Un museo se identifica como «vivo» cuando nos referimos a «un área silvestre natural en la que el hombre no ha intervenido directamente». Es un espacio exterior donde las plantas nativas y la vida animal se mantienen a sí mismas de forma natural y biológica. Un lugar donde aún se puede disfrutar de la naturaleza para aprender algunas de sus lecciones y secretos» (BSPS, 2016).
Los museos vivos a menudo se confunden con los «clubes de la naturaleza». Éstos, como puede ser el Sierra Club, no son museos vivos. Eso sí, se trata de organizaciones que actúan como buenos educadores contribuyendo al desarrollo de una conciencia pública sobre la naturaleza, si bien no tienen objetos ni otro tipo de contenidos que mostrar al público (Locke, 2016). Instituciones protectoras de tierras ambientales que tienen a su cargo grandes territorios naturales, como The Nature Conservancy (The Nature Conservancy, 2017), tampoco son museos vivientes; son entidades privadas que normalmente restringen la visita del público a las tierras que protegen.
The Black Country Living Museum
Hay que decir que los museos tradicionales y los museos vivos tienen un propósito, una obligación: disponen de exposiciones, visión y misión. Su objetivo es permitir al público explorar colecciones para inspirarse, aprender y disfrutar (Flude, 2008). Su principal cometido es diseñar y producir exposiciones, preservar e interpretar su colección. Ambos tipos de museos poseen colecciones de objetos que exhiben públicamente. Ambos cuentan con exposiciones abiertas al público y áreas restringidas a las que solo los museólogos tienen permitido el acceso. En un museo tradicional, si un visitante accediera al área restringida, sin permiso, sería etiquetado de intruso y/o de potencial ladrón. En los museo vivos, el público que se aventura fuera del camino establecido también lo es (Locke, 2016). Las áreas restringidas existen para garantizar la seguridad y el mantenimiento de las colecciones. Es responsabilidad de los conservadores, curadores y museólogos que administran y cuidan estas colecciones y artefactos, garantizar que todo se conserve para el disfrute de futuras generaciones.
Otra similitud entre un museo tradicional y un museo vivo es el personal docente. Un docente es un voluntario capacitado que «traduce, decodifica, explica o describe la interpretación de las exposiciones» (Grinder y McCoy, 1985). Los museos y sitios culturales recurren cada vez más a los ordenadores y a la realidad mixta, en concreto para aumentar sus esfuerzos educativos e interpretativos (Rayward y Twidale, 1999). En la actualidad, los visitantes de casi todos los museos vivos son atendidos por un guía profesional que asume dos roles: guiar al visitante de forma segura por el sendero y actuar como un docente que le muestre las diversas plantas, flores, hongos y animales en cada exposición. Otra diferencia que podemos establecer entre un museo tradicional y un museo vivo es el tipo de exposición que se exhibe. En ambos encontramos que el responsable es un curador. En el museo tradicional, los curadores administran y gestionan las colecciones en exhibición, que se pueden cambiar en momentos predeterminados e incluso intercambiarse con otros museos. El curador puede cambiar las exhibiciones quitando o agregando un objeto a la colección. En el museo vivo, se encarga de cuidar una colección viva. El conservador del museo vivo no rota ni intercambia la colección con otros museos. Tampoco cambia la exhibición quitando o agregando formas de vida. Sin embargo, los seres vivos de su colección son libres de moverse por sí solos. Además, la exposición puede ser alterada por eventos no causados por la mano del hombre; se trata de fuerzas predecibles, como es el caso del clima y las estaciones, o fuerzas impredecibles, como la sequía, los incendios o las inundaciones.
Una forma de disfrutar una colección viva en un escenario vivo es comprender el uso de la Realidad Aumentada Móvil (RAM a partir de ahora), donde el visitante recibe información complementaria de la exposición de un museo viviente, algo que afecta a su experiencia y que puede medirse mediante su disfrute y aprendizaje. Se ha descubierto que utilizar RAM para recibir información suplementaria en un museo vivo afecta positivamente a esa experiencia del visitante. Cuantitativamente mejora su capacidad de aprendizaje sobre el material de la exposición, si bien realmente no aumenta su disfrute, algo que sí se produce, según resultados de análisis cualitativos, cuando el sistema RAM se combina con otros que son tradicionales y analógicos.
Las investigaciones realizadas hasta el momento determinan que los visitantes sienten que aprenden más con el contenido del RAM que con el docente guía del museo vivo. Los datos señalan que ésto es posible porque pueden revisar el material a su propio ritmo. Algunos visitantes manifiestan que son capaces de retener más información cuando la leen que cuando la escuchan. Otros consideran que tener una imagen con la que asociar el contenido es muy útil para recordar éste. Y lo que es más importante, tener el contenido de la RAM guardado, listo para revisar y poder ser utilizado para hacer preguntas al guía de seguimiento, explica por qué el método RAM puede mejorar la capacidad de aprendizaje de los visitantes.
EVE Museos e Innovación
Por otro lado, está demostrado que la parte de interés y disfrute muestra una diferencia significativa en función de la reacción positiva del participante hacia el uso de la RAM, si bien esas diferencias no se manifiestan respecto al uso del sistema RAM o del método de recorrido tradicional. En general, la utilización de RAM para proporcionar información complementaria en un museo vivo, unido al apoyo de un docente guía de senderos, es una opción viable que puede aportar mucho más a la experiencia de la visita. Sabemos que los visitantes desean experimentar las exposiciones mediante el uso combinado de ambos métodos. En realidad, cuando emplean el método RAM y se les permite hacer preguntas al guía docente, están recurriendo inadvertidamente a las dos opciones.
La interacción con el docente guía es una parte fundamental de la experiencia de la visita. El sistema de narrar historias para presentar la información de la exposición es algo que involucra más a los participantes. Esta interacción puede llegar a convertirse en una discusión entre el docente guía de sendero y otros participantes en el grupo. La camaradería que puede ser desarrollada en el grupo es algo que la RAM por sí misma nunca podrá llegar a ofrecer. Desconocemos si realmente la RAM puede convertirse en impulsora de la capacidad de aprendizaje de los visitantes o si, combinada con la interacción verbal del guía docente, pueda generar una diferencia significativa en dicha capacidad. Para poder responder a estas cuestiones, necesitaríamos realizar una experiencia que se desarrollara en tres escenarios: que el visitante fuera acompañado únicamente del guía; que sólo hiciera uso de la RAM; que utilizara la RAM apoyada por un guía docente.
En lo que tiene que ver con el desarrollo de los contenidos de apoyo de la aplicación de RAM, normalmente el trabajo se centra en obtener imágenes en 3D de algunas de las plantas y animales más pequeños, agregar enlaces a una presentación de diapositivas, añadir un video del recorrido de una exposición a la siguiente e incorporar sonidos de aves o enlaces a sonidos de aves. Como decimos, se comienza con la generación de imágenes tridimensionales de algunos de los seres vivos más pequeños y populares, como ardillas, flores y plantas y pájaros. El objetivo es sumar imágenes tridimensionales a la información suplementaria de la RAM mejorando las estáticas actuales. También se puede producir un video del recorrido del museo vivo, con lo que la velocidad de éste aumenta al mostrar al visitante las exposiciones que tiene delante. A estos videos se les puede añadir, además, material complementario junto con diferentes enlaces con el fin de obtener información adicional y conexión a redes sociales. La RAM de 360º puede usarse para cada parada en el recorrido de las exposiciones del museo vivo.
En otro orden de cosas, el uso de la RAM nos permite crear escenarios de apoyo que realmente no existen en la realidad, pero ahí entraríamos en territorio resbaladizo desde el punto de vista económico. Por ejemplo, una simulación GEO RAM con animales prehistóricos (si se utilizan), requiere un mayor tiempo de producción y sus consabidos aumentos de costo. Las estimaciones para desarrollar un mastodonte 3D animado en una película de 60 segundos es de unos 11.000 euros (marzo 2018). Y hablamos de una animación sencilla que consiste simplemente en hacer que el animal mueva la cabeza hacia nosotros y nos mire. El costo aumentará si queremos también que el animal pasee mientras otro come hierba. Se necesitará una buena dosis de planificación para determinar cómo se pueden financiar este tipo de animaciones, a través de una donación, por ejemplo.
CURSOS MUSEOS ABRIL 2018
RECURSO:
Locke Pettine, Rita, «Evolution of the Museum Experience: Mobile Augmented Reality’s Impact on the Visitor Experience at an Outdoor Living Museum» (2017). Tesis. Rochester Institute of Technology.
Fotografía principal: The Black Country Living Museum
Si estás interesado en recibir nuestro newsletter, y/o la bibliografía y recursos asociados al artículo de hoy, rellena y envía el boletín adjunto, por favor. Si quieres recibir los artículos por correo electrónico completa el campo correspondiente en la página principal del blog.