Desde que comenzó la pandemia de COVID a principios de este año, los museos se han ido enfrentando a grandes desafíos. La gran mayoría tuvieron que cerrar sus puertas, los eventos fueron cancelados y los proyectos retrasados, y no tenemos realmente idea de cuándo volverá todo esto a la total normalidad. Incluso ahora, con la reapertura, las predicciones en el contexto museístico indican que el número de visitantes se verá afectado profundamente, debido a las restricciones de capacidad y a la preocupación general por unos espacios interiores que no pueden estar abarrotados.
Todos hemos leído artículos sobre instituciones culturales que luchan para ofrecer una respuesta adecuada a la situación. Algunas entidades están experimentando con enfoques creativos, como Times Square Arts, que utiliza las vallas publicitarias vacías de Times Square, inundándolas con mensajes de apoyo a los trabajadores-héroes esenciales; o el Museo de Arte Lisser , que ha abierto sus líneas telefónicas para conversar con el público sobre las obras de arte de su colección. Pero lo más común ha sido, sin duda, la decisión de transformar las exposiciones físicas en digitales. Hasta ahora, los resultados están siendo muy variados.
Al margen de que siempre defenderemos la experiencia presencial en el museo, las grandes exposiciones digitales pueden existir – de hecho lo están haciendo en estos tiempos que corren – , y tendrán que seguir haciéndolo después de la pandemia. En el artículo de hoy queremos ofrecerte algunas sugerencias para tener éxito en la creación de una exposición digital:
No intentes replicar la experiencia presencial.
Es una tendencia natural intentar replicar el pasado conocido de un medio en otro. Las nuevas tecnologías suelen tomar prestadas las convenciones de la tecnología anterior, como las «carpetas» y «escritorios» digitales en los ordenadores, lo que supone traspasos de la oficina analógica a la digital.
Como reacción al bloqueo, muchos museos se dieron prisa en generar visitas digitales a sus exposiciones. Entendemos ese impulso, pero los resultados no son nada alentadores. El espectador normalmente «se mueve» a través de un espacio sin orden, la resolución de la imagen es mediocre, detalles como el texto en las paredes son difíciles de leer y la escala pierde todo su significado. Sin método y creatividad, estaremos generando una mala experiencia de usuario. Los intentos de traslado de la escala 1: 1 de lo físico a lo digital no solo tienden a borrar los matices de lo que hace que funcionen las exposiciones físicas, sino que no tienen en cuenta las cualidades potenciales y nativas del nuevo medio. Nosotros creemos que, tanto estos esfuerzos como la forma en que algunos museos se han apresurado a hacer la transición, son un error.
Adopta los atributos únicos de los canales digitales.
Olvidándote de la idea de reproducir una experiencia en persona, observa lo que hace que los canales digitales sean excelentes, aprovechando y usando esas cualidades únicas. Cada canal es diferente, y ahí reside precisamente el beneficio de este enfoque. Sin embargo, es responsabilidad del museógrafo (digital) de la exposición encontrar lo que hace que cada canal sea especial y sacar provecho de ello. Te ofrecemos algunos ejemplos:
Twitter probablemente no sea un gran lugar para un ensayo, pero podría ser perfecto para compartir una colección de haikus. La cuenta (no oficial) de Jenny Holzer tuitea breves selecciones de los «Truismos y Ensayos Inflamatorios» de Holzer. ¿Cómo permite Twitter que pequeñas piezas de información lleguen a nuevas audiencias? ¿Qué tipo de información es adecuada para ese medio?
Las exposiciones presenciales generalmente requieren que los visitantes se encuentren en el mismo espacio, mirando hacia un único escenario. Las actuaciones sobre Zoom pueden convocar a artistas ubicados en diferentes ciudades, o incluir múltiples ángulos de cámara en un solo espacio. ¿Qué más sería posible con Zoom que nunca hubiera funcionado en el terreno presencial, y qué nuevo proyecto podría desarrollarse específicamente para este nuevo canal?
Las exposiciones normalmente se consideran productos terminados estáticos, presentados por un museo a las masas. Una exposición diseñada como wiki sería una colaboración en constante evolución con cada visitante, desde principiantes hasta expertos. ¿Qué nuevas ideas podrían llevarse a cabo en una wiki?, o ¿qué conexiones perdería un curador que un experto en otro tema podría tener ahora la oportunidad de revelar?
La realidad aumentada (RA) permite llevar objetos interactivos a cualquier parte. Imagina una versión de la guerra y la paz de Tatzu Nishi, usando una aplicación RA, para poder colocar una estatua ecuestre enorme en tu propia sala de estar. Acute Art lo ha hecho posible con su aplicación, permitiendo a los usuarios ubicar esculturas RA de Olafur Eliasson en cualquier espacio. ¿Podría ser un beneficio único de la RA la capacidad de trasladar objetos de los museos a nuestras casas?
Centrarse en los resultados educativos y experimentales.
En lugar de centrar la atención en la nueva tecnología más moderna, comencemos el proceso focalizándonos sobre nuestros objetivos, pero buscando los resultados educativos y experimentales de una exposición. No todo tiene que ser realidad virtual, realidad aumentada o gamificar, aunque cualquiera de estos enfoques podría resultar adecuado para determinadas exposiciones.
Imagina a un visitante que desea entender una pintura de Jackson Pollock. ¿Qué querrías que aprendiera? Tal vez pretendas enseñarle algo sobre la pintura de acción, en cuyo caso es posible que, además, trates de mostrarle el proceso artístico de Pollock, capturado a través de la fotografía icónica de Hans Namuth. Quizás desees explorar las raíces sociales e históricas del expresionismo abstracto, y entonces probablemente necesites incluir contenido de video o audio sobre la vida artística en la década de 1940. O igual lo que quieres es explorar el matrimonio de Pollock con Lee Krasner, en cuyo caso podrías mostrar una de sus pinturas junto con alguno de los muchos ensayos que estudian su relación. También podrías poner en relieve las luchas de Pollock con la salud mental y conectarlo a los recursos contemporáneos para apoyar estas patologías. Ninguno de esos objetivos se logra mediante la creación de una experiencia de exposición digital convencional que muchos museos están utilizando. Una visita presencial podría no ser capaz de abordar todas estas propuestas, ni siquiera la mayoría de las experiencias digitales simplistas lo son.
Centrarse en el usuario.
Con tantos posibles escenarios de interpretación, particularmente en una experiencia digital, ¿cómo decides sobre qué enfocarte? Estudia a tu audiencia y desarrolla personajes. Ten en cuenta que las personas no son perfectas, y que pueden reflejar prejuicios institucionales e individuales. A pesar de ello, puedes ayudar a formular preguntas importantes e integrar el propósito y la intención en proyectos y productos. ¿Estás construyendo esta experiencia para estudiantes de octavo grado, universitarios, expertos, principiantes…? Si tienes múltiples audiencias, perfecto, pero inventa un personaje ficticio que represente a cada uno e imagina cómo experimentaría tu exposición.
La audiencia nos marca el modo de narrar historias, pero también qué canales debemos usar para compartir nuestro contenido. Un alumno de octavo grado presta más atención a un filtro interactivo de Snapchat que a un ensayo de 2000 palabras. ¿Tienes una audiencia de participante activos? Considera cómo puedes narrar la historia de esta exposición en Minecraft, e incluso lo que podrías contar ahí que no fuera posible en un espacio físico. En lugar de pensar: «Esta es la forma que tienen las exposiciones», adapta el contenido y el canal a los visitantes a los que deseas llegar y luego aprovecha las fortalezas de dicho canal.
Ve más allá y pregúntate: ¿Qué valoraría el público de una experiencia? ¿Qué es lo que pagan normalmente? ¿Hay alguna forma de que la exposición se asocie o compita con otras en ese mismo espacio? Aunque no es lo mismo que estar allí, The MET pudo comprobar que su audiencia juega al Animal Crossing cediendo más de 400.000 imágenes de su colección para el juego.
Emociónate por tu capacidad de entrelazar contenido digital y espacio físico.
Los museos irán abriendo progresivamente. Sin embargo, no volveremos al punto que estaban las cosas antes de la pandemia. Comencemos a planificar las oportunidades que se presentan cuando generamos un excelente contenido digital y lo trasladamos a un espacio de exposiciones tradicional.
Buscando la seguridad y la comodidad, serán cada vez más los museos que necesiten que sus guías de audio estén disponibles en los dispositivos móviles de los visitantes. Llegados a este punto, ¿por qué centrarse solo en el audio? Las aplicaciones o sitios web pueden incluir enlaces complementarios y materiales de video, que van mucho más allá de lo que ofrecen las guías de audio y el texto de las consabidas paredes tradicionales. Volviendo a la pintura de Pollock, un visitante podría contemplar su pintura y utilizar después una aplicación para descubrir diferentes interpretaciones a través de las cuales explorar el trabajo en profundidad, eligiendo la opción más interesante para él.
Dentro del museo, la RA se puede utilizar para analizar las colecciones de formas nunca antes vistas. La aplicación de realidad aumentada de Henry Ford permite a los visitantes echar un vistazo con seguridad dentro de los autos clásicos de la exposición, de esta manera el público puede apreciar la ingeniería y la historia de los vehículos, en lugar de contemplarlos únicamente por fuera.
La misma aplicación puede extender la experiencia, crear emoción antes de la visita y proporcionar contenido adicional para inmersiones profundas posteriores a la misma, en nuevas áreas de interés, acción y compromiso. Puede que, incluso, no sea necesaria una visita in situ. Tal vez la magia solo se produzca en medios fuera del sitio. La aplicación Henry Ford tiene una función AR interactiva que funciona tanto si estás en el museo como en tu propia casa. Si el visitante realmente está involucrando su relación con nuestras historias, contenido y entre sí, se convierte en algo de alto valor añadido.
La tecnología digital, utilizada de manera que se adapte a la audiencia, a partir de sus fortalezas, puede entrelazarse con exposiciones físicas y crear experiencias que transformen éstas en vivencias aún más emocionantes e informativas.
Pero que no cunda el pánico entre los museógrafos/as de exposiciones físicas. El objetivo de la tecnología de exposiciones digitales no es suplantar a las físicas, se trata de una forma más de hacer las cosas; una importante pieza en la gran caja de herramientas del museo. Utilizadas al azar pueden generar un cierto lío, como cuando queremos arreglar un motor sin saber de mecánica. Sin embargo, con un enfoque analítico, las tecnologías de exposición digital se pueden utilizar para crear entornos de aprendizaje que no serian posibles con un diseño de exposición puramente física.
Recurso bibliográfico:
Josh Goldblum (2020): How to take an exhibition digital. The Museum Next: https://www.museumnext.com/article/how-to-take-an-exhibition-digital/
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