Museos y Empleo 3.0

Museos y Empleo 3.0

En los dos últimos siglos, la mano de obra contratada pasó de la granja al taller de una fábrica. A medida que seguimos avanzando en el siglo XXI, el trabajo vuelve a ser radicalmente transformado por la tecnología, la cultura y las fuerzas económicas. En la economía «tecnológica» del trabajo freelance basado en el uso de Internet, donde las estructuras organizacionales están suplantando las burocracias tradicionales, muchos trabajadores no se hallan «dentro» de ese cambio. No obstante, los trabajadores de alto valor son exigentes y obtienen flexibilidad, autonomía y buenos beneficios; la tecnología está haciendo que una gran cantidad de ellos sean contratados a tiempo parcial y con muy bajos salarios. De la misma manera que las líneas de ensamblaje generaron conflictos y reivindicaciones laborales masivas en el siglo XX, los robots y la inteligencia artificial cambiarán la naturaleza misma del trabajo, la cultura y nuestra economía.

Óscar Mar

En Estados Unidos, un 25% del total de trabajadores en activo se pasan toda, o parte de su jornada, trabajando desde su casa, y ese porcentaje es aún mayor para las personas con un título universitario, que pasan de usar traje y corbata a no quitarse el pijama en todo el día. Esto se debe, en parte, a los dispositivos caseros conectados a Internet que hacen que no sólo sea posible trabajar desde cualquier lugar, en cualquier momento, sino crear la expectativa de que un empleado dedicado puede conciliar el «equilibrio entre el trabajo y su vida personal». En realidad, este concepto se está transformando en un diálogo sobre «mezclar trabajo y vida personal», ya que cada vez es más difícil diferenciar una cosa de la otra.

Lee Jeffries

Y la idea de tener un empleo estable, a tiempo completo o parcial, está desapareciendo. En 2020, se augura que el 40% de la mano de obra estadounidense esté formada por «profesionales freelancers». La empresa de inversión Motley Fool, que se enorgullece de «Ayudar al mundo a trabajar mejor», diseña su espacio en torno a las necesidades individuales del personal y los empleados temporales. Este estado de la «economía gig», no sólo contempla a los profesionales poco calificados, intercambiables, temporales, sino que también incluye a los trabajadores altamente formados, como nunca antes lo habían estado. Bajo la norma neoliberal del ganar y ganar a cualquier coste, los empleadores evitan una infraestructura que según ellos es costosa e inasumible, provocando que gran parte de los trabajadores sean vulnerables a la explotación por parte de las empresas que buscan maximizar los beneficios a su costa.

Archivo EVE

Todas estas cuestiones acerca de cómo se organizan y se indemniza a las personas presuponen que tenemos un trabajo. Dado que los robots y la inteligencia artificial cada vez son más sofisticados, la idea está lejos de ser cierta. Una «simple» automatización está reemplazando, con robots, puestos de trabajo de vendedores al por menor, personal bancario y trabajadores de comida rápida, entre otros. Los robots han revitalizado la fabricación, aumentando el margen de beneficio de la industria automotriz, y ahora también de la industria aeroespacial. Están siendo diseñados para dispensar hamburguesas desde una dirección IP, o asumir el cuidado de pacientes hospitalarios.

Eye Lost

En los Estados Unidos de la «Era pre-Trump», el gobierno estaba trabajando con el objetivo de crear una regulación laboral que pudiera logra la creación de buenos empleos para la clase media. Los gobiernos federales, estatales y municipales están luchando para elevar el salario mínimo y gestionando las particularmente difíciles cuestiones laborales en ese país. Por ejemplo, mientras el Departamento de Trabajo estaba considerando imponer estrictas reglas que impidieran a los patronos evitar el pago de horas extras a millones de trabajadores, ahora los empleadores tienen carta blanca para esquivar las uniones de trabajadores que son particularmente incómodas, ya que los sindicatos, que defendieron los derechos de los trabajadores a lo largo del siglo pasado, han visto como su posición de fuerza se va difuminando en los últimos tiempos.

Hario Manolache

La economía a tiempo parcial, basada en proyectos, puede requerir la invención de estructuras reguladoras totalmente nuevas. Ahora la mayoría de los derechos de los trabajadores se basan en el empleo tradicional, Con un aumento de la economía fundamentada en nuevas formas de trabajo se ejercerá una presión considerable en nuestros sistemas de asistencia sanitaria, sistemas de pensiones y en la seguridad social. Ya hay países que han establecido una nueva clasificación legal para «contratistas dependientes» y así regular las condiciones de empleo de las personas que trabajan para empresas de economía compartida. En Estados Unidos, Era pre-Trump, los reguladores estatales y federales estaban siguiendo ese ejemplo, protegiendo a los trabajadores de los empleadores que trataban de minimizar costos laborales obligándoles a asumir riesgos y responsabilidades ineludibles sobre sus empleados.

The Death of cool

A medida que la tecnología continúa imponiéndose en el ámbito profesional, tenemos que considerar qué papel desempeña la redistribución de la riqueza en una sociedad marcada por el desempleo o el subempleo masivo. ¿Dejar de ser valorado, como ahora, por lo que se cotiza, para contribuir al mantenimiento de una sociedad marcada por la inseguridad laboral? ¿Se debería imponer un ingreso básico garantizado, convirtiéndose en un derecho del ciudadano en lugar de ser un estigma?

¿Qué implica todo ésto para los museos?

El estado general de la economía y las condiciones del trabajo, determinan el tiempo y el dinero que las personas tenemos para dedicárselo a los museos. Por un lado, la continua mutación del trabajo hacia una imposición 24/7, puede restringir drásticamente el ocio de las personas. Por otro, la reducción de horas de trabajo para muchos, el aumento de la mano de obra freelance y sin contrato, así como el hecho de «compartir la economía de los puestos de trabajo a tiempo parcial», está generando un gran segmento de individuos con flexibilidad en sus tiempos de ocio para visitar los museos cuando les plazca.

Society 6

La economía y el mercado de trabajo también pueden configurar lo que las personas esperan de los museos en términos de educación / formación / oportunidades. Las bibliotecas se han adaptado en las últimas décadas a la necesidad de acceso a Internet; más abajo en la pirámide de Maslow, se ayuda a las personas a que construyan sus currículos, redes y trabajo productivo, a través de instituciones sociales que ya funcionan como formadores. Los museos también deben especializarse para servir como aceleradores de habilidades cognitivas humanas de alto orden, que pueden ser valoradas socialmente y que no serán replicadas jamás por máquinas inteligentes.

KPBS

Por poner un ejemplo, Michael Govan, director general del Museo de Arte del Condado de Los Angeles (LACMA), pronosticó recientemente la aparición destacada del curador freelance; los museos están en condiciones de ofrecer más trabajo a tiempo parcial subcontratando. Algunos creen que el futuro del trabajo estará determinado por equipos temporales de especialistas cualificados, reunidos para cumplir una tarea específica y dispersarse después. Este tipo de equipos profesionales ya está siendo utilizado en la industria cinematográfica, en el desarrollo inmobiliario y nuevos negocios, y podría ser un modelo adaptado para generar exposiciones, entre otras cosas.

Edward Honaker

La cuestión principal es que los museos tienen problemas laborales propios. El uso de curadores no remunerados (becarios) es, particularmente, un hecho muy controvertido. Si bien las prácticas en las empresas están reguladas, los departamentos de trabajo han dejado hasta ahora un territorio comanche para los becarios (en el caso de los museos es aún peor si pretendemos hacer distinción entre «becarios» y «voluntarios», sin los cuales el sector caritativo aplicado a los museos no podría sobrevivir). Pero el hecho de que se trate de una práctica todavía legal no implica que sea ética. En cualquier caso, aumenta el consenso entre los trabajadores de los museos respecto a que las pasantías no remuneradas son un mal servicio para nuestro campo.

Lee Jung

En la actualidad, muchos países occidentales están inmersos en el debate sobre la ética y la economía de los salarios: salario mínimo, salario digno, relación entre el jefe y el trabajador. Son temas tremendamente importantes también para los museos, en particular porque buscan cultivar una fuerza de trabajo más diversa. Hay un segmento profesional creciente dentro de nuestro campo, concretamente entre los trabajadores más jóvenes, que pide a los museos que «vuelvan la vista de la justicia social hacia dentro», para ser críticos con sus propias prácticas.

IBI Times

Los museos deberían…

  • Monitorear la fuerza de trabajo en sus comunidades y evaluar sus necesidades. ¿Cuándo es el momento más conveniente para que la gente visite el museo? ¿Qué programas y servicios demanda la comunidad? Tal vez haya una necesidad de espacios de trabajo en común, un nicho en el que algunas bibliotecas ya están entrando. Los museos de arte podrían convertirse en el centro de la comunidad para indies y startu-ps en campos creativos, museos científicos para la ciencia y tecnología, museos infantiles para la educación y la familia. Este cambio podría mejorar las misiones de los museos y generar ingresos en los espacios subutilizados.
  • Convertirse en un ejemplo de buenas prácticas: para crear lugares de trabajo atractivos (y de alto rendimiento), incluidas las estructuras de gestión que distribuyen ampliamente la autonomía y la autoridad. Los museos no pueden competir con el sector privado por los salarios, pero pueden convertirse en el lugar fresco y creativo para trabajar; tanto es así que los mejores y más brillantes están dispuestos a sacrificar los ingresos para trabajar en nuestro campo. Esto no tiene por qué conllevar el abandono del organigrama de crecimiento personal. El noventa por ciento de los trabajadores occidentales se sienten menospreciados; la mejora del lugar de trabajo puede empezar con los directores de los museos manifestando su «agradecimiento por hacer un gran trabajo», en el momento justo y a menudo.
  • Replantearse sus estrategias financieras: cambiar la relación salarial entre directores y personal de primera línea. Valorar las consecuencias de no pagar un salario digno a los nuevos profesionales, a aquellos que además han contraído una gran deuda para entrar en la profesión. Además de la necesidad de que los museos aborden este tema, este tipo de instituciones, a nivel individual, pueden evaluar sus propias prácticas internas, explorar los valores (éticos y económicos) que podrían sustentar una reforma para mejor y cambiar, en consecuencia, sus políticas y prácticas.

RECURSO:

American Alliance of Museums (AAM) (2016): Trends Watch 2016. Editado por: Center for the Future of Museums, American Alliance of Museums.

Fotografía principal: Hario Manolache


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