Muchos museos no cuentan todavía con la infraestructura técnica necesaria para conseguir su objetivo en el aprendizaje digital, la digitalización de sus colecciones y la producción de contenidos. Mientras que el valor de las herramientas digitales para la accesibilidad y la interpretación se está comprendiendo cada vez mejor en el mundo de los museos, la gran mayoría de las instituciones no están preparadas tecnológicamente o estructuralmente para alcanzar estos objetivos de actualización tecnológica. La falta de personal especializado y la ausencia de financiación dejan poco margen para reaccionar, y mucho menos la consecución de unos objetivos que requieren una planificación a largo plazo y una reinvención completa de las prácticas operacionales tradicionales.
El progreso continuado para los museos depende de si las instituciones pueden afrontar adecuadamente su trabajo en las diferentes áreas de desarrollo, como pueden ser las estrategias digitales integrales, las normas para la gestión de contenidos, la interpretación digital y preservación, y la dotación de personal con amplios conocimientos sobre tecnología. En resumen, los museos tienen como objetivo utilizar nuevas prácticas, aunque sean complejas en su diversidad y forma, si bien, tanto la efectividad de esas prácticas como la importancia de su alcance, no llegan actualmente a ser totalmente comprendidas por la comunidad de museos.
Es cierto que los museos de hoy en día están cada vez más preocupados por el uso de sistemas digitales actualizados para gestionar sus colecciones y contenidos. Saben que garantizan su accesibilidad a las partes interesadas dentro de estas instituciones y al público en general, pero quizás lo más importante sea que lo hacen pensando en las generaciones futuras. Sin embargo, la gestión de activos digitales (Digital Asset Management – DAM) es un objetivo en constante evolución, que requiere al menos de un profesional experto dedicado a su mantenimiento. El Centro de Aprendizaje DAM intenta cubrir el atraso de muchos museos, la mayoría, en lo referente a los sistemas de gestión de activos de datos. En el caso de la «National Trust for Scotland«, se ha creado un sistema descentralizado, con el objetivo de evitar la «dispersión», es decir, que el personal del museo deje de dedicar muchas horas tratando de dar respuesta a las solicitudes de imágenes para visitantes y colegas, acción que, entre otras, ralentiza procesos del día a día. Estas ineficiencias hacen que resulte difícil centrarse en proyectos concretos, en trabajos de recolección, y en otros avances que necesita el museo en su gestión. La necesidad de emplear la gestión de colecciones digitales de una manera efectiva, es una preocupación creciente para los museos que buscan una expansión sostenible en el paisaje tecnológico moderno.
La problemática dispersión de metas y objetivos se da en casi todos los departamentos de las instituciones del patrimonio cultural, y se complica aún más por la falta de recursos para desarrollar y ejecutar los planes que conducen al progreso. Si bien estas dificultades aún no se han explorado exhaustivamente en los museos, en la comunidad de bibliotecas, un sector con prioridades y procesos similares, sí se están solucionando, hasta cierto punto. En un estudio reciente publicado por la Universidad del Estado de Illinois, los investigadores de la Biblioteca Milner han planteado la dificultad de implementar un programa de preservación digital moderna en una institución con recursos insuficientes, y explican cómo se las arreglaron para tomar medidas y avanzar en su misión con poco dinero. El debate puso de relieve una larga lista de desafíos, que incluía el uso de fondos mínimos, la falta de formación, la falta de compromiso, el desánimo, y la lucha por conseguir la aceptación de los administradores. Entre los diferentes enfoques para resolver estos problemas, los investigadores citan la importancia de desarrollar un lenguaje común para discutir la preservación digital, la colaboración institucional regional o multilateral, y la formación adicional para los jefes de departamento que les ayudarán a gestionar los recursos de manera eficaz.
Para poder comprender la complejidad de este reto, es crucial que reconozcamos que un panorama tecnológico, en constante cambio, favorece estrategias a largo plazo, siempre que se incorporen enfoques flexibles para la integración de la tecnología al museo y se tenga una perspectiva más amplia de los profesionales cualificados que actualmente se necesitan en los museos. Sin embargo, las instituciones se enfrentan a menudo a limitaciones presupuestarias que dificultan su capacidad para contratar y capacitar al personal que puede afrontar las iniciativas digitales, como programadores, diseñadores y técnicos especialistas en tecnología. Como resultado, cada vez más expertos en museos están haciendo hincapié en la importancia de diversificar el personal, tanto en los campos digitales como curatoriales, para poder establecer una base sólida de conocimientos internos. El establecimiento de presupuestos que puedan promover el progreso, requiere, sin embargo, de una comprensión completa de cómo los cambios afectan positivamente a los museos a nivel operativo. Ésto, en la práctica, nos obligará a renunciar a tomar atajos que no llevan a parte alguna, afrontando estrategias sólidas, a largo plazo, basadas en el desarrollo de proyectos que promuevan el crecimiento sostenible y persistente del museo.
El mantenimiento de los estándares para generar esta infraestructura de conocimiento necesario y afrontar una gestión de futuro con garantías, debería estar apoyado y reforzado a nivel nacional. El Canadian Heritage Information Network (CHIN), por ejemplo, es una agencia del gobierno canadiense que proporciona una conexión a las redes digitales para su propia red de museos y otras instituciones del patrimonio cultural. El recurso está dirigido a profesionales de museos y ofrece sistemas de gestión de cobro y conocimientos especializados para el sector del patrimonio cultural. Como parte de sus activos, el CHIN dispone de una documentación completa sobre los estándares de metadatos para las colecciones de arte de todas las disciplinas, incluida la literatura, además de normas para los derechos de propiedad intelectual, la educación y la conservación digital. La Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos también está apoyando activamente el progreso, desarrollando normas para los flujos de trabajo actuales y creando una infraestructura digital. Lo ha hecho a partir de la implantación del programa 2015 National Agenda for Digital Stewardship, que fue publicado con la ayuda de expertos en el campo de la tecnología. Su intención es la de proporcionar información sobre las tendencias tecnológicas, poner de manifiesto las insuficiencias y mostrar las áreas cruciales de la financiación. El informe anual pone hincapié en las nuevas preocupaciones entorno a la infraestructura tecnológica de los museos, y hace, además, recomendaciones para los profesionales de la administración digital.
Un buen número de museos de todo el mundo ya está dando pasos hacia un progreso continuo, y lo hace con la implantación de enfoques innovadores para el liderazgo y el desarrollo profesional interno. En el Museo Metropolitano de Arte, el Oficial Jefe Digital (CDO) trabaja en estrecha colaboración con el CTO y CIO, creando estrategias en torno al contenido que se comparte con el público. En una entrevista reciente, el CDO del Met describe cómo la tecnología debería establecer un ciclo en el que una experiencia memorable en línea empujara a los visitantes a ver el arte en persona, y luego, esa experiencia memorable que han disfrutado, hará que el visitante permanezca en contacto con el museo. The Digital Library Federation (DLF) ofrece oportunidades de desarrollo profesional para los trabajadores de los museos, con programas educativos en las humanidades digitales a través DLF Cross-Pollinator Fellowship, una beca que cubre el desplazamiento de los profesionales de museos que deseen asistir al Foro DLF. Ideado con el objetivo de romper con los monolitos organizativos e invitando a adquirir nuevos puntos de vista, la beca busca activamente que los profesionales de los museos trabajen en las colecciones y servicios digitales para lograr una mayor comprensión de cómo funcionan las instituciones del patrimonio cultural del siglo XXI y cumplir sus misiones en un entorno de red.
El progreso debe ser un objetivo compartido por la comunidad de profesionales con visión de futuro y otras muchas organizaciones( así como algunos individuales), allanando el camino hacia ese futuro al poner sus conocimientos y experiencia al alcance de todos. Iniciándose en 2012, el Museum Digital Publishing Bliki ha proporcionado una plataforma de conocimiento dirigida a los expertos del museo, con el fin de discutir temas como la estrategia digital, la digitalización y flujo de trabajo, en un espacio de blogs abierto y colaborativo. La publicación en línea ha hecho que muchos líderes de la comunidad de museos y expertos en servicios digitales relaten públicamente sus experiencias en la aplicación de estrategias contemporáneas con tecnologías emergentes. En el Guggenheim, los líderes de los museos están haciendo progresos en sus prácticas digitales a través de la creación de tres niveles para el plan de gestión de archivos de los museos, y lo han hecho de acceso público.Fundado por The National Historic Publications and Records Commission, se ha creado un proyecto de 18 meses de duración con el objetivo de preservar la historia del Guggenheim para las nuevas generaciones y asegurarse de que las futuras demandas de archivos se hagan exclusivamente vía electrónica.
RECURSOS COMPLEMENTARIOS:
Convincing Employees to Use New Technology
Creating A Digital Infrastructure for Science
Foto principal y para redes sociales: IN2-Space
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