos conocer los motores que nos motivan a seguir. Así que nuestra convocatoria comienza con una exploración de estos impulsores del cambio.
Tres fuerzas principales dan forma al camino que tomaremos hacia el futuro:
- Las tendencias ejercen su influencia de manera constante en el tiempo, a medida que algo se vuelve más o menos común y tiene un efecto mayor o menor en el mundo.
- Los eventos o sucesos (pandemia, por ejemplo), que ocurren en un lugar y momento específicos, pueden reforzar, acelerar una tendencia o actuar en su contra.
- Las elecciones son las acciones que toman los individuos y las organizaciones para dar forma consciente al mundo.
Escuelas urbanas de adentro hacia afuera: el aumento de las oportunidades de aprendizaje después de la escuela, el verano y otras oportunidades ampliadas genera un aprendizaje fuera del edificio escolar tradicional y del horario escolar. Estas oportunidades se basan en la creciente evidencia de que, en cualquier lugar y en cualquier momento, lo que aprendemos puede reforzar y ampliar nuestros conocimientos formales, resonar en los alumnos que no prosperan en el aula tradicional y prevenir el «deslizamiento del verano» que es particularmente dañino para los estudiantes de bajos ingresos.
El fin de la escuela del vecindario: las comunidades han sido durante mucho tiempo feroces protectoras de las escuelas en sus propios patios traseros, valorando la forma en que estas mantienen a sus hijos cerca de casa, en su propio vecindario, con el apoyo de sus compañeros. Ahora, la crisis económica y la escasez de fondos estatales y locales están impulsando una ola de cierres y consolidaciones de escuelas en muchos lugares del mundo. Esto puede aumentar la disposición de los padres que están descontentos con el rendimiento escolar o las opciones escolares a optar por salir del sistema de escuelas públicas y participar escuelas chárter independientes, escuelas privadas, educación en el hogar o la no escolarización.
El declive de la educación convencional: las escuelas tradicionales están diseñadas para preparar a los estudiantes para trabajos convencionales, que son cada vez menos solicitados. Estamos viendo el declive del empleo a tiempo completo a largo plazo y el auge de la «economía de los trabajos por encargo», en la que cada vez hay más autónomos aportando partes de un trabajo. Los servicios en línea como oDesk, TaskRabbit y Gigwalk facilitan la vinculación de los trabajadores con los empleadores de manera más rápida y eficiente que la antigua agencia temporal, brindando herramientas para que cualquiera pueda juntar los ingresos de diversos trabajos. Si en el futuro muchos de nuestros hijos crecen para convertirse en TaskRabbits, puede afectar al tipo de educación, capacitación y experiencia del mundo real que necesitan para tener éxito en la fuerza laboral con trabajos ocasionales.
Nuevas tecnologías: el desarrollo de tecnología a medio plazo nos dirá lo que realmente está sucediendo dentro del cerebro humano: respuestas tanto conscientes como subconscientes. Los profesores ya están utilizando herramientas, como las analíticas de aprendizaje de Khan Academy, que les brindan comentarios en tiempo real sobre dónde se encuentran los estudiantes y qué tipo de ayuda necesitan. NeuroFocus ha implementado escáneres de electroencefalograma (EEG) inalámbricos portátiles para la investigación de mercado. A medida que el hardware se vuelva aún más pequeño y menos intrusivo, ¿cuánto tiempo pasará antes de que se aproveche para realizar un seguimiento de la atención, la concentración y el estado de ánimo de los alumnos?
Si las tendencias son como ríos, escarbando canales lentamente a través de las arenas del tiempo, los eventos disruptivos se asemejan a las tormentas que dejan impacto en el paisaje de un solo golpe. Los últimos años han estado repletos de acontecimientos que, en unas pocas décadas, creemos que dejarán una huella significativa en el futuro.
En nuestro entorno educativo en rápida evolución, las credenciales digitales (insignias) han surgido como un sistema alternativo de acreditación que permite a los alumnos crear su propio plan de estudios a partir de una amplia variedad de recursos – algunos en línea, otros cara a cara – y obtener crédito por lo que saben y lo que han logrado. En un discurso de 2011, el secretario de Educación de Estados Unidos, Arne Duncan, identificó las credenciales digitales como una importante tecnología educativa emergente que «tiene el potencial de impulsar un gran avance en la reforma educativa». La competencia HASTAC / MacArthur marcó el desarrollo de recursos de código abierto capaces de respaldar este salto cuántico.
Tanto las insignias digitales como los MOOC son disruptivos, en parte, porque brindan alternativas al status quo. Si a un estudiante no le está yendo bien en las pruebas tradicionales, puede que no importe tanto si su mochila digital está llena de pruebas de proyectos completados con éxito y logros del mundo real. Si un distrito escolar determinado no ofrece capacitación STEM de alta calidad o ha recortado la educación artística, los MOOC pueden proporcionar los medios para que los estudiantes complementen esas brechas. Pero, ¿y si una escuela fracasa por completo? Hay que disponer de soluciones y herramientas para las crisis de ausencia de acoplamiento al futuro que nos viene.
A veces, un evento puede tomar la forma de una declaración o informe reconociendo y validando la importancia de una tendencia. En 2012, se publicó un escrito que documenta que 36 estados Estados Unidos han desconectado el «tiempo sentado» (tiempo pasado en el aula) de la concesión de créditos educativos. Los estados están renunciando al tiempo de asiento de muchas maneras diferentes (basando los créditos en el dominio del material, permitiendo exenciones de tiempo de asiento individuales, fundamentando el crédito en evaluaciones basadas en el desempeño, etcétera) y para personas con necesidades diferentes (estudiantes que se han retrasado, estudiantes que sobresalen, estudiantes a los que no les va bien en entornos académicos tradicionales, etcétera). A medida que los estados validen formalmente el aprendizaje que tiene lugar fuera del aula, se allanará el camino hacia redes educativas que abarquen una variedad de experiencias basadas en el lugar (incluidos los museos) y hacia los recursos en línea, tan importantes hoy en día.
Consultas: gestion@evemuseos.com
Recurso:
Center of Future of Museum (2021): Building the Future of Education. Museums and the Learning Ecosystem.
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