Quiero Ser Director de Museo

Quiero Ser Director de Museo

 

Los caza talentos que están a la búsqueda de ejecutivos para los museos, se han pasado muchos años investigando y estudiando perfiles profesionales, dilucidando lo que se necesita para ser un director de museo con éxito. La primera pregunta que aparecería en la lista de la investigación, para los que han dado un paso al frente al formularse la pregunta que encabeza nuestro artículo de hoy, sería: «¿por qué quieres realmente llegar a ser un director de museo?». Las respuestas suelen ser siempre bastante reveladoras, y van desde «sé que yo (el ego es importante en este puesto) podría hacer mejor el trabajo que cualquier otro», hasta «tengo una visión (no misión), y quiero llevarla a cabo». Si analizamos todas esas respuestas, vemos que la motivación es similar: querer dirigir, querer estar al frente, querer mandar.

Este tipo de perfil está muy por encima de cualquier crítica, son semi incombustibles. Sin ese tono vital refractario, para los directores de museo que aspiran a serlo, es poco probable que puedan centrarse objetivamente sobre las habilidades, y la experiencia necesaria, para planificar sus carreras. También necesitarán alimentarse de la pasión y el compromiso necesarios para competir por el puesto y, si lo consiguen, para conservarlo.

La otra pregunta que el comité de dirección del museo suele hacerse para la búsqueda de un cabeza visible, es la de: «¿qué características debe tener nuestro próximo director?». Creemos que se refiere a una combinación de atributos personales y de experiencia profesional. Sin embargo, pensamos que las características para un puesto de director deben , por lo general, concentrarse más en las responsabilidades que se le vienen encima, especialmente en todo lo relacionado con la gestión política de su posición de cara al mundo mundial, máxime si se trata de un museo de gestión pública.

En este artículo, vamos a tratar de identificar tanto las experiencias actuales como las características que pueden ayudar a los futuros directores de museo a detectar si estarían en condiciones de serlo (que se reconozcan a si mismos), lo que necesitarían saber, y cómo podrían llegar a conseguir su sueño. Somos conscientes de que, al reflexionar sobre las características propias de aquellos que deseen convertirse en directores de museo, encontramos que esos mismos atributos, habilidades y experiencia, se aplican en realidad a los potenciales líderes en todos los niveles de responsabilidad, independientemente de dónde se sitúe su carrera o posición profesional actual. Para comenzar a centrarnos en el tema, os diremos que entre las características fundamentales para tener éxito como director de museo, se encuentran las siguientes:

Pasión.

El director debe ser un apasionado/a defensor de su museo, de sus colecciones, del público, de las comunidades, y de todo lo relacionado con el museo como institución. Tiene que creer firmemente en la misión de su museo y ser capaz de articular (comunicar) claramente, manteniendo una jerarquía en la importancia de su misión de cara a todas las partes interesadas y relacionadas con ella, incluyendo a la junta, los patronos (si los hay), la comunidad y el personal. El director debe dedicar una gran cantidad de tiempo a la supervisión de cada uno de los aspectos operacionales y a los programas del museo.

Al mismo tiempo, el director debe fomentar su liderazgo en toda la institución para poner en práctica la visión estratégica y la consecución de sus objetivos. Como defensor de la institución, tiene que demostrar su pasión y entrega en el trabajo. Esta pasión debe estar ligada al entusiasmo y al optimismo, lo que se traduce en energía para seguir adelante y emoción en torno al esfuerzo (normalmente enorme).

Visión.

El director debe tener una visión clara sobre cómo y adónde llevar el museo. Los directores poseen ideas y  se entusiasman con ellas, pero la «visión» es algo más complejo y no sólo exclusivo de ellos. La visión parte de las reflexiones, de las discusiones internas y externas entre el director y su equipo, y de sus propias experiencias. Su visión guiará el camino del museo hacia el futuro, basándose en un plan concreto, reflexivo y motivador, explicando claramente cómo alcanzar los objetivos. El director debe establecer tanto la visión como el plan, siendo ambos lo suficientemente amplios y flexibles como para incorporar nuevas oportunidades y posibilidades, anticipándose a la llegada de obstáculos inesperados, que seguro aparecerán.

Perseverancia.

Tener perseverancia de cara, sobre todo, a la llegada de esos obstáculos, es fundamental para un director de museo. No resulta nada fácil abordarlos, especialmente si los demás creen que adherirse al plan implica un trabajo demasiado difícil , incluso imposible. Poniéndose en una constante predisposición para la acción y dando ejemplo de dedicación, el director podrá conseguir que todos tengan en mente los objetivos a largo plazo. Por supuesto, esperar la adhesión ciega a la acción del equipo sin escucharlos, o sin el análisis del entorno externo, no es en absoluto lo deseable. Más bien, lo que sugerimos es que el director se comprometa activamente en el curso de la acción que se ha planificado, a pesar de la posible dificultad para conseguir los objetivos, cuestión importante que puede ayudar a los demás a perseverar y a seguir adelante con el plan.

Paciencia.

Alcanzar las metas institucionales requiere paciencia, especialmente si los objetivos son nuevos o potencialmente arriesgados. El director supervisa un gran número de elementos en movimiento al mismo tiempo, y es responsabilidad suya asegurar que todos y cada uno de los afectados por la toma de decisiones se encuentre a bordo. El director debe ser paciente y persuasivo, tomándose a menudo, o permitiendo tomar, el tiempo necesario para que su equipo acepte y se acostumbre al nuevo plan o programa, o a una nueva forma de trabajar. Paciencia significa involucrar a las personas desde el principio del proceso, pero también que el director sepa escuchar a los demás, que sea justo, abierto y honesto (y que se baje del pedestal cuando salga de casa).

Decisión

El director tiene que estar dispuesto a tomar decisiones, y debe hacerlo a través del proceso de gestión, lo que implica recopilar todos los datos necesarios, escuchar las opiniones de otros, analizar de las diferentes opciones, evaluar los resultados, y reconocer que no hay decisiones «perfectas». Una vez que se ha tomado una decisión, llega el momento de pasar a la siguiente.

Liderazgo.

Los atributos descritos anteriormente podrían ser algunas de las características de un buen líder. El director no es en realidad un líder único, y no todos los líderes son directores. El líder es la persona que proporciona la dirección y motiva a los demás, alguien que guía y apoya. El líder se asegurará de que todos los involucrados en el proyecto estén dotados de los recursos necesarios para desempeñar sus trabajos, y lograr así los objetivos de la institución.

Un director que sea líder reconocerá las fortalezas y debilidades de sus trabajadores y de la propia institución, estableciendo objetivos y asignando tareas en consecuencia. Los directores deben estar dispuestos a gestionar el riesgo y hacer frente a la incertidumbre. Ser un líder sólido es esencial para convertirse en un director de museo con éxito.

Algunas personas son líderes natos, pero la mayoría no, si bien con el tiempo pueden llegar a alcanzar las características de un líder mediante la conciencia, la objetividad, la atención y el esfuerzo. El mensaje importante es que ser  líder de un museo requiere dedicación, voluntad de aprender, y tolerancia ante los errores ajenos. La tolerancia a la incertidumbre también es un atributo clave en un director de museo, así como la capacidad de fortalecerse continuamente uno mismo y, por ende, a la institución.

Gestión.

Para poder alcanzar el éxito, el director necesitará también la capacidad de gestión y experiencia. Los directores son profesionales que tienen que entender y ser capaces de responder a las expectativas básicas de un buen gerente. Por lo general, la junta quiere asegurarse de que el nuevo director puede asumir las siguientes responsabilidades:

  • Supervisar el desarrollo y gestión de un programa para la exposición y la educación.
  • Asegurar la preservación, conservación, y el crecimiento de la colección con un uso apropiado y el cuidado de la las instalaciones.
  • Reclutar, retener y proporcionar apoyo para el personal profesional y asumir la responsabilidad de la contratación, evaluación y seguimiento del personal.
  • Preparar un presupuesto operativo anual, así como los presupuestos de capital y de proyectos, controlando y distribuyendo los fondos de una manera prudente y responsable.
  • Mantener a los miembros de la junta al corriente de las tendencias museísticas nacionales y regionales, así como de las evoluciones que afectan el museo.
  • Apoyar y motivar a los miembros de la junta, y trabajar con ellos para construir mayores capacidades.
  • Supervisar y participar activamente en los programas de desarrollo y en la recaudación de fondos para el museo.
  • Mantener los más altos estándares éticos y legales en todas las acciones profesionales del personal, así como en las acciones corporativas e institucionales del museo.
  • Trabajar con la junta, el personal y con la comunidad, para desarrollar e implementar un plan estratégico para el museo.
  • Ser el principal portavoz del museo.

Las responsabilidades relacionadas con la gestión del personal, la recaudación de fondos, planificación, marketing, comunicaciones, financiación, administración, son áreas que los candidatos a directores deben dominar, o al menos tener el potencial para lograrlo. Además, la experiencia profesional en la materia pertinente y en el trabajo operativo y/o programática del museo son esenciales.

Rutas.

Hay muchos caminos que pueden llevarte a la oficina del director. Lo más normal es que el profesional con mayores opciones para ser el director del museo, tenga una experiencia previa en el trabajo en un museo. El director puede provenir de cualquier área del staff, desde el departamento de educación hasta la pura gestión administrativa del museo, y posiblemente habrá pasado de cinco a diez años en posiciones con una responsabilidad y autoridad cada vez mayores (como en cualquier otro ámbito profesional corporativo). En ese camino, lo deseable es que el director aspirante haya asumido ya tareas relacionadas con la administración, los presupuestos, recaudación de fondos y la supervisión del personal, y que disponga de oportunidades para colaborar con la junta y estar en contacto con el público. Hace años, un profesional podía conseguirlo estando en el «lugar correcto en el momento oportuno» y dar así con el trabajo perfecto, o ser contratado para el cargo de director sin la experiencia pertinente (si se tratara de un cargo de origen político, el curriculum no importaría nada en absoluto). Hoy en día, es muy poco probable que la suerte forme parte de algo. Casi todos los directores tienen títulos de posgrado en el área de la museología, artes, administración, didáctica de museos, o incluso de gestión medio ambiental. Algunos poseen títulos en varias carreras, y disponen de una amplia experiencia que han ido adquiriendo mediante su trabajo en un departamento o división del museo.

Mentores.

También denominados tutores, en nuestra opinión son individuales que se implican en el asesoramiento de otros, y cuya ayuda puede tener un valor incalculable. El alto nivel profesional de un tutor con experiencia y credibilidad puede proporcionar información y asesoramiento objetivos, ayudar a tomar decisiones importantes, sugerir ideas, identificar oportunidades, y actuar como una referencia a seguir. El camino rara vez sigue una línea recta, los intereses cambian, se presentan las oportunidades, y se produce la necesidad de tomar decisiones inesperadas. Un mentor puede ser muy adecuado para apoyar una gestión, es esa otra persona que perfectamente podría complementar una visión que a veces pudiera resultar excesivamente personalista.


 

Foto principal y para redes sociales: Custom Comfort Mattress


2 comentarios en «Quiero Ser Director de Museo»

  1. Lo màs importante es la originalidad y la sinceridad de lo que se opina, dando un espacio para recibir comentarios/crìticas alturadas sobre el tema a tratar. Ustedes estàn haciendo un aporte sustancial a la cultura y merecen ser felicitados por todos los que queremos conocer màs acerca de la creaciòn artìstica humana.
    FELICITACIONES.

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